SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
 número7Actores y procesos de electrificación: Espacio rural y pequeñas localidades de TandilDéficit de trabajo decente en Gran Paraná y Concordia (Entre Ríos) 2004-2010 índice de autoresíndice de materiabúsqueda de artículos
Home Pagelista alfabética de revistas  

Servicios Personalizados

Revista

Articulo

Indicadores

  • No hay articulos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • No hay articulos similaresSimilares en SciELO

Compartir


Pampa (Santa Fe)

versión On-line ISSN 2314-0208

Pampa  no.7 Santa Fe nov. 2011

 

ARTÍCULOS

MERCOSUR Cultural

 

Julieta Viva

Universidad Nacional de Rosario
E-mail: julietaviva@yahoo.com.ar

Fecha de recepción: 15 | 03 | 2010
Fecha de aceptación: 27 | 03 | 2011


RESUMEN

La investigación tiene como objetivo demostrar la importancia que posee la dimensión cultural en los procesos de integración y analizar la incidencia de esta dimensión en el MERCOSUR, especialmente tras el establecimiento del MERCOSUR Cultural, en 1995. El trabajo consta de tres partes. En la primera se define la integración cultural y se explica su influencia sobre los procesos de integración de lógica economicista como el MERCOSUR. En la segunda parte se analiza el patrimonio cultural común de los países miembros, para luego identificar las diferencias existentes, intentando de esta manera describir la consigna de Unidad en la Diversidad. Finalmente, se alude al proceso de institucionalización del MERCOSUR Cultural, su conformación, las reuniones especializadas, su mecanismo de funcionamiento y, fundamentalmente, sus avances y retrocesos desde su establecimiento hasta la actualidad.

Palabras clave: Procesos de integración; MERCOSUR Cultura; Unidad en la diversidad.

SUMMARY

The aim of this investigation is to show the importance of the cultural dimension on integrations processes and to analyze the incidence of this dimension on MERCOSUR process, especially since the foundation of MERCOSUR Cultural, in 1995. This study is organized in three seccions. The first one defines the concept of cultural integration and its influence on integration processes that have an economical logic, such as MERCOSUR. On the second part, the cultural inheritance of the member countries is analyzed with the aim of identifying the actual differences, so as to describe the concept of unity in diversity. Finally, the process that lead to institutionalize MERCOSUR Cultural is described, and also its specialized meetings, the way it works and, especially its progress and setbacks from its creation up to the present.

Key words: Integrations processes; MERCOSUR Cultural; Unity in diversity.


 

1. Introducción

El MERCOSUR Cultural es una visión de la integración que intenta superar los márgenes estrictamente económicos para pasar a considerar los aspectos culturales de los países del Mercado Común del Sur y trabajar conjuntamente para el fomento y la difusión de la prolífera producción cultural que existe en el área. Este trabajo tiene como objetivo principal analizar la importancia de la cultura en los procesos de integración. Se buscará describir y analizar los lazos culturales que identifican a los países del MERCOSUR a partir de los cuales se puede inferir una identidad cultural común. Cumplido este objetivo, se intentará describir y analizar el proceso de institucionalización que lleva a la conformación del MERCOSUR Cultural (las reuniones especializadas, reuniones de ministros, protocolos, etc.).
En aras de alcanzar estos objetivos, el trabajo será dividido en tres partes. La primera hará referencia a la importancia que tiene la dimensión cultural en la integración. Luego se analizarán los orígenes históricos compartidos por los países miembros. Se hará referencia a los pensamientos de varios autores en relación con la conformación de la identidad cultural y del patrimonio histórico común. Finalmente, se explicará la institucionalización del MERCOSUR Cultural partiendo de las reuniones especializadas, y se analizarán los logros y deficiencias del Protocolo de Integración Cultural del MERCOSUR, firmado el 17 de diciembre de 1995, en Fortaleza (Brasil).

