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Pampa (Santa Fe)

On-line version ISSN 2314-0208

Pampa  no.9 Santa Fe Dec. 2013

 

ARTÍCULOS

Cambios en la estructura social agraria pampeana. Un acercamiento a la caracterización de los pequeños propietarios rentistas del sur de Santa Fe

 

Germán Rosati y Diego Masello

Universidad Nacional de General Sarmiento; Instituto de Ciencias;
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Programa de Investigación sobre el Movimiento de la Sociedad Argentina (PIMSA), Argentina.
E-mail: gf_rosati@yahoo.com.ar

Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF);
Centro de Investigaciones en Estadística Aplicada (CINEA), Argentina.
E-mail: dmasello@untref.edu.ar

Fecha de recepción: 18 | 01 | 2013
Fecha de aceptación final: 10 | 07 | 2013


RESUMEN

Una de las transformaciones en la estructura agraria social reciente, como consecuencia de la profundización del desarrollo capitalista en el campo argentino, es la generalización de una capa de pequeños rentistas (presentes en la estructura agraria desde finales de la década del 70). Se realiza en este trabajo un acercamiento al conocimiento de esta fracción de población a partir de una encuesta a propietarios de tierra del sur de Santa Fe. Se intenta una aproximación a las condiciones económicas en que se ha producido la cesión de tierras y a las condiciones actuales de vida de estos rentistas mediante una comparación con productores aún en actividad. Se identifica, además, la existencia de un estrato de propietarios que se encuentra consolidado en su posición de rentista, fenómeno que puede ser explicado por ciertas restricciones demográficas que inciden paralelamente a las restricciones de carácter económico. Se intenta, finalmente, lograr un acercamiento a las probabilidades de retorno a la actividad productiva de dichos propietarios rentistas a partir de indicadores de opinión y evaluación acerca de su calidad de vida.

Palabras clave: Estructura agraria; Pequeños rentistas; Santa Fe.

SUMMARY

Changes in agrarian and social structure of the Pampa. An approach to the characterization of the small rentiers landlords in Santa Fe’s south

One of the consequences of the recent transformations of agrarian structure is the generalization of small rentiers (small land owners and former producers who had to give up some or all of their land). An approximation to the knowledge of this population fraction is done in this paper using a survey answered by small land owners in the south of Santa Fe. An approximation to the economic conditions in which the land cession has been produced and to the actual life conditions of this rentiers, is attempted. This attempt is based on a comparison between small producers (who still are in activity) and small rentiers. The existence of a stratum of land owners consolidated in the position of small rentiers is identified. This fact can be explained due to the existence of a series of demographic restrictions which are parallel to several economic constraints. Finally, it is tried an approximation of the return probabilities to the economic activity which these rentiers have. This is done by the use of a set of evaluation indicators of their quality of life.

Key words: Agrarian structure; Small rentiers; Santa Fe.


 

