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Travesía (San Miguel de Tucumán)

versión On-line ISSN 2314-2707

Travesía (San Miguel de Tucumán) vol.18 no.2 San Miguel de Tucumán dic. 2016

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

De la geografía de Argentina al Mundo: el singular itinerario de Pierre Denis

 

Sébastien Velut*

* Instituto de Altos Estudios de América Latina (IHEAL).
Centro de Investigación y Documentación sobre las Américas (CREDA)
Université Sorbonne Nouvelle - Paris 3
Francia. sebastien.velut@univ-paris3.fr

RECIBIDO: Febrero de 2016
APROBADO: Junio de 2016

 


RESUMEN

El geógrafo francés Pierre Denis (1883-1951), discípulo de Paul Vidal de La Blache, es el autor de uno de los primeros estudios geográficos sobre Argentina, basado en observaciones realizadas durante 1912 y 1914 y publicada después de la Primera Guerra Mundial.  Pierre Denis jugó después un papel importante al lado de Jean Monnet en la Sociedad de las Naciones y luego en negocios privados. Durante la Segunda Guerra Mundial fue uno de los primeros en dejar Francia y unirse en Londres con las fuerzas de la Francia Libre bajo la autoridad del General De Gaulle, creando los mecanismos financieros que permitieron sostener los esfuerzos de guerra. A lo largo de sus numerosas ocupaciones, Denis no abandonó nunca sus preocupaciones geográficas iniciales, atento a la manera en que los territorios eran transformados por los intercambios y las técnicas. Fue también un analista atento de las relaciones internacionales. Si bien no dejó una obra científica sistemática, sus escritos dan fe de un pensamiento original sobre la disciplina.

Palabras clave: Pierre Denis; Geografía; Argentina.

ABSTRACT

The French geographer, Pierre Denis (1883-1951), one of Vidal de la Blache's pupils, wrote one of the first geographical studies of Argentina, based on field work he did between 1912 and 19&4 and published only after the First World War. Denis played subsequently an important role with Jean Monnet at the Society of the Nations and then in private business. During the Second World War, he was among the first who left France and went to England to become a member of the France Libre, under the authority of de Gaulle. In that position, Denis created the financial arrangements indispensable to sustain the war effort. In his numerous and diverse occupations, Denis always kept alive his geographical preoccupations. He was particularly interested in the way in which territories were being transformed by exchanges and technologies. He was also a careful observer of international relations. Although he did not let a systematic scientific work, his writings witness original views on the discipline.

Keywords: Pierre Denis; Geography; Argentina.


 

Pierre Monbeig es conocido como el fundador de la geografía de América Latina en Francia y, más ampliamente, de los estudios latinoamericanos.1 Así, tomó la dirección en 1957 del por entonces recientemente creado Instituto de Altos Estudios de América Latina, donde se impuso gracias a su fuerte personalidad científica. Con Monbeig se concretó el pasaje de una generación de geógrafos generalistas que se interesaban entre otras cosas por las Américas a una de geógrafos latinoamericanistas, de los cuales muchos fueron sus alumnos. Cabe recordar que en la generación anterior, Max Sorre, autor del tomo sobre México y América central (publicado en 1928) en la Géographie Universelledirigida por Paul Vidal de La Blache y Lucien Gallois, no tenía un conocimiento directo del terreno, no más que L. Gallois, quien seguía en los Annales de Géographie la actualidad geográfica de América del Sur. Monbeig había trabajado bajo la dirección de Emmanuel de Martonne, especialista en geomorfología y autor de estudios de geografía humana sobre la Europa Central, quien despertó su interés por el territorio brasileño, como lo recuerda en la introducción de su tesis doctoral.


Figura 1: Pierre Denis.