2. La importancia de la dimensión cultural en la integración

El MERCOSUR constituye un intento de conformar un mercado regional como respuesta de los países partes para poder enfrentar los efectos desfavorables que la globalización tiene sobre ellos. Por lo tanto, es un acuerdo que responde principalmente a una lógica economicista. Siguiendo el pensamiento de Gregorio Recondo (1997), es posible observar una falencia en el tratado constitutivo del MERCOSUR: en él no se realiza ninguna mención expresa a la cultura. Esta falencia es grave ya que la cultura es la única instancia capaz de articular cualquier unión perdurable entre los pueblos, es un requisito previo y debe ser el fundamento de todo proceso de integración, porque es el principal elemento cohesionante. Carlos Moneta (2002) plantea que si la visión predominante respecto de la integración queda limitada a los parámetros económicos, muy probablemente conduzca a un modelo de integración funcional al propuesto por el actor hegemónico, dejando de lado los valores de la sociedad latinoamericana.
En este sentido, Salvador Cabral (1995) indica que la tarea de lograr un bloque cultural moderno y poderoso requiere la redefinición cultural de los latinoamericanos porque no podrá haber integración política de ningún tipo si no hay una racionalidad sobre el conjunto histórico que quiere integrarse. Pero es de suma importancia tener en cuenta que la cultura no es integrable en los términos estrictos del concepto. Es decir, la integración cultural no es posible en la medida en que las culturas son creaciones surgidas de la libertad de los pueblos. La integración cultural no es integración de la cultura, sino un proceso de integración por vía de la cultura. Es decir, no se intenta la unificación de la cultura. Con relación a lo expuesto, es pertinente adoptar la idea de “unidad en la diversidad” que plantea Recondo. Se trata de una integración que partiría del reconocimiento de las diferencias y busca construir respetando la diversidad cultural.
Finalmente, debe considerarse que el proceso de integración cultural no es un fenómeno inducido por acuerdos y acciones de las cúpulas dirigentes. Debe construirse desde abajo, lo que implica una concientización de los ciudadanos de los países que integran el MERCOSUR. Es necesaria la existencia de una dinámica tendiente a intercomunicar las distintas expresiones de la cultura latinoamericana.