1. Introducción

La profundización del desarrollo capitalista en el campo argentino en las últimas décadas ha producido una serie de transformaciones en su estructura agraria, transformaciones que se evidencian con mayor nitidez en la región pampeana. Si fuera necesario pasar revista de algunos de estos cambios, entre los mismos podrían incluirse: el cambio en la composición de la producción agropecuaria (es decir, el proceso de agriculturización desarrollado a partir de la década del 70 y el posterior avance de la producción sojera hacia los años 90); la llamada «crisis de la agricultura familiar» (que tiene como primer observable, la desaparición de numerosas explotaciones de tamaños pequeños e intermedios); la aparición de nuevas formas control y gestión de la producción agropecuaria (seguramente, los pooles de siembra y la aparición de contratistas de maquinarias sean sus manifestaciones más evidentes) y los profundos cambios operados sobre los trabajadores asalariados del agro argentino (urbanización de sus patrones residenciales, alteración e interrupción de ciclos ocupacionales, profundización de rasgos de inestabilidad, precariedad, etc.). Uno de dichos fenómenos observable (aunque no novedoso) que se desarrolla en el agro pampeano está constituido por la existencia de una serie de procesos de expulsión de productores de la esfera de la producción. En el plano analítico, es posible establecer ciertos tipos de desplazamientos apoyados en algunos trabajos que abordan estos problemas (Gras et al., 2005; Manildo, 2009). Así, por ejemplo, Manildo (2009) señala tres de esas modalidades y tiene en consideración dos dimensiones: la relación final con la tierra (si conserva o no la propiedad) y las formas de la inserción posterior (es decir, si se mantienen como productores, si se reinsertan como tales, si se reinsertan en el sector agropecuario pero no como productores, o si se insertan en otros sectores productivos). Estas modalidades serían: a) liquidación de la explotación, salida definitiva de la producción directa y reinserción en actividades no agrarias; b) liquidación de la unidad productiva familiar con reinserción en actividades agrarias y c) preservación de la condición de propietarios y/o de productores. En esta última modalidad se destacan estrategias diversas, como la venta (sea total o parcial) de la tierra y la posterior adquisición de tierras en otras zonas de carácter menos productivas y valorizadas (Manildo, 2009:43).
Existe un tipo de trayectoria que se caracteriza por la persistencia de la propiedad de la tierra (total o parcial) y el hecho de que esta tierra es entregada o cedida a otros productores. Es decir, se produce una salida (total o parcial) de la esfera de la producción.1 De esta forma se establece un tipo de relación social con la tierra y con otros productores que se caracteriza por estar mediada por alguna forma de renta de la tierra. La diferencia con un proceso expropiatorio clásico (por ejemplo, el caso de la pérdida de propiedad de la tierra y posterior proletarización de fracciones sociales campesinas y/o de pequeña producción mercantil simple) radica en que estos sujetos retienen la propiedad de la tierra pero relegan el control de la producción en la misma. De esta forma, pasan a percibir un ingreso bajo la forma de renta de la tierra. Estos procesos de aparición de rentistas pequeños o medianos parecen estar mostrando que, a diferencia de otros momentos en la historia del agro argentino, el incremento de los arrendamientos y las formas combinadas de la propiedad de la tierra no se encontrarían vinculados a la constitución de una capa de pequeños productores familiares. Al contrario, estarían hablando de la crisis (o al menos de profundas transformaciones) de esta fracción social, en tanto se trataría de sujetos que no logran subsistir en la esfera de la producción manteniendo sus condiciones de acumulación relativamente constantes.2
A su vez, parece estar implicando que esta forma de rentismo no se corresponde al tradicional gran propietario de la región pampeana de principios del siglo XX sino a un pequeño o mediano propietario que ha sido expulsado de la esfera de la producción y se ha visto obligado a arrendar la tierra bajo su propiedad. Estos procesos de difusión del rentismo en pequeña escala remiten al desarrollo de los procesos de diferenciación social en la estructura social agraria de la región pampeana. En efecto, sería posible realizar una esquematización (un tanto simple y sintética) de la evolución de estos procesos que se desarrollan entre los productores pequeños y medianos. En un primer momento (hasta mediados del siglo XX) y en vinculación con procesos inmigratorios, se produjo la constitución de una capa de productores no propietarios.3 Una de las características principales de este sector de productores era su condición de arrendatarios. El congelamiento de los cánones de arrendamiento durante la época del peronismo parece haber constituido un mecanismo para el acceso a la propiedad de la tierra de dichos arrendatarios,4 proceso que se haría observable en el incremento de productores propietarios entre los Censos de 1937 y 1969. Este acceso a la propiedad (junto con la aparente escasez de fuerza de trabajo) parece haber incentivado el proceso de mecanización de las explotaciones. La existencia de un estrato de productores «sobremecanizados» (es decir, con potencial de maquinización que excedía las necesidades inmediatas de su explotación) dio origen a la constitución de los llamados contratistas de maquinaria, quienes vendían los servicios de labores mecánicas a otros productores (Tort, 1983; Forni y Tort, 1991).
La profundización del desarrollo capitalista en el agro argentino, que se inicia entre las décadas del 70 y el 80, con la consecuente expansión de capas de grandes empresas agrícolas (en sus diversas formas), acentuó la presencia e influencia de estos contratistas de maquinarias. En este contexto se produciría la expansión del rentismo en pequeña escala, es decir de productores pequeños que salen de la producción, conservando la propiedad de (parte o totalidad) de sus tierras. Resulta difícil precisar con exactitud el momento de aparición de estas fracciones sociales; sin embargo, Cloquell y Devoto (1992) ya mencionan su existencia entre fines de la década del 70 y principios de la del 80. Pese a esta dificultad, parece posible plantear la existencia en los últimos tiempos de una generalización considerable de la incidencia de este pequeño rentismo en determinadas zonas. En este trabajo intentaremos una aproximación a las características de estos pequeños rentistas: sujetos que han salido de la producción (ya sea en forma total o parcial) y que perciben un ingreso por el arriendo de tierras en su propiedad bajo la forma de renta. Vale mencionar que no existe en la literatura sobre las transformaciones en la estructura social pampeana demasiados estudios específicos sobre esta fracción social de rentistas pequeños.5 En función de esta relativa ausencia de análisis específicos sobre el tema, este trabajo tendrá un carácter predominantemente exploratorio. Los procesos de transformación de la estructura agraria mencionados previamente que aparecen como generales de la región pampeana asumen una forma específica en
la provincia de Santa Fe.6 En esta provincia situada en el corazón de la llamada «pampa gringa» (y en su zona sur) se han manifestado de manera más acentuada algunos de los cambios en la estructura agraria argentina, particularmente los que se refieren a los incrementos en las formas mixtas de propiedad de la tierra. Al mismo tiempo, el ritmo de desaparición de explotaciones totales agropecuarias en la provincia resulta similar al del total del país. Estas transformaciones pueden ser ilustradas mediante la comparación de los Censos Nacionales Agropecuarios de 1988 y 2002.
Si observamos el Cuadro 1 podemos ver que, si bien la superficie total de las explotaciones agropecuarias (EAP’s) se incrementa levemente en Santa Fe (alrededor del 1,6 %), las formas de tenencia de la tierra en dichas explotaciones sufren algunos cambios importantes. La superficie bajo forma propiedad se contrae alrededor de un 21 %, y la contracara es un incremento en la superficie bajo la forma arrendamiento (28,4 %), de otras formas de tenencia (37,9 %) y de formas mixtas como, por ejemplo, la combinación de propiedad y arrendamiento, el aumento es de un 63,3 %. Estos valores resultan, en términos generales, más acentuados que los que se observan en el total del país. Este proceso de pérdida de peso de la forma propiedad de tenencia y el incremento de otras formas (como arrendamiento y combinadas) presenta un mayor ritmo en la zona sur7 que en el total provincial: la superficie bajo forma propiedad se contrae un 27,8 % y la explotada bajo la forma de arrendamiento se expande 64,9 %. De hecho, en la zona sur de Santa Fe se concentra buena parte de los cambios de las formas de tenencia de la provincia: el 27,8 % del descenso de superficie bajo forma de propiedad pura en el total de la provincia; el 45,3 % del incremento de la superficie arrendada; el 20,5 % del incremento de la superficie explotada en combinación de propiedad y arrendamiento, y el 62,4 % del incremento de la superficie bajo combinación de propiedad y otras formas. Como puede verse, en la provincia de Santa Fe (y particularmente en la zona sur de la misma) se incrementa la superficie bajo formas mixtas de tenencia (propiedad y arrendamiento, propiedad y aparcería, etc.) y bajo la forma de arrendamiento exclusivamente. Esto estaría indicando que los capitales que operaron los procesos de expansión de la escala productiva (y, por ende, de acumulación de capital) en estas zonas privilegiaron el control de la producción antes que la propiedad de la tierra. En cambio, si analizamos la desaparición de explotaciones según estrato de tamaño (Cuadro 2), podemos ver que las tasas de variación de las explotaciones poseen valores similares al total provincial en los diferentes estratos.

 Cuadro 1. Superficie total de las EAP’s de acuerdo al régimen de tenencia (Total Santa Fé, total zona sur de Santa Fé y total del país, 1988-2002)

Cuadro 2. Cantidad y tasa de variación de las EAP´s de la zona Sur de Santa Fé por departamento y total provincial, Santa Fé (1988-2002).

