SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.49 número1REVISANDO LA CRISIS DE LOS PARTIDOS DESDE UNA ESCALA PROVINCIAL: Radicales y conservadores en Tucumán (1940-1943)NOTICIAS DEL DEPARTAMENTO DE HISTORIA. XIV JORNADAS INTERESCUELAS: DEPARTAMENTOS DE HISTORIA índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Revista de historia americana y argentina

versão On-line ISSN 2314-1549

Rev. hist. am. argent. vol.49 no.1 Mendoza jul. 2014

 

ARTÍCULOS DE HISTORIA ARGENTINA

La Virgen del Carmen en San Carlos de Bariloche: Devoción, pertenencia chilena y construcción identitaria (1970-1994)1

 

Ana Inés Barelli
CONICET/IDDyPCa/UNRN. San Carlos de Bariloche. Río Negro. Argentina.inesbarelli@hotmail.com

Recibido: 12-VIII-2013
Aceptado: 01-XI-2013


RESUMEN

La ciudad de San Carlos de Bariloche se destaca por ser receptora de diferentes corrientes migratorias, siendo especialmente importante la presencia chilena, que se remonta a la edificación del poblado.
Desde principios de 1970 los migrantes chilenos se visualizaron dentro de la ciudad en diferentes agrupaciones poblacionales precarias. Entre estos espacios, el barrio La Cumbre se lo conoció, por esos años, como el barrio de chilenos. De acuerdo a las fuentes documentales que se ha recogido los inicios de la organización barrial estuvieron íntimamente relacionados con la capilla Nuestra Señora del Carmen, construida a fines de los '60 y puesta en funcionamiento a principios de los '70.
El presente trabajo se propone analizar el proceso de conformación de la capilla (1971-1994) como espacio sagrado de pertenencia chilena en la construcción identitaria barrial y la devoción mariana bajo la advocación Nuestra Señora del Carmen como parte fundamental de dicho proceso. Para luego, poder visualizar cómo el traslado y la práctica devocional carmelitana de los chilenos en San Carlos de Bariloche puede analizarse como una estrategia de integración que los migrantes emplean en respuesta a un proceso de desarrollo social que se tornó cada vez más excluyente debido a los contextos políticos cada vez más autoritarios.
Palabras claves: Bariloche; Virgen del Carmen; Pertenencia chilena; Exclusión.

ABSTRACT

The city of San Carlos de Bariloche stands out for being recipient of different migratory flows, the Chilean presence, which dates back to the construction of the town being especially important.
Since the beginning of 1970 Chilean migrants were visualized within the city in different poor population groups. Between these spaces, the La Cumbre neighborhood knew him is, for those years, as the Chile barrio. According to documentary sources that is picked up the beginnings of the neighborhood organization were closely associated with the chapel of Nuestra Señora del Carmen, built at the end of the ' 60s and put into operation at the beginning of the ' 70s.
The present work intends to analyze the process of formation of the Chapel (1971-1994) as sacred space of Chilean membership in neighborhood identity construction and the devotion for Mary under the advocation of Nuestra Señora del Carmen as a fundamental part of this process. Then visualize how the transfer and the Carmelite devotional practice of Chileans in San Carlos de Bariloche can be analysed as an integration strategy employing migrants in response to a process of social development which became increasingly more inclusive due to the increasingly authoritarian political contexts.
Key words: Bariloche; Virgen del Carmen; Chilean membership; Exclusion.


INTRODUCCIÓN

La presencia chilena, en San Carlos de Bariloche, se remonta a los inicios del poblado, a través de los contactos de intercambios comerciales de fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Estos intercambios se iniciaron con la población de la ciudad de Puerto Montt y con el tiempo se extendieron por diferentes corredores fronterizos2. Dentro del proceso migratorio chileno resulta significativa la dinámica que se produce en la década de 1970, dado que a diferencia de otros períodos donde la migración se justificaba mayormente desde aspectos económicos, los motivos de estos años estuvieron marcados, en general, por persecuciones políticas y por la precarización de las condiciones laborales ligadas al golpe al Gobierno socialista de Salvador Allende (1973) y a la instalación del gobierno dictatorial de Augusto Pinochet3 que fue cercenando a miles de chilenos sus derechos jurídicos, políticos, culturales, económicos y sociales, negándoles el derecho a vivir y a desarrollarse dignamente en su propia patria4. Estos flujos migratorios que ingresaron a la ciudad en un contexto de urgencia llevaron a repensar los modos de asentamiento de la ciudad. Es por ello que desde principios de 1970 los migrantes chilenos se visualizaron dentro de la ciudad en diferentes agrupaciones poblacionales precarias, dentro de las cuales se encuentra el barrio La Cumbre, conocido, durante esos años, como el barrio de chilenos. De acuerdo a las fuentes documentales que se ha recogido, se advierte que los inicios de esta organización barrial estuvieron íntimamente relacionados con la fundación de la capilla Nuestra Señora del Carmen (mapa 1).


Mapa 1: Localización de la Capilla Nuestra Señora del Carmen y los Barrios La Cumbre y El Mallín. Fuente: Ana Inés Barelli, 2013

