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Pampa (Santa Fe)

versión On-line ISSN 2314-0208

Pampa  no.6 Santa Fe dic. 2010

 

ARTÍCULOS

Algunas precisiones sobre el concepto de población flotante en el ámbito del trabajo

 

Marta Panaia

Investigadora Principal CONICET, con asiento en el Instituto de Investigaciones Gino Germani de la Facultad de Ciencias Sociales - UBA J.E. Uriburu 950, 4508-3618 int. 124
E-mail: ptrabajo@cea.uba.ar

Fecha de recepción: 18 | 03 | 2010
Fecha de aceptación: 02 | 08 | 2010


RESUMEN

El nuevo orden internacional generado por la globalización y la crisis del Estado-nación produce configuraciones que redefinen permanentemente los límites de la soberanía, la autoridad, el trabajo y el territorio. Por esta razón es frecuente que surjan conceptos y categorías analíticas que tratan de mostrar esta nueva naturaleza compleja y móvil en términos de estructura, de proceso, de agentes y de actores. Este tipo de concepto suele aparecer con frecuencia cuando se trata de temas de frontera disciplinar o temas como Beck llamaría de “espacios sociales transnacionales”, es decir el espacio político, económico y social expandido o transnacional en el cual se está definiendo el destino de sociedades o comunidades. Así aparecen conceptos fuertemente polisémicos o nuevos, producto más de la imprecisión y de la falta de un proceso previo de construcción, que no tienen una estructura compleja sino confusa. En este trabajo, nos proponemos lograr algunas precisiones sobre el concepto de “poblaciones flotantes” surgido en los corredores interdisciplinarios de la sociología, la antropología, la arquitectura y la política, pero con muchos márgenes de ambigüedad o por lo menos de usos múltiples.

Palabras clave: Trabajo; Territorio; Población flotante; Interdisciplina.

SUMMARY

The new international order, generated by globalization and the crisis of nation-state produces configurations that permanently redefine the limits of sovereignty, authority, work and territory. For this reason often arise concepts and analytical categories that attempt to show this new mobile and complex nature in terms of structure, process, agents and actors. This kind of concept usually appears frequently when it comes to issues of border issues such as discipline or Beck would call “transnational social spaces”, ie the political, economic and social transnational expanded or which are defining the fate of societies or communities. So concepts are highly polysemous or new product over the vagueness and lack of a prior process of construction, not to have a complex structure but confused. In this paper, we propose to make some clarifications on the concept of “floating population” emerged in the corridors interdisciplinary sociology, anthropology, architecture and politics, but many margins of ambiguity or at least multiple uses.

Key words: Territory; Work; Floating population; Interdisciplinarity.


 

