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Historia de la educación - anuario

versión On-line ISSN 2313-9277

Hist. educ. anu. vol.24 no.1 Ciudad autonoma de Buenos Aires.  2023  Epub 07-Sep-2023

 

Artículos

El viaje de Jesualdo Sosa a México y a Estados Unidos

1Licenciada y Profesora en Ciencias de la Educación, Universidad Nacional de Córdoba; Becaria doctoral CONICET. Doctoranda en Estudios Sociales en América Latina, con orientación en Historia y Política, Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. Contacto: pame.reisin@gmail.com.

Resumen

Siempre que se hace mención a Jesualdo Sosa, se suele hacer referencia a su trabajo como maestro en la Escuela Rural n.° 56 de Canteras de Riachuelo, departamento de Colonia, Uruguay (1928-1935); experiencia que alcanzó reconocimiento internacional por la publicación del diario de escuela novelado Vida de un maestro (1935). Aquí, optamos por reconstruir una etapa de la trayectoria del maestro y escritor poco conocida: su trabajo en México como asesor de la SEP y profesor de escuelas normales (1939-1943), su participación en la 8 va Conferencia de la New Education Fellowship (NEF) en Estados Unidos (1941) y el retorno a Uruguay en tiempos de reapertura democrática (1943-1950). Los interrogantes que guían este artículo son: ¿qué trabajo desarrolló Jesualdo en México?, ¿cuál fue su visión sobre el proceso educacional mexicano?, ¿en qué consistió su viaje a Estados Unidos y cómo fue su participación en la Conferencia de la NEF?, ¿por qué decidió regresar a Uruguay?, ¿cómo fue su recibimiento y qué repercusiones causó su regreso en el magisterio? Para resolverlos, apelaremos principalmente a documentos personales de Jesualdo que se encuentran en su archivo personal, en la sección Archivos Literarios de la Biblioteca Nacional de Uruguay.

Palabras clave: Jesualdo Sosa; Uruguay; México; Estados Unidos; Escuela Nueva; Escuela Rural

Abstract

Whenever Jesualdo Sosa is mentioned, reference is usually made to his work as a teacher at Rural School n.° 56 in Canteras de Riachuelo, Colonia, Uruguay (1928-1935); an experience that achieved international recognition with the publication of the novel school diary Vida de un maestro (1935). Here, we choose to reconstruct a little known stage of the teacher and writer's career: his work in Mexico as an advisor to the SEP and teacher of normal schools (1939-1943), his participation in the 8th Conference of the New Education Fellowship (NEF) in the USA (1941) and his return to Uruguay in times of democratic reopening (1943-1950). The questions that guide this article are: what kind of work Jesualdo developed in Mexico? What his vision was of the Mexican educational process? What his trip to the United States consisted of and what kind of participation he had in the NEF Conference? Why he decided to return to Uruguay? How he was received and what repercussions his return had in the teaching profession? To answer these questions, we will mainly appeal to Jesualdo’s personal documents found in his personal archive, in the Literary Archives Section of the National Library of Uruguay.

Keywords: Jesualdo Sosa; Uruguay; Mexico; United States; New School; Rural School

Introducción

Jesualdo Sosa (1905-1982) fue un maestro y escritor uruguayo cuyo reconocimiento trascendió las fronteras nacionales. Su extensa y variada correspondencia da cuenta de que fue un intelectual que recorrió distintos países trabajando o brindando conferencias y que mantuvo vínculos con múltiples actores sociales: lectores, colegas, artistas, instituciones, asociaciones, gobiernos de distintos países, entre otros. Los textos publicados sobre historia de la educación en Uruguay describen a Jesualdo como un precursor, un transgresor, un pionero que, durante la dictadura de Terra2, llevó adelante una experiencia pedagógica singular (1928-1935) que articuló elementos del escolanovismo con otras concepciones más ligadas a pedagogías marxistas; sin embargo, estos artículos no atienden en profundidad a la trayectoria del maestro luego de dicha experiencia (Soler Roca, 1987 y 2005; Martinis y Redondo, 2006; Santos, 2013).

Específicamente sobre Jesualdo Sosa en Uruguay se han publicado distintos trabajos. Podemos mencionar el artículo de Demarchi de Mila (1988), el libro de Taller Barradas (2005) y el artículo de Bordoli (2008) pero, sin dudas, una de los principales referentes en el estudio del pensamiento y trayectoria de Jesualdo es Carbajal, quien, desde la década de 1990, publica libros y artículos sobre el maestro uruguayo, dentro de los cuales podemos mencionar a Carbajal, Pastorino y Sosa (1995) y a Carbajal (2008), entre otros. Dada su trayectoria en la temática, Carbajal ha sido la encargada de redactar el prólogo para la reedición del libro La invención creadora (Sosa, 2019), publicado inicialmente en 1950 en Montevideo. Además de estos trabajos, destacamos la tesis doctoral de Ponce de León Mata (2017), quien realizó una reconstrucción biográfica de Jesualdo focalizándose en uno de los principales aportes teóricos del pedagogo, La expresión creadora. Si bien ambas autoras describen la trayectoria de Jesualdo, y mencionan su viaje México (1939-1943) y a Estados Unidos (1941), no analizan en profundidad su experiencia en ambos países ni las repercusiones que causó su retorno a Montevideo en 1943.

