SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.56 número2Barrio, Patricia y Rodríguez Vázquez, Florencia (Coords). Políticas, industrias y servicios en Mendoza (1918-1943). Buenos Aires: Teseopress, 2020 (EPUB) índice de autoresíndice de assuntospesquisa de artigos
Home Pagelista alfabética de periódicos  

Serviços Personalizados

Journal

Artigo

Indicadores

  • Não possue artigos citadosCitado por SciELO

Links relacionados

  • Não possue artigos similaresSimilares em SciELO

Compartilhar


Revista de historia americana y argentina

versão impressa ISSN 2314-1549versão On-line ISSN 2314-1549

Rev. hist. am. argent. vol.56 no.2 Mendoza dez. 2021  Epub 07-Jan-2022

 

Crítica bibliográfica

Iñigo Carrera, Nicolás. Estrategias de la clase obrera en los orígenes del peronismo. Buenos Aires: Grupo Editor Universitario. 2018

Mariana Pereyra1 

1Universidad Nacional de Cuyo. Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Mendoza, Argentina. marianamza1986@gmail.com

Iñigo Carrera, Nicolás. Estrategias de la clase obrera en los orígenes del peronismo. Buenos Aires: Grupo Editor Universitario, 2018. ISBN: 978-987-1309-99-3.

El último libro del historiador Nicolás Iñigo Carrera, uno de los más importantes referentes de la historia del movimiento obrero argentino, denominado Estrategias de la clase obrera en los orígenes del peronismo, forma parte de la colección “La Argentina Peronista: política, sindicalismo, cultura”, dirigido por Gustavo Nicolás Contreras. Esta colección recopila los últimos avances historiográficos en relación al peronismo, apuntando no solo al público especializado, sino también a cualquier lector interesado en el tema, por lo cual esta reseña también, tratará de aportar elementos hacia aquellos que se están iniciando en el tema.

La obra de Iñigo Carrera culmina y sintetiza el desarrollo de las dos grandes investigaciones realizadas por el mismo autor: La estrategia de la clase obrera 1936 y La otra estrategia. La voluntad revolucionaria.1930-1935. Es decir que este libro, organizado en nueve capítulos cortos, es parte de una trilogía que da cuenta de la vinculación entre el desarrollo del movimiento obrero de la década del 30 y el que llega al 17 de octubre de 1945 y posteriormente, a las elecciones de 1946. Este vínculo se plantea, siguiendo la línea teórica desarrollada en sus anteriores obras, en términos de estrategias, es decir, postulando a la clase obrera como un sujeto activo que se enfrenta a otra/s clase/s y fracciones de clase, tratando de llevar adelante determinados objetivos.

La investigación ubica el período de estudio en un momento del desarrollo estructural en donde predominó un desenvolvimiento más en extensión que en profundidad del capitalismo en el país. Este proceso tuvo su correlato político en un crecimiento de la ciudadanización. Es decir, una legitimación de los asalariados dentro del sistema institucional vigente. Además, se contextualiza el surgimiento del peronismo en una situación de guerra mundial en donde se puso en juego la dicotomía fascismo/democracia.

El historiador analiza de qué manera hacia la primera mitad de la década del 30, comenzó a formarse una fuerza social antagónica a la opresión política y al fascismo. Dentro de este movimiento de oposición, el movimiento obrero ocupó un lugar central. Además, surgió la Confederación General del Trabajo que, hasta diciembre de 1935, estuvo en manos de la corriente sindicalista, la cual mantuvo una relación de diálogo y negociación con los gobiernos del período. Por otro lado, durante este proceso intervinieron activamente, dentro del movimiento obrero, los comunistas y diversas tendencias del anarquismo que luchaban por fuera del sistema institucional apelando a la huelga general y a la lucha callejera. El autor caracteriza este período como una situación de potencial guerra civil, donde hubo lucha callejera, uso de las armas en la lucha política y huelgas generales como elementos de lucha contra la opresión política. Aquí, se destaca la mayor de las huelgas generales de la década, en solidaridad con los obreros de la construcción en enero de 1936.