3. El patrimonio cultural común del MERCOSUR

3.1. Identidad histórico–cultural iberoamericana1
Siguiendo con el pensamiento de Daniel Vidart (1997), la civilización puede ser entendida como abarcadora de una serie de culturas que tienen rasgos familiares. Es decir, existen civilizaciones que están emparentadas y comparten rasgos y pautas que le confieren características distintivas y no intercambiables. Estas civilizaciones (africanas, orientales, americanas y oceánicas) mantienen sus peculiaridades a lo largo del tiempo. En el caso que nos ocupa, puede hablarse de una civilización atlántica sudamericana integrada por las culturas y subculturas correspondientes a las diferentes etnias y pueblos existentes en estos países.
En este sentido, Salvador Cabral (1995) señala que América Latina se forma del devenir de tres elementos fundamentales: la cultura ibérica, la América Indiana y la presencia del negro africano. Respecto de lo ibérico es importante resaltar que los hombres llegados de la Metrópoli traían consigo una simbiosis de etnias dispersas (moros, judíos, castellanos viejos, vascos,
galaicos portugueses, etc.). Al desembarcar en América produjeron un lógico desequilibrio del orden preexistente. Este desequilibrio va a estar dado por la introducción de nuevas creencias, una nueva lengua y nuevos valores, lo cual va a trascender también hacia el plano biológico a través del mestizaje. Además, introdujeron sus conquistas técnicas, como la rueda, el arado, el caballo, las cuales modificaron (una vez asimiladas) las costumbres y el modo de vida de la América Indiana. Sin oponerse a esta idea, Octavio Paz (1983) sostiene que si bien los latinoamericanos hablamos español o portugués, somos o hemos sido cristianos; nuestras costumbres, historia, artes y literatura descienden de las de España y Portugal, no somos una prolongación ultramarina de Europa debido a que existen numerosas y decisivas diferencias. Entre ellas, Paz menciona el fuerte elemento indígena y los núcleos africanos. En el mundo selvático, del Amazonas al Río de la Plata, se encuentran los guaraníes (tupí guaraní o arawak) que son la raíz vernácula común de los países integrantes del MERCOSUR. Al no haber rastros de monumentos grandes (como los aztecas) ni de documentos escritos, no suele tenerse en cuenta la rica tradición oral y mitológica que el período preibérico nos ha legado. Asimismo, el componente africano aporta otro elemento a la simbiosis cultural que forma Latinoamérica. Según Paz, la influencia de las poblaciones negras se ha desplegado en dirección opuesta, ya que mientras la de los indígenas tiende al dominio de las pasiones y cultiva la reserva y la interioridad, la de los negros exalta los valores orgiásticos y corporales.
En el caso de los países integrantes del MERCOSUR, un importante elemento en la conjunción cultural estuvo dado por las Misiones Jesuitas. Cuando los jesuitas llegaron a América del Sur los guaraníes no se encontraban en Estado de naturaleza, sino que se trataba de una etnia con asentamientos físicos, con organización, leyes y costumbres. Los jesuitas se encontraron además con el idioma guaraní (considerado por muchos autores como uno de los más evolucionados) y lo utilizaron para poder comunicarse y trasmitir valores, para poder encontrar el sentido a los actos de los indígenas, etc. Los jesuitas estudiaron, estructuraron y difundieron el idioma, pero, fundamentalmente, lo respetaron como medio de comunicación cotidiano y lo institucionalizaron como el idioma general de las Misiones Jesuíticas. Este hecho es de suma importancia desde el punto de vista cultural, ya que respetar el idioma es respetar una visión del mundo y un sentido de la vida. También se respetó la traza de los pueblos como manera concreta de asentamiento de esa cultura y el cacicazgo como institución básica en la organización social guaranística. Sin lugar a dudas, en América se encontraron, chocaron y se cruzaron culturas profundamente diferentes. Se produjo un verdadero proceso de transculturación que reflejó un contacto recíproco de estas culturas.

3.2. Unidad en la diversidad
Tal como expresa Helio Jaguaribe, América Latina presenta un alto grado de unidad cultural, producto de su colonización ibérica, donde las diferencias entre la colonización portuguesa y la española no resultarán tan significativas si se la compara con el resto del mundo. Esta homogeneidad cultural fue producto también del fuerte exterminio de las poblaciones indígenas desde la colonización en adelante. Sin embargo, varios Estados están constituidos por una importante población indígena; en el caso del MERCOSUR es claro el predominio indígena del Paraguay. Sumado a esto, nos encontramos, como se mencionó anteriormente, con una fuerte presencia de la cultura africana en Brasil, y en el caso de Argentina y Uruguay, existe un alto predominio de lo ibérico. Estos componentes le impregnan al MERCOSUR de un tinte multicultural. De esta manera, aunque América Latina es percibida en el exterior como una entidad bastante homogénea,2 el tema de la autopercepción es mucho más complejo. En este sentido, Leopoldo Zea (1971) identifica dos temas recurrentes en la historia de América Latina: identidad e integración. Estos elementos pueden entenderse como dos conjunciones dentro de nuestra historia, el nacionalismo (la conciencia de la pertenencia a una nación) y el universalismo (la pertenencia a algo superador de las fronteras nacionales). Esta dicotomía podría convivir plenamente si existiese una conciencia de su existencia.
Las naciones de América Latina tienen la particularidad de ser sociedades multirraciales y policulturales. Sin embargo, el vínculo histórico permanece indestructible. Por lo tanto, es importante que la integración no implique la licuación de las diferencias sino una integración que se haga cargo de éstas. En el caso del proceso MERCOSUR es interesante remarcar que las nacionalidades tienen un papel protagónico, ya que en las mesas de diálogo y negociación los actores se definen en términos de nacionalidad. Es decir, la nacionalidad legitima la presencia, por lo tanto, se plantea la necesidad de producir un nuevo nosotros colectivo y de alcance regional. Pero no podemos establecer un principio de identidad sin, al mismo tiempo, establecer un principio de diferencia. Es decir, que primero deben identificarse para luego integrarse y definirse en una nueva identidad colectiva que no es superadora de la nacional sino que es complementaria.