Este proceso eclesiástico de organización institucional transitó dos etapas muy significativas: la época de la capilla (1971 - 1994), bajo la jurisdicción de la parroquia Inmaculada Concepción5 por la Congregación Salesiana, que atravesó los períodos políticos más violentos de Argentina; y la época de la parroquia (1994-2012) bajo la órbita de la diócesis, con problemáticas sociales que se ligaron a procesos económicos de exclusión, en el marco de gobiernos democráticos. Sin embargo, en el presente artículo se aborda exclusivamente la primera etapa correspondiente a los años 1970-1994.
Durante este periodo, la capilla se fundó por iniciativa barrial y fue presidida por la Congregación Salesiana de la ciudad. La advocación mariana que eligieron para el recinto fue la Virgen del Carmen, conocida en el país trasandino por ser la Patrona Nacional de Chile. Este patronazgo tuvo un origen castrense debido a que se la identificó con los soldados vencedores en la guerra por la Independencia y, desde ese lugar, se la constituyó como uno de los pilares fundantes del Estado Republicano chileno6. Esta identificación de la Virgen con lo castrense se reforzó desde lo simbólico y lo discursivo durante la dictadura militar de Augusto Pinochet (1973-1990).
Resulta significativo mencionar que en Bariloche, hasta mediados de la década de 1960, la migración chilena, teniendo en cuenta el proceso de exclusión que transitó los años siguientes, presentaba un grado de aceptación más amplio. Es decir, se los reconocía como parte constitutiva de la sociedad barilochense ya que, según los estudios de Nuñez7 , existía un gran interés por los intercambios económicos trasandinos. Las causas que llevaron a un cambio de actitud hacia el vecino país se pueden hallar en las características que asumen las relaciones binacionales en el marco de la pretorización del Estado8 que operó en la Argentina y su consecuente exacerbación de las diferencias nacionales. Si bien las cuestiones de límites no se cerraron definitivamente con los pactos de Mayo9 de 1902, la intensidad de la discusión disminuyó claramente poniendo fin a la carrera armamentista entre la Argentina y Chile y relegando los temas territoriales en la agenda binacional10. La cuestión limítrofe dejó de ser preponderante y su lugar fue ocupado por temas como la construcción de corredores y ferrocarriles bioceánicos, la elaboración de tratados de integración económica, las propuestas de unión aduanera y hasta alianzas políticas y militares11. El golpe de Estado que derrocó al presidente Juan Domingo Perón, a mediados de la década del cincuenta, marcó la intromisión de las Fuerzas Armadas en la dinámica política de la Argentina abriendo las puertas a la pretorización del Estado, entendido como la asunción por parte de la corporación militar de funciones que excedían su tarea específica12. Este proceso irá in crescendo hasta el año 1966 en que el golpe del General Juan Carlos Onganía establezca un tipo de régimen que Guillermo O´ Donnell denominó como Estado Burocrático Autoritario, en el que se reemplazó las propuestas integracionistas por la doctrina de la Geopolítica y de la Seguridad Nacional13. Con el aumento de la injerencia castrense en Cancillería las cuestiones limítrofes volvieron al centro de la agenda binacional tensionando las relaciones entre ambos Estados. Estos cambios en la política exterior dieron nuevos bríos al discurso nacionalista, que en el campo historiográfico generó la revitalización y extensión de una producción agresiva que basaba su argumentación en las tesis fundacionales, pregonando la desconfianza ante un vecino expansivo que buscaba lacerar una patria cercenada por la impericia de la clase dirigente vernácula. Este argumento acabó ocupando el centro de la escena ideológica y cultural de ambos países14. Bohoslavsky muestra como en los relatos sobre las huelgas patagónicas de 1921, no hay mención a una conspiración chilena hasta el año 1967 en que las corrientes nacionalistas intentan mostrarlo como una maniobra del gobierno del vecino país15. Es en este contexto en que se incorporaron las mencionadas lógicas de exclusión que afectaron simbólica y materialmente a los migrantes chilenos. Un ejemplo que resulta significativo mencionar fue el cambio de fecha de la fundación de Bariloche que pasó del 8 de febrero al 3 de mayo. Este cambio se realizó tras el 1° Congreso de Historia de Río Negro en noviembre de 1968 en San Carlos de Bariloche, donde se eligió16 esa fecha teniendo en cuenta la expedición de Julio A. Roca que, por decreto del 3 de mayo de 1902, había dispuesto la reserva de tierras del paraje San Carlos para la fundación de un pueblo. En relación al 8 de febrero, fecha que anteriormente se tomaba como fundacional, era una fecha que rememoraba cuando, en 1895 un chileno de origen germano, Carlos Wiederhold, había fundado el comercio Don Carlos, en torno al cual se había asentado la población17. Esta información, en 1968 se deja de lado en función de una construcción del olvido que se institucionalizó en 1969 y de una lógica de exclusión que operó en clave de quienes son los considerados pioneros18 de la ciudad. De esta manera, el poblamiento chileno se fue reduciendo cada vez más a la figura de problema, alimentando simbólicamente el trazado urbano con que se fue pensando y diseñando la ciudad.
En el marco de este contexto de exclusión, se advierten los primeros lazos entre la capilla y el barrio. Estos espacios si bien se encontraban unidos desde el origen, el barrio organizó y armó las comisiones19 que llevaron adelante la construcción de la capilla, durante los meses de culminación de obra y en los años subsiguientes, se produjo una vinculación más estrecha entre la Junta vecinal, las comisiones y la Congregación Salesiana. Estos lazos que se establecieron entre los migrantes chilenos, el barrio, la capilla y los salesianos se visualizaron, desde el plano simbólico, a través de ciertos momentos como: los festejos chilenos del 18 de septiembre, en el recinto, la entronización (1972) y coronación (1985) de la imagen de la Virgen del Carmen Patrona Nacional de Chile, también en la capilla; y la incorporación de una procesión por las calles de ambos barrios con otra imagen de la misma advocación, la Virgen del Carmen de la Independencia, Patrona del Ejército de los Andes. A partir de allí se inició la etapa conocida, tanto por el barrio La Cumbre como el barrio El Mallín -barrio aledaño con fuerte presencia chilena -, como la época de la capilla. (mapa 1)
De esta manera, el presente trabajo tiene como objetivo analizar el proceso de conformación de la capilla Nuestra Señora del Carmen (1971-1994) como espacio sagrado de pertenencia chilena en la construcción identitaria barrial y a la devoción mariana carmelitana como parte fundamental de dicho proceso. Para luego, visualizar cómo el traslado y la práctica devocional carmelitana de los chilenos en San Carlos de Bariloche puede ser leída como estrategia de integración en respuesta a un proceso de desarrollo social que, debido a los contextos políticos autoritarios, se tornó cada vez más excluyente. En función de ello, el artículo se organiza en tres partes: una primera parte introductoria a la temática, en donde se desarrollan las características de la migración chilena en la ciudad junto con el proceso de organización y puesta en funcionamiento de la capilla Nuestra Señora del Carmen en el barrio de los chilenos; una segunda parte, dedicada especialmente a la Virgen del Carmen en donde se analiza el origen de la advocación en Chile y su traslado a San Carlos de Bariloche; para finalmente abordar a la devoción mariana del Carmen y el proceso de conformación de la capilla como espacio sagrado de pertenencia chilena y a la práctica devocional como estrategia de integración.
La metodología que se utiliza es de tipo cualitativa a través del análisis de fuentes escritas (Las Crónicas de las Casas de la Parroquia Inmaculada Concepción; Boletines de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen), orales (entrevistas a: los primeros sacerdotes de la Capilla, migrantes chilenos devotos y no devotos) y visuales (fotografías personales, imágenes marianas de bulto20).

LOS CHILENOS EN SAN CARLOS DE BARILOCHE

La migración chilena en San Carlos de Bariloche (1970-2012)

La migración chilena, como ya se mencionó, tiene presencia temprana en la ciudad de San Carlos de Bariloche. Según Matossian para 1895 en la ciudad el porcentaje de extranjeros representaba más de las tres cuartas partes de la población total. Para 1914 con la presencia del Estado Argentino y con la afluencia de la migración europea, la población nacida en Chile pasó al 34 por ciento de la población total y al 84 por ciento sobre el total de extranjeros, siendo el 11 por ciento población europea21. Durante 1930 y 1940 se sumaron los flujos migratorios vinculados con la mano de obra para infraestructura y servicios que generó la creación del Parque Nacional Nahuel Huapi (1934), que en 1950 y 1960 se intensificó con el impulso del turismo y el consiguiente aumento de la construcción. De esta manera, para 1960 un 21,3 por ciento de la población en San Carlos de Bariloche era extranjero; sobre ese conjunto un 64,9 por ciento era americano, un 34 por ciento europeo y 1,1 por ciento del resto de los continentes22.
Dentro del proceso migratorio chileno cabe destacar especialmente la década de 1970. A diferencia de otros períodos donde los flujos poblacionales trasandinos se justificaron mayormente desde aspectos laborales, los motivos de migración de estos años estuvieron marcados por un complejo contexto de dictadura que llevó adelante persecuciones políticas y precarización de las condiciones laborales, situaciones estrechamente vinculadas con el golpe militar al Gobierno socialista de Salvador Allende (1973) y con la instauración del gobierno dictatorial de Augusto Pinochet.
Con posterioridad a esta coyuntura se retornó a la lógica migratoria precedente y, en los años ochenta, nuevamente una situación económica favorable en la ciudad, conocida como el boom de la construcción, generó un nuevo impulso a la migración trasandina proveniente de distintas localidades chilenas cercanas a la ciudad: Osorno, Puerto Montt, Valdivia, entre otras23. El modelo político, económico y social impuesto por Pinochet empujó, desde 1980, a salir de Chile a una importante masa de chilenos que se reforzó en cantidad con la represión desatada en 1985 por el Gobierno Militar. De esta manera, en el plano migratorio, la dictadura pinochetista trajo aparejada la imposibilidad de desarrollo, de trabajo, vivienda, salud y educación en el lugar de origen, el desarraigo, la inseguridad, la vulnerabilidad y la exposición a la xenofobia24. Así, por ejemplo, comentaba Julieta y Joel, un matrimonio chileno que llegó a San Carlos de Bariloche a principios de los años '80:

Ju: vinimos en el 83' por la dictadura y por trabajo.
Jo: Nosotros recordamos siempre pero fue muy difícil. No era un buen país.
Ju: Nosotros éramos de Osorno y a mí se me ocurrió venir. Quisimos ir a Buenos Aires y cómo Chile y la Argentina estaban así en guerra y bueno no pudimos ir a Buenos Aires. Y con la dictadura empezó a faltar mucho el trabajo25.

La migración chilena se mantuvo en crecimiento hasta la década de 1990, momento en que las condiciones políticas y socioeconómicas en Chile se tornaron favorables, frente a una Argentina que en un contexto neoliberal se volvió menos hospitalaria y receptiva y más restrictiva. Estos motivos llevaron a que en los años subsiguientes, los flujos migratorios trasandinos disminuyeran y hasta se estacionaran. Es así que el número de nacidos en Chile pasó de ser de 8.461 en el Censo 2001 a 8.265 en el Censo 2010, bajando el peso relativo de la población chilena en el conjunto de los habitantes de la ciudad que pasó de representar un 9,08 por ciento a un 7, 63 por ciento26.
Estas etapas migratorias en la ciudad, como se ha mencionado, también conllevaron un proceso de asentamiento particular y estructuras organizativas diferentes. Los chilenos se visualizaron dentro de la ciudad en diferentes agrupaciones poblacionales, muchas de ellas precarias como el barrio Lahusen, el barrio La Cumbre conocido como el barrio de los chilenos, el Barrio Mallín y el barrio el Frutillar. Sin embargo, el poblamiento inicial, que atravesaba todo el tejido urbano, a fines de la década de 1960 modificó su lógica y a fines de la década de 1970 se produjeron las relocalizaciones forzadas como una muestra en la cual origen y clase de los habitantes fueron elementos a ocultar a través de modos de territorialización impuesta27. Se realizaron modificaciones en la planta urbana que llevaron al surgimiento de los barrios actuales. Es así que durante esta época se llevó a cabo una reconfiguración espacial que afectó directamente a la población chilena. La mayoría de estos movimientos fueron motivados por el gobierno municipal y presionados por el mercado inmobiliario. Estas relocalizaciones tuvieron como resultado patrones de distribución poblacional donde la variable era no sólo por las condiciones socio-económicas de los grupos sino también por el origen o el lugar de nacimiento28. Según Matossian se pueden señalar dos patrones de distribución poblacional en Bariloche en el que se distingue, por un lado, a los nacidos en Chile y en la Provincia de Río Negro y, por otro, a los nacidos en Bariloche, en la provincia de Buenos Aires y en Europa. El primer patrón la autora lo localiza en el área centro-sur del núcleo urbano y en los barrios dispersos al Sudoeste. Mientras que el segundo, los ubica en el sector central, en el extremo Oeste y a lo largo del eje bordeando la costa del Lago, sector que se conoce como los kilómetros; dejando de forma clara los niveles de segregación urbana que desde lo espacial se proyectan en la ciudad29.