Esta conformación de una geografía latinoamericanista, combinando la formación disciplinaria con un íntimo conocimiento del terreno, se podría haber alcanzado con anterioridad. Al comienzo del siglo XX se concebía ya a América Latina como un conjunto: el adjetivo había sido propuesto luego de la desafortunada expedición mexicana bajo el Segundo Imperio, en el afán del Imperador Napoleón III para agrupar a los pueblos "latinos" frente al imperialismo anglo-sajón. Este esfuerzo se plasmó también en los intentos de estructurar la colaboración universitaria entre Francia y América Latina durante la Tercera República. Fue el hispanista Ernest Martinenche, presidente del grupo de universidades y grandes escuelas de Francia para las relaciones con América Latina a partir de 1909, quien se hizo el promotor de esta idea, promoviendo las relaciones culturales y académicas entre Francia y América del Sur, multiplicando las visitas y apoyando la creación de cátedras. Estos esfuerzos iban acompañados de una mirada geopolítica tendiente a contrabalancear las dinámicas coloniales propiamente dichas con formas de solidaridad fundadas en la cultura y en la influencia intelectual.
Por otra parte, el desarrollo de la geografía vidaliana en la universidad, cuya historia está ampliamente documentada como para volver una vez más sobre ella, distribuía el mundo entre sus discípulos para preparar, entre otras, la gran obra de la Géographie Universelle.En esta partición, América del Sur recayó sobre un joven geógrafo, alumno de Lucien Gallois en la Escuela Normal Superior, Pierre Denis, nacido en 1883, autor de la primera tesis de geografía consagrada a América del Sur. Sin embargo, y a pesar de la calidad de ese trabajo profundamente original realizado en circunstancias difíciles, Denis no tuvo una carrera académica. Alejado de América del Sur y de la Universidad a causa de la Primera Guerra Mundial, no pudo volver a la Argentina como lo había deseado y dejó progresivamente, en la década de 1920, la carrera universitaria para dedicarse a diferentes actividades que retrató en un pequeño volumen de memorias titulado Les travaux et les jours, publicado en los últimos años de su vida. Tuvo un rol destacado cerca de Jean Monnet en el secretariado de la novel Sociedad de las Naciones, donde participó directamente en las negociaciones sobre el reparto de la Silesia y luego como experto para la estabilización del zloty. Continuó trabajando con Monnet para el Banco Blair de 1926 a 1932, cuando este último dejó la Sociedad de las Naciones para retomar los negocios familiares (Roussel, 1996). Convertido en banquero, Denis dirigió en los años '30 un negocio personal, siempre en estrecha relación con Monnet, quien trataba entonces de realizar operaciones financieras en China.
Abandonó Francia el 20 de junio de 1940, tomando un avión en Bordeaux con destino a Londres para reunirse con el General de Gaulle, junto a Jean Monnet, quien fue el financista de la Francia Libre. Fue Denis quien propuso a de Gaulle fundar la Caisse de la France Libre para administrar los préstamos recibidos de Inglaterra y los recursos del Imperio, lo que lo llevó a trasladarse al Norte de África, a Reunión, Madagascar, Djibouti y al Líbano, para conseguir el apoyo económico de las colonias. La experiencia adquirida en la organización económica lo llevó brevemente al Comisariado General de Planificación, cargo que abandonó luego para presidir el Consejo de Administración de Shell France, consagrándose luego a asuntos personales hasta su muerte, acaecida en 1951.
Es comprensible que tales actividades hayan sido más atractivas para un espíritu tan activo como el de Denis que una cátedra en la Sorbona, aunque permaneció, dígase lo que se diga, profundamente geógrafo en su manera de entender el mundo. Sus obras testimonian la continuidad de un pensamiento sobre las relaciones entre las sociedades y el espacio terrestre en la línea de la geografía vidaliana. Sería inútil interrogarse más ampliamente sobre los acontecimientos que impidieron a Denis convertirse, por su cuenta, en una de las figuras tutelares de la geografía junto a Albert Demangeon y Emmanuel De Martonne. Es interesante, en cambio, mostrar, por una parte, un aspecto poco conocido de los comienzos de la geografía latinoamericana; e insistir, por otra, en la originalidad de su pensamiento geográfico, enriquecido por sus diferentes experiencias profesionales.
Del estudio geográfico de Argentina en los años del centenario a la acción al lado de las fuerzas gaullista durante la Segunda Guerra Mundial, Denis tiene un itinerario singular que lo aleja de la carrera académica a la cual parecía destinado. Deja, sin embargo, un legajo importante para el conocimiento de Argentina de principios del siglo XX y desarrolla un pensamiento singular, al margen de la tradición académica. En este artículo presentamos unos elementos biográficos sobre Denis para dar luego cuenta de las líneas de fuerza de su pensamiento subrayando su continuidad en las diversas tareas que desempeñó Denis.