Se observa en los datos censales correspondientes al sur santafesino una disminución del 23 % en el número total de explotaciones agropecuarias, tasa similar a la del total provincial (23,9 %). Observada en el total provincial, la caída es mayor en los estratos de hasta 50 hectáreas (34,9 %) y en el estrato de 50 a 200 hectáreas (33,4 %). A su vez, en la zona sur la variación para estos estratos es ligeramente menor que el valor correspondiente al total provincial. Al cotejar por departamento, vemos que en Constitución, Gral. López, Rosario, San Jerónimo y San Martín la desaparición de explotaciones menores a 50 hectáreas tiene un ritmo mayor o igual al total provincial y al de la zona sur. A su vez, en el estrato de 51-200 hectáreas, los departamentos Gral. López, Iriondo, San Jerónimo y San Martín muestran un ritmo igual o mayor al total provincial y a la zona sur de la provincia. Estos datos indican la relativa importancia que en la provincia de Santa Fe, y particularmente en la zona sur, adquiere el proceso de desaparición de explotaciones y difusión del rentismo. En efecto, el incremento de la superficie bajo formas diferentes de la de propiedad (arrendamiento, aparcería y formas mixtas) indicaría la existencia de un proceso de difusión del rentismo en estas zonas. En ese sentido, y dada la aparente generalidad de este tipo de procesos, cabe preguntarse acerca de su carácter: ¿qué características presentan los pequeños rentistas? ¿Cuáles son algunas de las condiciones que han influido sobre su salida de la actividad productiva? ¿Qué evaluación tienen de sus condiciones de vida actuales? ¿Cuáles son las probabilidades de retorno a la actividad que los rentistas perciben? ¿Cómo influyen esas características sobre algunas percepciones acerca de su calidad de vida y de las probabilidades de retorno a la actividad?

Cuadro 3. Tipo de propietario por estrato de tamaño

Este trabajo tiene como objetivo realizar una primera aproximación a algunos de estos problemas y una descripción exploratoria de la situación en que se encuentran estos propietarios rentistas, en especial aquellos ubicados en los ocho departamentos del sur de Santa Fe mencionados previamente. La fuente empírica del trabajo está constituida por una encuesta realizada a propietarios (tanto rentistas como productores en actividad) durante la primera mitad de 2007.8 A los efectos de poder contar con un grupo de comparación se incluyeron en el relevamiento no solo a dichos propietarios rentistas, sino también a los propietarios que controlaban y llevaban adelante algún tipo de producción en sus tierras (productores). La unidad de análisis y de registro del estudio está constituida por los propietarios de al menos una parcela en ocho departamentos del Sur de Santa Fe. Es decir, que el estudio no incluye a los llamados arrendatarios «puros» (aquellos que no tienen tierra en propiedad, pero llevan adelante el control de la producción). Se establecieron las siguientes definiciones operacionales, las cuales se centran principalmente en la relación con la tierra y abarcan dos dimensiones básicas: a) el régimen de tenencia de la misma (propiedad, arrendamiento, etc.); y b) el control de la producción en la tierra, es decir, la cesión o no de la tierra. De esta forma quedan conformados tres tipos de entrevistados: a) aquellos con toda su tierra en propiedad y que controlan la producción en ésta (productores); b) aquellos con toda su tierra en propiedad pero que no controlan la producción en ella (rentistas) y c) aquellos con toda su tierra en propiedad y que controlan la producción en parte de la misma y que ceden la otra parte (mixtos, en términos no de su estrategia productiva, sino de la combinación de las figuras de productor y rentista). Sin embargo, como se verá más adelante, los propietarios mixtos constituyen un número bastante bajo de casos (4 % de la muestra). Por esa razón, hemos decidido excluirlos del análisis posterior. En relación a la técnica de muestreo cabe señalar que se trató de encuesta con un diseño no probabilístico, esto es, no representativo estadísticamente de la población analizada. La decisión de este método se debió a varias razones. Por un lado, al hecho de que resultaba complejo constituir un padrón de propietarios que pudiera servir a los efectos de marco muestral. En efecto, se intentó constituir dicho padrón sobre la base de mapas catastrales proporcionados por la Fundación Fortalecer. Sin embargo, surgieron dos dificultades considerables en la constitución del marco muestral. Por un lado, deficiencias propias de la fuente: inconsistencias en la información presentada, poca claridad en la identificación del nombre del propietario de las parcelas y/o en la definición de los límites de la parcela y su extensión. Pese a dichas dificultades se logró constituir un marco muestral y se extrajo una muestra piloto de 600 parcelas. Por el otro, se evidenciaron una serie de dificultades en el contacto con los propietarios de las parcelas muestreadas. Es por ello que se decidió pasar a un diseño muestral de tipo no probabilístico. Dicho método fue establecido mediante una combinación de dos técnicas habitualmente utilizadas: un muestreo por cuotas y un muestreo basado en la técnica «bola de nieve».
En primer lugar, se decidió establecer cuotas por tamaño de parcela y departamento (la distribución de las encuestas por departamento en base a estos dos criterios puede verse en el anexo). Dichas cuotas fueron establecidas en base a una estimación de la distribución de parcelas por tamaño y departamento proveniente del Censo Nacional Agropecuario 2002. Ahora bien, dado que no se disponía de una distribución por estrato de tamaño, tipo de tenencia de la tierra (propiedad, arriendo, etc.) y departamento, se decidió establecer las cuotas sobre la base de la cantidad total de explotaciones (sin distinguir entre explotaciones con tierra en propiedad, en arrendamiento, etc.). La selección de los casos a encuestar fue elaborada mediante la técnica «bola de nieve». Es decir, mediante un listado inicial de contactos provisto tanto por la Fundación Fortalecer, como por los mismos encuestadores (de la zona) se fue ampliando dicho listado hasta lograr las cuotas establecidas previamente. Finalmente, los casos se distribuyeron en partes iguales entre rentistas (n=197) y productores (n=197), quedando como resultado del campo, algunos casos en la categoría «mixtos» (n=18).
En segundo lugar, con el objetivo de controlar los posibles sesgos provenientes de la técnica de muestreo se establecieron ponderaciones posteriores establecidas mediante datos paramétricos. Estas ponderaciones no tienen por objetivo realizar una expansión de la muestra, sino más bien controlar el peso que los diferentes tipos de casos tienen en la muestra, con el objetivo de respetar la distribución por cuotas establecida originalmente. En ese sentido, los resultados deben ser interpretados como teóricamente significativos, aunque no estadísticamente representativos de la población analizada (propietarios productores y propietarios rentistas de los departamentos del Sur de Santa Fe).9
En las primeras secciones del trabajo nos centraremos en dos dimensiones de análisis a) características productivas y condiciones de vida y b) características sociodemográficas básicas. Ambas tienen como objetivo proporcionar un acercamiento a la caracterización de este estrato social definido por una relación social con la tierra y con otros productores que asume la forma de renta. Finalmente, intentaremos presentar el análisis de algunas variables de opinión referidas a la percepción por parte de los propietarios rentistas de sus condiciones de vida actuales y, sobre todo, las probabilidades de retorno a la actividad productiva.