Proceso de organización y puesta en funcionamiento de la Capilla Nuestra Señora del Carmen en el barrio de los chilenos (1966-1972)

Los orígenes de la institución se remontan a fines de los años ‘60, momento en que una familia barilochense de apellido Criado dona un terreno a la diócesis, ubicado en el límite de los barrios La Cumbre y El Mallín, para la construcción de una capilla que quedaría bajo la órbita de la Parroquia Inmaculada Concepción. Según las crónicas salesianas30 en el año 1966 el Obispo Borgatti bendice la piedra basal del futuro recinto con el nombre de Nuestra Señora del Carmen. Esta advocación mariana fue elegida por los vecinos del barrio La Cumbre por su patronazgo chileno. En función de este proyecto, para el año 1969, se formó una agrupación de personas, denominada Comisión capilla - escuela31 que, junto con la Comisión de damas chilenas del barrio la Cumbre32 y la Comunidad Salesiana de Bariloche, se encargaron tanto del proceso de construcción como de la puesta en funcionamiento de la capilla33.
El periodo de construcción de la capilla durante los años 1970 y 1971, lo podemos caracterizar, como el momento en el cual se piensa y se inscriben ciertas marcas identitarias34, que vinculan a la capilla con el barrio y más específicamente con los migrantes chilenos, que con el correr de los años se van a transformar, resignificar y, en algunos momentos, invisibilizar. Estas marcas identitarias se construyeron a partir de dos eventos organizados en la capilla durante el periodo de obra: la primera misa, celebrada el 16 de julio de 1971 y el festejo del día de la independencia chilena, realizado el 18 de septiembre del mismo año. Estos acontecimientos resultan muy sugestivos de analizar, debido a que la capilla en tanto símbolo, a decir de Laclau y Mouffe, condensa un significado35 que desborda al significante36. Esto se observa en el testimonio de Tosca, una migrante italiana que participó de ese evento:

No había ningún accesorio ni nada [...] absolutamente nada, era como un galponcito así alargadito. No tenía ni vidrio, ni puerta, el piso estaba lleno de viruta de madera [...] había tanta corriente adentro que la vela se apagó enseguida [...] el libro de misa se le volaban las hojas y el pobre Padre Amartino tenía que buscar dónde estaba leyendo... pero todos estaban ahí [...]37.

De esta manera, el significado va mas allá de lo material, se concentra en el aspecto simbólico que logra que ese primer signo se cimente como parte constitutiva de la memoria barrial.
En otro orden, el festejo chileno del 18 de septiembre, también puede analizarse como marca identitaria que se plasma desde el origen. Es decir, la capilla ya desde sus inicios, en tanto objeto de representación, se construye como símbolo de pertenencia chilena, en donde la comunidad también se reúne a celebrar festejos patrios, come empanadas y bebe pisco38. Así, por ejemplo, nos comentaba Zuni:

Nos vinimos a este terreno en el ‘73 y ‘74 empezamos a ir a la Capilla del Carmen. Era chiquitita y ya estaba en el Barrio. No sé cuando la hicieron. La elegimos porque estaba cerca y porque iban muchos chilenos39.

Durante estos años, también resulta interesante mencionar el accionar de la Congregación Salesiana que, si bien acompañó la iniciativa barrial, intentó en dos oportunidades desvincularse de la capilla, proponiendo el traslado de otras congregaciones religiosa que se hicieran cargo de la misma. La primera invitación, en el año 1970, estuvo dirigida a los Misioneros Montfortianos40, religiosos conocidos por su carisma mariano. Propuesta41 que no se concretó por cuestiones económicas, los misioneros pedían una serie de comodidades para instalarse que excedían el presupuesto de la diócesis y lo recolectado por la comisión del barrio:

 Por tercera vez esta en Bariloche el Padre Jorge Montfortiano para mover construcción de la Cumbre. Parece desanimado pues pensaba encontrar más respaldo económico. Hoy hubo una reunión definitiva con la Comisión de la Cumbre. El irá mañana a Viedma a buscar la última palabra del Obispo. En general no creemos que se adapte a empezar así en Bariloche!!!42

El segundo intento, en el año 1971, se realizó con los Scalabrinianos43 de Mendoza, congregación religiosa comprometida con la realidad migratoria. Sin embargo, según las crónicas salesianas, aunque no se justifica el motivo, esta iniciativa no prosperó44. De esta manera ambos intentos también pueden ser leídos como marcas de origen. Es decir, la capilla se identificó tanto con la migración chilena como con la devoción mariana, impronta simbólica que acompañó todo el derrotero de la misma.
En el transcurso de esos veintidós años, si bien la institución estuvo a cargo de diferentes capellanes45, los sacerdotes que han marcado la memoria de los migrantes fueron dos: Víctor Amartino sdb.46, primer y último Capellán (1972-1980 y 1991-1994), que se preocupó activamente por la situación de los migrantes chilenos en la ciudad (integró organizaciones de asistencia al migrante); y Mario Serafini sdb. (1984-1991), sacerdote que dio un fuerte impulso a la devoción mariana a través de: la implementación de las misiones en los Barrios con la Virgen del Carmen, la coronación de la Virgen y los festejos patronales como fiesta chilena.
Los lazos entre la capilla y el barrio se consolidaron con la puesta en funcionamiento del recinto, el cual conllevó trabajo en conjunto y mejoras sociales. Es así que, por ejemplo, durante la segunda misa de la capilla47 se inauguró para el barrio la Cumbre un Centro Asistencial de Primeros Auxilios, llamado Virgen del Carmen, con sede en la casa de una familia chilena. A esta iniciativa se le sumó la política de asistencia al migrante, llevada a cabo por la Congregación Salesiana, en una época de fuertes restricciones y hostigamiento48. De esta manera crearon el Centro Católico de orientación al Migrantes Chileno49 (1976) y la Comisión de Pastoral de Migraciones de Bariloche50 (1976) como formas de contención y ayuda al migrante chileno.

LA VIRGEN DEL CARMEN EN SAN CARLOS DE BARILOCHE

El culto mariano, manifestación emblemática de las prácticas católicas de religiosidad o piedad popular, forma parte de las creencias y prácticas religiosas colectivas de distintos grupos sociales. Este culto puede ser estudiado como el núcleo de un conjunto de relaciones socioculturales históricas, como matriz social identitaria, así también como resignificación local o regional en la construcción del espacio material y simbólico. La construcción social identitaria, en tanto estrategias simbólicas históricamente construidas, en clave de alteridad, articula representaciones del pasado con prácticas del presente51. Estas representaciones son entendidas como imaginarios sociales dominantes en un conjunto social, que se manifiestan a través de símbolos, ideas, imágenes, valores, etc. que reproducen un poder establecido, construyendo su propia identidad colectiva, marcando territorio, alteridades y memorias52. La dinámica de la memoria colectiva se interpela desde la construcción territorial, es decir, desde distintos imaginarios sobre un lugar en el que se han naturalizado prácticas y sentidos que abrevan más en presupuestos que en la observación directa53. Desde esta perspectiva las devociones marianas, tanto desde la actitud relacional (oración y contemplación), como desde la celebrativa (liturgia, fiestas, devoción popular)54, resultan una variable interesante y profunda para analizar los procesos sociales identitarios debido a que se presentan en una dimensión histórica, generan pertenencia y construyen territorialidad.

El origen de la advocación carmelitana en Chile

La Virgen del Carmen constituye una de las advocaciones más antiguas de la cristiandad55 (figura 1). La presencia de la advocación carmelitana en Chile aparece en la época colonial (s. XVII), vinculada a la orden de los agustinos en la ciudad de Concepción, por ese entonces el sur del Reino. Sin embargo, se trató de una devoción menor que recién adquirió protagonismo con el proceso independentista de principios del siglo XIX. Según Valenzuela Márquez la Virgen del Carmen, que hoy se la conoce como la Reina, Madre y Patrona de Chile, se vinculó con la advocación carmelitana presente en Mendoza durante la preparación del Ejército de los Andes. La misma fue nombrada en 1817 como Patrona del Ejército de los Andes56 por los principales generales de dicho ejército (figura 2). El ingreso de esta Virgen a Chile generó una profunda transformación de la advocación carmelitana chilena. Es decir, si bien se conservó la tradicional imagen57 durante las ceremonias y procesiones oficiales, la misma fue sometida a una resignificación58 que la vació de su contenido primitivo y (se) la revistió de las nuevas funciones militares y proyecciones estatales59. Es así que en marzo de 1818, a un año de su proclamación en Mendoza, se había celebrado, también en la catedral de Santiago, un nuevo juramento a la Virgen del Carmen. Allí se la calificó como Patrona y Generala de los Ejércitos de Chile y luego del triunfo de la independencia, el general O'Higgins volvió a ratificarla como Patrona de las Armas de Chile comprometiéndose a la construcción de un Santuario que se pudo concluir en 1892.