 "Mi vaga profesión de geógrafo ambulante"

Pierre Denis era el hijo mayor del historiador de la Europa Central Ernest Denis (1849-1921), quien cumplió un papel destacado en el nacimiento de Checoslovaquia luego de la Primera Guerra Mundial. De vieja familia protestante, también "normalista", Ernest quizás transmitió a su hijo un cierto sentido de la austeridad, el gusto por el estudio y la probidad en el trabajo, más no así sus convicciones religiosas, aunque él mismo era nieto de un pastor. Sobre todo, era un historiador conocido por sus trabajos sobre la Europa Central en la época moderna, autor de una tesis sobre Jan Huss y los hussitas (1878), que tuvo también un rol político activo como consejero y sostén de los patriotas checos, lo que le valió una estatua en Praga. Ernest Denis, nombrado profesor en La Sorbona en 1895, reunía en su casa o en la Universidad a los patriotas checos, entre ellos a Thomas Masaryk. Pierre Denis guardó un vivo recuerdo de estos encuentros, que demostraban que el estudio histórico y la política activa no se oponían. Pero en el primer estudio que eligió preparó con cierta facilidad el examen de ingreso a la Escuela Normal Superior, donde es recibido en 1902 e ingresa en 1903, luego de un año de servicio militar en la misma promoción que el escritor Jean Giraudoux.

"Buen geógrafo pero demasiado frío"

Se sabe qué rol ha jugado la Escuela Normal Superior en el surgimiento de la geografía francesa bajo el magisterio de Paul Vidal de la Blache. El maestro, sub-director de la Escuela desde 1881 a 1898, deviene en profesor en la Sorbona y es reemplazado por Lucien Gallois en la Escuela. Esta implantación estratégica permite a la nueva ciencia reclutar si no a los mejores estudiantes al menos a los jóvenes destinados a seguir una carrera académica y los mejor preparados tanto en formación académica como por su pertenencia a una red social dominante en la Universidad, aquella integrada por los antiguos alumnos de la Escuela Normal Superior. El número de geógrafos es modesto, pero ellos constituyen la punta de lanza de la implantación de la geografía vidaliana en la universidad francesa.
El examen de ingreso a la Escuela Normal Superior en la sección literaria privilegiaba a los humanistas clásicos.2 Los candidatos debían traducir al griego un texto de Pascal y al francés uno de Séneca, redactar una composición en latín y preparar tres disertaciones: en historia, el reinado de Federico II, 1740-1786; en literatura francesa, escribir la supuesta carta de Alfred de Vigny al príncipe de Baviera sobre la Escuela Romántica; y en filosofía, discutir ¿En qué sentido se puede decir que nuestro carácter permanece a lo largo de nuestra obra? Este último tema, si bien no se trata más que de un ejercicio escolar, atrae la atención de Denis, quien demuestra más de una vez su capacidad de deshacer el destino que le estaba prometido, poniendo en tela de juicio lo que parecía adquirido.
La vida en la Escuela Normal Superior exigía mucho estudio, con pocas comodidades en el internado (por ejemplo, la administración de la Escuela se interrogaba sobre la posibilidad de instalar duchas calientes), pero era grande la libertad de la que gozaban los estudiantes.

En la Escuela Normal la disciplina estaba a punto de ser abolida. Saltar la reja cuando la puerta estaba cerrada era más una cuestión de gimnasia y, eventualmente de sastre, si teníamos la mala suerte de romper nuestro pantalón, que de conciencia o de sanción (Denis, 1951: 38).