2. Comparación entre tipos de propietarios

Intentaremos aquí un acercamiento a algunas características productivas de los dos tipos de propietarios entrevistados (rentistas y productores) y de algunos indicadores relacionados con sus condiciones de vida al momento del relevamiento. De esta forma realizaremos dos comparaciones. En primer lugar, compararemos la situación actual de los productores, con la situación de los rentistas al momento de cesión de la tierra. Debe realizarse una aclaración: mientras que, en esta primera comparación, las variables referidas a los productores tienen como período de referencia la campaña inmediatamente anterior al relevamiento (campaña 2006/2007), las referidas a los rentistas se refieren al momento en que se produce la cesión de tierra. Lógicamente, esto plantea un problema en tanto los períodos de referencia son diferentes para ambos tipos de propietarios. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que una compatibilización de dichos períodos de referencia era sumamente dificultosa debido a los diferentes momentos en que se produjeron las cesiones de tierra por parte de los rentistas. Resultaba prácticamente imposible incorporar una comparación apareada temporalmente entre productores y rentistas, debido a que debería haberse indagado a los diferentes productores en función de diferentes años en que se produjeron las cesiones de tierra de los rentistas. Pese a dicha limitación, consideramos que este ejercicio puede brindar cierta luz y determinados indicios para comprender algunas de las condiciones económicas y productivas que hayan condicionado la salida de la esfera de la producción. En segundo lugar, realizaremos una comparación de la situación de productores y rentistas en el momento del relevamiento, particularmente en lo que refiere a algunos indicadores de sus condiciones de vida (forma de inserción en el mercado de trabajo, proporción de miembros del hogar que trabajan y fuente de la mayor parte de sus ingresos). En este caso, los períodos de referencia de ambos tipos de propietarios coinciden.
Si se analiza la cantidad de superficie operada se evidencia que los rentistas tienden a tener un tamaño más pequeño que los productores: el 54 % de los rentistas tienen explotaciones con una superficie de hasta 50 hectáreas y un promedio de superficie de 65,8 hectáreas. En cambio, los productores presentan un promedio de hectáreas de 94,2 y un 70 % de los productores tienen explotaciones mayores a 50 hectáreas (Cuadro 4). En relación al uso de la tierra, puede verse que la soja concentra una mayor cantidad de hectáreas en ambos tipos de propietarios. Entre los productores la soja (de 1ra. y 2da.) concentra el 66 % de la superficie cultivada total. En cambio, el peso de la soja en las explotaciones que controlaban los rentistas (previo a la cesión) desciende al 51 %. Las pasturas perennes aparecen presentando un peso relevante entre las explotaciones que los rentistas gestionaban (14 %), en contraste con las explotaciones de productores (3 %). Esto pareciera estar indicando un mayor peso en la orientación ganadera en el caso de los rentistas.10 El peso del resto de cultivos no es significativamente diferente entre ambos tipos de propietarios. A su vez, la soja constituye el principal cultivo (en términos de superficie ocupada) en cada uno de los estratos de tamaño, tanto entre las explotaciones de los productores como las de los rentistas (Cuadro 5). Tomando como indicador de las formas de organización del trabajo en las explotaciones a la utilización de fuerza de trabajo asalariada aparece que los productores la emplean en mayor medida: el 41 % de los mismos contrata asalariados (en mayor cantidad transitorios). En el caso de los rentistas, la penetración de la compra de fuerza de trabajo asalariada era, al momento de ceder tierras, mucho menor: 20 % del total de rentistas. Aun así, cabe destacar que existe una proporción importante (28 %) de rentistas que no recuerda si contrataba asalariados o no. Sin embargo, podemos intentar una aproximación al contenido de esa categoría «no sabe» (Cuadro 6).

Cuadro 4. Uso de la tierra por tipo de productor y estrato de tamaño (% de superficie total cultivada)

Cuadro 5. Contratación de asalariados por tipo de propietario

Cuadro 6. Contratación de asalariados según tiempo de cesión de la tierra

Podemos ver que el hecho de no recordar acerca de la contratación de asalariados entre los rentistas aparece relacionado con el tiempo transcurrido desde que se produjo la cesión de la tierra: entre aquellos rentistas que cedieron su tierra hasta tres años antes de la campaña (2006/2007) el porcentaje que no lo recuerda desciende levemente. A su vez, entre estos rentistas predominan los que no habían contratado asalariados en la campaña: 72 %. Esta distribución permitiría inferir que entre los rentistas existe un predominio de aquellos que no contrataron asalariados.
Observemos ahora algunas dimensiones relacionadas con las condiciones de vida y trabajo (en el momento del relevamiento, es decir, la campaña 2006/2007) de ambos tipos de propietarios. En este punto, los períodos de referencia coinciden entre ambos (está constituido por el momento en que se realizó el relevamiento). Analicemos, en primer lugar, el tipo de inserción ocupacional que presentan. Si se compara la tenencia de una ocupación, es decir, una aproximación a lo que se conoce como «condición de actividad» (sea en el propio campo o fuera) y la categoría ocupacional de dicha ocupación, se advierten diferencias considerables entre productores y rentistas (Cuadro 7). Entre los productores, apenas el 5 % declara no estar ocupado en el momento del relevamiento (es decir que el 94 % declara estarlo). En cambio, los rentistas presentan un 66 % de personas que no trabajan y que solamente reciben renta por el alquiler de su campo. A su vez, entre los productores resulta interesante destacar que la categoría ocupacional más frecuente de su inserción es la de patrones y trabajadores por cuenta propia. Ambas categorías parecen estar indicando un tipo de inserción ocupacional en forma autónoma. La misma podría estar relacionada con procesos de toma de nuevas tierras, a la prestación de servicios agropecuarios o bien a la inserción de forma autónoma en ramas no agropecuarias. En ese sentido, las primeras opciones aparecen en otros estudios como las situaciones más frecuentes entre los productores del sur de Santa Fe. En efecto, se trataría de una forma de sostener la propia actividad (e incluso de llevar adelante procesos de capitalización) ante los cambios producidos en la estructura agraria.11 Esta inserción predominantemente autónoma también aparece (aunque en menor medida) en los rentistas (Cuadro 8).