Figura 1: La Virgen del Monte Carmelo. Fuente: www.virgendelcarmen.cl/quien-es-la-vdc


Figura 2: La Virgen del Carmen. Patrona de los Ejércitos de los Andes. Fuente: Iglesia San Francisco, Mendoza. Fotografía de Raúl Hernández, 2010. www.virgendelcarmen.cl/idex.pht.

La vinculación de la Virgen del Carmen con el ejército se mantuvo de forma exclusiva hasta fines del siglo XIX con la Guerra del Pacifico60. Estos conflictos armados proyectaron a nivel colectivo un sentimiento patriótico que alimentaron los discursos políticos y eclesiásticos que vincularon a la Virgen del Carmen con la Nación. A principios del siglo XX, al acercarse el centenario de la proclamación de la Virgen del Carmen, el episcopado chileno solicitó a Roma su designación canónica como Patrona de la República que se concretó en 1923. Tres años después, la Virgen del Carmen era coronada solemnemente como Reina de Chile61 (figura 3). Resulta relevante mencionar que la jura de los Patronazgos62 no representa un hecho intrascendente, sino que a partir de ellos se pueden observar cómo se someten simbólicamente las acciones del estado a un ordenamiento superior, divino, encarnado en la Iglesia Católica, por medio de la imagen oficial de ésta63, en este caso la Virgen del Carmen.


Figura 3: La Virgen del Carmen Madre, Reina y Patrona de Chile. Fuente: Santuario Nacional de Maipú en Chile. www.virgendelcarmen.cl/idex.pht

De esta manera, no resulta pues ni ingenua ni arbitraria la identificación de la Virgen del Carmen con el mundo castrense, que se refuerza desde lo simbólico y discursivo durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990). En este caso la Virgen se la utilizó como dispositivo y artefacto simbólico, posicionándola como guía espiritual y como protectora de las fuerzas armadas, de la dictadura y del mismo Pinochet64.

La advocación carmelitana en San Carlos de Bariloche

La devoción a la Virgen del Carmen en Chile se focalizó especialmente en la ciudad de Santiago, lugar donde actualmente se encuentra el Santuario Nacional de Maipú. La mayor parte de los migrantes chilenos asentados en San Carlos de Bariloche provienen del sur del país65, zonas en donde la devoción carmelitana no tuvo tanta influencia. Es por ello, que los testimonios de los migrantes mencionan como devociones personales a las devociones locales como la Virgen de la Candelaria, la de Lourdes y la del Perpetuo Socorro. Esto, por ejemplo, señalaban Julieta, Polo y Amelia:

La Virgen del Carmen es la patrona de Chile, pero yo en Chile de lo que participaba era de la "Virgen de Lourdes" pero del Carmen no. Pero más al norte si junto con la Fiesta de la Tirana66.

Nosotros tenemos a la Candelaria por lo que vivimos en Chile, pasó que hubo un terremoto en un pueblo cerca de Chiloé y lo único que quedó fue la Virgen [...]67.

- por qué la devoción de Lourdes? Era la devoción del pueblo de Chile?
- claro! Allá había una virgencita en el pueblo Maullín. Toda mi familia era devota de la Virgen de Lourdes le pedíamos que nos de salud, fuerza. Porque uno pasa cosas pesadas padre, falleció mi marido, después se me quemó la casa [...] Usted sabe que nosotros nos íbamos a la fiesta de la Virgen de Candelaria a caballo. Toda la gente de antes iba a caballo, todos! Gente pasaba por la finca de mi finado papá se quedaba a dormir en la noche y después al otro día continuaba el viaje a la fiesta de la Candelaria en Caral Mapu68.

Sin embargo, a la hora de elegir una advocación mariana para la capilla del barrio los migrantes no dudaron en optar por la Virgen del Carmen por sobre sus advocaciones locales. En función de ello, resulta pertinente mencionar la definición de nación de Anderson de comunidad imaginada que elabora imágenes simbólicas de comunión con formas de cohesión69. En este plano simbólico religioso la identidad mariana constituye uno de los elementos que permiten construir esa imagen de comunión, amalgamada con el sentimiento de pertenencia a una Nación que se identifica en el caso de los chilenos, en la Virgen del Carmen.
El traslado de la devoción se inicia con la incorporación de dos imágenes marianas al nuevo recinto: La Virgen del Carmen, Patrona de Chile, despojada de sus atributos militares a la que se le incorporó en 1985 atributos reales; y la Virgen del Carmen de la Independencia Patrona del Ejército de los Andes que, además de los atributos tradicionales (cetro, coronas, hábito marrón y escapularios), posee la particularidad de estar rodeada, en un primer plano, por las banderas de Chile y Argentina y, en un segundo plano, por la bandera de Perú, enfatizando su carácter latinoamericano.

LA VIRGEN DEL CARMEN DE LOS MIGRANTES CHILENOS EN SAN CARLOS DE BARILOCHE (1971-1994)

La devoción a la Virgen del Carmen de los migrantes chilenos en la capilla (1971-1994) se la analiza desde dos ritos de consagración70 que trascienden el acontecimiento, condensan significado y demarcan dos momentos íntimamente vinculados y complementarios desde la dinámica relacional entre el barrio y la Virgen: la entronización (1972) y la coronación (1985). Ambos ritos permiten visualizar el periodo de la capilla en dos etapas: la primera desde 1972 a 1984 y la segunda desde 1985 a 1994.

Entronización de la Virgen del Carmen. Festejos patrios chilenos en la Capilla y procesión mariana en los barrios (1972-1984)

El traslado de la advocación y de la devoción carmelitana a San Carlos de Bariloche se inició con un rito de consagración como fue la ceremonia de entronización71 de la imagen de la Virgen del Carmen en la Capilla, el 6de enero de 197272. La imagen que se entronizó en el altar era la Virgen del Carmen con el Niño con sus atributos tradicionales -escapularios, vestiduras color marrón y coronas-, y con su patronazgo chileno (Figura 4).


Figura 4: La Virgen del Carmen, entronizada en la Capilla (1972). Fuente: Parroquia Nuestra Señora del Carmen.

La ceremonia contó con la participación del Obispo Aleman, junto al Capellán Víctor Amartino sdb.73, en presencia de los vecinos de los barrios El Mallín y La Cumbre y culminó con una procesión con la Virgen por ambos barrios74, consagrando así espacial y simbólicamente el patronazgo de la Virgen del Carmen. De esta manera, la entronización resultó un signo identitario que posicionó a la Virgen como Protectora, sacralizando un espacio de pertenencia, confiriéndole autoridad y poder simbólico.
El sentido de pertenencia también se reforzó a través de otra imagen de la misma advocación, La Virgen de la Independencia bajo el patronazgo del Ejército de los Andes (Figura 5). La misma era utilizada por los fieles en las procesiones y festejos del 18 de septiembre, día de la Independencia chilena.


Figura 5: La Virgen del Carmen. Patrona de los Ejércitos de los Andes. Fuente: Ana Inés Barelli, 2012

Durante esta primera etapa, la práctica que adquirió más relevancia75 fue la procesión por la independencia chilena los 18 de septiembre, siendo los festejos patronales del 16 de julio simples misas recordatorias. Así, por ejemplo, nos comentaba Zuni:

En esa época salíamos todos los 18 de septiembre con la Virgen por el barrio, con banderas chilenas y nos juntábamos a celebrar en la Capilla76.

