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Pampa (Santa Fe)

On-line version ISSN 2314-0208

Pampa  no.12 Santa Fe Dec. 2015

 

ARTÍCULOS

Estrategias productivas y económicas de los pequeños y medianos productores de la Cuenca del Salado

 

Raúl Sarachu, Gerardo Schierenbeck y Pedro E. Carricart

Facultad de Agronomía- Universidad Nacional del Centro
Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales- Universidad Nacional de La Plata E-mail: schierenbeck@speedy.com.ar

Fecha de recepción: 26 | 08 | 2015
Fecha de aceptación final: 08 | 04 | 2015


RESUMEN

El trabajo tiene por objetivo analizar los impactos económicos diferenciales vinculados a distintas estrategias productivas y organizacionales de unidades productivas para dos regiones ganaderas de la Provincia de Buenos Aires, cuya actividad principal es la cría de ganado vacuno. La caracterización física de las unidades productivas fue realizada teniendo en cuenta el stock de vientres y el uso del suelo, y luego se procedió a estimar los resultados económicos para dos ciclos productivos distintos (2008/2009 y 2011/2012), asumiendo que la estructura productiva no se modifica; es decir se analiza comparativamente los resultados obtenidos en los dos períodos. El cambio de precios relativos, como consecuencia de un incremento de los precios ganaderos respecto de los agrícolas, arroja una mejora generalizada en los indicadores económicos y financieros tanto en unidades productivas ganaderas puras como en sistemas mixtos. Sin embargo y de acuerdo a la diferente intensidad de uso de los factores, especialmente del suelo, se observan disparidades que se consideran de interés para interpretar las estrategias asumidas por los productores y los grados de flexibilidad de las mismas. Los resultados económicos y financieros obtenidos muestran un incremento mayor en los casos en donde el sistema de cría tiene mayor relevancia y a su vez donde la estrategia de producción es tradicional (alimentación pastoril). Otro aspecto de relevancia es la reducción de los costos fijos (gastos de estructura y amortizaciones) en relación al valor neto de la producción. Esto implica que el cambio de precios relativos seguramente permitió dar una nueva oportunidad para repensar las alternativas de producción y organización en particular en aquellos productores más chicos. Finalmente se plantean algunas reflexiones sobre las ventajas y desventajas de estrategias extensivas e intensivas, es decir entre comportamientos más empresariales, más tradicionales o familiares.

Palabras clave Ganadería de cría; Estrategias; Diversificación; Precios relativos.

SUMMARY

Productive and economic strategies of small and medium producers in Salado basin

This paper analyzes the differential economic impact related to diverse productive and organizational strategies of productive units for two stockbreeding regions of the Province of Buenos Aires, where cattle raising is the major economic activity. The physical characterization of the productive units bore breeding stock, as well as land use, in mind. A second step involved estimating the economic results for two distinct productive cycles (2008/2009, and 2011/2012), assuming that the productive structure is left unmodified; i.e. a comparative analysis is carried out of the results obtained in those two periods. Changes in relative prices, brought about by increases in stockbreeding prices, as against agricultural prices, show generalized improvements in economic and financial indicators in pure cattle raising productive units, as well as in mixed systems. However, and in agreement with the different intensity in the use of the factors, especially land, indicate disparities that are of interest in the interpretation of strategies chosen by the farmers, as well as their degrees of flexibility. Economic and financial results obtained show a greater increase in those cases where the breeding system has greater relevance, and where a traditional production strategy is present (natural pasture feeding). A second relevant factor is the decrease of fixed costs (structure and amortizations costs) in their relationship with production net value. This may imply that the change in relative prices granted, especially small lots' owners, an opportunity to reflect on productive and organizational approaches, Finally, considerations are made on the pros and cons of extensive, vs intensive strategies, i.e. between corporate, traditional, or family behaviors.

Key words Cattle raising; Strategy; Flexibility; Relative prices.


 

1. Introducción

El trabajo se plantea como objetivos identificar distintas estrategias productivas y organizacionales que surgen como resultado de la cuantificación en términos físicos y monetarios de seis esquemas productivos y a partir de esta identificación analizar comparativamente los resultados económicos a nivel microeconómico bajo dos escenarios de precios ganaderos. El primero de ellos considera el ciclo productivo 2008-2009 y el segundo 2011-2012. Estos esquemas productivos fueron caracterizados a partir de un relevamiento efectuado a productores de dos regiones típicamente ganaderas de la Provincia de Buenos Aires, cuya actividad principal es la cría de ganado. El trabajo presenta en primer lugar la metodología utilizada para la caracterización física y económica de la unidad de análisis, posteriormente se detallan los resultados físicos y económicos obtenidos, luego se analizan dichos resultados vinculándolos con el contexto macroeconómico y con las distintas estrategias que se adoptan. Los resultados obtenidos permiten corroborar una de las hipótesis de trabajo que es la presencia de nuevas estrategias organizacionales que surgen como una respuesta al contexto extrapredial, que además permiten dotar de una mayor flexibilidad al negocio. Por otro lado el cambio de precios relativos registrado modifica sustancialmente los resultados. Es así como aquellos modelos ganaderos puros son los que mayor crecimiento en los resultados presentan cuando se analizan los dos períodos, pero a su vez esta relación es aún mejor cuanto mayor sea el aporte pastoril en la oferta y por lo tanto menor la dependencia de la suplementación, que tiene un costo más elevado en términos de kilogramos de materia seca. Tampoco parece ser evidente el correlato entre la mejora en los resultados y eficiencia del stock.