Fue en la Escuela Normal que Denis descubrió la geografía, joven disciplina que no se apoyaba sólo en un cuerpo libresco ni en profundas teorías, sino en la enseñanza directa de los maestros y cuyo aprendizaje se hacía, todavía, en los campos. Esta sensación de libertad fue también la de Julien Gracq (promoción 1930), quien la recuerda en sus reuniones con Jean-Louis Tissier:

El lado concreto de la geografía me atraía mucho. Tenía la impresión de hacer algo más serio que mis colegas que estudiaban letras o filosofía.
Las excursiones sobre el terreno me gustaban mucho más [...] la geografía comenzaba, no tenía antepasados, se leía a los contemporáneos. Estaba haciéndose [...] se tenía una mirada todavía sintética (Gracq, 1978: 14-16).

Denis, quien compartía este gusto por las excursiones y el contacto directo con el terreno, dejó un interesante testimonio sobre su aprendizaje al aire libre con sus materiales de dibujo:

Cuando me dedicaba a ella [la geografía] era, al salir de la escuela, una actividad seductora: el aprendizaje se hacía con un mínimo de régimen libresco, en la aventura, durante las expediciones solitarias por las llanuras y las montañas, en el medio de la sonrisa innombrable de los horizontes, acompañado de una sana fatiga, los zapatos rotos, una mochila y una capa impermeable de loden. Más que una carrera, en su origen se asemejaba a una evasión. Costaba un poco explicarse a sí mismo y explicar a los otros lo que se demandaba al paisaje. Cuando contaba que era geógrafo a los pastores de Cévennes, con los que me cruzaba en los castañares alrededor de Saint Jean du Gard, se mantenían en un silencio lleno de reserva desconfiando de mi portafolios y de mi seriedad profesional [...] Pero que el paisaje era una prerrogativa de la geografía, no había dudas, y uno se embriagaba cuando salía de una aula de la rue d'Ulm (Denis, 1951).3

Esta elección en su formación lo llevó a seguir los cursos de Marc Bloch (historia) y de Pfizer, Bourgeois y Lucien Gallois (geografía). Adquirió también una formación complementaria en meteorología, sin duda con Emmanuel de Martonne. Redactó una disertación sobre las guerras púnicas que el profesor Bloch juzgó severamente, pues Denis introdujo allí numerosas hipótesis sobre las relaciones internacionales, lejos de los propósitos del historiador, pero que demuestran el interés que el joven Denis tenía por estas cuestiones. Gallois lo juzga como un "buen geógrafo pero demasiado frío", pero colocándolo siempre entre los mejores de su promoción, "aparte de Piganiol y Denis, todo el mundo debe progresar" escribe en sus apreciaciones. Es sobre todo con Vidal de La Blache, que ofrece en la Sorbona un curso regular de geografía frente a una docena de alumnos, que Denis hizo su aprendizaje.

[Vidal] Tenía la piel oscura, magníficos ojos negros, la palabra lenta pero llena de ecos sonoros, y una admirable cultura clásica [...] El problema de las relaciones del hombre y del medio que lo rodea, que muchos no advertían, se le aparecía con su trasfondo de siglos. Él me abrió pues la puerta, y ahí estaba yo, débil y desnudo, encuentro fascinante, en presencia de una ciencia (Denis, 1951).

Decidido a ser geógrafo, Denis concluye sus estudios de tres años con una agregación en historia, ya que no existía todavía la agregación en geografía. Fue nombrado en el Liceo de Bar le Duc, pero lo abandona rápidamente para viajar y adquirir el conocimiento sobre el mundo que marcará su carrera.