En este artículo nos propusimos reconstruir esta etapa de su vida (1939-1950) con la intención no sólo de dar a conocer un trayecto poco estudiado de su biografía, sino también identificar qué ideas políticas y pedagógicas circulaban entre Uruguay, México y Estados Unidos. Para ello, a lo largo de este trabajo, procuramos responder los siguientes interrogantes: ¿qué trabajo desarrolló Jesualdo en México?, ¿cuál fue su visión sobre el proceso educacional mexicano?, ¿en qué consistió su viaje a Estados Unidos y cómo fue su participación en la 8 va Conferencia de la New Education Fellowship (NEF)?, ¿por qué decidió regresar a Uruguay?, ¿cómo fue su recibimiento y qué repercusiones causó su regreso en el magisterio? 3

A fines del año 1939 Jesualdo se fue a vivir a México, tras haber sido contactado por la SEP para trabajar allí, país donde residió por más de dos años ―estando en México, viajó a Estados Unidos para participar en la 8 va Conferencia de la New Education Fellowship (NEF)―. El año 1950 señala el fin de una etapa en que Jesualdo estuvo más estrechamente vinculado con el escenario político y educativo de Uruguay. Si bien siguió residiendo mayormente en Montevideo, su actuación no estuvo relacionada con el escenario nacional. Este pedagogo e intelectual, a partir de su primer viaje a la URSS en 1951, comenzó a estar más vinculado al bloque soviético, aunque esta relación no le limitó su participación en eventos académicos en países de América, Europa, Asia y África.

En Uruguay, hacia mediados de la década de 1930, un sector del magisterio que estaba procurando impulsar reformas en el ámbito de la educación rural, veía en la escuela rural mexicana un modelo que le permitía pensar y construir sus propias experiencias y concepciones educativas (Reisin, 2021). A su vez, la corriente pedagógica Escuela Nueva tenía una importante llegada en el magisterio uruguayo, por lo cual, la experiencia desarrollada por Jesualdo en la Escuela Rural n.° 56 fue considerada como un aporte para generar transformaciones en las prácticas escolares, tanto por haber sido desarrollada en el ámbito rural como por incorporar, de una manera muy personal y situada, concepciones y métodos escolanovistas. Sin embargo, estas reformas que anhelaba un sector del magisterio no se pudieron llevar a la práctica durante el terrismo. En este sentido, no es casual que Jesualdo, luego de ser destituido de su cargo de maestro en Uruguay, se haya ido a trabajar a México, un país en el cual se estaban llevando adelante importantes reformas sociales y educativas vinculadas con el ámbito rural. El magisterio uruguayo debió esperar hasta la reapertura democrática en 1943 para que algunas de sus demandas sean tenidas en cuenta por el Estado.

Un grito de alarma4

Carbajal sostiene que Jesualdo fue, tomando la categoría de Giroux, un intelectual transformativo por su «[…] calidad de profesional reflexivo y activo como por su compromiso social» (Carbajal, 2019: 11). Este maestro fue un prolífico escritor, no sólo de textos académicos sino también literarios, su vínculo con las expresiones artísticas le permitió producir obras de distintos géneros:

[…] incursionó en varios géneros literarios (novela, poesía, periodismo) pero su producción estuvo vinculada a la pedagogía y a la historia; llegó a publicar una treintena de títulos en su país y en el exterior, algunos distinguidos con premios […] además de otros que quedaron inéditos (Carbajal, 2019: 12).

Muchas de sus obras inéditas se encuentran en el Archivo Personal Jesualdo Sosa, localizado en la Biblioteca Nacional de Uruguay.

Jesualdo comenzó a ganar reconocimiento en el magisterio y en círculos intelectuales de izquierda con la publicación de su libro Vida de un maestro (1935). Entre 1928 y 1935, ejerció como docente en la Escuela Rural n.° 56, ubicada en Canteras del Riachuelo, en el departamento de Colonia. Allí no sólo se animó a llevar adelante una experiencia que forzaba los límites de lo legalmente posible en un contexto político autoritario, sino que además la narró en un atractivo diario de escuela novelado que se convirtió en un libro de referencia dentro del magisterio y que atravesó las fronteras del país, haciendo que Jesualdo gane reconocimiento en otros países de la región (Carbajal, 2019). Debido a la repercusión que causó este libro, en 1935 Jesualdo fue destituido de su cargo de maestro por el gobierno de Terra.

Sobre su experiencia como maestro en Canteras de Riachuelo, Jesualdo sostuvo que emplearon «[…] toda la libertad que nos daban y un poquito más de la prohibida» (Sosa, [1950] 2019: 50) para convertir a la escuela en el centro social de la región; esta libertad, que Jesualdo obtenía saltando por fuera de lo estipulado en los programas escolares, la empleaba en favor del interés del niño. Esta concepción de respetar el interés infantil y favorecer el desarrollo de su personalidad está basada en principios escolanovistas. Vale mencionar que Jesualdo, antes de su paso por la Escuela Rural n.° 54, había trabajado entre 1926 y 1928 en la Escuela Experimental n.° 1 del departamento de Montevideo. A esta escuela también se la conoce como Malvín, ya que estaba localizada en dicho barrio. La experiencia de Jesualdo en aquella institución no fue buena; al respecto, el maestro señaló que, si bien se seguían métodos y principios escolanovistas, su aplicación práctica no despertaba el interés en los niños; y que, a su vez, tampoco existía libertad de acción para los docentes ―por ejemplo, la posibilidad de realizar paseos fuera del edificio escolar era limitada―. En su libro Vida de un maestro, da cuenta de las fiscalizaciones que realizaba el director de la Escuela Malvín en sus clases ingresando a las mismas para tomar lección a los estudiantes y reclamarle la libreta a Jesualdo, e. g.:

