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Historia de la educación - anuario

versión On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.17 no.2 Ciudad autonoma de Buenos Aires. dic. 2016

 

Reseñas, Tesis y libros

Díaz de Guijarro, Eduardo; Baña, Beatriz; Borches, Carlos y Camota, Raúl (2015). Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales: Universidad de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Eudeba, 394 pp.

 

Viviana Masciardi

CONICET-UBA. Contacto: [viv2041@gmail.com]

 

Inscrita en el campo de la Historia de la Educación Superior, I la obra Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y ^.Naturales resulta de lectura imprescindible para comprender el devenir de dicha Facultad en el seno de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En el marco del Programa de Historia de la FCEN creado en agosto de 2005 cuatro fueron los ejes adoptados por Eduardo Díaz de Guijarro (físico), Beatriz Baña (química), Carlos Borches y Raúl Camota (matemáticos) para la descripción: el contextual que comprende aspectos sociales, políticos, económicos, y sus interrelaciones enfocados en la comunidad académica; el epistémico que identifica nociones que determinan cambios, desplazamientos, rupturas en torno al concepto de ciencia y al lugar que ocupa el saber especializado, en las máximas casas de estudios; el paradigmático que modeló la institución universitaria y su configuración vigente; el sectorial aludiendo a docentes, investigadores, graduados y estudiantes que componen la Facultad.

Mediante una extensa revisión de documentos institucionales de la UBA, legislación universitaria, publicaciones de la FCEN, revistas estudiantiles, diarios, publicaciones periódicas, Actas de la Comisión Nacional de la Manzana de las Luces, estadísticas universitarias, reseñas autobiográficas, testimonios y una extensa revisión bibliográfica, la obra da cuenta de los proyectos institucionales, sus logros y sus tropiezos durante sus primeros ciento cincuenta años de existencia. El relato se compone de dieciocho capítulos descontando el prólogo del historiador Pablo Buchbinder a cargo del programa Historia y Memoria de la UBA, agradecimientos, introducción y epílogo.

La FCEN con una organización semejante a la de hoy, data de 1952. Pero según se expresa, la UBA se fundó en 1821 siendo Antonio Sáenz su principal mentor y su primer rector con un efímero Departamento de Ciencias Exactas que ya había sido propuesto a la corona española hacia 1771 por el entonces gobernador Vértiz, temas del capítulo primero Los comienzos de la Universidad de Buenos Aires. En aquellos años la UBA contó, además, con los departamentos de Primeras Letras, Estudios Preparatorios, Medicina, Jurisprudencia y Ciencias Sagradas2. Pero la coexistencia de dos tradiciones opuestas sobre el conocimiento y la ciencia —la dogmática y la racionalista—, la falta de profesores y las turbulencias políticas limitaron el proyecto universitario.

Un convencido de la tradición racionalista fue Juan María Gutiérrez quien, hacia 1861, dirigió la reorganización de los departamentos de Estudios Preparatorios y de Estudios Jurídicos que eran los existentes en ese momento en la UBA. Así, mediante un decreto de Mariano Saavedra, entonces gobernador de la Provincia de Buenos Aires, el 16 de junio de 1865 se creó el Departamento de Ciencias Exactas de la UBA incluyendo en su articulado, la designación de tres profesores extranjeros: Bernardino Speluzzi, Emilio Rosetti y Pellegrino Strobel. Los primeros inscriptos fueron aspirantes al título de Ingeniero y por años el Profesorado de Matemáticas no registró inscripciones pues la ciencia se hallaba ligada a sus aplicaciones, lejos de la investigación básica según detalla el capítulo segundo La creación del departamento de Ciencias Exactas.

El capítulo tercero Cambios institucionales y primeros egresados se detiene en los modelos universitarios imperantes en el siglo XIX. Refiere que hacia 1874 se decretó el régimen general de la Universidad que no perduró y que hacia 1880, luego de que el Congreso declarara a Buenos Aires capital de la República, la Universidad se nacionalizó. Así y todo, la facultad de Matemática y de Ciencias Físico Naturales se reunificó en la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas ocupando siempre la Manzanas de las Luces para otorgar los títulos de Arquitecto, Ingeniero Mecánico, Doctor en Ciencias Físico Naturales y Doctor en Ciencias Físico Matemáticas. El capítulo aborda la Ley Avellaneda y presenta al primer graduado del doctorado en Ciencias Físico Naturales, Pedro J. Pando y al primer doctor en Ciencias Físico Matemáticas, Idelfonso Ramos Mejía.

En 1891 mientras cambió el nombre que se mantuvo por seis décadas a Facultad de Ciencias Exactas Físicas y Naturales (FCEFyN), el desarrollo incipiente de las industrias alimenticia, textil, minera y otras impulsó la creación del doctorado en Química hacia 1896. Temas del capítulo cuarto El Doctorado en Química y el cambio de siglo que además revisa la trayectoria del primer Doctor en Química, Enrique Herrero Ducloux en 1901, brinda detalles sobre Delfina Molina y Vedia la primera mujer que inició y completó los estudios del Doctorado en Química en 1906 y alude a la figura de Ángel Gallardo primer Doctor en Ciencias Naturales en 1902.

El capítulo quinto dedicado a La Reforma analiza las rebeliones estudiantiles de Buenos Aires (1904 y 1905) y de Córdoba (1918), sus demandas y sus perdurables logros. El acápite recorre la reforma que eliminó las Academias reemplazándolas por Consejos Directivos. Por otra parte, el apartado sexto Las primeras décadas del siglo XX analiza la etapa en la cual se jerarquizó la dedicación profesional a la cátedra y a la investigación.