1. Introducción

El nuevo orden internacional generado por la globalización y la crisis del Estado-nación produce configuraciones que redefinen permanentemente los límites de la soberanía, la autoridad, el trabajo y el territorio. Por esta razón es frecuente que surjan conceptos y categorías analíticas que tratan de mostrar esta nueva naturaleza compleja y móvil en términos de estructura, de proceso, de agentes y de actores. Este tipo de concepto suele aparecer con frecuencia cuando se trata de temas de frontera disciplinar o temas como Beck llamaría de “espacios sociales transnacionales”, es decir el espacio político, económico y social expandido o transnacional en el cual se está definiendo el destino de sociedades o comunidades.1
Así aparecen conceptos fuertemente polisémicos o nuevos, producto más de la imprecisión y de la falta de un proceso previo de construcción, que no tienen una estructura compleja sino confusa. En este trabajo, nos proponemos lograr algunas precisiones sobre el concepto de “poblaciones flotantes” surgido en los corredores interdisciplinarios de la sociología, la antropología, la arquitectura y la política, pero con muchos márgenes de ambigüedad o por lo menos de usos múltiples. Se llama generalmente poblaciones flotantes a aquellas que tienen una alta movilidad geográfica, como son los estudiantes universitarios, las comunidades foráneas, los turistas, los participantes de grandes eventos de masas (procesiones, ferias, grandes espectáculos deportivos o musicales), los usuarios de transportes urbanos de gran escala, etc. Sin embargo, si bien ellas parecen no asentarse nunca, generan una demanda de puestos de trabajo, que mantiene en común con la demanda que las genera, su característica de flotante. La falta de estudios específicos sobre este tema, y sobre todo la falta de metodologías sistemáticas para estudiarlas, plantea la necesidad de hacer algunas precisiones conceptuales sobre estas poblaciones diferenciándolas de las poblaciones de trabajadores que atienden a las poblaciones flotantes, que también pueden ser caracterizadas como flotantes, sus destinos y sobre las formas de medición más adecuadas para captarlas.
El enfoque más frecuente de la definición y el estudio de estas poblaciones, surge de los estudios urbanos y las nuevas transformaciones de la ciudad frente a los fenómenos de la urbanización, las migraciones-campo ciudad, la metropolización con la generación de grandes poblaciones marginales no incorporadas a los servicios urbanos y a la posesión de una vivienda digna y, últimamente también se aplica a la población que como conse
cuencia de la globalización y la incorporación de la informática genera cambios en los tipos de población que comparten transitoriamente la ciudad durante algunas horas, sin residir en ella. Autores como Borja y Castells (1998) señalan que la nueva economía mundial y la intensificación del fenómeno migratorio tanto rural-urbano como internacional han generado una nueva categoría de población flotante que se desplaza con los flujos económicos y según la permisividad de las instituciones, en busca de supervivencia, con temporalidades y especialidades variables según los países y las circunstancias.2
A pesar de su origen asiático, este fenómeno se generaliza a tal punto que deja de tener una característica campo-ciudad o específicamente regional y pasa a caracterizar “la trama de relaciones que se establecen entre el dinamismo de las grandes ciudades y los flujos de población que se localizan en distintos momentos, en distintos tiempos y con distintas intensidades, según los ritmos de articulación entre la economía global y la economía local”.3
El incremento de la modernidad y el aumento del turismo masivo proveyeron interesantes estudios desde otro ángulo, como puede ser la importancia de las poblaciones visitantes de turistas en las grandes ciudades, que utilizan la ciudad y residen en ellas por días u horas, pero demandan sus servicios y generan puestos de trabajo bajo la expectativa de las visitas futuras.4 La organización social de la movilidad entre regiones, la sociología del viaje y de las nuevas zonas públicas como aeropuertos, estaciones, estadios, etc. tiene todavía mucho para aportar sobre estas poblaciones que comparten momentos circunstanciales, pero que organizan y eligen hacerlo y a lo mejor nunca más se volverán a encontrar. En sus planteos sobre el turismo Lash y Urry5 señalan que la sociedad moderna es una sociedad móvil. Esta movilidad es responsable del cambio que las personas perciben en el mundo y que modifica su subjetividad y su sociabilidad y adquieren una mayor posibilidad de reflexionar sobre su existencia. Ellos llaman a esta capacidad “modernidad reflexiva”.