La Virgen territorializa el barrio desde las procesiones, un modo de exteriorización propio de la Iglesia católica y especialmente del culto mariano. En este sentido, se abordan las procesiones desde Rosendahl como marcadores territoriales o circuitos sagrados y a los círculos sagrados como aquel culto externo en que se manifiesta con más exuberancia el sentido religioso y la devoción popular77. La Virgen de la Independencia, Patrona del Ejército de los Andes, construyó con la procesión barrial un circuito sagrado íntimamente ligado a la cultura chilena. Los festejos organizados por la capilla para los 18 de septiembre, si bien fueron previos a la entronización de la Virgen en el recinto, se resignificaron con ella. Es decir, a la[...] Fiesta chilena [...] con empanadas y pisco [...]78 que transcurría en el interior del recinto religioso se le incorporó la procesión de la Virgen del Carmen de la Independencia por las calles de ambos barrios. De esta manera, se estableció, la imagen que se deseaba proyectar y los límites del círculo sagrado por dónde se iba a transitar79. A la identidad nacional, como comunidad imaginada, se le sumó la resignificación de la advocación del Carmen que construyó pertenencia en el destino y operó como una reactualización identitaria que interpeló, desde las prácticas religiosas que se proyectan en el territorio, a la comunidad local. Así lo comentaba una migrante que participó en esos años de los festejos:

La procesión de la Virgen del Carmen empezó en los ‘70 la llevábamos por el barrio. Se iba por la Browm pasabas todo por esta calle hasta [...] caminábamos, cantábamos y rezábamos80.

Otra vecina del barrio agregaba:

Teníamos esa Virgen de las dos banderas para la procesión [...]81.

Y lo reafirmaba uno de los sacerdotes que estuvo en la época de la capilla:

Nosotros hacíamos la fiesta de los chilenos el 18 de septiembre [...] se hacia una procesión desde Gutiérrez82 con banderas y pancartas [...]83.

Por otra parte, resulta pertinente señalar que las procesiones abarcan el espacio intra-urbano y, en muchos casos, no son sólo rituales religiosos, adquieren también un sentido político, pudiendo exhibir el orgullo, la solidaridad, la identidad y la fuerza de un determinado grupo social, o su protesta de cara a las condiciones de existencia o de procesos sociales en curso84. Una vez que se advierte este entramado identitario particular, se produce el momento de exteriorización de una imagen, ya ritualmente resignificada, que se hace visible en el barrio a través de la construcción de un territorio sagrado (mapa 2). De esta manera, las procesiones del 18 de septiembre en la ciudad también dieron muestras, por parte de los migrantes, de un espacio urbano que se presentaba en disputa con los diferentes poderes locales. Por ello, las prácticas religiosas pueden ser leídas como un recurso de apropiación de un espacio abstracto que traduce ambiciones, querencias o anhelos en el mundo real85 donde los migrantes construyeron pertenencia. Lo sagrado entonces aparece en lugares insospechados y su lenguaje, polisémico, representa el sentir no siempre claro y distinto pero ciertamente firme de grupos que por diversas razones se sienten desposeídos del capital simbólico hegemónico o bien se rebelan contra su desfasaje con respecto a propias aspiraciones y necesidades religiosas86.


Mapa 2: Círculo Sagrado de la Capilla/Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Fuente: Ana Inés Barelli, 2013.

El otro ritual de consagración que se llevó a cabo en la capilla fue el de la coronación de la imagen de la Virgen, durante la época de la capellanía de Mario Serafini sdb.87 (1984-1991). Este ritual se aborda en tanto acto que condensa una relación entre imagen y espectador, claramente basada en la atribución de poderes que trascienden el aspecto puramente material del objeto88. La corona, en tanto símbolo, presenta aquel signo soberano que genera una pertenencia recíproca, donde la misma se transforma en el objeto que sella el pacto entre el pueblo y el rey89. En este sentido, resulta interesante analizar de qué manera dicho ritual, se separa de la simbología estrictamente monárquica para reformularse en contextos republicanos, con el mismo sentido de forjar un pacto entre la Virgen y su Pueblo. Este ritual, desde el plano simbólico identitario otorgó a la advocación mariana un carácter devocional de pertenencia fuertemente chileno y un lugar de centralidad en las actividades pastorales de los migrantes en los barrios. Este acto ritual también aportó un aspecto singular a la identidad chilena migrante, en su proyección barrial que va mas allá del ritual de consagración, propiamente dicho, y se advierte en todas aquellas acciones litúrgicas y pastorales que favorecieron la expansión de la expresión devocional, tales como: las fiestas patronales, las misiones con la Virgen en el barrio y la participación de la capilla en la Peregrinación de la Virgen de las Nieves90.
Según las fuentes salesianas, la coronación de la Virgen del Carmen en la capilla se realizó el 21 de julio de 1985 junto con los festejos patronales del 16 de julio (Figura 6).


Figura 6: La Virgen del Carmen coronada de la época de la Capilla. Fuente: La imagen ha sido tomada por una integrante de la Legión de María después de 1985.

Estos festejos culminaron con una gran Ramada bien a lo chileno91. Así nos comentaba el capellán de esa época, el Padre Mario Serafini:

[...] la fiesta patronal era algo increíble. Porque ellos no la adoraron la amaban por ser la patrona de Chile [...] La fiesta de la Virgen del Carmen era una fiesta tradicional chilena [...] se hacía locro, adentro teníamos baile [...] Se hacía fiesta bien a lo chileno. Yo como estaba en el ejército les pedía que me trajeran la cocina grande y comíamos ahí todos juntos. Después estaban los bailes chilenos. Eso hacía que la gente se entusiasmara mucho [...] Hacíamos membrolé vino caliente. Venían vestidos como "huasos" y hacían unas cuecas espectaculares. Era una comunidad en donde había mucha gente [...]92

Y lo reafirmaba una feligresa:

[...] en los festejos patronales se bailaba se festejaba con vino caliente empanadas y se bailaba cueca93.

Lo interesante de esta ceremonia de coronación fue la estrecha vinculación que presentó el acto mismo de consagración, donde se nombró a la Virgen bajo la advocación del Carmen como Reina y Madre y los festejos posteriores de tradición chilena. De este modo, la fiesta patronal, a decir de Matarín Guil se visualiza no sólo como un escaparate donde la vecindad quiere reflejar su propia identidad [...]94, en este caso, de pertenencia chilena, sino que también se profundiza una devoción mariana que oficia como agente de cohesión y pertenencia barrial entre los migrantes chilenos. Pertenencia que se advierte en los testimonios de los migrantes y el patronazgo nacional de la Virgen del Carmen. Ambos se unifican en la fiesta patronal mariana, una fiesta popular donde lo performático resulta una puesta en escena de la tradición que se visualiza en los bailes, la música, los vestidos y la comida.
En otro orden, como ya se anticipó, se mencionaron dos circuitos o recorridos mediante los cuales la Virgen se mostró como dispositivo de pertenencia: las misiones de la Virgen por los barrios y la participación de la capilla en las peregrinaciones anuales a la Gruta de la Virgen de las Nieves. Las salidas a misionar se realizaron, dentro del circulo sagrado 95, por un grupo de mujeres devotas denominadas las manzaneras96. Ellas iban con la imagen de la Virgen (en estampas o imágenes de bulto), recorriendo los diferentes hogares de los barrios La Cumbre y El Mallín y fortaleciendo, de algún modo, un circuito sagrado devocional, que ofició de contención y de reconocimiento identitario hacia el interior de ambos barrios. La participación de la comunidad en la peregrinación a la Virgen de las Nieves dibuja otro tipo de circuito y manifiesta otro nivel de pertenencia. Es decir, aparece un nuevo recorrido identitario que apela a la búsqueda de un reconocimiento de la comunidad migrante como parte de un colectivo social barilochense. De esta manera, la devoción no sólo se encuentra enmarcada en una capilla que operó como símbolo de pertenencia chilena sino que también, en tanto símbolo sagrado, tuvo como función sintetizar el ethos de un pueblo - el tono, el carácter y la calidad de su vida, su estilo moral y estético - y su cosmovisión, el cuadro que ese pueblo se forja de cómo son las cosas en la realidad97.
En síntesis, ambos rituales de consagración en la época de la capilla consolidaron el traslado y la refundación de una práctica devocional mariana en un espacio barrial. La entronización de la Virgen a través de su patronazgo chileno sacralizó un espacio barrial y le confirió un importante sentido de pertenencia. El espacio sagrado adquirió una singularidad más profunda con la coronación de la Virgen, la cual activó el vinculo identitario y consolidó la práctica devocional como agente de cohesión entre los migrantes chilenos.