4. Institucionalización del MERCOSUR Cultural

El MERCOSUR, entendido como un sujeto colectivo, necesita entre otras medidas, para estructurarse como tal, una política cultural, es decir, un conjunto de principios teóricos y operativos que orienten sus acciones. Según la UNESCO, el Estado es la institución genuina para implementar dichas políticas, pero de ninguna manera la única. También las instituciones privadas y las organizaciones populares pueden trazar políticas que coadyuven a la integración cultural del MERCOSUR.3
En la Reunión del MERCOSUR que tuvo lugar en Brasilia en 1992, se creó la reunión especializada sobre cultura. Estas reuniones responderían al objetivo de “promover la difusión de la cultura de los Estados partes, estimulando el conocimiento mutuo de valores y tradiciones, tanto por medio de emprendimientos conjuntos como mediante actividades culturales regionales.”4 Sin embargo, esta reunión no fue convocada hasta marzo de 1995, demora que es explicada por Gregorio Recondo (1995) en razón de la infravaloración de la cultura de parte de las autoridades gubernamentales. Cabe mencionar que ninguno de los subgrupos de trabajo creados por el MERCOSUR se ha hecho cargo de los problemas de la cultura. Esto, en opinión de Adolfo Columbres,5 no es casual ya que cultura es conciencia y defensa de la identidad y al mercado eso no le gusta, pues obstaculiza la penetración de los productos de consumo. Uno de los resultados de esta primera Reunión Especializada de Ministros o responsables en el área de Cultura fue la constitución de siete comisiones técnicas: legislación; patrimonio; industrias culturales; Red de información cultural; capacitación cultural y relaciones externas.
La segunda Reunión Especializada del MERCOSUR tuvo lugar en Asunción (Paraguay) entre julio y octubre de 1995. Una de las principales resoluciones que emanaron de esta reunión fue la de sustituir las Reuniones Especializadas por la creación de una Reunión de Ministros y Responsables de Cultura como Foro negociador de alto nivel.6
La primera Reunión de Ministros de Cultura se realizó en Canela (Río Grande del Sur, Brasil) en febrero de 1996. A nuestro criterio, el principal resultado de esta reunión fue la aprobación del Protocolo de Integración Cultural del MERCOSUR.