El conocimiento del mundo

Pierre Denis hizo muchos viajes a lo largo de su carrera, por Europa y, más notablemente, por Europa central, África y el Océano Índico, donde desarrolló, durante la Segunda Guerra Mundial, una larga misión en busca de apoyo a la Francia Libre. Pero sus comienzos de geógrafo viajero fueron en las Américas, que resultaron decisivas en su especialización y en sus primeras publicaciones, sobre las que se fundó su reputación. Este descubrimiento se hizo en dos etapas principales. Desde 1907 se benefició de una de las becas ofrecidas por el financista Albert Kahn para recorrer el mundo, lo que le permitió conocer África del Norte, Brasil y Estados Unidos. De regreso a Francia fue llamado a enseñar en la Universidad de Buenos Aires, donde permaneció entre 1912 a 1914, preparando su tesis sobre la Argentina, defendida en 1920 una vez desmovilizado.
Pudo así viajar al Brasil y a los Estados Unidos en 1907-1908, experiencia de la que surgió un pequeño libro, Le Brésil au XXe siècle,que tuvo notable éxito y que fue reeditado al menos cuatro veces por Armand Colin el editor de los geógrafos, y también traducido al inglés. Es posible que esta beca también le haya permitido ir a África del Norte, ya que redactó también un artículo sobre "Los italianos de Túnez",publicado en la Revue du mois en 1908. Jean Brunhes le propone, entonces, hacerse cargo del proyecto Los Archivos del Planeta, financiado siempre por Albert Kahn, que quería realizar un archivo documental fotográfico sobre las civilizaciones del mundo. Pero Denis rechaza la propuesta a pesar de una reunión con el filósofo Henri Bergson en el apogeo de la gloria que lo instaba a aceptar el cargo.
No sabemos si completó la vuelta al mundo prevista, pero Jean Monnet, de quien fue amigo y colaborador, escribió el prefacio de la obra Métiers et des jours: "usted ha dado su vuelta al mundo". Lo haya hecho o no, Denis conocía el mundo mejor que nadie, lo que Monnet también un hombre cosmopolita no podía dejar de apreciar. Es un conocimiento adquirido viajando, en contacto directo con lo que no se llamaba todavía "el terreno" o, simplemente, "la realidad". Denis da cuenta en sus notas de viaje de una curiosidad sin límites, más orientada a las actividades económicas que a la política o a la cultura. Observa con interés y simpatía las diferentes categorías sociales, comparte la vida aventurera de las cuadrillas que construyen vías férreas en Brasil o con los gauchos argentinos durmiendo apoyado sobre la silla de montar, indiferente a su comodidad personal y los peligros.
Fue en el curso de su estadía de dos años en Argentina que se dedicó al estudio sistemático para elaborar una tesis seguida por Lucien Gallois.4 Esos viajes deberían haber sido continuados por expediciones científicas, pero la Primera Guerra Mundial interrumpió abruptamente su estadía en Argentina.
La posibilidad de recorrer el país le fue ofrecida por el propio gobierno argentino en el marco de la grandes ceremonias conmemorativas del Centenario de la Independencia, ocasión propicia para dar a conocer los éxitos de la joven Nación. La Argentina suscitaba entonces mucho interés, atrayendo a cronistas célebres, como el político provisoriamente sin escaño por el escándalo de Panamá, Georges Clemenceau, y el periodista Jules Huret, quienes publicaron notables descripciones del país (Velut, 2002). Deseoso de hacer conocer mejor a la Argentina en Francia, el ministro de Instrucción pública propuso financiar una cátedra de historia política y económica de la Argentina en la Sorbona, que sería confiada a un eminente profesor francés. El proyecto recibió el apoyo de Ernest Martinenche, quien venía de visitar Argentina y Brasil.

En el momento en que los Estados Unidos envían gratuitamente sus profesores, cuando continúa la moda de establecer contratos con sabios alemanes, es importante que un francés reivindique los mejores ejemplos, los derechos y el valor de la ciencia de su país.
Estoy persuadido que de ese mérito personal, de su tacto y del valor de sus trabajos dependerá el futuro de nuestra influencia intelectual en la República Argentina (Carta de Ernest Martinenche al Ministro de Correo en Buenos Aires, 24.07.1910).5