La devoción mariana como estrategia de integración

La migración chilena de la década del '60 permite reconocer una creciente xenofobia local que se explicita cada vez más en directa vinculación al crecimiento de tensiones limítrofes entre Argentina y Chile, afianzándose con claridad a partir del golpe de Estado de 1966. El grupo migratorio que trajo a la Virgen del Carmen a la localidad se reconoció, desde su llegada, acompañado por la Congregación salesiana, la cual integró a los vecinos como feligreses desde sus prácticas devocionales y los diferenció de otros connacionales ajenos a esta práctica.
El surgimiento de la capilla a fines de los ‘60 y su puesta en funcionamiento en los años ‘70, estuvo marcado por la necesidad y el esfuerzo de toda una comunidad barrial, mayoritariamente chilena, que buscó materializar un espacio sagrado de pertenencia que pudiera hacer frente a una construcción social identitaria local adversa. De esta manera, como ya se mencionó en páginas anteriores, las procesiones de los 18 de septiembre día de la Independencia de Chile por las calles de los barrios, junto con la imagen de la Virgen del Carmen de la Independencia, no fueron sólo rituales religiosos sino que también adquirieron un sentido político. En síntesis, una de las marcas territoriales más significativas, que puede leerse como respuesta a la creciente tensión social fue una capilla con una imagen - la de la Virgen del Carmen de la Independencia - que apeló directamente a la nacionalidad. Una nacionalidad que si bien se marca distintivamente no se presentó como problema, sino como una estrategia de reconfiguración de la identidad chilena a partir de un sentido americanista. Los migrantes chilenos que peregrinaban con la Virgen se alejaron de la idea del chileno como peligro para instituirse en vecinos barilochenses. Sin embargo, ello no significó una aceptación y naturalización de ejercicios de exclusión, sino la posibilidad de generar lógicas alternativas, a través de elementos materiales y simbólicos: la capilla, la imagen de la Virgen del Carmen, las prácticas religiosas y las fiestas. Esto muestra que junto a la edificación de la capilla se generó un ejercicio de vida del espacio que reforzó el sentido de integración en los barrios y con la ciudad. Esto permite matizar la forma en que se proyecta la xenofobia local, porque tiene poros y diferencias, la marca de la exclusión se construye también sobre ciertas formas de aceptación. Sin embargo es importante aclarar que la estrategia de integración quedó anclada en el espacio barrial donde cobra forma y sentido.

REFLEXIONES FINALES

La advocación del Carmen se ha investido de diferentes sentidos a lo largo de la historia de Chile, así a principios del siglo XIX en pleno contexto independentista, se puede mencionar a la Virgen del Carmen como Patrona del Ejército de los Andes (Mendoza) que con el traslado a Chile se resignificó como Generala del Ejército de Chile. Si bien, durante la dictadura de A. Pinochet (1973-1990) este patronazgo fue reivindicado, con el retorno a la democracia, se lo reemplazó por el de Patrona de la República de Chile. Los distintos patronazgos de esta advocación se trasladaron a San Carlos de Bariloche a través de dos imágenes marianas: la Virgen del Carmen del Monte Carmelo, Patrona Nacional de Chile y la Virgen del Carmen de la Independencia, Patrona del Ejército de los Andes.
El traslado de la devoción a la Virgen del Carmen y la puesta en funcionamiento de su culto a mediados de los '60, estuvo enmarcado en un proceso de organización institucional eclesial, llevado a cabo por los migrantes chilenos asentados en dos barrios de la ciudad: La Cumbre y El Mallín. Estas familias migrantes no eran las únicas que venían de Chile, ni estos espacios contenían a todos los migrantes, pero se destacaron como las gestoras del culto dado que, a través de Comisiones barriales, decidieron organizar la primera capilla ubicada en los sectores más vulnerables de la ciudad.
Durante el periodo de la capilla (1971-1994), los migrantes chilenos construyeron identidad tanto desde una dimensión simbólica, a través de la entronización y coronación de la imagen de la Virgen del Carmen como Madre, Reina y Patrona de Chile; como, desde una dimensión práctica, a través de los festejos patrios, los festejos patronales y las procesiones devocionales en el espacio barrial con la imagen de la Virgen del Carmen de la Independencia. En relación a estos últimos, estuvieron signados por una particular concepción de nacionalidad integrada, que la propia imagen que recorría las calles de los barrios los 18 de septiembre, día de la Independencia de Chile, se reflejaba al contener a las banderas de Argentina, Chile y Perú. De esta manera, en el desarrollo del presente trabajo, la devoción mariana del Carmen se advierte como una práctica profundamente vivida, que no se reduce al símbolo de pertenencia chilena, sino a lo chileno integrado a otros contextos.

Estos circuitos sagrados o marcas territoriales resultaron simbólicamente relevantes en un contexto de exclusión que la propia imagen interpeló. Es decir, los migrantes chilenos que recorrían las calles de los barrios con la Virgen del Carmen de la Independencia, se alejaron de la idea del chileno como peligro o como problema, para instituirse en vecinos. Sin embargo, por lo situado de la experiencia, ello no significó la remoción de los ejercicios de exclusión, sino la posibilidad de generar lógicas alternativas que le permitieran otras formas de integración.

 

NOTAS

1 Versión preliminar presentada en las XII Jornadas Argentinas de Estudios de Población, Bahía Blanca, 18, 19 y 20 de septiembre de 2013.

2 Méndez, 2005.

3 Matossian, 2012.

4 Muñoz, 2005:40.

5 Primera capilla del poblado que se inauguró en 1908 bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. En 1914 se erigió como parroquia constituyéndose como un punto de referencia para la población en general y para la feligresía católica en particular. Uno de los eventos más significativos en el que participaban los habitantes del poblado eran los festejos patronales en honor a la Virgen Inmaculada. Estos se realizaban los 8 de diciembre con una procesión por las calles de San Carlos de Bariloche acompañada por una la misa en la Parroquia en honor a la advocación.

6 Valenzuela Márquez, 2012.

7 Nuñez, 2003.

8 Entendido como la asunción por parte de la corporación militar de funciones que excedían su tarea específica (Lacoste, 2004).

9 Tratados limítrofes de Argentina y Chile que resuelven gran parte las diferencias entre ambos países y permiten canalizar pacíficamente el conflicto que, hasta ese momento, parecía que iba a derivar en un enfrentamiento armado.

10 Lacoste, 2004.

11 Ibidem, 2003:337.

12 Ibidem, 2004.

13 Ibidem: 73.

14 Ibidem.

15 Bohoslavsky, 2009.

16 Ordenanza Municipal (1 - C - 69) (Núñez, 2003).

17 Núñez y Barelli, 2013.

18 Resulta ilustrativo mencionar cómo, a través de la prensa local (El Diario Bariloche 1978-1982), a fines de la década del 70' se enfatiza la idea de los pioneros europeos con artículos especiales a cada una de las familias pioneras de Bariloche (Los Tiehieneman, Los Goyes, Los Runge, Otto Meiling, Tutzauer, entre otros).

19 En ese momento había dos comisiones que fueron fundamentales en la construcción de la capilla: La comisión capilla-escuela y la comisión de damas chilenas del barrio La Cumbre.

20 Las imágenes de bulto que se analizaron fueron dos: la Virgen del Carmen del Monte Carmelo entronizada en la capilla Nuestra Señora del Carmen en 1971 y la Virgen del Carmen de la Independencia utilizada por los fieles en las procesiones patrias chilenas del 18 de septiembre.

21 Matossian, 2012:85.

22 Ibidem: 84.

23 Matossian, 2012.

24 Nicoletti, 2002: 203

25 Julieta y Joel, migrantes chilenos. Bariloche, abril de 2012.

26 Porcentajes trabajados con el Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001 http://www.indec.gov.ar/webcenso/provincias_2/provincias.asp. y el Censo 2010: Año del Bicentenario, INDEC, http://www.censo2010.indec.gov.ar/

27 Matossian, 2012:280.

28 Matossian, 2012. Ibidem

29 Ibidem: 196-197. Ver mapa de porcentaje de ubicación espacial de la población nacida en Chile en la ciudad de San Carlos de Bariloche (Censo 2001) elaborado por Matossian, 2012:198.

30 Archivo Histórico de las Misiones Salesianas de la Patagonia (en adelante AHMSP), CPIC, (1966 -1973), folio 27, 10 de diciembre de 1966.

31 AHMSP, CPIC, folio 52, 14 de agosto de 1969.

32 AHMSP, CPIC, folio 68, 18 de febrero de 1970.

33 AHMSP, CPIC, folio 136, 1 de septiembre de 1971.

34 Abordamos la noción de identidad desde el planteo de Stuart Hall, que lo analiza desde el concepto de identificación en tanto proceso de construcción socio-histórica, atrapado en la contingencia y alejado de toda noción esencialista. Proceso en el que también se destacan discursos, prácticas y posiciones a menudo intersectadas y antagónicas que son construidas desde la diferencia, desde la relación con el otro, con lo que uno no es o con lo que precisamente nos falta, debido a que cada identidad designa como necesario a un otro, incluso uno silenciado e indecible (Hall, 1996). Es decir, la identidad se encuentra atravesada por los discursos y las prácticas que nos interpelan, por los procesos o prácticas discursivas que intervienen en la construcción de nuestra subjetividad y por las posiciones o lugares que tenemos o que se nos asignan en un contexto determinado.