4.1. Protocolo de Integración Cultural del MERCOSUR
Este protocolo establece los principios y orientaciones que son las líneas directrices de las acciones en lo que se denomina “MERCOSUR Cultural”. En el articulado del Protocolo es posible advertir una visión de preservación y conservación de la cultura y un enfoque de integración basado en los bienes e instituciones culturales tradicionales (la arquitectura, el libro, la música, las artes plásticas, los museos, etc.). Una de las carencias fundamentales de la concepción que se plantea en el Protocolo es su carácter “esencialista” en los procesos de reconocimiento e identificación de los conjuntos sociales sobre bases culturales, étnicas, nacionales, etc. En este sentido, aun cuando se promueve la investigación de temas históricos y culturales comunes, se dejan de lado cuestiones relevantes como, por ejemplo, la estructuración de las relaciones sociales, los imaginarios colectivos, las redefiniciones de las identidades locales y nacionales, los hábitos de consumo, las migraciones, los prejuicios y los estereotipos. Esta carencia se traduce en una renuncia a una concepción más global de la cultura que va acompañada por el riesgo de que las políticas culturales asuman un rasgo secundario.
La cuestión del patrimonio cultural también es abordada desde una concepción conservadora ya que se plantea una perspectiva de preservación y valoración de bienes simbólicos del pasado. El patrimonio es percibido de manera inamovible e invariable, que debe ser conservado como legado histórico y digno de homenaje. Ignora que existen diferentes formas de relacionarse con el patrimonio cultural. En este sentido, debe tenerse en cuenta que los bienes reunidos en la historia de una sociedad no pertenecen realmente a todos, aunque formalmente parezcan ser de todos y a su disposición. Los grupos sociales se apropian de maneras diferentes de la herencia cultural; aunque las escuelas y los museos estén abiertos a todos, esto no significa que todos puedan apropiarse de su aporte (García Canclini, 1989).
Por otra parte, el patrimonio visto desde una óptica conservadora posee una jerarquía. Esto es claramente ilustrado por García Canclini: “el arte vale más que las artesanías, la medicina científica más que la popular, la cultura escrita más que la transmitida oralmente”. Por lo tanto, las diferencias en la
formación del patrimonio exigen tener en cuenta que éste se constituye como un espacio de lucha material y simbólica entre las clases, las etnias y los grupos. Son los grupos dominantes los que definen qué bienes son los superiores y merecen ser conservados ya que disponen de los medios económicos y el poder como para imponerlo y perfeccionarlo.

4.2. Del Protocolo hasta la actualidad
Desde la firma del protocolo se han realizado numerosas reuniones de Ministros de Cultura. En todas ellas se ha mantenido una línea de continuidad temática que se expresa en las siguientes ideas programáticas : asumir la integración cultural desde la diversidad; entender a la cultura como uno de los ejes del desarrollo sustentable e integrar esta premisa a los programas de desarrollo económico y social; promover un proceso de elaboración de un cuerpo legislativo regional sobre la circulación de bienes y servicios culturales; establecer una política de difusión cultural orientada a lograr la presencia regional en los mercados internacionales. En este sentido, en 2003 se crea la RECAM (Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales) con el objetivo de “analizar, desarrollar e implementar mecanismos destinados a promover la complementación e integración de dichas industrias en la región, la armonización de políticas públicas del sector, la promoción de la libre circulación de bienes y servicios cinematográficos en la región y la armonización de los aspectos legislativos”.7 Este órgano consultor ha tenido un trabajo muy importante en la promoción de la integración de la industria audiovisual en el MERCOSUR; tal es así, que es el área en la que ha habido mayores avances en los últimos años.8
La última reunión de Ministros de Cultura se realizó en Río de Janeiro, el 20 de noviembre de 2010. En la misma se ratificó la conformación del Fondo MERCOSUR Cultural, cuya función es la de financiar programas y proyectos para fomentar “la creación, circulación, promoción, protección y difusión de los bienes, servicios y de la diversidad de las expresiones culturales que contribuyan al fortalecimiento del proceso de integración del MERCOSUR”.9 Además se aprobó la instalación definitiva de la Secretaría Técnica del MERCOSUR Cultural en Argentina.
Otro aspecto abordado en las reuniones ha sido el de definir y establecer las bases para un proyecto de seguridad social de los artistas y trabajadores de la cultura, quienes históricamente han estado desprovistos de normas y leyes que protejan rigurosamente su actividad y que les permitan contar con una seguridad social digna. Sin embargo, se presentan dificultades en dos sentidos: en primer lugar, los Estados poseen una legislación e instituciones culturales diferentes, lo cual entorpece la firma de convenios; en segundo término, no todos los Estados partes y asociados ubican los temas culturales en el mismo grado de prioridad de su agenda y, consecuentemente, en el porcentaje que asignan en el presupuesto destinado a la cultura.