De hecho, la propuesta fue rápidamente aceptada en Francia por el Ministerio de Instrucción Pública y por el consejo de la Universidad, que se reservaba el derecho de nombrar al titular de la cátedra, cargo que sería pagado por la Argentina. Estaba igualmente acordado que este joven sabio debería viajar a la Argentina para una estadía de por lo menos dos años a fines de familiarizarse con el país sobre el cual debería enseñar una vez retornado a París. La iniciativa no era excepcional: diferentes cátedras e institutos fueron creados en la Sorbona y en América Latina en el curso de esos años. Al respecto, el hispanista Foulqué-Delbosc formuló este ácido comentario hacia finales de su vida en una carta dirigida a Paul Groussac:

Hace dos meses los diarios franceses han anunciado (no me atrevo a decirlo, a los pueblos postrados) la inauguración del Instituto franco-peruano de alta cultura en la Sorbona. Esta magnífica institución se debe al profesor Georges Dumas quien estuvo recientemente en América del Sur y su creación fue plasmada por Martinenche en un abismo de furor y melancolía, si creo en lo que he escuchado [...] Apenas tengo necesidad de agregar que estos diversos altos estudios, altas culturas y otras altas patrañas no existen más que en el papel. De vez en cuando una vaga conferencia, un vano murmullo, pero nunca algo serio. El esnobismo continúa devastando a la docta Sorbona. Es que intenta atraer a un Mecenas, y América del Sur guarda celosamente a muchos de ellos, suponen nuestros buenos Sorbonícolas.6