2. Perspectiva metodológica: análisis de casos modelizados, metodología de cálculo

El área de estudio abarca la zona definida como Salado Norte -partidos General Belgrano, Pila, Magdalena y Chascomus- y Salado Sur -partidos de Azul, Tapalqué, General Alvear, Saladillo y 25 de Mayo. En todos los casos se trata de distritos ubicados en la provincia de Buenos Aires. El trabajo se basa en la realización de un estudio de casos a partir de un relevamiento directo a los productores para lo cual se diseñó una muestra para las áreas descriptas anteriormente. Se tuvo en cuenta para la realización de las encuestas una clasificación en la cual se conjugaban aspectos referidos al tamaño de los establecimientos y asociado a ello el de la unidad productiva y la otra variable referida a la residencia del productor por tratarse de un elemento que se consideraba a priori relevante en la organización de la empresa1. De esta forma se podía esquematizar de la siguiente manera:

A priori se definió como grande a productores con un stock de vacas en producción mayor a 400 vientres, medianos entre 100-400 y pequeños con menos de 100 vacas. A partir de este contexto de trabajo se realizó una encuesta razonada de 16 casos con el objetivo de cubrir la diversidad socio productiva ya identificada en estudios previos2, abarcando los partidos mencionados con anterioridad. La información de los casos fue obtenida a través de entrevistas en profundidad a los productores seleccionados. Se realizó una primera clasificación de acuerdo al stock de vacas, una segunda variable considerada fue el uso del suelo y la presencia de agricultura. Los criterios mencionados permitieron obtener seis esquemas productivos distintos, que fueron posteriormente modelizados. En cuanto al lugar de residencia, en 5 casos se adoptó el criterio que el mismo es en un pueblo o ciudad cercana y en el restante en el campo. Conceptualmente se ha definido a un modelo como una simplificación y abstracción de la realidad que, a través de supuestos, argumentos y conclusiones, explica una determinada proposición o un aspecto de un fenómeno más amplio. Alternativamente se puede decir que un modelo toma elementos de la realidad, trata de establecer relaciones causa-efecto, con lo cual permite explicar y establecer predicciones. Se trata de una simplificación de la realidad, pero que adquiere operatividad en la medida que tiene poder predictivo3.
A los efectos de caracterizar en cuanto a sus variables físicas a cada uno de los modelos identificados y teniendo en cuenta la información que suministraron las encuestas, se procedió de la siguiente forma:

a) La superficie total fue desglosada entre superficie efectiva ganadera y agrícola para los casos de los modelos mixtos. Para ello se calcularon tiempos de ocupación de la agricultura y aprovechamiento de rastrojos agrícolas para la ganadería, razón por la cual si se relaciona superficie ocupada por los cultivos respecto del total del modelo, la participación que surge es mayor dado que este cálculo supone que la agricultura utiliza todo el año el suelo cuando en la realidad ese período es menor. Otro elemento a tener en cuenta es que los cultivos comúnmente llamados de «segunda» no se consideraron como superficie agrícola adicional (es decir se supone que fueron realizados sobre un cultivo de cosecha fina).
b) El balance forrajero se realizó teniendo en cuenta los aportes del campo natural, pasturas, verdeos, heno y suplementación con grano y concentrados en el caso de la oferta. Para estimar la demanda de cada uno de los casos modelizados se estimó la carga efectiva sobre la superficie ganadera. Dentro de la demanda se determinó que porción de ella correspondía al rodeo de cría puro siendo el resto asignada a los procesos de engorde.
c) Se diseñó un esquema de producción y venta (% de preñez, terneros logrados, reposición interna o externa) que permitió estimar la producción de carne total. Para la estimación de los volúmenes de producción ganadera además del componente forrajero, se elaboró, teniendo en cuenta la información básica (encuestas), un paquete sanitario, de requerimientos de personal y manejo ganadero que resultara compatible con el resto de las características de cada uno de los modelos.
d) En cuanto a la agricultura se consideró la superficie agrícola efectiva ocupada realizándose una discriminación por cultivos. Se estimaron rendimientos compatibles con los paquetes tecnológicos utilizados y las calidades de sitios.
e) Finalmente se realizó una descripción del capital agrario (Capital fundiario y de explotación) para cada uno de los modelos.