De esta forma, comenzaban a vislumbrarse las dos estrategias existentes en el movimiento obrero que tendrán continuidad, con sus particularidades, en los procesos de 1945: una de ellas, encarnada en la CGT y el PS, que expresaba la meta de penetrar el sistema institucional y reformarlo; y la otra estrategia, que por momentos pudo disputar la dirección del movimiento de oposición, conformada por tendencias del anarquismo y el comunismo, y que tenía como objetivo superar el sistema institucional.

Con el PS dirigiendo la CGT a fines de 1935 se pudo observar una nueva política que se desarrolló en relación a la alianza social constituida en la lucha contra el gobierno, el nacionalismo oligárquico y el fascismo. De esta forma, se estableció una alianza con fracciones de la burguesía y pequeña burguesía excluidas del gobierno y organizadas en la Unión Cívica Radical y el Partido Demócrata Progresista. La formación del movimiento de oposición tuvo como hito fundamental la huelga general y los actos del 1° de Mayo de 1936, que fueron convocados por la CGT y donde participaron los partidos opositores al gobierno de la Concordancia. La convocatoria a este acto mostró el espíritu democrático, antiimperialista y antioligárquico del momento, dando cuenta de que la estrategia de formar parte del sistema institucional, reformándolo, había tomado la iniciativa, frente a la otra estrategia.

Hacia los años 1943-1946, el movimiento de oposición iniciado en los años 30 se había fracturado. Dentro del movimiento obrero organizado, el golpe de estado de 1943 fue percibido como antidemocrático y profascista. En este sentido, el nuevo gobierno militar, mientras perseguía al comunismo, llevaba adelante políticas favorables hacia los trabajadores de la mano de la Secretaría de Trabajo y Previsión con Perón al frente. Estas políticas fueron acompañadas de una inversión en las tendencias de distribución del ingreso nacional, así como también de la incorporación de dirigentes sindicales en organismos estatales, y un cambio en el discurso que hacía más énfasis en el papel de los trabajadores. Esto implicó que gran parte de sindicatos muy influyentes comenzaran a apoyar las políticas implementadas por Perón. Por otro lado, socialistas y comunistas entendían que las medidas de la STP eran un intento por salvar la revolución del 4 de junio de 1943 a la que caracterizaban como un avance del fascismo y corporativismo.

La obra destaca como hitos del surgimiento del peronismo a los enfrentamientos sociales y huelgas desarrollados en todo el país entre los días 15 y 18 de octubre de 1945, mostrando de qué manera en esos días culminó el proceso de formación de dos fuerzas sociales antagónicas cuyo nacimiento y desarrollo se gestó a comienzos de la década anterior. En este punto, uno de los aportes de la obra, es la observación de un movimiento sindical dividido, desmitificando la idea de que la totalidad del movimiento obrero argentino se movilizó masivamente por la libertad de Perón. Por un lado, entre quienes apoyaron la huelga general, existían diferentes posiciones tanto en el momento de llamar a la huelga como en sus reivindicaciones. En este sentido, entre los convocantes a la huelga general existía un sector que tenía como meta la libertad de Perón y, otro sector que, sin referirse explícitamente al entonces coronel, luchaba por mantener las conquistas sociales que había obtenido en el último período, así como también el llamado a elecciones e impedir el retorno a la situación política anterior al golpe de Estado de 1943. Por otro lado, hubo un sector del movimiento obrero que, si bien era minoritario, estaba en contra de la huelga. Este sector, estaba compuesto por federaciones y sindicatos muy importantes dirigidas por comunistas y socialistas, como la Federación Obrera Nacional de la Construcción, la Federación Obrera de la Industria de la Carne, La Fraternidad (maquinistas ferroviarios), entre otros.

Otro de los elementos aportados por la obra muestra que el mencionado movimiento sindical dividido formó parte, a su vez, de alianzas sociales y políticas con fracciones de la burguesía y cuadros políticos y militares. Una de estas fuerzas articulaba los intereses obreros en tanto asalariados, con los funcionarios que querían evitar la derrota de su proyecto nacionalista, y estaba integrada por cuadros militares que integraban el gobierno desde el golpe de Estado de 1943. La otra fuerza social, compuesta por todos los partidos políticos, organizaciones empresarias, instituciones más tradicionales (excepto la iglesia católica), recibía el apoyo de funcionarios del gobierno de Estados Unidos y tenía su base social en la pequeña burguesía y otras fracciones de las clases medias, y en una minoría del movimiento sindical.