5. Conclusión

A modo de conclusión, quisiéramos, en primer lugar, esbozar la reflexión de Manuel Garretón (2002), con relación a la construcción de la polis en América Latina. Este autor advierte que se está produciendo una ampliación de la polis, más allá de la comunidad nacional–estatal, en una doble dirección. Hacia abajo, en términos de un fortalecimiento del espacio local y, hacia arriba, en términos del espacio supraestatal–nacional, lo que en el caso del MERCOSUR significa la construcción y el fortalecimiento de la comunidad política latinoamericana, y la consolidación al mismo tiempo de los Estados nacionales y el Mercado Común.
En relación con lo expuesto, creemos que la cultura debe ser el núcleo en torno al cual se amplíe la polis, entendida como una comunidad societal que incluya e identifique a los ciudadanos. El MERCOSUR Cultural debe ser encarado desde dos aspectos que consideramos importantes y que son las líneas directrices de este trabajo: la identidad y la institucionalización. ¿Por qué? Porque de nada sirven las instituciones vacías pero tampoco sirven las identidades sin proyectos. No podemos negar el nexo histórico que une a los países partes del MERCOSUR, pero tampoco podemos negar las diferencias, los resquemores y las desconfianzas que históricamente han frustrado los acercamientos. Debido a esto, es necesario conocer a los sujetos que se intenta integrar y hacer partícipe a la Sociedad Civil en el proceso del MERCOSUR. Para lograr este objetivo es necesario el impulso tanto del Estado como de las asociaciones civiles y de los individuos, mediante una concientización de la relevancia que la integración tiene en todos los aspectos de la vida. También es importante que las políticas que se implementen se realicen a través de estrategias horizontales, las cuales deben tener en cuenta las factibilidades sociopolíticas y tecno–económicas de la gestión cultural, es decir, los recursos humanos, la legislación, la existencia de cooperación regional.
Por otra parte, creemos relevante tomar a la cultura desde otra perspectiva, no como una categoría restringida a las Bellas Artes o al entretenimiento, sino que es necesario ubicarla como un derecho humano inalienable, como una variable de desarrollo y un indicador de la calidad de vida. Finalmente, lo que se intenta plasmar a lo largo de este trabajo es que la integración cultural en el MERCOSUR debe tomar la forma de “Unidad en la Diversidad”, respetando las identidades nacionales pero a su vez construyendo una identidad común y formando un proyecto cultural a través del cual podamos relacionarnos con el mundo.

Notas

1 El término Iberoamérica e iberoamericano, que aparecen recurrentemente en este trabajo, hace alusión al conjunto de pueblos de América descubiertos y colonizados por España y Portugal.

2 Prueba de lo mencionado son los calificativos de “sudaca” con el cual los españoles designan a los sudamericanos y de “latinos” con el cual los norteamericanos califican a todo el resto de América.

3 Ejemplo de lo expuesto sería el Movimiento literario y cultural del Sudeste Sudamericano que integra el nordeste argentino, Paraguay, Uruguay y el Sur de Brasil. Este movimiento no pretende cubrir todo el territorio del MERCOSUR porque parte de una realidad cultural ya que el área comprendida por este movimiento la integración se da sobre la base de las afinidades que vienen de un proceso histórico–cultural (matriz guaranítica, misiones jesuíticas). De tal manera, se realiza un recorte del ámbito territorial del MERCOSUR realizado de acuerdo a la afinidad cultural y con fines operativos.

4 Esta información fue extraída de Marcelo Álvarez y Nicolás Reyes: “La Agenda de la Gestión Cultural en el MERCOSUR” en MERCOSUR. La dimensión cultural de la integración. Ciccus, Bs. As., 1997, pág. 157.

5 Colombres, Adolfo. “Hacia una política cultural de la integración en el ámbito del MERCOSUR” en MERCOSUR. La dimensión cultural de la integración. Pág. 127.