Las estimaciones en términos monetarios (valor bruto de la producción, gastos, amortizaciones y valuación del capital agrario) fueron efectuadas de la siguiente forma: En el caso del valor bruto de la producción ganadera, surge del producto de la estimación de la producción física de cada etapa (cría y engorde) por los precios promedios de cada categoría para los períodos julio 2008/junio 2009 y julio 2010/junio de 2011 y julio 2011/junio 2012. Los gastos de comercialización en la ganadería fueron estimados en base a un análisis donde se efectuó un seguimiento de dichos gastos durante cinco años para un establecimiento agrícola-ganadero del área de estudio estimándose de esta forma el porcentaje de los mismos en relación al valor de las ventas para operaciones directas, remates ferias y Liniers. Ese coeficiente fue aplicado para el cálculo del valor neto de la producción ganadera. Para la valorización de la producción agrícola se utilizaron precios de pizarra descontados los gastos de comercialización y cosecha de las campañas 2008/09, 2010/11 y 2011/2012. Los costos agrícolas y ganaderos fueron considerados de acuerdo a los precios de los períodos mencionados anteriormente. El capital agrario, amortizaciones y gastos de mantenimiento del capital fueron estimados a valores de diciembre de 2008, 2010 y 2011.
Para la valuación del capital agrario y el calculo de amortizaciones, se consideró: i) Para la tierra se tomó el valor libre de mejoras; ii) Para las mejoras ordinarias y el capital fijo inanimado se tuvo en cuenta la antigüedad del mismo aplicándose el criterio de valuación VRACI o el valor residual en aquellos casos en que los bienes tuviesen una antigüedad superior a la vida útil estimada, y se aplicó un sistema lineal para el cálculo de las amortizaciones; iii) el stock ganadero se valuó a los precios de mercado, no se practicaron amortizaciones sobre los vientres dado que se asumió que existe reposición interna y por tanto se amortizan en forma implícita por la disminución de las ventas (hembras) y el costo de recría, para el caso de los reproductores machos se adoptó un criterio similar, debido a que la información que surgía de las encuestas presentaba situaciones de reposición interna y circunstancialmente externa; iv) El resto del capital fue valuado a precios de mercado no computándose gastos financieros dado que del relevamiento efectuado no se podía inferir que se trabaje con capital de terceros, tampoco se computó un costo de oportunidad sobre el capital propio. Finalmente los gastos de mantenimiento del capital fueron estimados en el 1,5% del capital fundiario (sin considerar la tierra) y del capital fijo inanimado. En cuanto a los gastos de estructura han sido considerados el impuesto inmobiliario, la tasa para la conservación y reparación de la red vial, honorarios pagados a profesionales del área contable y gastos de movilidad considerando el lugar de residencia. De acuerdo a los datos de las encuestas realizadas se puede inferir que aquellos que están a cargo del manejo de los establecimientos residen en una ciudad cercana (40 km. de distancia como máximo del campo) en cinco casos mientras que en el restante se consideró que reside en el campo. Se han considerado ingresos extraprediales en dos modelos en base a la información que surgía de las encuestas. Estos ingresos provienen de la realización de labores agrícolas realizadas en campos de terceros, situación ésta que era a su vez corroborada por el parque de maquinaria que disponían. No se ha computado remuneraciones al productor, motivo por el cual los resultados obtenidos constituyen una remuneración al capital agrario invertido, a la capacidad empresaria y al aporte de trabajo directo que se realice.
Las fuentes de consulta utilizadas para los precios, la estimación del capital, gastos de mantenimiento y de algunos gastos de estructura fueron: Revista Márgenes Agropecuarios, Pagina WEB del Mercado de Liniers y de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Revista Vivienda, Médicos Veterinarios de las áreas de influencia donde se efectuaron los relevamientos y Empresas Privadas. En el caso del calculo del Impuesto Inmobiliario Rural fue calculado teniendo en cuenta el valor promedio de las cuotas pagadas en el período 2008/2009 y 2010/2011y 2011/2012 determinado por el ARBA para los municipios de las dos áreas de estudio4; en tanto que la tasa vial se estimó en un 45% del valor del impuesto inmobiliario.

3. Resultados obtenidos

En este acápite se presentarán las características físicas y cálculos de resultados económicos que surgieron de la información básica obtenida del trabajo de campo que posteriormente fue modelizada con los criterios explicitados anteriormente.

3.1. Aspectos físicos de los modelos
Como ya ha sido mencionado se obtuvieron seis modelos cuya características fundamentales (superficie total, uso del suelo, stock de vientres en producción, carga ganadera y producción de carne) se sintetizan en el Cuadro 1. Como puede observarse se presentan tres grandes estratos tanto en superficie como en tamaño del rodeo de vientres. Una escala situada entre 700 y 800 has. con un stock de vacas en producción superior a 400 cabezas. Luego una escala intermedia entre 200 y 300 has. que poseen menos de 200 vientres y finalmente el rango de menor superficie con una superficie inferior a las 200 has. y un rodeo inferior a las 100 vacas. En estos tres grandes grupos conviven esquemas totalmente ganaderos con aquellos que combinan la ganadería con la agricultura. Otro aspecto que se puede apreciar es que en los modelos mixtos grandes o medianos la carga ganadera por unidad de superficie es mayor que en aquellos ganaderos puros, lo cual tiene su correlato en los valores de productividad por ha. Finalmente también es importante destacar que casi todos (excepción del modelo 5) realizan procesos de engorde total ó parcial de su propia producción.