Siempre se quedaba en el salón, no sé si para justificar su actitud inquisitorial ante mi indiferencia o si para impedir que yo defraudara su fiscalización […]. A veces le decía duramente que ellos eran unos falsos, porque predicaban lo contrario de lo que exigían. Y que no me haría jamás cómplice de esas falsedades (Sosa, 1947: 53).

Las restricciones que los directivos imponían a Jesualdo hicieron que el maestro decida renunciar a esta escuela y opte por trasladarse a una escuela rural, pequeña y aislada, pero, intuía Jesualdo, menos controlada por las autoridades escolares y gubernamentales (Sosa, 1947). Es posible que esta experiencia que tuvo Jesualdo de joven en la Escuela Experimental n.° 1 haya hecho que mantenga una posición crítica con el escolanovismo a lo largo de su vida; si bien comulgaba con distintos principios teóricos de esta corriente, sobre todo los vinculados con el desarrollo de la creatividad en los niños, cuestionaba los modos en que algunos de sus representantes pretendían llevar a la práctica estos lineamientos pedagógicos. Sin embargo, esta experiencia no hizo que el maestro se aleje definitivamente de esta corriente pedagógica. Más adelante veremos cómo, a inicios de la década de 1940, fue invitado a participar en la 8 va Conferencia de la New Education Fellowship en Estados Unidos. Este era el evento más importante del movimiento pedagógico internacional Escuela Nueva.

A diferencia de lo sucedido en Malvín, su trabajo en la Escuela Rural n.° 54 de Colonia del Riachuelo (1928-1935) fue apoyado y promovido por la directora de dicha institución, la maestra María Cristina Zerpa. Con la directora no sólo lo unía una afinidad pedagógica sino también personal, fueron novios de jóvenes mientras Jesualdo vivía en Montevideo y en 1928 se casaron. Sin embargo, a pesar de contar con el apoyo de la institución y gran parte de la comunidad, la experiencia tuvo un final abrupto. La publicación del libro Vida de un maestro (Sosa, 1935) fue el medio por el cual se hizo conocida la obra de Jesualdo y el motivo por el cual el gobierno lo persiguió y destituyó. Lo peligroso, para el terrismo, no era una experiencia aislada de un maestro en un pequeño vecindario a orillas del Río de la Plata, posiblemente se hayan llevado adelante prácticas escolares similares a las desarrolladas por Jesualdo en otros rincones del país que pasaron completamente inadvertidas; lo riesgoso, era que esta experiencia se difunda dentro del magisterio y que otros maestros quieran replicarla, tenían que evitar que las ideas de Jesualdo circulen y que el maestro se convierta en un referente para sus pares. Jesualdo, por su parte, sabía que las ideas son poderosas cuando son compartidas. Al respecto relató en el prólogo de la segunda edición de su libro en 1936:

Tenía fe, sí, en la labor consciente que realizamos en la escuelita de Canteras de Riachuelo […]. Pero confiar solamente en esto, me parecía poco para quien quería dar un grito de alarma en la sociedad en que se mueve, llevar una palabra de duda al satisfecho empleado burocratizado, y, sobre todo, insistir en la falsedad con que cumple su misión nuestra escuela. Sin embargo, su rápida difusión, la numerosa crítica de todo el mundo, las continuas invitaciones de centros de alta jerarquía espiritual de América para ampliar mis conceptos creacionistas […], me creaban la más difícil situación moral y material entre los organismos docentes de mi país. Había que vengar en mí y en mi escuelita del ensayo secreto, a la burocracia ofendida (Sosa, [1936] 1947: 12).

Este poético grito de alarma que Jesualdo escribió en Vida de un maestro (1935) llamó la atención del gobierno. El terrismo le cercenó a Jesualdo el desarrollo profesional, intelectual y político en su país desde la publicación de su libro. Sin embargo, la censura no impidió que en los ámbitos vinculados con la educación la palabra escrita de Jesualdo circule y sea reconocida por estudiantes normalistas y por maestros. Este reconocimiento al interior del magisterio uruguayo se puede apreciar en la publicación que tuvo en el Boletín de la Unión Nacional de Magisterio en 1938, la cual estaba encabezada con la frase: Escribe JESUALDO. Este encabezado puede dar a entender que el público magisterial al cual estaba destinado este Boletín conocía perfectamente al autor; a su vez, que Jesualdo publique en este Boletín, puede ser interpretado como un apoyo por parte del sindicato a los planteos del maestro/escritor y como un aval de Jesualdo a esta asociación magisterial. Jesualdo tituló aquella nota Carta desesperada a la maestra de mi hijo. En la misma, le demanda públicamente a la docente que no anule con sus metodologías de enseñanza la expresión creativa de su niño. De esta forma, tal como hizo anteriormente con su diario de escuela novelado, lleva su experiencia personal, como maestro y como padre, a la escena pública, buscando interpelar con su historia al magisterio.