Las metas de la fuerza social que comenzaba a ser identificada como “peronista” se anclaban en la defensa de las conquistas logradas con la intervención de la STP y en el rechazo a la entrega del gobierno a la Corte Suprema de Justicia. Mientras que las metas de la otra fuerza se basaron en la defensa de la libertad y normalidad constitucional que implicaba la entrega del gobierno a la Corte Suprema de Justicia. Entre estas dos alternativas, la clase obrera, mayoritariamente, optó por seguir la de la defensa de sus conquistas. Este último elemento muestra que, más allá del discurso de conciliación de clases de ambos bandos, la lucha finalmente adquirió un carácter clasista, de confrontación entre burguesía y proletariado, signando el hecho del 17 de octubre de 1945. Es decir, los trabajadores luchando por sus objetivos, fueron los protagonistas de este proceso.

La disposición a la lucha que poseía la clase obrera es otro de los puntos a destacar. Ésta, desbordó a las organizaciones políticas y sindicales convocantes a la huelga y fue diferente a la que mostraron las conducciones políticas de las dos fuerzas sociales en confrontación. Estas últimas, se oponían a que la lucha decisiva por el gobierno del Estado se diera en las calles o a través de las armas, tratando de resolver la confrontación mediante un enfrentamiento electoral que, finalmente, se libró el 24 de febrero de 1946. Es decir que el enfrentamiento político que se dio el 17 de octubre fue diferido hasta el momento electoral.

De esta forma se estaba expresando nuevamente el movimiento de oposición gestado en los 30. Las alianzas sociales enfrentadas en los años 30 se compusieron de otra manera hacia las elecciones de 1946. Por un lado, se unieron en una misma fuerza quienes habían estado enfrentados (comunistas y socialistas apoyaron la candidatura del abogado de La Forestal, Enrique Mosca, por ejemplo), y por otro lado, se enfrentaron quienes habían compartido posiciones.

Al analizar las razones por las cuales el movimiento obrero se encontrada dividido, el autor introduce el debate sobre los orígenes del peronismo y la falsa dicotomía entre obreros nuevos y obreros viejos. Iñigo Carrera discute contra los planteos iniciados por Gino Germani, quien daba cuenta de la existencia de una masa migrante sin experiencia política previa, que provenía de las provincias, y que se dirigió centralmente a la zona metropolitana de Buenos Aires constituyendo una “masa en disponibilidad” para el surgimiento del peronismo. Tomando los aportes de otros autores, el autor muestra que la mayoría de las organizaciones que apoyaron a Perón provenían de una vieja tradición sindical. Además, en general, los migrantes internos que se dirigieron a la capital de Buenos Aires provenían de la misma provincia y de provincias vecinas, y no del interior “profundo”. Asimismo, el autor discute contra las visiones del poco desarrollo del movimiento sindical en las provincias más alejadas, dando cuenta de importantes procesos en Tucumán y Mendoza, entre otras. Por lo cual, se descarta esta diferenciación entre obreros nuevos y viejos en relación a los orígenes del peronismo.

La obra culmina vinculando el desarrollo de una estrategia encarnada en una fuerza democrática, antioligárquica, popular que comenzó en los 30 y culminó en los procesos de octubre de 1945 y, posteriormente, en las elecciones de 1946.

Esta investigación, así como las anteriores de Iñigo Carrera, constituye un extraordinario aporte al debate sobre los orígenes del peronismo y también en relación a los efervescentes años 30, que muchos historiadores erróneamente caracterizan como un período sin luchas ni enfrentamientos de clase. Si bien la obra aporta elementos relevantes sobre algunos sucesos protagonizados por el movimiento obrero en las provincias en este período, resulta necesario seguir profundizando en este aspecto para evitar posibles generalizaciones homogeneizantes, y poder dar cuenta de modo complejo de la o las estrategias predominantes en el movimiento obrero en todo el territorio argentino. Esta enorme tarea ha sido iniciada con los invaluables aportes de estas investigaciones, allanando el camino a las nuevas generaciones que tenemos esta labor por delante.

Creative Commons License Este es un artículo publicado en acceso abierto bajo una licencia Creative Commons