Cuadro 1. Variables físicas de los modelos

Esta situación confirma algunas hipótesis que a priori se habían planteado en el sentido que por diferentes motivos la tradicional ganadería de cría había tenido modificaciones en cuanto al producto final que generaba incorporando nuevos eslabones en la cadena de producción primaria. En cuanto a la oferta forrajera es importante destacar la complementación del sistema pastoril con reservas de forrajes (rollos), grano y concentrados particularmente en los sistemas mixtos que permiten incorporar el engorde como actividad en sus establecimientos. En los modelos ganaderos puros el mayor aporte de la alimentación es el campo natural con baja participación de pasturas permanentes. El caso extremo es el modelo M1 donde la pradera natural aporta más del 95% de la oferta forrajera, constituyéndose en el esquema más «extensivo» y tradicional. En el Cuadro 2 se presenta una síntesis del origen de la alimentación por modelo.

Cuadro 2. Oferta forrajera por modelo

La presencia de verdeos de invierno ó verano ó su utilización diferida (sorgo) en este ultimo caso, se observa como una alternativa al empleo de pasturas perennes. Es posible que las limitantes climáticas (sequía particularmente para el periodo 2008/09) hayan contribuido a estructurar esta oferta forrajera. Pero debe tenerse en cuenta que la implantación de pasturas implica una mayor inversión e inmovilización del capital, disminuyendo la flexibilidad del sistema productivo. El reemplazo de las pasturas por la suplementación y verdeos permiten de alguna manera repensar la estrategia productiva anualmente. Adicionalmente una de las razones para la incorporación de la agricultura en el esquema productivo es la provisión de granos para la alimentación del rodeo. Pero la utilización de los mejores suelos para la agricultura compite con la implantación de pasturas de mayor calidad y productividad de pasto. En cuanto a tecnologías de manejo se observa que el alambrado eléctrico ha sido incorporado en todos los casos analizados junto a la suplementación a campo ó a corral, encierre nocturno, etc. En lo referido al manejo sanitario y reproductivo se ha incorporado el tacto en vientres (vacas), control de reproductores machos, vacunación de mancha, carbunco y neumonía y el suministro de antiparasitarios y cobre. La aplicación de otras vacunas en general no es frecuente. De acuerdo a lo expresado en el Cuadro 1 la agricultura aparece en tres de los seis modelos caracterizados (M2, M4 y M6). En el siguiente cuadro se presentan la superficie ocupada y los rendimientos considerados.

Cuadro 3. Uso del suelo agrícola por modelo

Otro aspecto a tener en cuenta es que tanto el maíz como la cebada son cultivos que permiten complementar la alimentación del ganado abaratando los costos del engorde ó alternativamente mejorando el precio del grano al convertirlo en carne5. La presencia de trigo solo puede explicarse como parte de un esquema de rotación, si se tiene en cuenta que los márgenes brutos para la campaña en que fue realizado el relevamiento fueron negativos y que la posibilidad de aprovechamiento para forraje no está difundida en la zona. En cuanto al Capital Agrario se observa que el parque de maquinaria está asociado a las actividades ganaderas: desmalezadoras, pinche y la presencia de tractores en todos los casos, siendo mayor en aquellos establecimientos más pequeños, donde se consideraron dos tractores. Este dato permitió identificar actividades extraprediales de estos productores como contratistas a los efectos complementar los ingresos que obtienen de sus establecimientos. Los requerimientos de mano de obra asalariada muestran diferencias entre cada uno de los modelos en particular si se relaciona con la superficie total del establecimiento y el nivel de intensificación de la ganadería con la presencia de suplementación. En el siguiente cuadro se presenta la demanda del personal asalariado por modelo. Es preciso aclarar que no se computa en este cuadro el aporte del trabajo familiar.

