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Pampa (Santa Fe)

versión On-line ISSN 2314-0208

Pampa  no.7 Santa Fe nov. 2011

 

RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

Globalización y perspectivas de la integración regional
Pedro Sánchez Vera y Alberto Riella (eds.)
Ediciones de la Universidad de Murcia, Murcia, 2010, 351 pp.

Por Andrea Delfino

FCE–UNL
E–mail: andelfino@yahoo.com.ar

El espacio y el tiempo pueden ser considerados como vectores que organizan la vida social. Si bien, ni uno ni otro elemento han conseguido constituirse en objetos centrales de las investigaciones en ciencias sociales hasta bien entrado el siglo XX, el derrotero de ambos presenta algunas diferencias.
A la idea filosófica de un tiempo “natural” y de un tiempo “de las cosas”, Durkheim le va a oponer tempranamente la idea de tiempo social; es decir, de un tiempo que es tanto derivado como construido en sociedad. Sin embargo, no fue hasta la década del 60 cuando la problemática comienza a tener un abordaje más sistemático dentro de la teoría social.
Para ese momento el espacio seguía siendo considerado como un soporte físico, y escenario de las relaciones sociales sobre el cual se producía el encuentro real de todas las fuerzas sociales, pero el movimiento que contestaba esta noción ya se hacía evidente: Varias décadas reinó la idea de que el espacio es lo que estaba muerto, fijado, no dialéctico, inmóvil. Por el contrario, el tiempo era lo rico, fecundo, vivo, dialéctico. La utilización de los términos espaciales tiene un cierto aire de antihistoria para aquellos que confunden la historia con las viejas formas de evolución, de la continuidad viviente, del desarrollo orgánico, del progreso de la conciencia o del proyecto de existencia. Desde el momento que se hablaba en términos de espacio se estaba en contra del tiempo (…) No comprendían que, en la percepción de las implantaciones, de las delimitaciones, del perfilamiento de los objetos, de los gráficos, de las organizaciones, de los dominios, lo que se hacía era aflorar los procesos de poder, señalaba Michel Foucault en una entrevista incluida en La Microfísica del Poder.
Los cambios de paradigmas dentro de las ciencias sociales, las metamorfosis en el escenario internacional y las transformaciones productivas de las décadas del 60 y del 70 sentaron las bases para el debate sobre la noción de territorio.
En este sentido, el libro Globalización y Perspectivas de la Integración Regional compilado por Pedro Sánchez Vera y Alberto Riella —el cual se propone poner en relación la globalización con el desarrollo territorial y la integración regional— constituye por un importante aporte en esa dirección.
Producto de unas jornadas realizadas en 2009 en la Universidad de Murcia (España), la obra no es un trabajo aislado, se trata —en realidad— de un esfuerzo más realizado por diez universidades europeas y latinoamericanas y un instituto de investigación en el marco de la Red de Desarrollo Territorial e Integración Territorial (ReDeTIR).
El libro se divide en tres partes. La primera de ellas reúne un conjunto de trabajos con de fuerte cariz teórico cuyo eje estructurante lo constituyen las reflexiones sobre las sociedades globalizadas. La segunda parte integra cinco artículos que abordan diferentes perspectivas de lo territorial. La tercera parte focaliza en las transformaciones territoriales tanto en el espacio urbano como en el espacio rural.
En este sentido, la primera parte del libro abre con una breve reflexión de Pedro Sánchez Vera sobre las sociedades globalizadas. En el artículo el autor discute las que considera las dos características básicas del proceso de globalización: el carácter de “necesidad” de la globalización como un proceso de modernización del mundo (incluidas sus estructuras económicas, políticas y sociales) y la apariencia de “neutralidad”, que erigiría al proceso de globalización al margen de los proyectos políticos e ideológicos. Seguidamente, el trabajo de Francisco Entrena Durán rastrea el complejo itinerario de las problemáticas territoriales en las investigaciones sociológicas. En este rastreo se despliega la hipótesis que hasta bien entrado el siglo XX la sociología fue poco propicia a tratar las consecuencias espaciales de los procesos y los cambios sociales. El artículo aboga por la importancia del espacio como el escenario donde se desarrollan las acciones, los procesos y las relaciones sociales conducentes a la estructuración de cualquiera de las sociedades territorializadas y señala que