Estos autores muestran cómo, cuando se organiza el sistema turístico, los lugares se identifican no por su población permanente, sino por sus visitantes y por el interés que genera en muchos visitantes acceder a él. La cuestión es que este turismo organizado, estos programas organizados del ocio, requerían de una legión de trabajadores de estación para planificar y atender a los cada vez más numerosos viajeros. Logros como las vacaciones pagas, la concentración de las vacaciones en determinados meses, significaron un importante avance para el turismo masivo y generaron un tipo de trabajador estacional para servir a la demanda de servicios que el turismo genera.
Es evidente, que los enfoques desde los estudios urbanos, destacaron las definiciones de población flotante que tenían que ver con la ocupación transitoria de la ciudad y con los espacios ocupados por multitudes, pero por cortos períodos y repensaron sus efectos desde el espacio y la infraestructura o el equipamiento necesario para poder dar esos servicios. Otra de las visiones espaciales que resaltaron fueron las que tenían que ver con poblaciones que crecían más allá de las posibilidades de sus territorios. Ejemplos de estas son las que viven en espacios ganados al agua, como las poblaciones que viven en embarcaciones en Japón y constituyen, de alguna manera una continuidad con el territorio, y a las poblaciones que viven en las embarcaciones porque carecen de otras posibilidades de viviendas6 y también se incluye aquí las ciudades flotantes de transatlánticos que hacen largos recorridos por el mar con miles de turistas y miles de trabajadores a bordo, que viven embarcados una gran cantidad de días al año. Por extensión, también se llama poblaciones flotantes a aquellas poblaciones de ciudades de grandes rascacielos o espacios ganados al cielo, que viven más allá del piso 20 y que suelen tener la característica de resolver casi todos sus problemas cotidianos en especies de ciudades o centros comerciales que se encuentran a esa altura ya que descender a tierra significa un tiempo con el que a veces no cuentan.7
Desde una preocupación más arquitectónica, ciudades como Shangai, Hong Kong, Dubai o Tokio son las que tienen un mayor porcentaje de población flotante, porque hoy en día son las que han crecido más en altura. Sin embargo las primeras construcciones que anunciaron el crecimiento vertical fueron los altos edificios de Manhattan, Chicago, Los Ángeles, Toronto, Montreal y luego México, San Pablo, Monterrey, Guadalajara. También en la India, Calcuta y Bombay.8
También los arquitectos urbanistas aportan desde la visión física de las “Ciudades satélites”, la idea de poblaciones flotantes que reflejan formas de vida de la sociedad contemporánea como las que muestran las ciudades chinas del Delta del Río de las Perlas, zona que abarca una extensa área urbana con autopistas, puentes aeropuertos, semejante a la descripción que hace Rem Koolhaas de la ciudad de Shenzhen a la que describe como un “gran parásito” construido con poblaciones flotantes, ciudades fantasma desconectadas de las redes de freeways y complejos industriales abandonados. Pero también se pueden aplicar a las ciudades satélites de México o San Pablo y muchas otras. Son generalmente, ciudades dormitorio, de servicios o funcionales a otras de gran movilidad y crecimiento, pero que no tienen una población asentada o fija. Esta situación de desconexión –o conexión momentánea– que adoptan ciertas zonas urbanas y sus poblaciones satélites con los núcleos urbanos mejor provistos de servicios y de actividad permiten establecer la analogía que construye Nicole Franchy9 entre estos modelos urbanos y los patrones de clasificación de los circuitos electrónicos. Justamente Patrón 3.15 H9 es una instalación interactiva basada en una mirada distópica de la sociedad contemporánea desde la forma técnica de los circuitos electrónicos, que es la analogía que usa esta autora para graficar la situación de fragmentación, pero también de conexión intermitente.
Este patrón de zonas conectadas y zonas desconectadas parece ser el mapa más frecuente de las ciudades que tienen una porción importante de población flotante. Este mapa si se pudiera llevar a imágenes de video o digitales puede mostrar una red traslúcida, similar a un organismo vivo que deja ver el funcionamiento de sus órganos. Entonces se podría observar por juegos de imágenes animadas de video, que completando las secuencias, se observa el resultado que daría terminar autopistas y relacionar partes de la ciudad que se mantienen desconectadas. Se ven las consecuencias de suprimir conexiones y se enfatizan las fragmentaciones que se producen para el sujeto que habita y produce en esos espacios. Tanto los espacios como los individuos quedan convertidos en entidades conectadas temporalmente a distintas situaciones de las que dependen para adaptarse a las demandas de la sociedad.10 Esta situación de conexión temporal o de desconexión temporal, es lo que caracteriza finalmente a las poblaciones flotantes. Especialmente para las poblaciones flotantes de trabajadores, del turismo, de la construcción, de la educación, de la atención de la salud, los trabajadores estudiantiles, que realizan pequeños trabajos para ayudar en sus estudios, etc, el quedar desconectados significa tener que migrar para volver a conectarse o suspender sus posibilidades de sobrevivencia.
Desde un enfoque más vinculado a la Antropología Urbana, estas poblaciones también generaron una serie de definiciones que aumentaron su polisemia, al llamar “poblaciones flotantes” a los más de 50 millones de personas que han sido obligadas a abandonar su país o desplazarse de sus casas por los conflictos bélicos y que viven en campamentos en carácter de “refugiados” de los cuales más de 25 millones son me
nores de 18 años. Si se suma a ellos otros 25 millones de personas que según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas, se trasladan por los mismos motivos, pero por diversas razones no logran el estatus de refugiados, las dimensiones de “población flotante”, que se inserta en países limítrofes o en países que aceptan refugiados es muy grande y no existen para ellos ni seguridad ni fecha de retorno a sus hogares. No obstante, el país de acogida tiene que disponer de una cantidad importante de voluntarios internacionales o de trabajadores sociales y comunitarios que se ocupen de su atención y que se mantendrán trabajando en la zona hasta tanto se resuelva la situación de los refugiados. Estos trabajadores también son “población flotante trabajadora”, de altísima movilidad y múltiples orígenes, financiadas por distintas Fundaciones internacionales y los gobiernos de los países de acogida. Desde esta visión más antropológica está la población que se traslada azotada por desastres naturales, no está lejos de estas proporciones. Según el informe de Naciones Unidas11 los terremotos, ciclones tropicales, inundaciones y sequías pueden afectar el 75% de la población mundial y la concentración de poblaciones en grandes ciudades, aumenta los riesgos. Son muy pocos los que pueden volver a sus lugares de origen, generalmente destruidos y quedan a merced del asistencialismo público e internacional. Según las evaluaciones de las Naciones Unidas esta “población flotante”, también irá en aumento. Igual que en el caso anterior son los organismos de ayuda internacional y los gobiernos que acogen a estas poblaciones, los que tienen que disponer de recursos y trabajadores que se hagan cargo de su atención hasta que se vaya resolviendo cada una de las situaciones, que a veces duran años en encontrar una salida. Esas “poblaciones flotantes de trabajadores” tienen una alta dependencia de la distribución de personal que hagan las organizaciones humanitarias y de la propia evolución del fenómeno que se trate.12