Cuadro 4. Personal ocupado por modelo

Obsérvese que en los modelos donde existe mayor porcentaje del suelo destinado a engorde (M2 y M4) la demanda de mano obra crece, fundamentalmente de personal transitorio. En lo referido al asesoramiento técnico-profesional en todos los casos es permanente en lo vinculado a aspectos contable-impositivos. Los establecimientos con más de 400 vacas en algunos casos cuentan con asesoramiento permanente Ingenieros Agrónomos o Veterinarios; en el resto sólo se recurre en casos puntuales a estos profesionales. Si se realiza un análisis comparativo entre modelos de una misma escala (superficie o stock) y con usos del suelo distinto, se puede observar que los modelos netamente ganaderos producen menos carne por unidad de superficie ganadera que los mixtos. A su vez si se analiza por escalas dentro de un mismo esquema productivo, en los modelos mixtos la productividad ganadera disminuye a medida que el tamaño de los establecimientos es menor. Esta situación no es tan evidente en aquellos netamente ganaderos donde por ejemplo se observa un alto nivel de productividad relativa en el modelo M3. Otro elemento que ha sido analizado es la eficiencia del stock ( kilogramos producidos por kilogramo de carga promedio). En el Cuadro N°5 es posible visualizar este indicador, allí los valores son similares entre los modelos M2, M3 y M4 aproximadamente 0,45 kg., siendo menos eficientes los modelos M1 y M6 (0,33kg.) y un inferior desempeño en el M5 (0,25 kg.). Aquí cabe reflexionar que en principio es esperable que los modelos mixtos que a su vez incorporan la suplementación y el engorde en mayor proporción presenten los mejores indicadores de eficiencia pero también es posible encontrar niveles razonables en esquemas netamente ganaderos (M3), sin que ello esté asociado a variables de tamaño.

Cuadro 5. Eficiencia del Stock Ganadero por Modelo

Finalmente en referencia a la agricultura merecen destacarse dos aspectos: el componente agrícola disminuye con la escala y se verifica la presencia del cultivo de maíz en todos los casos analizados, que tiene como principal destino la alimentación del ganado. Sin embargo en todos los casos, los modelos poseen saldo comercializable después de cubrir los requerimientos internos de suplementación.

3.2. Resultados económicos
La estimación de los resultados económicos merece algunas aclaraciones en cuanto a la terminología utilizada a los efectos de interpretar los indicadores que se expondrán. En primer lugar se ha calculado el indicador de Margen Bruto como un resultado del excedente cuasi-financiero6 entre los ingresos y egresos efectivos de una actividad. Se ha calculado el Valor Neto de las Producciones Agrícolas (VNPGA) y Ganaderas (VNPG) como diferencia entre el Valor Bruto de la Producción y los Gastos Variables (comercialización y además cosecha en el caso de la agricultura). Es preciso recordar que la producción ganadera en términos físicos ha sido calculada por el volumen de producción de carne generado en un año sin que necesariamente haya sido comercializada. Además se ha asumido que el sistema ganadero es estable (stock de capital ganadero constante). En las siguientes tablas se presenta una síntesis comparativa para los períodos analizados de los valores calculados a partir del uso del suelo, las productividades, precios y los criterios de valuación del capital agrario y de cálculos de costos. Es necesario aclarar que los resultados obtenidos permiten comparar las variaciones en los mismos por cambios de precios relativos (insumo-producto o producto-producto) toda vez que se ha considerado fijo el uso del suelo y la tecnología empleada. En primer lugar se analiza los resultados financieros a nivel global de los modelos y el aporte de la agricultura en aquellos casos mixtos, luego la evolución en las relaciones insumo producto en la ganadería, posteriormente se observa la trayectoria que han tenido los costos fijos (gastos de estructura) y el capital invertido. Finalmente se analizan distintos indicadores de rentabilidad. En la Tabla 1 se muestra la evolución de los márgenes brutos totales en términos de variaciones porcentuales entre períodos.

Tabla 1. Variación (%) del margen bruto total en $/ha para 3 periodos comparativos en los 6 modelos analizados

En términos generales la mejora en las relaciones insumo-producto particularmente en la ganadería como se verá más adelante, implican un mejor resultado en general pero es importante enfatizar que los mejores indicadores se verifican en el modelo ganadero puro de tamaño medio (M3) donde la orientación ganadera es de un 79 % cría y 21% engorde con una productividad cercana a 200kg carne/ha con un bajo porcentaje de suplementación (6,4% de la dieta total), es decir existe una mayor eficiencia en el suministro de la dieta de granos y concentrados en relación a otros modelos. En síntesis se puede señalar que una intensificación moderada respecto de otros casos analizados consigue mejores resultados a largo plazo. También es importante remarcar que los mejores resultados globales son atribuidos casi exclusivamente a la ganadería dado que en aquellos modelos mixtos la participación de la agricultura en el margen total disminuye entre 2012 y 2008. Dicha disminución en el aporte al margen bruto total de la agricultura fue para el M2 del 22%, para el M4 del 32,2 % y para el M5 del 51,3%. Esta caída es mayor en los modelos de menor superficie donde la dependencia en un único cultivo volatiliza los resultados y la alta participación de la cría implica una mayor dependencia del valor del ternero, que fue particularmente el que mayor crecimiento tuvo en el período 2008-2010. En los sistemas productivos medianos y grandes la caída en el aporte de la agricultura es menor, explicado en parte por una mayor diversificación agrícola y también por la participación en mayor magnitud del engorde que presenta resultados más ajustados. A los efectos de analizar con mayor detalle los costos variables de la ganadería en los siguiente cuadros se presentan las relaciones insumo-producto más importante en la actividad y para el tipo de producción que se ha descripto anteriormente.

