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Historia de la educación - anuario

versión On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.17 no.2 Ciudad autonoma de Buenos Aires. dic. 2016

 

DOSSIER: MUJERES EN LA HISTORIA DE LA EDUCACIÓN

Maestras, prácticas, género e historia: hacia una historia de la educación en los tiempos de la consolidación de los sistemas educativos

 

Paula Caldo y Marcela Vignoli1

1 Coordinadoras

Desde la perspectiva de género, la historia de las mujeres I lno solo representa una temática alumbrada por la renovación de la agenda historiográfica en general sino que es, además, producto de la decisión militante de visibilizar la agencia femenina en los procesos históricos. Esta perspectiva implicó no solo aceitar las herramientas críticas en el análisis — para el cual la categoría género fue crucial—, sino además innovar en las estrategias de búsqueda y de interpretación de fuentes.

Así, la tarea ha requerido leer a contrapelo los corpus documentales existentes y buscar en repositorios alternativos las huellas de las mujeres, muchas veces fagocitadas por el patrón androcéntrico que rige sobre la conformación de archivos. En este sentido, la historia de la educación en general y en Argentina en particular no quedó al margen de esta dinámica. Por lo cual —aunque contamos con las referencias cruciales de investigadoras como Graciela Morgade, Dora Barrancos, Lucia Lionetti, entre otras— nos permitimos compartir el diagnóstico de la historiadora mexicana Oresta López, quien afirma que al referenciar «historia de la educación y género» se enuncia un «campo en construcción, interdisciplinario, inicial y con grandes retos teóricos»2.

En esta acometida se inscribe el presente dossier, puesto que su objeto es dar cita a una serie de investigaciones que discuten en clave de género la semántica que habita detrás del sustantivo universal y frecuentemente utilizado en historia de la educación: «maestros». De este modo los artículos reunidos aluden a maestras y van pesquisando sus trayectorias, biografías, líneas de pensamiento, prácticas y posicionamientos políticos, sin desatender la relación constante con sus colegas varones y también con autoridades políticas y pedagógicas masculinas. Sin dudas, la categoría género opera como el motor de análisis que permite discutir y estudiar las relaciones de poder y las asimetrías que entraman el «entre» varones y mujeres pero también el propio colectivo femenino del magisterio. El objetivo es confirmar que el uso de la expresión «maestras» no implica la realización de un estudio de género. Para efectuar esto último es necesario esbozar una lectura relacional donde los sujetos dotados de sexos investidos culturalmente interactúen mediatizados por el poder, las jerarquías, los conflictos que reposan en notas del imaginario patriarcal, normativas y prescripciones culturalmente construidas, etc. Los trabajos consignados acuñan este enfoque a los efectos de componer una lectura sobre el desempeño de las maestras desde los orígenes del sistema educativo argentino y la primera mitad del siglo XX.

La propuesta de Flavia Fiorucci analiza tres voces masculinas (Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez, y Víctor Mercante) intervinientes en las discusiones esbozadas al calor del proceso de feminización de la docencia, que encontraron un denominador común: repudiar el acceso de las mujeres a la docencia. Si bien para la sociedad argentina del siglo XX existe un consenso historiográfico en torno a la feminización del trabajo docente, el estudio de Fiocucci recupera las tensiones generadas en el interior del mismo con el fin de ilustrar sus contradicciones, sinuosidades, resistencias y argumentos para apartar a las mujeres del oficio. Sin dudas, este trabajo permitirá entender la inclusión excluyente que acompañó los procesos de incorporación de las mujeres al espacio público.

El artículo de Lucía Reyes de Deu profundiza en la voz de Gálvez, una de las tantas disonantes respecto del magisterio. En este estudio, su novela titulada La maestra normal oficia de pretexto para recuperar las representaciones que fueron creándose sobre los agentes del magisterio, cuyo habilitador fueron las escuelas normales. Y si bien la historia de La maestra normal es citada frecuentemente por quienes abordan el campo de la educación en general y en clave histórica en particular, el aporte de Reyes de Deu reside en estudiar el tratamiento del «entre» varones y mujeres que la pluma de Gálvez reconstruye en su relato literario. Así, el normalismo es explicado en su negatividad tanto para las mujeres como para los varones.