Cuadro 7. Categoría ocupacional de la ocupación extra del propietario y propietarios que no tienen otra ocupación por tipo de propietario

Cuadro 8. Proporción de miembros que trabajan por estrato de tamaño y tipo de propietario

Si se analiza cuál es la proporción de miembros de los hogares que trabajan según se trate de rentistas o productores, se observa que la diferencia se mantiene: mientras que el 4 % de los hogares de los productores no tiene ningún miembro que trabaje, esta proporción asciende al 49 % entre los rentistas (como veremos, este fenómeno se relaciona con el hecho de que entre los rentistas encontramos una alta incidencia de hogares unipersonales). En cambio, en el 19 % de los hogares de productores todos sus miembros trabajan; y este valor para los rentistas alcanza el 8 %. A su vez, no parecen observarse grandes diferencias en los diversos estratos de tamaño de cada tipo de productor. No obstante el peso del trabajo extrapredial entre los productores, el ingreso más importante todavía parece ser el generado por su trabajo en el campo, como se ve en el Cuadro 9.

Cuadro 9. Fuente de la mayor parte de los ingresos del hogar del propietario por tipo de propietario

Se observa cómo el caso de los rentistas concentra un 65 % de personas cuya fuente de ingresos principal está constituida por rentas (alquileres que cobra por sus tierras arrendadas). A su vez, el 21 % declara como fuente principal el trabajo fuera del campo. En cualquiera de los dos casos, el 86 % de los rentistas se encuentra en proceso avanzado de alejamiento de la esfera productiva agropecuaria. A su vez, como veremos más adelante, este alejamiento parece ser reforzado por el hecho de que buena parte de los hogares de los rentistas es unipersonal, de mujeres y de edad avanzada. La situación contraria aparece al considerar a los productores: su fuente principal de ingreso es el producido del trabajo en su propio campo (87 % del total de productores). A su vez, más del 90 % de los productores de más de 50 hectáreas declara como fuente principal de ingreso el trabajo de sus campos. Cabe aclarar que (no se incluye la tabla por razones de espacio) entre los productores pequeños (menos de 50 hectáreas) esta proporción desciende (levemente) al 75 %.

3. Caracterización sociodemográfica de los rentistas y productores

Más allá de las características productivas de los rentistas al momento de la cesión de la tierra, y su comparación con el universo de los productores, el análisis de los datos de la encuesta reveló que existía una serie de características demográficas bastante específicas en los rentistas que podrían resultar relevantes al momento de plantearse el problema del carácter reversible o no de su salida de la producción. Al igual que los últimos indicadores analizados en el apartado anterior, en esta sección el período de referencia entre ambos universos coincide: se trata del momento del relevamiento. En primer lugar, la composición por sexo y edad muestra algunos resultados interesantes (Cuadro 10). Con relación al sexo, los rentistas presentan una relación de masculinidad mucho menor que los productores: del total de rentistas entrevistados, el 46 % es mujer. En cambio, entre los productores entrevistados la proporción de mujeres es notablemente inferior (11 %). Con relación a la edad, los rentistas presentan edades superiores. Tanto entre los rentistas varones como entre las mujeres, la mayoría tiene edades superiores a los 55 años (76 % en el caso de los hombres; 67 % en el caso de las mujeres). En cambio, el 51 % los productores varones y el 32 % de la productores mujeres son mayores de 55 años (Cuadro 11). No se manifiestan diferencias significativas en cuanto al nivel educativo: entre los propietarios rentistas, el 55 % posee un nivel educativo primario, y entre los productores esta proporción es del 49 %. A su vez, entre rentistas y productores se observan proporciones similares de niveles educativos secundarios (28 % y 30 %, respectivamente) y terciarios o universitarios (20 % y 17 %, respectivamente) (Cuadro 12).

Cuadro 10. Tipo de propietario por sexo y edad del propietario

Cuadro 11. Nivel educativo por tipo de propietario

Cuadro 12. Tamaño del hogar del propietario por tipo de propietario

El tamaño del hogar también tiene diferencias de interés: los rentistas tienen hogares más pequeños que los productores. Entre los productores se advierte que un 64 % posee hogares de tres o más integrantes. En cambio, entre los propietarios rentistas se observa un 22 % de hogares unipersonales (versus un 6 % entre los productores) y un 39 % de hogares de dos miembros. Estas características se incrementan si las analizamos en función de la edad del productor.12 Esta variable influye en el tamaño del hogar, pero la influencia parece resultar más clara en el caso de los rentistas. En efecto, mientras que entre los hogares de rentistas de menor edad la proporción de hogares unipersonales es baja (9 %), a medida que se incrementa la edad esta influencia se hace mayor. Así, entre los hogares con propietarios rentistas de mayor edad (es decir, fuera de la edad potencialmente activa), la proporción de hogares unipersonales se incrementa hasta llegar a un 32 %. Estas últimas características parecen estar marcando una serie de restricciones (que llamaremos sociodemográficas)13 que van más allá de las limitaciones estrictamente centradas en el ámbito de lo productivo para la reinserción de los propietarios rentistas entrevistados en la actividad productiva. En efecto, la muestra de rentistas está constituida principalmente por mujeres ubicadas, por su edad, fuera de la población potencialmente activa. A su vez, se encuentran formando parte de hogares pequeños o unipersonales, lo cual supone la inexistencia (o a lo sumo escasez) de disponibilidad de fuerza de trabajo familiar capaz de encarar la actividad productiva.14 ¿En qué medida resulta generalizable esta característica al universo de los rentistas? A su vez, ¿cómo influyen esas características sobre la evaluación que realizan estos rentistas de su calidad de vida y sobre las probabilidades percibidas por los mismos acerca de su reincorporación a la actividad?