Tabla 2. Variación (%) de la participación de los costos ganaderos (alimentación, sanidad y trabajo) sobre el VNPG entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

En términos generales se puede decir que los mejores precios de la actividad implican el crecimiento del excedente, sin embargo esa mejora reconoce una variabilidad importante si se tienen en cuenta los principales costos. Así es como reducción de costos en la alimentación es notoria en el caso de los modelos más extensivos grandes ó medianos ó bien por eficacia productiva en la combinación de la dieta cuando se incorpora la suplementación. La reducción en los costos de la sanidad son menores al resto de los insumos en parte explicado a un mayor ajuste de los costos en particular el de los servicios profesionales7.

Tabla 3. Variación (%) de la participación de la alimentación, sanidad y trabajo sobre el VNPG entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

En cuanto al costo de la mano de obra no presenta mayores divergencias en cuanto a su caída, sin embargo la rebaja en el costo laboral se verifica en mayor medida en el período 2008-2010 (datos no publicados). En síntesis se puede decir que aquel esquema ganadero puro con alta eficiencia en la dieta de suplementación es el que más se beneficia de la mejora en la relación insumo-producto. En cuanto a los gastos de estructura el crecimiento fue para el M1 del 116,5%, M2 115,1%, M3 115,4%, M4 116,2%, y para los de menor escala, el M5 111,2 % y M6 del 113,5 %, un incremento tres veces inferior al de los márgenes (Tabla 1) lo cual implica un rezago en la actualización de los mismos y por lo tanto una licuación de estos gastos que impactan con mayor magnitud en los modelos productivos de menor dotación de tierra. Al incorporarse las amortizaciones del capital a los gastos de estructura a los efectos de totalizar los costos fijos para cada modelo se observa que también se reducen en particular si se los refiere al valor de la producción ganadera (Tabla 4). Sin embargo en este caso el mayor peso relativo de los bienes expuestos a depreciación respecto del total del capital invertido en los esquemas de menor dotación de tierra trae como resultado que la licuación de los costos sea menor. En cuanto al capital invertido en la actividad se observa nuevamente un retraso en la actualización de estos valores, en tal sentido dado que la tierra es el principal componente del mismo se verifica que el ajuste en su valor también sufre rezago respecto de los valores de los productos obtenidos. La conjunción de todos los indicadores mencionados anteriormente permite prever cuáles serán los impactos en los distintos indicadores de rentabilidad que han sido calculados en la Tabla 6.

Tabla 4. Variación (%) de la incidencia de Costos Fijos (gastos de estructura + amortizaciones) sobre el VNPG entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

 

Tabla 5. Variación (%) del capital invertido entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

Tabla 6. Variación (%) de la rentabilidad entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

En este caso debe realizarse una aclaración respecto del crecimiento en el indicador de rentabilidad del modelo 5. Se trata de un esquema de cría puro pequeño que presentaba una rentabilidad en el año base (2008) del 0,68%, motivo por el cuál cualquier cambio de precios relativo hace muy sensible los resultados y por tal motivo se observa el mayor impacto positivo. En el resto de los casos las mejoras oscilan entre casi un 100% (M1) y un 184% (M3), esté último debido a la eficiencia en la composición de la dieta. También es de destacar que si se desglosan los períodos, los esquemas ganaderos puros tienen su mejor trayectoria en el período 2008-2010 y luego los modelos mixtos logran recuperar sus indicadores de rentabilidad respecto de los ganaderos en la medida que los precios ganaderos se ajustan en menor proporción. La Tabla 7 muestra las variaciones en la relación entre el capital invertido y el valor neto de la producción total. Esto implica que indicadores negativos muestran una aceleración en la rotación del capital, ya que con menos ciclos productivos se alcanza el valor del capital invertido.

Tabla 7. Variación (%) de la rotación del capital para 3 periodos comparativos en los 6 modelos analizados

Los datos muestran que los modelos ganaderos puros, son los más beneficiados, mientras que el modelo mixto grande (M2) de mayor complejización en su sistema productivo no varió la velocidad de rotación del capital; sin embargo cabe recordar que es el que tiene un menor valor en este indicador en todos los períodos bajo análisis, es decir presenta una mayor estabilidad frente a variaciones en el contexto económico; situación similar se verifica en el modelo mediano mixto que mejora su rotación pero lejos de la magnitud en que lo hicieron los ganaderos puros. En la Tabla 7 se pueden observar las variaciones entre los distintos períodos de análisis. El caso del modelo mixto más pequeño (M5) la escasa participación agrícola en el planteo productivo implica que influya fuertemente la mejora relativa en el precio de la carne en la velocidad de rotación del capital. La mayor sensibilidad encontrada en los modelos ganaderos puros en los indicadores económicos y financieros implica que se requiera un manejo profesional de estos, mientras que en aquellos esquemas mixtos y con mayor intensificación en el proceso de engorde deben tener incorporado a su gerenciamiento estos índices dado que de lo contrario implicaría rápidamente la salida del negocio. Finalmente y analizando específicamente el retorno por peso invertido en la ganadería se observa que todos los modelos se vieron beneficiados por la mejora en los precios ganaderos, destacándose el caso del M3 donde su eficiencia tanto en la combinación productiva como en la eficiencia en la producción y particularmente en la dieta alimentaria, arrojan un incremento del 90% en esta variable (Tabla 8).