María José Billorou presenta un sugerente análisis en clave de género de las condiciones de posibilidad que el magisterio habilitó para las mujeres en un espacio particular: el territorio nacional comprendido por La Pampa. La autora, valiéndose de un trabajo minucioso de archivo en repositorios regionales, logra reconstruir las «trayectorias profesionales» de las mujeres del magisterio pampeano durante la primera mitad del siglo XX. La riqueza de este análisis consiste en correrse del calificativo general «maestras» para nominar a mujeres singulares que encontraron en este oficio un espacio de legitimación laboral aceptado por la sociedad. No obstante, además de tratar estas singularidades, las pone en espejo con el caso de los varones. Por lo cual, mientras las mujeres emprendieron un periplo de traslados, sacrificios y soledades, los varones tuvieron acceso a cargos jerarquizados de la gestión educativa sin el previo tránsito por escalas menores. Billorou invita a pensar a las trayectorias docentes marcadas por la condición femenina.

El dossier prosigue con dos investigaciones elaboradas en torno a nombres propios: Florencia Fossatti (1888-1978), a cargo de Mariana Alvarado y Herminia Brumana (1897-1954) según el estudio de Marina Becerra. Fossatti y Brumana fueron educacionistas argentinas que no se conformaron solamente con ejercer el magisterio y produjeron teorías, reflexiones y

propuestas prescriptivas acerca de esas prácticas y sus incumbencias. Mariana Alvarado recupera la figura de la pedagoga mendocina con el propósito de contribuir a la elaboración de una historia de las ideas pedagógicas en clave feminista. Nadie mejor que Alvarado, filósofa de formación feminista, para reflexionar en esta clave. El artículo pregunta: «¿Qué sutiles estrategias no permitieron la emergencia visible de nuestras latinoamericanas pensantes?» y paso seguido despliega notas biográficas de Fossatti en las que entreteje ideas clave de sus escritos con referencias directas a sus prácticas situadas. Así, recupera la agencia de una pensadora de la educación con clara conciencia de trabajo colectivo, cuyos escritos y prácticas pusieron en tensión los límites del normalismo.

El pensamiento de Brumana es objeto de estudio de Marina Becerra. El artículo presenta a una mujer de pluma profusa que legó numerosos libros efectivamente publicados, artículos en la prensa y una nutrida correspondencia que Becerra capitaliza para ilustrar cómo esta maestra normal discutió los límites del normalismo en cuanto a la educación femenina. Así, la pluma de Brumana milita por la causa de la mujer, reconoce las tensiones que genera la maternidad e interpela a las maestras. Para ello, transita por una zona gris en la cual las costumbres de la época son capitalizadas en beneficio de la proyección pública de la mujer.

El dossier cierra con la propuesta de Lorena Mejía Mancilla. Aquí, la pesquisa oscila entre un análisis de las trayectorias con nombres propios (Dolores Correa Zapata) y el estudio de la prensa femenina (La mujer mexicana). El artículo enuncia la preocupación que la historiografía de la educación mexicana arrojó en los últimos años sobre los estudios del magisterio en clave de género y, capitalizando ese clima, interroga un aspecto particular: las maestras que escriben en la prensa. Concretamente, aborda el caso de La Mujer Mexicana (1904-1908) dirigida por la profesora Dolores Correa Zapata. En torno a esta publicación se entretejen diferentes líneas analíticas: por un lado la operación biográfica que permite situar a Correa Zapata en una tradición familiar y formativa que la eleva al rango de maestra letrada y, por otro, el estudio de la prensa con su puesta en contacto que conduce a plasmar el potencial de La mujer mexicana como medio de expresión y proyección femenina.

Las seis propuestas presentadas visibilizan, en conjunto, el trabajo de las historiadoras de la educación y estudiosas provenientes de otros campos disciplinares con el objeto de recuperar la agencia de las maestras dentro del colectivo maestros. Se valen de la categoría género para poner en relación a las mujeres del magisterio con sus contemporáneos masculinos. Para ello revisan lecturas sobre el proceso de feminización de la docencia, las trayectorias de formación e inserción laboral y las estrategias de proyección pública y de acceso al mundo intelectual y editorial. El minucioso trabajo de las maestras en el intento de construir una identidad laboral e intelectual se observa en estas prácticas dentro del colectivo docente, que la historia de la educación debe mensurar en su plenitud.

Referencias Bibliográficas

López, Oresta (2006). "Las maestras en la historia de la educación en México: contribuciones para hacerlas visibles". En Revista Sinéctica, número 28, pp. 4-16.

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