35 Se entiende como lo designado.

36 Se entiende como aquello que designa algo.

37 Tosca, vecina de origen italiano. Bariloche, noviembre de 2012.

38 AHMSP, CPIC, (1966-1974), folio 138, 18 de septiembre de 1971.

39 Zuni, migrante chilena que vino a Bariloche a principios de los ‘70. Bariloche, mayo de 2012.

40 Los Misioneros Monfortianos se conforman en honor a Luis María de Monfort (1700) Sostenidos por la palabra y el ejemplo de Juan Pablo II, que presentó a Montfort como maestro y guía para los hombres de nuestros días (RM 48), los monfortianos anuncian este mensaje en 35 naciones, seguidos por una hilera siempre más numerosa de sacerdotes, laicos, hombres y mujeres seguros de que así como por la Santísima Virgen María vino Jesucristo al mundo, también por medio de ella debe reinar en el mundo. http://www.omp.es/OMP/misioneros/carimasmisioneros/archivo/Monfortianos.htm. 

41 AHMSP, CPIC, folios 69, 71 y 74, marzo, abril y mayo de 1970.

42 AHMSP, CPIC, folio 74, 6 de mayo de 1970.

43 Congregación de religiosos fundada en Piacenza (Italia) en 1887 por Beato Juan Bautista Scalabrini y su misión es estar con migrantes. Actualmente están presentes en 30 países de los cinco continentes con hogares de tránsito, casa para marinos, hogares para migrantes ancianos, centros de estudios migratorios, difusión de prensa escrita y programas radio-televisivos, casa de formación para religiosos y laicos, la presencia en el Pontificio Consejo para la Movilidad Humana y Diocesanas de migración, misiones volantes, conducción de parroquias multiétnicas y misiones étnicas.http://www.scalabrinianos.org.ar/comunidades.php

44 AHMSP, CPIC, folio 118, 24 de enero de 1971.

45 Capellanes: P. Víctor Amartino (1972-1980 y 1991-1994), P. Abel Uribe (1980-1984), P. Mario Serafini (1984-1991).

46 Sigla que corresponde a la Congregación Salesiana.

47 AHMSP, CPIC, folio 131, 24 de julio de 1971.

48 En 1977 el gobierno (nacional) aprueba un decreto que establece los Objetivos y Políticas Nacionales de Población. Esta norma parte del supuesto de que el crecimiento cada vez más bajo de la población argentina atenta a su plena realización como Nación. En efecto, se indican como obstáculos: el escaso volumen y la distorsionada distribución regional de la población. La modificación de éstos deberá realizarse mediante una clara y enérgica política de población. Sobre el tema inmigratorio en particular, sostiene que el flujo debe incrementarse sensiblemente con un mínimo de selección que asegure condiciones sanitarias y culturales que permitan su integración en la sociedad Argentina. Asimismo, se determinarán áreas territoriales estratégicas que permitan la mejor distribución y radicación de la población inmigrante evitando la formación de colectividades cerradas. (Novick, 2003: 19-20).

49 Centro que tuvo como objetivo acompañar y contener espiritualmente al migrante chileno. Se formó con el Párroco el "Centro Católico de orientación al Migrante Chileno. La sede será la oficina de Mondragón Jorge. Sarmiento 50 Primer piso. Estuvo el matrimonio Lespay y Gilda Ojeda. El Padre Amartino será el Vice Asesor. Los Lespay (cursillitas) desde hace un año se encargaron como caseros de la Capilla del Carmen y forman también con Gilda Ojeda la Comisión de Migración (AHMSP, CPIC, 1974-1982, folio 57, 31/03/1976).

50 Asociación que apuntaba a la asistencia del migrante sobre cuestiones normativas y de documentación. AHMSP, CPIC, folio80, 20 de octubre de 1976. En 1995 se vuelve a crear el Equipo Pastoral de Migraciones que como primera tarea urgente nos abocamos a formarnos en la asistencia a los migrantes en su básica necesidad de documentación; tarea que hemos logrado cumplir de forma satisfactoria y nos esforzamos por mejorarla día a día (Archivo de Pastoral de Migraciones, carta de Víctor Hugo Fernández Cortes, Delegado Diocesano, Equipo Pastoral de Migraciones del Obispado de San Carlos de Bariloche a Monseñor Bernardo Cazoro, Obispo de Puerto Montt, 26/02/1999).

51 Chartier, 1992.

52 Baczko, 1999.

53 Navarro Floria, 2007.

54 Esquerda Bifet, 1998: 190.

55 La advocación carmelitana está marcada por dos momentos históricos. Uno que se remonta a la época del Profeta Elías en el siglo II a. C y otro que transcurre durante el siglo XII protagonizado por un grupo de cruzados que deciden quedarse en el Monte Carmelo y entregarse a la oración. El primero narra que durante el siglo II a. C Israel se encontraba con una importante sequia. Por tal situación el Profeta Elías se encontraba en el Monte Carmelo orando por su pueblo. En un momento de la oración, eleva su rostro al cielo y divisa una nubecilla pequeña donde vio representada a la Madre del Mesías. Luego, la nube se convirtió en lluvia y fecundó los campos. La nube fue el primer símbolo de la Virgen María como Madre de Dios. Con el tiempo, esta advocación se convirtió en la Virgen patrona de la orden de los Carmelitas, que se remonta a los primeros siglos de la Iglesia. Durante el s. XII, nuevamente el monte Carmelo adquiere protagonismo, cuando un grupo de cruzados, procedentes de Francia e Italia, eligen quedarse, entregarse a la oración en honor al Profeta Elías que había vivido siglo atrás en ese mismo lugar y en honor a la Virgen María construyen una capilla. En el año 1226 la Regla o Norma de vida de la Orden de los Carmelitas, propuesta en 1209 por el Patriarca de Jerusalén Alberto Avogadro, fue aprobada por el Papa Honorio III, bajo el patronazgo de la Virgen del Carmen. Luego, en el año 1251 un 16 de julio se le aparece la imagen de la Virgen del Carmen a San Simón Stock, un superior general de la Orden en Inglaterra, y le entrega sus hábitos y el escapulario, principal signo del culto mariano carmelita. De esta manera, la Virgen le promete liberar del Purgatorio a todas las almas que hayan vestido el escapulario durante su vida, el sábado siguiente a la muerte de la persona y llevarlos al cielo. Folleto de la Virgen del Carmen del Monasterio de las Carmelitas Descalzas de San Carlos de Bariloche (julio de 2012).

56 La Virgen de la Independencia fue, pues, una representación arropada con una misión netamente militar, adoptada en función de los preparativos bélicos, como protectora de los soldados y estandarte en la guerra contra las fuerzas monárquicas. Así fue declarada y así lo refrendaba el gobernador de Cuyo en su invitación al Cabildo de Mendoza para asistir a la ceremonia de 1817. Ésta contempló una procesión de la imagen desde la iglesia de San Francisco, donde se la custodiaba, acompañada por el clero local y por un desfile de soldados. Su carácter militar quedó sellado en un gesto que llevó a cabo el general San Martín, cuando puso en las manos de la imagen su bastón de mando, dando a entender que sería ella la que se encargaría de guiar las tropas a la guerra y definir su victoria (Valenzuela-Márquez, 2012:18).

57 Imagen que formaba parte de la antigua cofradía asentada en el Hospital de San Juan de Dios de Santiago (1615), que desde comienzos del XIX estaba alojada en el Convento de las Monjas Carmelitas, pasando en 1819 al templo de los agustinos (Valenzuela-Márquez, 2012:15).

58 El aparato militar que la rodeó durante su traslado y posterior celebración, así como la presencia de los principales magistrados y líderes del movimiento patriota, y el tono que seguramente debió asumir el sermón respectivo -predicado por un reconocido teólogo patriota franciscano- llevó a que aquella imagen santiaguina encarnara, desde ese momento, las intenciones y proyectos que los patriotas le habían asignado a la advocación cuyana (Valenzuela-Márquez, 2012:20).

59 Valenzuela Márquez, 2012:18.

60 Conflicto armado por cuestiones limítrofes que enfrentó durante 1879 y 1883 a la República de Chile contra la República de Bolivia y Perú.

61 Valenzuela-Márquez, 2012.

62 Las advocaciones marianas están vinculadas con un elemento de legitimación que evoca la protección o el pedido de ayuda a la Virgen. Cuando los patronazgos se identifican con agencias estatales, someten simbólicamente las acciones del estado a un ordenamiento superior y divino encarnado en la Iglesia Católica, por medio de la imagen oficial de esta (Martín, 1997:18).

63 Martin, 1997:11.

64 Pinochet utiliza a la Virgen del Carmen en diferentes momentos: para dirigirse a sus seguidores cuando estaba retenido en Londres (1998-1999) y cuando en 1986 frente a un atentado se salva "milagrosamente" por la intersección de la Virgen del Carmen.