Tabla 8. Variación (%) del retorno por peso invertido en la producción ganadera entre los años 2012-2008 para los 6 modelos analizados

4. Conclusiones

Del análisis y discusión de los resultados obtenidos se puede concluir que se observan en los productores de cría estrategias organizacionales diferenciales en los planos tecnológico y económico. La incorporación de la agricultura en un esquema ganadero tradicional permite diversificar riesgos y posibilita, a través de la suplementación, que la ganadería pueda integrar su producción y ofrecer nuevos productos finales como el novillito y la vaquillona con destino a faena; además de acelerar los procesos productivos particularmente el engorde. Lo mencionado anteriormente no implica que el modelo tradicional de cría haya desaparecido, pero se observa una mayor presencia de sistemas mixtos y con una ganadería más flexible en cuanto al producto a ofrecer en el mercado. Estas estrategias organizacionales fueron en su momento una respuesta al contexto extrapredial pero además permitieron dotar de una mayor flexibilidad al negocio. Esa mayor flexibilidad se tradujo en una menor inversión en activos con un período de recupero más lento como son las pasturas implantadas plurianuales y su reemplazo por la suplementación y verdeos.
Sin embargo al analizarse la evolución en los resultados en los últimos años pareciera más razonable la implantación de pasturas que permiten abaratar el costo de la alimentación; como contrapartida esto significa una inmovilización de capital que no siempre los productores están dispuestos a afrontar y que además tendrá su retorno quizás en una fase del ciclo ganadero con precios relativos más bajos. Un aspecto a tener en cuenta y que resulta trascendente al momento de invertir es el financiamiento; en tal sentido las condiciones del mismo (costos y plazos) suelen ser una limitante para su acceso. El cambio de precios relativos registrado modifica sustancialmente los resultados; en particular en la ganadería, donde se verifica un abaratamiento global de los costos en relación a los ingresos. Es así como aquellos modelos ganaderos puros son los que mayor crecimiento en los resultados presentan cuando se analizan los períodos, pero a su vez esta relación es aún mejor cuanto mayor sea el aporte pastoril en la oferta y por lo tanto menor la dependencia de la suplementación, que tiene un costo más elevado en términos de kilogramos de materia seca. Tampoco parece existir una correlación positiva entre la mejora en los resultados y eficiencia del stock. La transformación del maíz en carne permite asegurar la provisión de grano en los esquemas integrados lo cual implica un ahorro de costos de comercialización del grano y de aprovisionamiento del alimento; ahora bien esta estrategia que parece indiscutible con relaciones insumo-producto ajustadas para la ganadería también debe analizarse considerando el costo de producción de ese grano donde los rendimientos por unidad de superficie no son óptimos versus el aporte en pasto que puede ofrecer ese suelo si se implanta una pastura y se recurre al aprovisionamiento de grano extra-finca. A este comentario también debe incorporarse otro elemento el cual es el incremento notable registrado en los últimos años de los costos de transporte de mercadería, constituyendo un rubro de importancia en el valor final de los insumos.
Un aspecto interesante a analizar es saber cuales son los factores que más se han apropiado de esta mejora en los resultados. En tal sentido aquellos esquemas con menor dependencia de tecnologías de insumos y procesos, es decir más tradicionales, son los que mayor incremento han obtenido. Esto nos permite suponer que ese mayor excedente se puede atribuir al aporte de la tierra mientras que quedaría más relegado las remuneraciones a la capacidad empresaria y su correlato en la eficiencia productiva. Lo expresado anteriormente nos lleva a reflexionar en dos sentidos: el primero de ellos recordar que mayor productividad no significa mayor beneficio y el ser cautelosos al momento de las recomendaciones respecto a los planteos ganaderos. Nótese que el cambio de precios relativos no es sólo entre la agricultura y la ganadería sino que dentro de la ganadería la cría mejoró sustancialmente los resultados respecto del engorde y más aún si ese engorde se logra con suplementación basada en granos y concentrados, donde los márgenes son relativamente estrechos. Entonces aquí nuevamente cabe repreguntarse si es mejor integrar el proceso productivo ó por el contrario mantener el sistema de cría y por supuesto mejorarlo con técnicas que minimicen costos. Sin duda la respuesta no es fácil y no sólo depende de los resultados económicos sino de las características del productor y del establecimiento. En tal sentido Carricart et al., (2004) realizan consideraciones asociadas al ciclo de vida de las unidades productivas donde se analiza que mientras transcurre la vida del productor y de su familia, el capital, la mano de obra y los consumos se modifican. Las economías de escala siguen explicando una parte importante de la rentabilidad económica de los sistemas productivos y el peso de los costos fijos (gastos de estructura y amortizaciones) constituyen un elemento importante que dificulta la capitalización de los pequeños productores. Esto se ve reflejado en los modelos de menor superficie que combinan la actividad con otras fuera del establecimiento, como puede ser la ampliación de la oferta de labores en campos de terceros. Las mejoras en los resultados de la ganadería han aliviado el peso de estos costos fijos particularmente en los pequeños productores, esto permite generar algún excedente que deberá ser destinado con la mayor racionalidad posible para poder mantenerse en el sistema ó bien ensayar alguna reconversión productiva.