2. Los problemas de la medición

Como se hace evidente por nuestras especificaciones, las intersecciones interdisciplinarias que utilizan el mismo concepto como las relacionadas con el hábitat, el transporte, las religiones o las migraciones, generan bordes confusos a la hora de construir indicadores sociales para la captación del trabajo y por último, el concepto de trabajo que se utiliza para describir el tipo de tarea que estas poblaciones realizan, también requiere de algunas precisiones para su medición y análisis.
Ya desde el enfoque urbano, Borja y Castells13 señalan que los principales problemas que ocasiona la población flotante en la gestión urbana son:

1. La población flotante genera una presión sobre los servicios urbanos mayor de lo que la ciudad puede asumir, si no recibe apoyo externo de la Administración Central, en función de la población real que debe asistir, y del uso efectivo que se realiza sobre su infraestructura.
2. La falta de una contabilidad estadística adecuada de esta población flotante, así como la irregularidad de sus flujos impiden una planificación adecuada de la gestión de los servicios urbanos que se requieren.
3. Se crea una distorsión entre las personas presentes en la ciudad y la cantidad necesaria de gente para la gestión de la ciudad y sus problemas.

Esto puede tener impactos negativos –según estos autores14– tanto para las poblaciones flotantes que durante su tránsito por la ciudad carecen de derechos, como para los residentes que ven rota la solidaridad de la ciudadanía por la existencia de diferencias de estatus jurídico y de pertenencia comunitaria en el seno de la población real de la ciudad. De esta manera el desarrollo de poblaciones flotantes, directamente relacionadas con la globalización de los flujos económicos y de la comunicación, constituye una nueva realidad urbana para la que todavía no existe respuesta en las ciudades. Si bien estos autores señalan que es un problema irresuelto, lo marcan para la gestión de la ciudad, no para la medición de los trabajadores y en nuestro criterio las formas de resolverlos son diferentes, porque si bien la población flotante de trabajadores, también tiene una conexión transitoria con la ciudad, como ya quedó planteado, no necesariamente la tiene con sus empleadores o los organismos que controlan estos puestos de trabajo, o más ampliamente con los demandantes de sus perfiles de empleo. Además son en general, personal que tiene un alto grado de calificación o por lo menos una calificación específica u oficio demandada por su perfil, esto es frecuente en turismo por ejemplo, deben conocer ciertos códigos informáticos, o manejar el oficio y éstos son similares en casi todas las ciudades que pueden demandarlos, por lo tanto se genera como una demanda uniforme, en ciudades que son distantes e incluso de otros países lo que posibilita una estabilidad en la demanda de distinto nivel que la demanda local de trabajo. Esto es muy frecuente en el Turismo, donde las poblaciones de trabajadores flotantes se trasladan permanentemente de ciudad en ciudad, para realizar las mismas actividades o similares, ya sea dentro de una misma cadena de hoteles o restaurantes o en actividades independientes, pero similares entre una ciudad y otra.15
Ocurre también con los becarios o estudiantes en situación de movilidad, que tienen perfiles comunes, generalmente conocimientos muy especializados e instituciones de referencia, sin embargo su situación en la ciudad como trabajadores es sumamente inestable. Aun dentro de un mismo territorio nacional, algo similar ocurre con los estudiantes universitarios que cada año vuelven a su provincia cuando terminan las clases, pero que vuelven a reencontrar pequeños trabajos en las ciudades universitarias donde estudian, porque poseen ciertas capacidades y conocimientos calificados, que les aseguran la demanda y que podrían encontrar en cualquier otra ciudad universitaria del mundo.16