5. Percepción subjetiva acerca de la reinserción en la producción

Hasta aquí hemos hecho referencia a una serie de determinaciones que podemos llamar objetivas de esta población de propietarios rentistas (características productivas y sociodemográficas), y sobre esa base hemos identificado algunas que llaman la atención. En este apartado se intentará un acercamiento a la percepción que los propietarios rentistas tienen acerca de las probabilidades de retorno a la actividad productiva y la evaluación de su calidad de vida. Mediante este ejercicio esperamos poder brindar algunos elementos que permitan aproximarnos (desde la perspectiva subjetiva de los entrevistados) al problema del carácter de este proceso de difusión del rentismo en la estructura social agraria. Lógicamente, debe tenerse en cuenta que se trata de preguntas de opinión formuladas a los entrevistados y que se refieren, básicamente a la percepción de los mismos sobre algunas de sus condiciones de vida actuales. Sin embargo, este abordaje permite aproximarnos a la formación de expectativas respecto a su situación, a las probabilidades de retorno a la actividad y por ende, de manera indirecta (mediada por las dos dimensiones anteriores), a la potencial persistencia del fenómeno del rentismo. A su vez, podremos intentar preguntarnos de qué manera algunas de las características propias (tanto sociodemográficas como referidas a su calidad de vida) de la muestra de rentistas influyen en estas evaluaciones que realizan los sujetos.
Al preguntarles a los entrevistados rentistas sobre las probabilidades de retorno a la actividad productiva, una proporción claramente mayoritaria lo considera nada factible (68 %). Una proporción que alcanza el 15 % lo considera factible o muy factible. Este comportamiento presenta diferencias al observarlo entre los distintos estratos de tamaño. En términos generales, las probabilidades de retorno son bajas en casi todos los estratos (si se agrupan las categorías muy factible y factible, resulta que alrededor del 17 % en todos los estratos cree que existe posibilidad de volver a trabajar sus campos). Entre los rentistas de mayor tamaño, el 87 % considera poco o nada probable el retorno a la explotación directa de sus campos. A su vez, alrededor el 80 % entre los rentistas de estratos menores estima poco o nada factible su retorno a la producción (Cuadro 14).

Cuadro 13. Factibilidad de volver a producir en la tierra arrendada de mantenerse el escenario actual por estrato de tamaño del propietario

Cuadro 14. Factibilidad de volver a producir en la tierra arrendada de mantenerse el escenario actual por edad y sexo del propietario

Algo similar sucede al cotejar el comportamiento de esta variable entre los distintos grupos de edad. Los rentistas de todos estos grupos (salvo los mayores) parecen encontrarse más predispuestos a retornar a la actividad productiva: ente el 20 % y 26 % de estos rentistas de cree que es entre factible y muy factible que retorne a la actividad productiva. Los rentistas de mayor edad (66 años y más) se inclinan mayoritariamente hacia la conservación de su posición como tales: el 89 % considera que es poco o nada factible retornar al trabajo de sus campos. Esta proporción desciende a valores que oscilan entre el 72 % y el 78 % en el resto de los grupos de edad. Por otro lado, es evidente que los hombres tienen una tendencia levemente más acentuada a retornar a la actividad productiva (si bien, en términos generales, más del 78 % de los hombres cree poco o nada probable ese retorno). A su vez, al incorporar la interacción entre ambas variables, se observa que entre los rentistas de sexo femenino y de mayor edad esta percepción acerca de las pocas probabilidades de vuelta a la actividad se incrementa: mientras que entre los rentistas varones de 55 a 65 años, y de más de 65 años, un 71 % y un 88%, respectivamente, estima poco o nada factible su retorno a la actividad. En cambio, entre las rentistas mujeres de los mismos grupos etarios esta proporción asciende: 87 % y 92 %, respectivamente. Ahora bien, al indagar acerca de las causas de esa probabilidad entre aquellos rentistas que evaluaban poco o nada probable su retorno, un 26 % de las respuestas estaba constituido por un conjunto razones que podríamos denominar «insuficiencias económicas» (falta de insumos/equipamientos, insuficiente escala de tierra, falta de mano de obra, etc.). Otro factor relevante estaba constituido por las determinaciones demográficas (básicamente, la edad) como una causa de su improbable retorno a la actividad15 (alrededor del 23 % de las respuestas) (Cuadro 15).

Cuadro 15. Factibilidad de volver a producir en la tierra arrendada de mantenerse el escenario actual por tiempo desde que comenzó a ceder tierra

Al mismo tiempo, la permanencia prolongada por largos períodos en la condición de rentistas parece influir en las percepciones acerca de la probabilidad de retorno a la actividad. Al considerar el tiempo desde que se produjo la cesión de la tierra, se evidencia que aquellos rentistas con mayor tiempo de cesión son todavía menos proclives al retorno de la actividad que el resto de los rentistas. Se observa que, a partir de los diez años de producida la cesión de la tierra, la proporción de propietarios que consideran nada factible el retorno a la actividad productiva se incrementa notablemente y supera el 68 % del total de rentistas (Cuadro 16).

 

Cuadro 16. Evaluación de la calidad de vida actual respecto a cuando estaba en actividad por estrato de tamaño del propietario

¿Cómo evalúan su calidad de vida los rentistas? Este punto resulta relevante dado que permitiría realizar una aproximación a los impactos de esta generalización del rentismo en la estructura agraria. Al menos hasta el momento del relevamiento, los rentistas entrevistados no identifican en el hecho de haber cedido tierra un problema en sí mismo: un 61 % considera que su calidad de vida era igual o mejor que cuando trabajaba el propio campo. Y entre las razones que los rentistas argumentan para evaluar su calidad de vida igual o mejor, entre el 64 % y el 42 % de las respuestas se concentraban en cuestiones referidas a la mayor tranquilidad y al menor estrés que la vida como rentista tenía con relación al momento en que trabajaban sus tierras como productores. Entre un 20 % y un 27 % de las respuestas argumentaban que su situación económica era mucho mejor y/o que sus ingresos eran más elevados. También resulta interesante que, entre aquellos rentistas que evaluaban su calidad de vida como peor, los dos argumentos de esta evaluación se relacionan con el menor ingreso que percibían como rentistas (40 % de las respuestas) y el hecho de que ya no podían disfrutar más de la actividad rural (37 % de las respuestas).16 En líneas generales, los rentistas de todos los estratos creen, en proporciones muy relevantes, que su calidad de vida es igual o mejor que antes. Sin embargo, en los rentistas de tamaño medio esta proporción es considerablemente mayor: 76 % versus un 57 % (entre los rentistas pequeños) y 51 % (entre los rentistas grandes) (Cuadro 17).