El capítulo séptimo Los proyectos itinerantes y la Reforma cuestionada aborda los problemas edilicios y el giro a la derecha que aconteció en el país y en la Universidad alrededor de 1920 y 1930. En un contexto de avance del fascismo, el nazismo y el franquismo que representa la clave para comprender medidas gubernamentales en el marco de lo que se denominó la década infame, el capítulo ocho, Golpes de Estado y crisis educativas: 1930 a 1945, esboza la trama que vinculó a las dictaduras militares, los conservadores nacionalistas católicos y el mundo académico en el periodo.

El apartado noveno, El peronismo, ausculta los cambios a la luz de la Ley Universitaria número 13.031 del 26 de septiembre de 1947. Siendo prioritario el desarrollo industrial para la sustitución de importaciones, las universidades eran concebidas «como formadoras de técnicos y profesionales prácticos»3 —además de que sus integrantes no debían intervenir en política extrapartidaria, concepción que fue resistida por estudiantes y docentes durante todo el periodo—; tanto fue así que se crearon los institutos de investigación para aplicaciones técnicas y la Universidad Obrera (1948) y se estableció el ingreso directo (1950) de alumnos de las escuelas industriales. Se refiere que hasta mediados de la década de 1940, en química y ciencias naturales sólo existía la carrera de doctorado y únicamente Ciencias Físico Matemáticas otorgaba el título intermedio de Licenciado, lo que cambió en 1947 con las licenciaturas en Ciencias Químicas y en Ciencias Naturales con especialización en Ciencias Biológicas o Geología. El capítulo contextualiza las figuras de Juan Roederer y de Cesar Milstein en investigaciones originales, así como al grupo de Rey Pastor en matemáticas, y al de Deulofeu en química.

En el capítulo décimo Creación de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales se describen los dificultosos años que se sucedieron al decreto 9336 del 12 de mayo de 1952 que creó separadamente, las Facultades de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) y de Ingeniería —Arquitectura se desprendió en 1947—. Seguidamente, la obra aborda el periodo que transcurre entre septiembre de 1955 y julio de 1966, tema de los capítulos once {Reorganización en un marco conflictivo) y doce {Otras innovaciones y polémicas). Entre los logros de la época en la que se afianzó el sistema de gobierno4 existente en la UBA hasta hoy destaca, la apertura de los primeros pabellones de la FCEN en la Ciudad Universitaria y la creación de la carrera de Computador Científico.

El capítulo trece referido a La FCEN bajo la 'Revolución Argentina' narra el colapso que significó el periodo no sólo en términos represivos sino por la salida de 1.378 profesores de la UBA, de los cuales 391 eran de la Facultad. Como revela la obra, ante la pérdida del proyecto colectivo del periodo 1955-1966, el desarrollo fue heterogéneo. En efecto, con el fin de la dictadura del momento se desarrolló un ciclo político muy intenso, luego del retorno del peronismo. Sin embargo, un año después la universidad fue ligada nuevamente a la subversión y todo empeoró tras la muerte de Perón, el 1 de julio de 1974. El capítulo catorce se centra en El proyecto transformador del 73 y describe los sucesos conexos al ambiente universitario propios del periodo 1966-1976. En el capítulo quince se presentan los sombríos años que definen a La terrible dictadura y que dejaron como saldo, setenta desapariciones forzadas pertenecientes a la FCEN: sesenta estudiantes, ocho graduados y dos no docentes5.

El acápite dieciséis titulado La recuperación de la democracia revisita el tiempo que se sucedió al 10 de diciembre de 1983 marcado, por el desfasaje económico y por severos limitantes al curso de la normalización además del desafío que representó —eliminado el cupo— dar respuesta a los nuevos intereses de los jóvenes. Los últimos términos de la obra, Cambios en el mundo y en la universidad (capitulo diecisiete) y El siglo XXI (capítulo dieciocho) examinan el periodo 1989-2015 detallando la trayectoria de la Facultad en medio de la avanzada del neoliberalismo en el mundo. Con todo, a partir del recorrido histórico reseñado destaca que hoy en la FCEN se cursan dieciséis carreras de grado, seis maestrías, ocho carreras de especialización y diez doctorados. A las licenciaturas y doctorados en Ciencias Biológicas, de la Atmósfera, de la Computación, Físicas, Geológicas, Matemáticas y Químicas se agregaron Ciencia y Tecnología de Alimentos, compartida con la Facultad de Farmacia y Bioquímica; Oceanografía y Paleontología. También se cursan siete profesorados de nivel medio y superior. La FCEN se conforma por doce departamentos y dieciséis institutos de investigación UBA-CONICET, un instituto UBA y uno propio de la FCEN6.

En síntesis, la obra Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales representa una contribución ineludible que ubica el dato histórico en el presente. El resultado es nítido: un libro exhaustivo, sólido, comprometido.

Notas

2 Díaz de Guijarro, Eduardo; Baña, Beatriz; Borches, Carlos y Camota, Raúl (2015). Historia de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales: Universidad de Buenos Aires. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Eudeba, pp. 26-28.

Ibídem, p. 157.

Ibídem, p. 203.

Ibídem, p. 286.

Ibídem, p. 349-350.

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