También en los trabajadores de la construcción se suelen encontrar este tipo de similitudes en la demanda, por eso es un trabajador con mucha movilidad territorial y se traslada donde la demanda lo exige, para asegurarse las fuentes de empleo. Generalmente se observa en la construcción de grandes obras de ingeniería que se instalan obradores importantes durante uno, dos o tres años, mientras dura la obra y luego quedan abandonados o sólo quedan viviendas para mantenimiento de las obras terminadas.17 En este tipo de actividad turística, estudiantil, constructiva se suelen conformar ciudades que tienen una construcción dual: una que se denomina “ciudad efímera18, que es la ciudad preparada para el turista, el estudiante, el obrador y que comprende las playas, la infraestructura turística, los barrios y los centros comerciales, los hoteles, la gran obra, las universidades, las residencias universitarias. Es allí donde se concentran las inversiones públicas y privadas en desmedro de la otra ciudad, la “ciudad cotidiana19. Esta última que concentra la población permanente se distancia de los sectores móviles y de la percepción de estos visitantes quedándose con la desinversión, la degradación y la marginalización de los beneficios de la economía que traen estas poblaciones demandantes de servicios y de usos de alta gama. A partir de algunos trabajos de campo sobre poblaciones flotantes de trabajadores del turismo y estudiantes universitarios, en distintas regiones del país, es que intentamos sistematizar nuestras observaciones de algunos fenómenos concomitantes con el aumento de la movilidad de poblaciones trabajadoras, que si bien se pueden considerar flotantes tienen algunas características diferenciadas a la hora de recolectar sus datos y precisar sus dimensiones a partir de sus definiciones y, al mismo tiempo, señalamos algunas deficiencias y particularidades de los mecanismos de medición.20
Para llamar la atención sobre estas diferencias es importante señalar que si bien tienen las mismas características flotantes de las poblaciones a las que atienden, y deben ser captadas por métodos rápidos de evaluación21 por la velocidad del fenómeno, al mismo tiempo cuentan con la posibilidad de contraponer esos registros de relevamiento primario con fuentes secundarias como son los registros universitarios, los puestos de los hoteles y agencias, las obras en construcción, es decir otros sistemas de datos que permiten hacer un control alternativo sobre las dimensiones de esa población trabajadora flotante, con mayores precisiones de captación, que por lo menos permiten la confrontación de fuentes y la construcción de matrices. Los componentes básicos de estas captaciones se basan en al análisis previo de datos secundarios existentes: número de plazas y cantidad de hoteles, cantidad de paquebotes que amarran por mes, cantidad de turistas, cantidad de estudiantes de las universidades que estudian y trabajan, cantidad de obras en construcción y composición técnica de la mano de obra empleada, tiempo de obra, etc., y datos primarios recogidos específicamente en la comunidad, localidad o grupo del que se trate: por ej. la obra, el hotel, la ciudad, la universidad, etc.
Los datos secundarios, en general, permiten una ubicación rápida de los nudos problemáticos que el investigador deberá trabajar cuando se acerque directamente a la comunidad, seleccionando ya de antemano, cuáles se pueden resolver por los datos secundarios y cuáles deben ser chequeados en el trabajo de campo. No obstante, cabe señalar que a la hora de usar estos registros secundarios –en general llevados adelante por la estadística oficial, municipal, provincial o nacional–, se encuentran serios déficits de continuidad, de registro, de veracidad, de riqueza del dato y de comparabilidad entre las distintas ciudades y provincias del país, de manera que toda la referencia que el dato secundario puede proveer para mejorar las matrices desde las cuales se construyen los datos de la evaluación rápida, que siempre son menos confiables, se pierden porque los datos de referencia también son poco confiables. Luego, está la precisión de los datos obtenidos en campo –muy valiosos por su calidad y por el contacto directo que significan con la problemática bajo estudio–, deben ser confrontados con las características culturales de la zona, la aplicación de medidas específicas de la región y los conflictos latentes que son los que pueden explicar los hechos con mayor precisión.
La realización de operativos de medición de las poblaciones es siempre muy costosa, pero de gran utilidad en la construcción de políticas públicas, más aún cuando para éstas significa contar con elementos para las contrataciones, los presupuestos, los deterioros y las nuevas necesidades de esta población.