6 Ver: http://www.mercosur.org.uy/espanol/snor/normativa/decisiones/DEC295.HTM

7 MERCOSUR/GMC/RES. Nº49/03. En www.recam.org

8 Ver datos en “Cine en cifras”, www.recam.org

9 www.cultura.gov.ar

Bibliografía

1. Boldori, Rosa (2002). La identidad cultural del MERCOSUR. Buenos Aires, Ciudad Argentina.         [ Links ]

2. Cabral, Salvador. La revolución cultural del MERCOSUR. Buenos Aires, Ed. Del Mar Dulce.         [ Links ]

3. García Canclini, Néstor (1989). Culturas híbridas. México, Grijalbo.         [ Links ]

4. García Canclini, Néstor (coord.) (1996). Culturas en globalización. América Latina–Europa–Estados Unidos. Libre Comercio e Integración. Caracas.

5. Jameson, Frederic (1999). El giro cultural. Buenos Aires, Manantial.         [ Links ]

6. Moneta, Carlos (2002). Integración, política y mercado en la era global. Mercosur y el AlCA. Buenos Aires, Eduntref.         [ Links ]

7. Paz, Octavio (1983). Tiempo Nublado. México.         [ Links ]

8. Recondo, Gregorio (1997). Identidad, integración y creación cultural en América Latina. Buenos Aires, Ed. De Belgrano.         [ Links ]

9. Recondo, Gregorio (comp.) (1997). MERCOSUR. La dimensión cultural de la integración. Buenos Aires, Ciccus.         [ Links ]

10. Ribeiro, Darcy (1971). Fronteras indígenas de la civilización. México.         [ Links ]

11. Smith, Peter (1998). Strategic Option Latin America. San Diego, University of California.         [ Links ]

12. Stahringer, Ofilia (comp.) (1992). La integración latinoamericana en el actual escenario mundial: de la ALALC–ALADI al MERCOSUR. Rosario, UNR Editora.

13. Vasconcelos, José (1976). La Raza Cósmica.México, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

14. Vidart, Daniel (1990). Ideología y realidad en América. Montevideo.         [ Links ]

15. Yudice, George (2002). El recurso de la cultura. Usos de la cultura en la era global. Barcelona, Gedisa.         [ Links ]

16. Zea, Leopoldo (1971). Esencia de lo americano. Buenos Aires, Pleamar.         [ Links ]

17. Zea, Leopoldo (comp.) (1993). Fuentes de la Cultura Latinoamericana. México, Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

18. Bayardo, Rubens. “Globalización e Integración Cultural en el MERCOSUR”. Instituto de Ciencias Antropológicas. Facultad de Filosofía y Letras. Universidad de (http://www.antropologia.com.ar/artículos/global02.htm)

19. Díaz, Raúl y Alonzo, Graciela. Integración e interculturalidad en épocas de globalización. Facultad de Ciencias de la Educación, Universidad de Comahue.         [ Links ]

20. Primer Congreso Internacional “La cultura de la cultura en el MERCOSUR”. Salta, 6 al 10 de mayo de 2003 (www.naya.org.ar/congreso.htm).

21. Garretón, Manuel. “¿Polis ilusoria, democracia irrelevante?” en Todavía, Fundación OSDE, septiembre de 2002.

22. Jaguaribe, Helio. América Latina y los procesos de integración, en www.amersur.org.ar, diciembre de 2001.         [ Links ]

23. Jelin, Elizabeth; Teresa Valdés; Line Barreiro. “Género y Nación en el MERCOSUR”. En el marco del Seminario: MERCOSUR: espacios de interacción, espacios de integración. ANPOCS; Caxambú, 22–25 de octubre, 1997.(http://www.minc.gov.br/merco_WEB/reuniao/reuniao.htm).

24. Rivas, Patricio. “Cooperación cultural en el espacio del MERCOSUR”. Octubre de 2002. (http://www.campus–oei.org/pensariberoamerica/ric02a03.htm).

Creative Commons License Todo el contenido de esta revista, excepto dónde está identificado, está bajo una Licencia Creative Commons