Una vez destituido, publicó otro libro, menos conocido, titulado Fuera de la escuela, donde narró su experiencia cuando le prohibieron seguir ejerciendo el magisterio en su país. Ese libro se publicó por primera vez en 1940 en Argentina, al igual que Vida de un maestro (1935). El prólogo de Fuera de la escuela fue redactado por Jesualdo en Montevideo en el año 1939; allí se quejó de las limitaciones para ejercer su profesión en su país, mencionó cómo había sido bien recibido en Argentina y anunció que se va a trabajar a otro país. No mencionó a cuál, pero sabemos, por la fecha en que fue redactado este prólogo, que ya había sido contactado por el gobierno mexicano.

Un mundo que está constantemente con los ojos clavados en México5

A finales del año 1939, durante el mandato del General Lázaro Cárdenas, Jesualdo fue contratado por el Secretario de Educación Pública (SEP), Vázquez Vela, para trabajar como técnico asesor. En 1940, siguió trabajando bajo la dirección del Secretario Sánchez Pontón, durante la presidencia de Ávila Camacho hasta inicios del año 19436. Según narró Jesualdo en un libro inédito sobre su experiencia en México7, su función en la SEP consistía en informar el estado general de las escuelas urbanas y rurales, tarea que le implicó recorrer gran parte del país. Paralelo a este cargo, ejerció como docente en el Profesorado de Ciencias de la Educación y literatura y teatro infantiles de la Escuela Nacional de Maestros y acompañó a estudiantes normalistas en sus prácticas tierra adentro (Sosa, 1947). Además de estos trabajos, asesoró técnicamente en los Seminarios de Capacitación para Maestros Rurales, dictó diversos seminarios en el interior de país; dirigió la práctica docente final (práctica intensa) de un grupo de maestros del Istmo de Tehuantepec; escribió artículos en la prensa (El Nacional y El Popular) y elaboró informes sobre la verdadera situación de la escuela pública mexicana. Además, en 1940 participó activamente en la Conferencia Nacional de Educación de México y en la reestructuración de planes y programas (Ponce de León Matta, 2017).

En cuanto a la visión de Jesualdo sobre el proceso educacional mexicano, encontramos en su archivo personal un artículo titulado Lo que los intelectuales y pueblos de Iberoamérica esperan de la educación mexicana. Estimamos que el texto fue escrito en 1940 y da cuenta de una etapa en la que Jesualdo, muy entusiasmado, tenía confianza en el proceso revolucionario que el pueblo y gobierno mexicano estaban llevando adelante. Justamente su título hace referencia a cierta expectativa por parte de los intelectuales de Iberoamérica en relación a la educación mexicana. En dicho texto, Jesualdo comienza relatando que tiempo después de su llegada a México concurrió a la clausura de cursos para maestros rurales en el Estado de Jalisco. Se sorprendió por lo multitudinario del acto y por la composición diversa racial de ese alumnado pronto a recibirse, mencionó a hombres y mujeres con diversos orígenes y formaciones intelectuales. Sobre estos maestros rurales, Jesualdo expresó:

[…] tuve la sensación de que toda esta gente […] no tenía la menor sospecha de lo que su trabajo y su fervor silencioso y parco ―o su misma indiferencia― representan para el resto de América. Ninguno de ellos […] sabía cierto que hay un mundo que está constantemente con los ojos clavados en México (Sosa, s. f.).

Imagen 1 Extracto del artículo Lo que los intelectuales y pueblos de Iberoamérica esperan de la educación mexicana de Jesualdo Sosa (s. f.). Montevideo: Archivo Jesualdo Sosa. Biblioteca Nacional de Uruguay. 

A continuación, citó a Dewey, a quien calificó como «[…] el lamentable genial tránsfuga de la educación progresista»8. Este filósofo estadounidense, en las décadas de 1920 y 1930, había visitado en diversas ocasiones México y había celebrado las interrelaciones entre las actividades escolares y la comunidad.

Retomando lo planteado por Dewey sobre la educación mexicana, Jesualdo aseveró que lo desarrollado en México servirá de ejemplo a toda nuestra América. Sin embargo, frente al reconocimiento de Dewey y del resto de la intelectualidad americana de la importancia de la obra educativa mexicana, sigue llamándole la atención el desconocimiento de estos camaradas, en alusión a los maestros rurales, de la responsabilidad que supone ser vistos como un para toda América. Al respecto, se pregunta: «[…] ¿habrán sentido hasta dónde las masas de nuestro continente están con el oído puesto sobre sus hechos, recogiendo sus resonancias como si México fuera inmensa caracola de geniales músicas primitivas?». Y se responde: «Tuve la seguridad de que no lo advertían. El mexicano, hombre de rara y compleja idiosincrasia parece que siempre está oyendo para adentro».

Imagen 2 Extracto del artículo Lo que los intelectuales y pueblos de Iberoamérica esperan de la educación mexicana de Jesualdo Sosa (s. f.). Montevideo: Archivo Jesualdo Sosa. Biblioteca Nacional de Uruguay. 