Cuadro 17. Evaluación de la calidad de vida actual respecto a cuando estaba en actividad por edad y sexo del propietario

Observada según la edad, la evaluación de la calidad actual de su vida muestra algunas diferencias. Así, el 45 % de los rentistas más jóvenes y un porcentaje igual de los mayores (más de 65 años) cree que su vida es mejor que antes. El valor más bajo se encuentra en los rentistas de 55 a 65 años (37 %). A su vez, lo hombres evalúan en mejor medida su calidad de vida actual: el 48 % la considera mejor que antes; en cambio, en las mujeres esta proporción desciende en 10 puntos. No parecen existir diferencias demasiado significativas al incorporar la interacción entre ambas variables en lo que respecta a la evaluación de la calidad de vida. Sin embargo, sí hay una diferencia considerable si se incorpora al análisis un último aspecto relevante: la existencia de un porcentaje significativo (28 %) de rentistas que «siempre ha arrendado el campo», es decir, que no ha transitado por la actividad productiva (al menos, en las tierras bajo su propiedad). Esta proporción es más grande entre los tamaños de superficie extremos (alcanza alrededor del 32 % de los grandes rentistas y 32 % de los pequeños). También se incrementa entre los rentistas más jóvenes (40 %), entre las rentistas mujeres (39 %) y entre las rentistas mujeres y jóvenes (52 %).

6. Primeros resultados y comentarios finales

Hemos intentado una aproximación a algunas de las características de un tipo específico de sujetos desplazados de la esfera de la producción, los propietarios rentistas. Dada la existencia de relativamente poca bibliografía abocada al tema, el estudio tuvo un carácter predominantemente exploratorio y descriptivo y se basó en una encuesta (no probabilística) realizada a propietarios del sur de Santa Fe. Al comparar determinados indicadores socioproductivos con los productores en actividad se muestran ciertas características que ayudan a esbozar algunas de las condiciones en que se ha producido la cesión de tierra, es decir, la salida de la actividad productiva en los rentistas entrevistados: a) un tamaño comparativamente menor (en cuanto a la tierra operada) de los rentistas; un menor peso de la soja en la superficie total operada y un aparente mayor peso de la ganadería en las explotaciones de los rentistas; c) una menor incidencia en la utilización del trabajo asalariado (permanente y transitorio) por parte de los rentistas. En términos de sus condiciones actuales de vida, un 66 % de los rentistas aparece ubicado fuera de la actividad productiva, y una proporción similar no requiere de ingresos complementarios a los provenientes del alquiler de sus campos. Lo mismo puede decirse de la asignación de fuerza de trabajo familiar: entre los rentistas, las proporciones de miembros de los hogares que trabajan son inferiores que entre los productores. Estos aspectos parecen relacionarse con la posición en el ciclo vital de los rentistas. Con relación al problema del punto de llegada de las trayectorias de los propietarios desplazados, podemos observar que la mayor parte de los rentistas entrevistados (el 66 %) correspondería a aquellos que no sólo no se reinsertan en el sector productivo agropecuario sino que no lo hacen en ningún tipo de actividad productiva y donde la renta pasa a ser el ingreso sustancial. Este punto está relacionado con ciertos rasgos en la muestra de los rentistas que los diferencian notoriamente de los productores entrevistados: a) se trata de propietarios predominantemente mujeres, de edad avanzada, y que componen hogares pequeños (unipersonales o de dos miembros).
Estas características sociodemográficas dan cuenta de sujetos cuya posición en el ciclo vital familiar (mujeres de edades avanzadas y hogares con baja disponibilidad de trabajo familiar) parece estar indicando la presencia de procesos de expulsión de la producción de carácter irreversible en la
estructura agraria. En efecto, resulta difícil imaginar la posibilidad de reinserción en la producción de este grupo de rentistas con estas características.17 Este subgrupo de rentistas estaría formando parte de algo así como un «núcleo duro» que se complementa con aquellos que no han estado nunca insertos en la actividad productiva. Este núcleo se incrementa entre los rentistas más jóvenes y mujeres y entre los grupos de más de 100 hectáreas y hasta 50 hectáreas de superficie. Algunas de estas características también incidirían en las propias percepciones de los rentistas, quienes consideran en proporciones muy elevadas (65 %) que es nada factible que vuelvan a trabajar el campo. Esta opinión se incrementa dentro: a) de los que están en el estrato de tamaño más chico; b) entre los de mayor edad; c) entre las mujeres y d) entre aquellos que hace más tiempo que están arrendando la tierra. Algo similar ocurre en cuanto a la evaluación, por parte de los rentistas, de su calidad de vida actual.
Resulta interesante abrir algunos problemas que puedan orientar futuras investigaciones acerca del rentistmo en la estructura agraria pampeana. Así, la influencia que pudieran haber tenido estos aspectos sociodemográficos (posición en el ciclo vital familiar y disponibilidad de fuerza de trabajo familiar) en la determinación de la salida de la producción de estos sujetos es un problema relevante. En efecto, hemos incorporado, mediante la comparación entre rentistas y productores, algunos elementos que permiten identificar algunas de las potenciales determinaciones socioeconómicas de la salida de la producción por parte de los rentistas. ¿En qué medida las características sociodemográficas que hemos mencionado más arriba también influyeron en la expulsión de estos productores? ¿Cuáles eran las características de los hogares (posición en el ciclo vital y disponibilidad de fuerza de trabajo) al momento de la cesión de tierra de los rentistas? ¿Dichas características fueron resultado de la cesión o influyeron como elementos causales en las mismas? ¿Cuáles son las características que más peso han tenido en la salida de la producción: las demográficas o las socioproductivas? ¿Cuál es el carácter del rentismo en la estructura agraria pampeana? ¿Se trata de un fenómeno permanente o coyuntural en dicha estructura? ¿Cómo se relacionan las actuales formas que asume el fenómeno con aquellas formas de manifestación previas? ¿Se trata de un fenómeno asociado exclusivamente a la expansión sojera o sus causas deberían buscarse en las transformaciones y la profundización del desarrollo capitalista que ha sufrido el agro pampeano? Finalmente, ¿de qué manera inciden en este proceso las variables demográficas?

Anexo. Distribución de los casos en la muestra por departamento según estrato de tamaño

Cuadro 18. Tamaño y distribución de la muestra

Notas

1 Esto no excluye, lógicamente, la potencial existencia de procesos de reingreso a la actividad bajo la forma de productores (ya sea controlando otras explotaciones o retomando el control de la misma explotación una vez vencido el contrato de arrendamiento).

2 La cesión de tierras por parte de productores pequeños (propietarios) a grandes productores (arrendatarios) ha sido abordado por bibliografía que conceptualiza el problema en términos de reverse tenancy. Este problema parece haber sido analizado sobre todo en contextos de expansión y profundización en el agro de las relaciones capitalistas en formaciones sociales con fuertes componentes de producciones campesinas y/o comunales, por ejemplo, Sing (1989) analiza, en la India, el impacto de los procesos de mecanización y adopción de tecnología sobre las formas de tenencia de la tierra. Queda planteado, en todo caso, el inconveniente de la viabilidad o no de la noción de reverse tenancy para un contexto como el de la Pampa Húmeda, en el cual la generalización de relaciones capitalistas es de larga data. Para una discusión de las formas de penetración y profundización del desarrollo capitalista en la región pampeana pueden consultarse Pucciarelli (1986) y Balsa (2006).