65 Osorno, Puerto Montt, Chiloé, Calvuco, Caralmapu, Maullín, Putenio, Rahue.

66 Julieta, migrante chilena de la zona de Osorno. Bariloche, abril de 2012.

67 Polo, migrante chileno de Calbuco. Bariloche, septiembre de 2012.

68 Amelia, migrante chilena de Maullín. Bariloche, junio 2012.

69 Anderson, 1983.

70 Aquellos actos que marcan la transición de un objeto considerado inanimado, hecho por el hombre, a otro objeto cargado de vida en el que pueda residir la divinidad y en el que se pueda dar una lógica o un modo de funcionamiento diferencial (Freedberg, 1992: 107-108).

71 La entronización, en la Iglesia Católica, remite a un símbolo de poder y autoridad. Se trata de una ceremonia en la que se dispone de un lugar de honor a las imágenes, a las que se le otorgan atributos específicos.

72 AHMSP, CPIC, Folio 150, 6 de enero de 1972.

73 El Padre Víctor Amartino actualmente se encuentra en la Provincia de Córdoba.

74 Ibidem.

75 En las actas salesianas (1966-1974; 1974-1982) se hace mucho hincapíe en los festejos del 18 de septiembre, mientras que la fiesta patronal sólo se menciona una misa.

76 Zuni, feligresa chilena. Bariloche, mayo 2012.

77 Rosendahl, 2009:51.

78 AHMSP, CPIC (1966-1974), folio 138, 18 de septiembre de 1971.

79 Rosendahl, 2009.

80 Zuni, migrante chilena. Bariloche, mayo 2012.

81 María, integrante de la Legión de María. Bariloche noviembre de 2012.

82 Pasaje Gutiérrez, calle en el que se encontraba emplazada la Capilla Nuestra Sra. del Carmen y en la que se encuentra actualmente la Parroquia.

83 Mario Serafini sdb. Neuquén, diciembre de 2012.

84 Rosendahl, 2009:51.

85 Ortega Chinchilla, 2010:112.

86 Wright, 2011: 3-4.

87 El Padre Mario Serafini actualmente se encuentra en la Parroquia San José Obrero de la ciudad de Neuquén.

88 Freedberg, 1992: 107-108.

89 Farioli, 2002:70.

90 Peregrinación a la Virgen de las Nieves. Desde Santo Cristo, Virgen del Carmen y San Cayetano salen a las 10 hs. Desde la Inmaculada a las 12,30. Mucha gente. La misa se celebra a las 16hs. Preside Monseñor Vietti, vicario de la zona Atlántica, que desde ayer se hospeda en su casa y que visita rápidamente la Parroquia (AHMSP,CPIP, 1983-1995), Folio 60, 3 de noviembre de 1991).

91 AHMSP, CPIP, (1983-1995), folio 35, 21 de julio de 1985.

92 Entrevista a Mario Serafini, antiguo Capellán de la Capilla Nuestra Señora del Carmen, Neuquén, diciembre de 2012.

93 María, integrante de la Legión de María durante la época de la Capilla y la Parroquia. Bariloche, noviembre de 2012.

94 Matarín Guil, 2010: 263.

95 Rosendahl, 2009.

96 Sistema que consistía en que cada mujer devota se encargaba de misionar una manzana de un barrio.

97 Geertz, 2003:89.

FUENTES

Fuentes escritas

1. Archivo de la Parroquia de "Nuestra Sra. del Carmen" (Bariloche) (APNSC).

2. Archivo Histórico de las Misiones Salesianas de la Patagonia (AHMSP).

3. Boletines Parroquiales (1994-2012), fotos y folletos.

4. Crónicas de la Parroquia Inmaculada Concepción (CPIC) (1907-1957/1957-63/ 1966-1973/1974-1982/1984-1995/1996-1998).

Fuentes orales

1. Amartino, Víctor (2012). Párroco del Sagrado Corazón de Jesús, Alta Gracia, Provincia de Córdoba. Vía correo electrónico.

2. Amelia (2012). Migrante chilena que llegó a Bariloche en los años '50. Bariloche.

3. Graciela (2012) Integrante de la comunidad de Base San Pablo de la Parroquia Nuestra Sra. Del Carmen. Bariloche.

4. Joel (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

5. Julieta (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

6. Nino (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

7. Pablo (2012). Migrante presente en la fiesta por el día del inmigrante. Bariloche.

8. Patricia (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

9. Polo (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

10. Serafini, Mario (2012) Párroco de San José Obrero, Neuquén Capital. Neuquén.

11. Tosca (2012). Feligresa que estuvo en el día de la inauguración de la Capilla. Bariloche.

12. Zuni (2012). Integrante de la comunidad de base Ven y ve de la Parroquia Nuestra Sra. del Carmen. Bariloche.

BIBLIOGRAFÍA

1. BACZKO, Bronislaw (1991). Los imaginarios sociales. Memorias y esperanzas colectivas. Buenos Aires: Nueva Visión.         [ Links ]

2. BOHOSLAVSKY, Ernesto (2009). El complot patagónico. Nación, conspiracionismo y violencia en el sur de Argentina y Chile (siglos XIX y XX). Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]

3. CHARTIER, Roger (1992). El mundo como representación. Estudios sobre historia cultural. Barcelona: Gedisa.         [ Links ]

4. ESQUERDA BIFET, Juan (1998). Diccionario de la Evangelización. Madrid: LABAC.         [ Links ]

5. FARIOLI, Paola (2002). La Virgen de Don Bosco. Roma: ELLEDICI.         [ Links ]

6. FREEDBERG, David (1992). El poder de las imágenes. Estudios sobre la historia de la teoría de la respuesta. Madrid: Cátedra.         [ Links ]

7. GEERTZ, Clifford (2003). La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa.         [ Links ]

8. HALL, Stuart (1996). "¿Quién necesita «identidad»?". En Hall, Stuart y du Gay, Paul (ed), Questions of cultural identity. Londres: Sage Publications.         [ Links ]

9. LACLAU, Ernesto y MOUFFE, Chantal (1985). Hegemonía y estrategia socialista. Hacia una radicalización de la democracia. Londres: Fondo de Cultura Económica.         [ Links ]

10. LACOSTE, Pablo (2004). "Argentina y Chile (1810-2000)". En Lacoste, Pablo (Comp) Argentina Chile y sus vecinos. Tomo 1, Colección CONO SUR. Córdoba: Caviar Bleu Editorial Andina Sur.         [ Links ]

11. MARTÍN, Eloísa (1997). "La Virgen de Luján: el milagro de una identidad nacional católica". En VII Jornadas sobre Alternativas Religiosas en Latinoamérica 27 al 29 de noviembre, Buenos Aires.         [ Links ]

12. MATOSSIAN, Brenda (2012). Migración y segregación urbana en ciudades medias. Chilenos en San Carlos de Bariloche, Patagonia - Argentina. Berlín: Editorial Académica Española.         [ Links ]

13. MÉNDEZ, Laura (2005). "Una región y dos ciudades. Puerto Montt y Bariloche; una historia económica compartida". En Pueblos y fronteras de la Patagonia Andina. Revista de Ciencias Sociales, El Bolsón, año 5, nº 5.         [ Links ]

14. MUÑOZ VILLAGRAN, Jorge (2005). Los "Chilenos" en Neuquen-Argentina...idas y venidas. Neuquén: Editorial de la Universidad Nacional del Comahue (EdUco).         [ Links ]

15. NAVARRO FLORIA, Pedro (2007). Paisajes del progreso. La resignificación de la Patagonia Norte, 1880 - 1916. Neuquén: EdUCo.         [ Links ]

16. NOVICK, Susana (2003). "Políticas migratorias en la Argentina". En Oteiza, E.; Novick, S. y Aruj, R. Inmigración y discriminación. Políticas y discursos. Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]

17. NÚÑEZ, Paula (2003). Un municipio alejado, una actividad tangencial y los efectos de un profundo cambio institucional. San Carlos de Bariloche, 1950-1970. Tesis de licenciatura en Historia. Universidad Nacional del Comahue.         [ Links ]

18. ORTEGA CHINCHILLA, María José (2010). "Paisajes sacralizados: la diócesis de almería en el siglo XVIII. Percepción y representación". En Ruiz Fernández, José y Vázquez Guzmán, Juan Pedro. Religiosidad Popular V Jornadas 2007. Instituto de Estudios Almerienses, Colección Etnografía y Cultura Popular, nº 11.         [ Links ]

19. ROSENDAHL, Zeny (2009). "Hierópolis y procesiones: lo sagrado y el espacio". En Carballo Cristina (coord.) Cultura, territorios y prácticas religiosas. Buenos Aires: Prometeo.         [ Links ]

20. VALENZUELA-MÁRQUEZ, Jaime (2011). "La Vierge du Carmen et l'Indépendance du Chili: une patronne céleste pour l'armée... et la Nation?". En Cahiers des Amériques Latines, nº 67, Paris: Université de Paris III, Institut des Hautes Études de l'Amérique Latine.         [ Links ]

21. WRIGHT, Pablo (2011) "En qué y por qué creen los que creen", Revista de cultura Ñ. Clarín, 29 de enero de 2011.