Resulta interesante esta observación de Jesualdo sobre la idiosincrasia del hombre mexicano, particularmente del maestro rural de origen campesino e indígena, quien era considerado el actor principal de un proceso revolucionario, pero que ignoraba la relevancia transnacional de su labor. La representación de un sujeto que siempre está oyendo para adentro parece estar vinculado con la cosmovisión que formuló el profesor normalista Cayetano Gonzáles Santos en la carta que le envió a Jesualdo; allí expresó: «[…] estamos trabajando como nuestros antepasados para ser tan grandes como ellos». En este proceso, quien había salido de su tierra natal y viajado por diversos países, pensando, disertando y asesorando, era el uruguayo Jesualdo. La mayoría de los maestros rurales de origen indígena en México no habían viajado por fuera de la cabecera de su Estado. ¿Pero en que radicaba, en ese entonces, lo revolucionario del proceso político y educativo mexicano para Jesualdo? En el artículo que estamos analizando lo responde.

Aquí rescató el gobierno de Cárdenas y su política de reforma agraria, repartiendo tierra los indios; y vinculó, tomando a Mariátegui, el problema indígena con el régimen de propiedad de la tierra. La educación, sostuvo, debe servir para «[…] hacer comprender esta realidad» y acompañar el proceso de reforma agraria. Su artículo cierra con el siguiente mensaje dirigido a los intelectuales y pueblos de Iberoamérica:

A la escuela de México compite hoy una función de honor, la estructuración formal de su sentido educativo […] De aquí debe surgir la palabra más justa, el método más racional y justiciero, la experiencia más rica y duradera. A este orden de cosas, intelectuales y pueblos de Iberoamérica que esperan nuevos días, sabrán corresponder como lo han hecho hasta ahora, con su devoción y esperanza, las cifras intransferibles de nuestra condición humana (Sosa, s. f.).

Estando Jesualdo en México, fue invitado a exponer en la 8 va Conferencia de la New Education Fellowship (NEF) que tuvo lugar del 6 al 12 de julio de 1941 en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos. Además de participar en dicha Conferencia, fue convocado, con todos los gastos pagos por la Progressive Education Association (PEA) para dictar conferencias en diversas universidades de Estados Unidos9. El documento Figura y transfigura de 8 va Conferencia Internacional de Educación en Ann Arbor, Michigan, Estados Unidos10, texto posiblemente inédito que escribió sobre cómo recibió la invitación de la PEA para viajar a Estados Unidos y su experiencia en la 8 va Conferencia de la NEF, da cuenta de ciertas dudas y sospecha que sentía el maestro en relación a esta insistente invitación de la Asociación11. Le habían enviado tres cartas, la primera a su dirección de Montevideo, en la cual se pedía que acuda en representación de Uruguay, y luego otras dos a México, solicitando que confirme su asistencia. Jesualdo, según señaló en el documento mencionado, no sabía si viajar o no a Estados Unidos; se preguntaba cuál era la intencionalidad política de dicha conferencia, sospechaba que la misma era imperialista, ya que estaba no solo sostenida por el gobierno de Estados Unidos, sino también financiada por las principales empresas de dicho país. Él, convertido en un referente intelectual para la región, posiblemente no quería que su nombre quedase manchado en una jugada política internacional que lo excedía. En este escrito, explicó que tuvo conversar con colegas sobre la conveniencia o no de participar de la misma y que finalmente decidió participar. Viajó conjuntamente con el Ministro de Educación de México, el Lic. Sánchez Pontón, quien también participó de la conferencia.

Las sospechas de Jesualdo tenían su fundamento. Rabelo (2021), analizó cómo la NEF, la PEA y el Departamento de Estado de Estados Unidos se entrelazaron en la 8 va Conferencia Internacional de la NEF, encuentro celebrado por primera vez en los Estados Unidos. La autora explica que la localización de esta conferencia no fue casual, sino que fue una oportunidad única para fortalecer los lazos con países latinoamericanos que, hasta ese momento, habían participado poco en las actividades de la NEF. Rabelo sostiene que esta pretensión acercar a los educadores latinoamericanos al NEF estuvo vinculada con la agenda política estadounidense relacionada con la política del Buen Vecino desarrollada por Estados Unidos.

Vale mencionar aquí, que esta conferencia internacional, la cual tenía una gran relevancia en la circulación de ideas y métodos educativos a nivel mundial ―recordemos que aún no existía la UNESCO―, se estaba desarrollando en Estados Unidos, justamente durante la Segunda Guerra Mundial. El contexto internacional imponía el debate principal en torno a los motivos por cuales se había caído nuevamente en una terrible guerra y cuál era la finalidad de la educación en la construcción de un nuevo orden mundial. Al respecto, Jesualdo mencionó en dicho texto que en la conferencia Dewey, en su carácter de Presidente Honorario de la PEA, sostuvo que «[…] debe construirse un nuevo orden social y forjarse un nuevo tipo de educación como parte integral de la construcción de este inclusivo orden humano»; en este escrito, Jesualdo, le cuestiona a Dewey que

[…] ese «nuevo tipo de educación» que se preconiza alcanzar en el «nuevo orden social», no será, todavía, el que responda a la educación como meta objetiva. Y lo peor es que sabéis que no lo será […] pero insistís en él como si nada supieras (Sosa, s. f.).