Notas

1 Beck, U. 1998.

2 Estos investigadores sitúan el origen de este concepto en la población flotante china que se genera con la liberalización de la economía, de la década de los ochenta, con la que se convirtió en disfuncional el sistema “hukou” que clasificaba los habitantes en base a su residencia y estaba atado al sistema de abastecimiento, con lo cual se reducía al mínimo la movilidad de la población porque significaba muchos trámites administrativos cambiar de residencia. Cuando la inmovilidad poblacional se convirtió en disfuncional para el sistema, el gobierno chino levanta las trabas o las flexibiliza generando enormes masa de población flotante que migra sobre todo a las ciudades que tienen apertura de mercado, que a pesar de su dinamismo no pudieron absorber esa gran cantidad de movilizados para darles trabajo y vivienda, con lo cual se convierten en nómades permanentes entre sus lugares de origen y estas ciudades llegando a cifras que superaban el millón y medio o dos de habitantes transitorios de las ciudades con mayor actividad económica como Shangai, Guandong y Pudong, en la década de los 1990;a esto había que agregar el millón y medio o dos millones de turistas que ingresaban y salían de la ciudad por negocios o por diversión y que convertían a la población flotante en un porcentaje cada vez más considerable de los usuarios de estas grandes ciudades. (Cf. Borja y Castells,1998).

3 Borja y Catells, 1998.

4 Martinotti, G. 1993.

5 Lash y Urry, 1998

6 Cf. No tomamos aquí en cuenta las ciudades flotantes y ecológicas que ya presentan varios proyectos concretos para enfrentar el cambio climático, para superar las situaciones de inundaciones y la conquista de nuevos planetas. Ver Proyecto Lilypad de Vincent Callebaut y otros.

7 Cf. González, S., 2008

8 Cf. Legorrita,V.; citado por González, S. 2008

9 Cf. Franchy, Nicole, 2005.

10 Cf. Zegarra, M., 2008.

11 Cf. UN, 2004.

12 Bertot et Jacob, 1991

13 Borja y Castells, 2008.

14 Ib, ídem, 2008.

15 Cf. Panaia, 2009. 

16 Cf. Panaia, 2009.

17 Cf. Panaia, 2004.

18 Montovani, 2004.

19 Montovani, 2004.

20 Un estudio aparte implica repensar las posibilidades de ascenso laboral y perfeccionamiento en el trabajo de estas poblaciones flotantes trabajadoras, que excede los límites de este trabajo.

21 LLanes Briceño, J., 2003.

Bibliografía

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