todo proceso de territorialización es, en realidad, una desterritorialización y reterritorialización de lo ya territorializado antes por otros actores sociales que previamente habían ocupado ese espacio. Lo característico de nuestro tiempo sería el ritmo y la velocidad de los procesos de esos procesos de territorrialización y de desterritorialización. La primera parte del libro cierra con un artículo de Manuel Belo Moreira el cual incorpora al análisis la perspectiva de los espacios desfavorecidos en el contexto de la globalización a través del análisis de las políticas de promoción del emprendedurismo en áreas rurales con bajo potencial de capital humano, estructuras productivas pobres y un ambiente económico y social deprimido.
Diferentes perspectivas de lo territorial son desarrolladas en la segunda parte del libro. Las mismas panean la mirada del territorio como expresión y lugar de acción cultural (en el artículo de Juan Ortín); la perspectiva de las desigualdades de género haciendo foco en los cambios y en la persistencia de las desigualdades (en el texto de Lola Frutos Balibrea); el vínculo entre urbanización y los procesos de desertificación a través del análisis de lo que se denomina artificialización de los territorios naturales y el cambio en su uso (abordado por Pedro Baños); las características de las migraciones en los contextos latinoamericanos y europeos, recortando el análisis en el voto de los residentes no nacionales —voto para los inmigrantes extranjeros— y del voto de los ciudadanos no residentes —voto desde el exterior para emigrantes— (en el artículo de Natalia Moraes Mena) y, por último, las transformaciones en la constitución y el tamaño de los hogares en el contexto de segunda transición demográfica (en el trabajo de Juan Carlos Solano Lucas).
La tercera parte de la obra colectiva presenta los grandes movimientos territoriales, tanto latinoamericanos como europeos, y se centra de forma casi excluyente en diferentes análisis de casos en el espacio rural. Alberto Riella realiza una caracterización de las actuales problemáticas por las que atraviesan los territorios rurales de Uruguay. El centro del artículo gira en torno a la problemática fundamente de la sociología, la cohesión social. En el segundo trabajo de la sección, José Francisco Jiménez Díaz realiza un estudio de caso con el objetivo de abordar la problemática de los territorios “glocalizados”. El estudio de El Ejido le permite analizar la red de relaciones entabladas entre agricultores locales, inmigrantes, instituciones económicas y políticas y agentes de la agroindustria en la producción agrícola intensiva de invernadero y su conexión con la economía mundial de productos agrarios y suministros agrícolas. Thierry Link y Esteban Barragán analizan, a través del abordaje del caso del queso pastoril mexicano, cómo la Denominación de Origen constituye un blanco de tensiones entre la preservación y la apropiación de los recursos territoriales. En este sentido los autores señalan, por un lado, la captación que procede de la valoración de las representaciones asociadas con el origen del alimento y, por el otro, la preservación, activación y fortalecimiento de los recursos ambientales y cognitivos que constituyen la sustancia misma de los territorios rurales. El trabajo de Hugo Arrillaga y Susana Grosso aborda las transformaciones en los sujetos sociales en el marco de la intensificación del proceso de agriculturización en Argentina haciendo especial foco en las características heterogéneas que asume uno de los principales agentes de ese proceso: los pools de siembra. El artículo de Mónica Bendini muestra diversas situaciones de dinámicas urbano– rurales y de desplazamientos espaciales a nivel de sujetos y de actividades en regiones agropecuarias de la provincia de Río Negro, Argentina. El libro cierra con un interesante análisis de André Fazi sobre una estrategia de desarrollo en Córcega centrándose en los aspectos político–institucionales de su implementación.
Para finalizar, es importante señalar que el libro compilado por Pedro Sánchez Vera y Alberto Riella constituye una referencia ineludible para dar cuenta de cómo la construcción de espacios regionales integrados y la globalización han generado nuevas dinámicas en lo territorial.
Sin lugar a dudas todas estas cuestiones llevarán al lector a repensar la forma a través de la cual el territorio puede ser pensado como el espacio construido por el tiempo.

Bibliografía

1. Foucault, M. (1976). “Preguntas a Michel Foucault sobre la geografía” en Foucault, M. Microfísica del poder. Madrid, La piqueta [1993].

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