Es posible que su experiencia en dicho viaje haya generado en Jesualdo la adquisición de un posicionamiento más crítico con el movimiento escolanovista, el cual observaba como un aliado de la política estadounidense. Esta radicalización en su posicionamiento político y pedagógico lo acercó a la URSS, país con el cual entabló vínculos a partir de su afiliación al Partido Comunista Uruguayo en 1944.

Este no es el libro que hubiera gustado escribir12

Con el correr de la década de 1940, las políticas distributivas de Cárdenas quedaron atrás y el país tomó un rumbo claramente capitalista13. Civera (2013) señala que ya en los últimos meses del mandato de Cárdenas, la política educativa en relación a las Escuelas Normales tomó un rumbo represivo y contrario a la orientación ruralista que tenían estas instituciones. Es probable que este cambio en la política mexicana haya transformado la visión que Jesualdo tenía del mismo14. Posiblemente por este motivo, y debido al retorno de la democracia en Uruguay, Jesualdo decidió volver a su país.

A principios de 1943, el Presidente Amézaga le ofreció trabajar como asesor en el Ministerio de Instrucción Pública. Mediante un fallo del tribunal para destituidos durante la dictadura de Terra, se le reconocieron sus años de servicio para el cómputo jubilatorio y le indemnizan con sueldos devengados en el tiempo en que duró la destitución. Si bien no conocemos cuál fue la relación entre Amézaga y Jesualdo, en el archivo personal del maestro, encontramos una nota firmada por el Presidente el 7 de marzo de 1944, en la cual le agradece el envío de un ejemplar de los libros Artigas. Del Vasallaje a la Revolución (1944) y Los fundamentos de la nueva pedagogía (1944), que Jesualdo había publicado recientemente.

Imagen n.° 3. Nota del Presidente Juan José Amézaga a Jesualdo. Fecha: 7 de marzo de 1944. Fuente: Archivo Jesualdo Sosa. Biblioteca Nacional de Uruguay. 

En cuanto a su participación política, tras su regreso a Montevideo, Jesualdo decidió afiliarse al Partido Comunista Uruguayo y con dicha inscripción, comenzó a una etapa de vínculos con la URSS, lo cual lo llevó a viajar a dicho país y escribir un libro sobre dicha experiencia titulado Mi viaje a la URSS (Sosa, 1952). En cuanto a su actividad, además de trabajar como asesor del Ministerio de Instrucción Pública, en 1945 fue designado profesor de Historia de la Educación en los Institutos Normales.

Su regreso a Montevideo no pasó desapercibido para el magisterio. Al poco tiempo de haber llegado, la UNM (Unión Nacional de Magisterio) lo invitó al Congreso Nacional de Maestros de 1943. Este Congreso resolvió unir diversas asociaciones magisteriales y fundar la FAMU (Federación de Asociaciones Magisteriales del Uruguay). Esta Federación creó la Revista Concepto, órgano de difusión de sus ideas y actividades, y nombró a Jesualdo como su director. En el primer tomo de dicha revista, el maestro Otto Nieman publicó un artículo sobre el último libro de Jesualdo, Problemas de la educación y la cultura en América (1943), el cual había escrito en México, a pedido del Comité de Unidad del Magisterio de América (CUMA); allí Nieman invitaba a la lectura del libro de Jesualdo ya que consideraba que este, por su trabajo en México y en Uruguay y por su recorrido de otros países de América, estaba en condiciones de escribir aquella obra.

Jesualdo participó en calidad de invitado especial del Congreso Nacional de Maestros sobre Escuela Rural (1944). En dicho Congreso, frente al magisterio uruguayo, hizo referencia a su experiencia en México mediante la presentación del trabajo: «La escuela rural en América, el caso particular de la mexicana y la experiencia que nos proporcionó» (González Sierra, 1996: 67). Desconocemos el contenido de esta exposición, ni su repercusión en el magisterio, pero estimamos que al ser Jesualdo un invitado especial al Congreso, su palabra no pasó desapercibida. En el Congreso celebrado en 1944, el maestro tuvo además la función de redactar las conclusiones de la 1 ra Subcomisión denominadas Antecedentes de la escuela rural; síntesis histórico crítico de la escuela rural del Uruguay; análisis objetivo sobre su orientación, su gestión y sus resultados. Las conclusiones expresadas por Jesualdo señalan que la escuela y el maestro rural deben oficiar como como colaborador activo de la transformación social y económica del medio donde actúa. Teniendo en cuenta lo señalado hasta aquí, podemos advertir que las intervenciones que Jesualdo tuvo en este Congreso estuvieron vinculadas a los aprendizajes que tuvo de su experiencia en México.

Entre 1943 y 1950, etapa en que Jesualdo volvió a radicarse en Montevideo, escribió y dictó la conferencia Física, metafísica y actividad de México (1943)15 y retomó la escritura del libro inédito Mis experiencias pedagógicas en México, cuyo prólogo está fechado en el año 1947. En ambos textos, a diferencia de lo que planteaba en el artículo Lo que los intelectuales y pueblos de Iberoamérica esperan de la educación mexicana, se puede percibir cierto desencanto por parte de Jesualdo con respecto al desenvolvimiento del proceso político y educativo mexicano. En estos documentos, pareciera que a un escritor tan experimentado como Jesualdo, le costaba ordenar las ideas y decidir qué transmitir sobre su experiencia en dicho país. En la conferencia que dictó en el Rotary Club en 1943, esta confusión en torno a qué transmitir a su audiencia, parece estar presente. Allí comenzó declarando:

Quien vivió más de dos años la dramaticidad de la Física, Metafísica y Actividad en México, y aún no ha podido traducir, con la fidelidad que impone tal experiencia, los hallazgos de sus estructuras en su peripecia por componerse un perfil definido, sabe que lleva ya perdida ante Uds., la batalla de querer interpretarlas en estos veinte minutos (Sosa, 1943: 1).