3 Este proceso se da paralelamente a la expansión de la colonización de tierra bajo la forma privada. Es decir, en la estructura social agraria, coexisten ambas formas de propiedad (arrendamiento y propiedad). Por ejemplo, en el caso bajo estudio y de acuerdo a Gallo (1984:89-93), hacia 1895 los propietarios constituían el 49 % del total de productores de Santa Fe. A su vez, en la zona sur de la provincia, este guarismo descendía al 34,5 %. De cualquier manera, resulta importante marcar la existencia de una fracción de productores propietarios que coexisten con los arrendatarios. En este trabajo no nos ocuparemos de la constitución de esa franja de propietarios, sino que más bien nos interesa resaltar del peso que las formas de arrendamiento tienen en esta zona de la provincia, en tanto se relacionan con el problema del rentismo.

4 Este punto no parece haber sido suficientemente aclarado en los estudios sobre la estructura agraria pampeana. Una primera línea de trabajos sostiene la hipótesis del acceso masivo a la propiedad de la tierra de arrendatarios como consecuencia de la subdivisión de las grandes explotaciones (Flichman, 1978). Sin embargo, otras investigaciones han planteado la hipótesis del abandono de tierras por parte de los pequeños productores y postulan, entonces, como hipótesis que el incremento de la propiedad de la tierra que se evidencia hacia la década del 60 tenía más bien relación con la recuperación por parte de los viejos terratenientes de superficies agropecuarias (Sltuzky, 1968). Balsa (2006) intenta una explicación que logra ponderar la existencia de ambos procesos.

5 Sí existen estudios parciales en los cuales el análisis del rentismo aparece enmarcado en los procesos de transformación generales de la estructura social agraria pampeana y santafesina. Ver, por ejemplo, Cloquell (2011) y Grosso et al. (2010).

6 Para un análisis del proceso de constitución de contratistas en el sur de la provincia de Santa Fe, así como de las transformaciones en las fracciones sociales vinculadas a la pequeña producción, ver Muzlera (2008).

7 Corresponde a los departamentos de Caseros, Constitución, General López, Iriondo, Rosario, San Jerónimo, San Lorenzo y San Martín.

8 El estudio se enmarcó dentro del proyecto «Reincorporación del mediano propietario rentista al tejido productivo», llevado adelante por el PROSAP, el CINEA y la Fundación Fortalecer. Los autores agradecen especialmente la colaboración del Lic. Mariano Poledo del PROSAP.

9 El diseño muestral en sus diversas etapas fue coordinado por el Lic. Ernesto Rosa.

10 Al respecto, puede notarse que el 91,5 % de los rentistas realizaba (cuando controlaba su explotación) ganadería bovina; mientras que, entre los productores, los que realizaban ganadería bovina representaban el 78,5 %.

11 Cloquell (2007:78) plantea que una de las «estrategias» que siguen los productores del sur santafesino es la ampliación de su escala mediante la toma de tierras en arrendamiento. Así, mediante los datos de una encuesta realizada en 2003/2004 a productores de dicha zona, muestra que entre los productores que siguen este tipo de estrategia (aumento de escala) la superficie arrendada es notablemente mayor que la superficie en propiedad. También Gras (2006:173), destaca, a través un abordaje cualitativo, la presencia de actividades como cuentapropistas o patrones (generalmente en el sector agropecuario) como una de los patrones básicos de inserción ocupacional extrapredial de los productores pluriactivos del sur de Santa Fe. El otro patrón de inserción está constituido por la asalarización del resto de los miembros de la familia del productor (generalmente, en el sector comercio o en la enseñanza).

12 El sexo del propietario parece incidir en el tamaño del hogar, tanto en productores como en rentistas. Sin embargo esta incidencia es mayor entre los rentistas: entre los hogares de propietarios rentistas mujeres, la proporción de hogares unipersonales se incrementa: 37 %. También se incrementa en el subgrupo femenino, la proporción de hogares de dos miembros (32 %). Es decir, entre los rentistas el tamaño del hogar es menor que entre los productores; a su vez, esta característica se incrementa entre los hogares de rentistas de sexo femenino. Por razones de espacio, no incluimos la tabla en el artículo.

13 Quizás haya sido Chayanov (1971) uno de los primeros en plantear la importancia de factores demográficos en la evolución de la pequeña propiedad. En efecto, este autor destacó la importancia del ciclo doméstico y la relación entre consumidores y trabajadores para la compresión de los procesos presentes en la pequeña explotación campesina rusa. La idea central del planteo era que la diferenciación económica, esto es, la desigual distribución de factores productivos de las unidades económicas que era observable en la comuna rural rusa podía explicarse de manera más eficiente por la posición del hogar campesino en el ciclo de vida demográfico de la familia, que por la diferenciación en clases sociales diferentes. La existencia de relaciones comunales fuertes junto a la redistribución periódica de tierras en la comuna rusa hacían necesaria la incorporación explicativa del factor demográfico. Sin embargo, su conceptualización acerca de la llamada «diferenciación demográfica» parece haber sido extrapolada de manera no demasiado prudente a situaciones notablemente diferentes al caso de la comuna rusa (por ejemplo, a situaciones donde la redistribución periódica de tierras no existía).

14 Particularmente, la existencia de fracciones de propietarios rentistas asociadas al ciclo vital de la familia ha sido analizada en el caso del sur de Santa Fe hacia la década del 80 (Mascali, 1992). En efecto, a partir de un estudio de caso en una localidad, el autor identifica la existencia de este tipo de rentismo, asociado a un no funcionamiento adecuado en el mecanismo de reemplazo del trabajo familiar en la explotación.

15 Debido a razones de espacio y para alivianar la lectura, no incluimos la tabla correspondiente a esta variable.

16 Debido a razones de espacio y para alivianar la lectura, no incluimos la tabla correspondiente a esta variable.

17 En ese sentido, parece posible arriesgar que cualquier política que aborde el problema de la «reincorporación» debe incluir esta variable en su análisis, en tanto estaría implicando la imposibilidad de utilizar programas de subsidios o microcréditos a esos fines al menos en esta fracción de los rentistas.

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