Asimismo se considera un momento adecuado para analizar que tipo de replanteos deben hacerse en las políticas públicas que acompañen y sostengan estos sistemas de manera de contemplar una ocupación del espacio rural con diversidad de productores y otros actores locales. En tal sentido aprovechar la disponibilidad de mano de obra, impulsando emprendimientos con un uso intensivo de la misma orientándose a actividades con mercados de fácil acceso, con posibilidades ciertas de colocación del producto. La mayor productividad por hectárea, como consecuencia de la suplementación, trae como resultado niveles de rotación del capital más rápidos y también requerimientos organizacionales adicionales en cuanto al manejo de la empresa, sin embargo estos resultados que eran muy favorables en el período 2008/09 siguen siéndolo pero en menor medida en el último ciclo.
Es esperable que aquellos modelos con una baja diversificación de su producción, presentan mayores riesgos ante situaciones de mercado desfavorables, y en contraposición obtienen mayores ganancias frente a escenarios favorables. Es necesario, por lo tanto, analizar los plazos de cada fase de mercado, y así aprovechar las posibilidades de inversión en los momentos de auge y la capacidad económica y financiera para permanecer en la actividad en los tiempos adversos. La trayectoria de los sistemas ganaderos puros con manejo adecuado de los excedentes en ciclos favorables resulta de importancia decisiva para enfrentar períodos de relaciones insumo-producto más adverso. Nuevamente en este aspecto las diferencias entre pequeños, medianos y grandes productores son importantes dado que existen costos asociados al mantenimiento de la familia que en términos relativos a los resultados de la actividad productiva, son muy distintos. Si bien es cierto que particularmente en los productores chicos, pueden existir ingresos extra prediales que permitan solventar -en parte- los retiros destinados al consumo familiar, el peso de los costos fijos como ya se ha mencionado son muy importantes. Por último, es preciso resaltar que modificaciones tan importantes en los resultados no ayudan a consolidar estrategias de largo plazo y además nos llevan a ser muy cautelosos al momento de realizar recomendaciones sobre las mejores opciones tanto desde la perspectiva productiva como económica. En tal sentido resulta útil realizar un análisis plurianual de los resultados y de esta forma establecer una tendencia en los mismos que ayude a definir las estrategias más adecuadas, que significan en muchos casos la inmovilización de capital y por lo tanto mayor rigidez en la estructura productiva.
La complejidad de una actividad como la agropecuaria que presenta sus propias características diferenciales en lo productivo respecto de otros sectores de la economía y los cambiantes escenarios económicos a los cuales se enfrenta implica que «tranqueras adentro», se vuelva necesario tener un seguimiento muy preciso de los indicadores económicos y financieros. Asimismo para los decisores de políticas públicas, reconocer la heterogeneidad de los actores y las distintas formas de intervención que se pueden adoptar para modificar favorablemente las tendencias de ocupación del espacio rural por una diversidad de explotaciones y no si se deja actuar al mercado como asignador de recursos.

Notas

1 La variable residencia solo fue considerada en este trabajo a los efectos del cálculo de gastos de movilidad de los productores. Estudios previos indicaban que la residencia del productor tenía impacto en la adopción de técnicas.

2 Carricart P.E. Gómez Berisso V. «Productores de Cría en el partido de Magdalena. Una aproximación a una nueva tipología» PIEA Noviembre de 2001; Carricart Pedro E. Gómez Berisso V. «La Ganadería de Cría en el partido de Magdalena y los Actores Sociales» AADER Setiembre 2002; Carricart P.E. y Gómez Berisso, V. «Productores de Cría en el Partido de Magdalena: Aproximación a una nueva Tipología» PIEA 2003.

3 Mochon, F. y Becker, V. (2003) Economía Principios y Aplicaciones. Mc. Graw Hill 3° Edición.

4 En ambos casos se consideraron la 2ª y 3ª de un año y la 1ª del siguiente.

5 Uno de los gastos evitados al consumirse el grano dentro del establecimiento es el flete que se ha incrementado en los últimos años.

6 Se ha computado solamente las amortizaciones directas en los cálculos de costos de la maquinaria y de las pasturas para el costo de alimentación.

7 Muchos servicios veterinarios están asociados al valor del ganado en pié.

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