Mientras que en el prólogo del libro Mis experiencias pedagógicas en México empezó diciendo «Este no es el libro que hubiera gustado escribir» (Sosa, 1947: 1) y explicó, de forma algo confusa, algo que le hubiera gustado escribir sobre México pero que aún no pudo hacer. Luego Jesualdo expresó que con este libro intentó responder una demanda: «Lo que hago con este libro es tratar de responder a quienes desde mi regreso ―y el tiempo vuela― me han preguntado sobre México, por sus planteos y reformas educacionales teóricas y sus consiguientes trabajos prácticos» (Sosa, 1947). Allí, describió a México como un escenario multiforme y difícil, un país «[…] por momentos incomprensible, lleno de negros y blancos, sorpresivo y palpitante» (Sosa, 1947).

El texto, escrito a máquina, está lleno de correcciones, oraciones tachadas y hasta párrafos enteros agregados en tinta por parte de Jesualdo. Si bien en el prólogo Jesualdo sostuvo que este libro nació para responder una demanda de los uruguayos por conocer su sobre el proceso educacional mexicano, este avezado escritor, pasado ya cinco años de su regreso a Montevideo, parece no conformarse con el extenso libro que escribió. Aunque no podemos afirmar que el libro no se publicó por esta razón, consideramos que, si Jesualdo lo terminaba y deseaba publicarlo, lo podría haber hecho. En la portada del libro se ve que ya tenía arreglado su publicación en la editorial Letras de Montevideo y sabemos que, durante esta etapa (1943-1950), Jesualdo publicó un total de nueve libros, lo cual revela que era un escritor que no tenía inconvenientes durante aquellos años en conseguir quien lo publique16.

Por otra parte, en la obra Educadores de América (1945), Jesualdo hizo referencia a este libro sobre México que planeaba editar:

Invitado a colaborar en la escuela mexicana, por la Secretaría de Educación de ese país, ahí me estuve por más de dos años, luchando con los mejores por ajustar los propósitos y las teorías educativas del gran país azteca, generoso y amplio, pero confundido entre sus aspiraciones, ideales y sus duras realidades sociales […] Los informes realizados, como consecuencia de los trabajos de Seminarios de capacitación de los maestros rurales, en las prácticas intensas, en el profesorado de la Escuela Nacional de Maestros y otras tareas, formarán un volumen, que será editado en su oportunidad. Mi intención era escribir un segundo «Vida de un maestro en México» que, así como en el primero, yo traducía la vida de un profesional de la enseñanza en un país capitalista, con el de México, lo haría en un país de extracción revolucionaria, en marcha hacia un probable socialismo (Sosa, 1945: 447).

Con esta cita se puede interpretar que no era México quien estaba «[…] confundido entre sus aspiraciones, ideales y duras realidades sociales», sino que era Jesualdo quien no sabía cómo interpretar ni qué transmitir sobre aquel complejo proceso, del cual formó parte como un extranjero invitado a asesorar, pero en el cual nunca pudo ser él el protagonista.

Conclusiones

Jesualdo, en Canteras del Riachuelo, lejos de las fiscalizaciones de los directivos de la Escuela Experimental n.° 1, pudo actuar con libertad como educador, dentro y fuera del perímetro de la Escuela Rural n.° 56. Transformó el local escolar en un centro social y cuidó y estimuló la expresión creadora de los niños. Pero Jesualdo no quería que su experiencia allí se convierta en un caso aislado, anhelaba, como todo intelectual transformativo, interpelar a la sociedad, y al magisterio en particular, y por ello, publicó, a pesar de estar en un contexto político represivo, su libro Vida de un maestro (1935). Allí expresó un grito de alarma que fue oído por educadores e intelectuales de distintos países, pero que, a su vez, le causó la proscripción en su propio país

En 1939 Jesualdo fue contratado por el Gobierno de Cárdenas cuando las posibilidades de desarrollo personal y profesional en su país eran cercenadas por un gobierno autoritario. Allí pasó del entusiasmo al desánimo; el proceso posrevolucionario mexicano no desembocó en lo que él esperaba, como tampoco lo fue la PEA. La promoción de la asistencia de funcionarios y pedagogos latinoamericanos en la 8 va Conferencia de la NEF por parte de la PEA y, Dewey, «[…] el lamentable genial tránsfuga de la educación progresista» (Sosa, s. f.), en carácter de Presidente Honorario, señalando cómo debía ser el nuevo orden social una vez finalice la Segunda Guerra Mundial, levantó las sospechas de Jesualdo y lo alejó de Estados Unidos y de sus lineamientos político-pedagógicos; no quiso ser parte de una organización internacional que consideraba aliada al imperialismo.

Regresó a Uruguay en 1943, pero este era un país distinto del que se fue; en plena reapertura democrática, ya no estaba más proscrito y su palabra era reclamada y esperada, pero, de su experiencia en México, parece no haber tenido claro qué transmitir. Sus encuentros con los maestros rurales lo dejaron perplejo, estos hombres, que miraban para adentro, parecían no darse cuenta de la importancia internacional de su tarea tierra adentro. En su estadía allí le tocó transitar el declive de un proceso político que había esperanzado a intelectuales de izquierda de todo el mundo.

La perspectiva biográfica contribuye a que la historia de la educación abandone una mirada centrada en lo estatal y en lo prescriptivo. También, permite, en algunos casos, irrumpir por fuera los relatos nacionales y encontrar cómo las ideas circulan y entran en tensión, se reconstruyen, se difunden y/o se reservan, en momentos de incertidumbre política o confusión, para la intimidad en borradores sin publicar.

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Notas

2 Terra fue presidente constitucional entre 1931 y 1933, de facto entre marzo de 1933 y mayo de 1934, e interino hasta junio de 1938. Recién en 1942 se celebraron elecciones libres, de las cuales participaron todos los sectores políticos y, por la cual terminó siendo electa la fórmula de Juan José Amézaga y Alberto Guani.

3Vale mencionar que este trabajo forma parte de la tesis doctoral titulada Configuración de la pedagogía ruralista en Uruguay y sus conexiones con la educación rural mexicana (1930-1960) (Reisin, 2022); en la misma reconstruimos las trayectorias de cinco maestros uruguayos, incluyendo a Jesualdo Sosa. Dicha investigación ha sido presentada en la UNC en diciembre de 2022 y se prevé su defensa durante el primer semestre de 2023.

4Un grito de alarma es una expresión empleada por Jesualdo en el prólogo a la segunda edición de su libro Vida de un maestro (1936).

5Frase extraída de artículo Lo que los intelectuales y pueblos de Iberoamérica esperan de la educación mexicana (Sosa, s. f.).

6Los mandatos de Cárdenas (1934-1940) y de Ávila Camacho (1940-1946) fueron muy distintos, estas diferencias también se pueden observar en las políticas educativas que cada uno desplegó: «Con la educación socialista y la intensificación del reparto agrario, la revolución llegó a su momento más radical con el presidente Lázaro Cárdenas (1934-1940). En la década de los cuarenta, entre la guerra mundial y las consecuencias económicas de la expropiación petrolera (1938), iniciaría una época distinta, encausada a la modernización e industrialización, bajo políticas más conciliadoras. En 1942 una ley de educación quitó el carácter coeducativo a la educación y en 1945 un nuevo artículo constitucional eliminó su orientación socialista para volver al laicismo planteado por los constituyentes del 1917 y encausar un proyecto educativo modernizador y uniformador, que eliminaba el carácter especial de la educación rural que se había impulsado desde 1921» (Civera, 2011: 13).

7Hacemos referencia a un libro inédito del autor titulado Mis experiencias pedagógicas en México, cuyo prólogo fue escrito en 1947. Se encuentra en nuestro plan de trabajo realizar una edición de dicho material.

8Esta calificación ambivalente a Dewey debe inscribirse en el posicionamiento crítico que Jesualdo siempre mantuvo con el escolanovismo.

9La PEA se originó en 1919 en Estados Unidos mientras que la NEF en 1921, en Francia. Si bien perseguían objetivos comunes ―ya que ambas consideraban que el niño debía ser el centro del proceso educativo―, existía una competencia por el liderazgo a nivel internacional. En 1932, después de años de negociación, llegaron al acuerdo de que la PEA sea formalizada como la sección estadounidense de la NEF (Rabelo, 2021).

10Este texto consta de aproximadamente cincuenta páginas y se encuentra, junto con la invitación de la PEA y el folleto de la 8 va Conferencia Internacional de Educación en Ann Arbor, Michigan, en el Archivo Personal de Jesualdo Sosa de la Biblioteca Nacional de Uruguay.

11Jesualdo aparece en el listado de los delegados latinoamericanos de la 8 va Conferencia de la NEF que recibió publicaciones de la PEA (Rabelo, 2021).

12Frase extraída del prólogo del libro inédito Mis experiencias pedagógicas en México (Sosa, 1947).

13El mandato presidencial de Cárdenas finalizó el 30 de noviembre de 1940.

14A su vez, desconocemos si el gobierno mexicano seguía precisando de su asesoría en la SEP.

15Conferencia dictada por Jesualdo en Rotary Club de Montevideo el 27 de abril de 1943.

16Entre 1943 y 1950 Jesualdo publicó en Uruguay los siguientes nueve libros: Problemas de la educación y la cultura en América (1943); Los fundamentos de la nueva pedagogía (1944); José Artigas, el primer uruguayo ejemplo para los niños (1944); Literatura infantil. Ensayo sobre ética, estética y psicopedagogía de la literatura infantil (1944); 500 poemas de los niños de la escuela de Jesualdo (1945); 17 educadores de América (1945); La enseñanza en el Uruguay (1947); Elegía autobiográfica (1949); La expresión creadora del niño (1950); Ideas pedagógicas (1950).

Received: August 08, 2022; Accepted: April 20, 2023

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