El interesante proyecto del ministro argentino no resistió al cambio de gobierno y a la oposición de la prensa y el congreso. Los diputados se negaron a aprobar una ley que  obligaba a la Argentina a pagar un profesor francés cuya enseñanza no sería necesariamente favorable a su país. Finalmente, el presidente Sáenz Peña autorizó a la Embajada Argentina en Francia a contratar por dos años a un joven profesor para que viajara a Buenos Aires para conocer el país antes de ser nombrado, eventualmente, en la Sorbona. No se trataba en ese momento de geografía, sino de historia y sociología, o de economía política.
La contratación de este joven profesor parece haber sido promovida por Paul Groussac, figura central de las relaciones diplomáticas y culturales entre Argentina y Francia a comienzos del siglo XX. Nacido en 1848 en Toulouse, Groussac abandonó Francia a los 18 años para hacer su vuelta al mundo gracias a una pequeña herencia. Una vez llegado a la Argentina ejerció diversos trabajos, en particular como preceptor en las familias acomodadas, haciéndose conocer a través de numerosas publicaciones históricas y literarias, casi todas redactadas en español, como su obra de teatro La divisa punzó (Benaros, 1998). Dirigió la Biblioteca Nacional desde 1885 hasta su muerte, en 1929. Jugó un rol importante para traer a la Argentina políticos y escritores franceses con los cuales mantenía correspondencia, lo que le valió el ser condecorado durante la Primera Guerra con la Legión de Honor, una novedad que le transmitió su amigo Georges Clemenceau, entonces presidente del consejo, a quién había conocido durante su viaje a Argentina.7
No ha sido posible encontrar una prueba definitiva de la relación entre Groussac y Denis, pero es cierto que la contratación de Denis, quien se embarcó con su mujer y sus hijas hacia Buenos Aires el 17 de abril de 1912, se concretó inmediatamente después de una larga estadía de Groussac en Francia durante 1911, donde tenía encomendado entre otros asuntos la selección del candidato. Groussac primero había elegido a Emile Tonnelat, condiscípulo de Denis en la Escuela Normal Superior, quien se había dado a conocer por sus estudios sobre la colonización alemana, pero desistió poco tiempo antes de su partida.8 Lo que es cierto es que Groussac, que se revelaba como un escritor prolífico e infatigable, capaz de abordar todas las temáticas, nunca pudo llevar a cabo una geografía de la Argentina que le había sido encomendada bajo la presidencia de Carlos Pellegrini (1890-1892). Subsisten en los archivos varias versiones de manuscritos nunca acabados y múltiples fichas reveladoras de un método erudito de geografía histórica. Ahora bien, pese al método utilizado, no fue capaz de dar cuenta del formidable desarrollo de un país nuevo, que se encontraba, precisamente, en vías de transformarse por completo. Estos papeles demuestran, por otro lado, que la realización de tal obra no era tan fácil como se podría imaginar y que era necesario superar la metodología tradicional utilizada por Latzina en su geografía de Argentina publicada en 1888. Se puede plantear la hipótesis de que ello se esperaba de Denis, formado en los métodos de la nueva geografía, quien llevaría a cabo el proyecto que Groussac no había podido concluir.
Es así que Denis arriba a Buenos Aires con la perspectiva de elaborar su tesis y llegar a ser, luego, profesor de geografía argentina en la Sorbona. Sus primeras conferencias tuvieron cierto éxito, pero fue mal acogido por la Universidad de Buenos Aires, celosa de su autonomía y reticente a aceptar el nombramiento de un profesor seleccionado sin respetar los procedimientos habituales. Inclusive, si se le permitió impartir algunas clases, las mismas no se insertaron en ningún curso establecido. Y no parece haber creado lazos significativos con Félix Outes, que entonces se desempeñaba como profesor de geografía en la universidad porteña.
Denis aprovechó esas libertades para recorrer ampliamente la Argentina, lo que formaba parte de sus intenciones. Comenzó por remontar el Paraná, hasta el Chaco, recorriendo de regreso Corrientes y Entre Ríos. Partió luego hacia el Noroeste, visitando Tucumán, Salta y Jujuy, y retornó a Buenos Aires visitando Córdoba y las ciudades del piedemonte andino, hasta Mendoza. Se dirigió finalmente al sur, llegando hasta Neuquén y al lago Nahuel Huapi. De la Patagonia solo visitó la parte norte, pero se puede afirmar que conoció de manera directa el resto de la Argentina. Sus impresiones de ruta quedaron retratados en un pequeño libro publicado en la Argentina por la Universidad de Tucumán,9 muestra de su maestría en el manejo de la pluma y testimonio de cómo las condiciones de sus viajes a veces en ferrocarril, otras a caballo dieron forma a su percepción profunda del país.
Reunió también en su estadía una muy abundante documentación y se relacionó con intelectuales como Juan B. Terán, uno de los fundadores y primer rector de la Universidad de Tucumán, y Romualdo Ardissone, entonces joven estudiante de historia, quien descubrió la geografía con Denis y fundó después el Instituto de Geografía de la Universidad de Buenos Aires que lleva hoy su nombre. No está de más recordar que Ardissone trasmitirá luego a sus estudiantes el espíritu de las enseñanzas de Denis,10 a quien elogiaba particularmente por la claridad de sus puntos de vista y su poder de síntesis, repitiendo que era autor del mejor cuadro de la Argentina de comienzos del siglo XX, aunque no se apresuró en hacerlo traducir (fue recién en 1987 que Elena Chiozza realizó la traducción al español del libro de Denis).
Su estadía en la Argentina fue bruscamente sacudida por la declaración de guerra. En el mes de agosto 1914 se embarcó en el Lutetia para luchar por Francia. Terminó la contienda en el frente de Oriente, en el Estado mayor del general Franchet d'Espérey, encargado de recolectar información sobre el frente búlgaro, una misión de inteligencia conforme a sus talentos.
Luego del armisticio Denis habría deseado volver a la Argentina, donde se sentía, tal como lo escribía, aquerenciado, para poder terminar los trabajos que habían quedado en estado preparatorio. Como era dudoso el financiamiento argentino, se dirigió al Ministerio de Asuntos Extranjeros para obtener una "misión de propaganda" de ocho a nueve meses en la Argentina, pero la Embajada francesa en Buenos Aires la juzgó superflua: "Toda propagada es inútil, nuestra victoria basta" fue la respuesta del encargado de los asuntos franceses en Buenos Aires, quien propuso atribuir la suma pedida por Denis a la Alianza Francesa y a una revista recientemente creada.11 Nombrado profesor en la Universidad de Estrasburgo, renuncia pronto a ese puesto para encontrarse con Jean Monnet, a quien había conocido durante la guerra en la Sociedad de las Naciones. Así, daba vuelta definitivamente a la página académica en su vida, aunque en lo sucesivo no dejará de contribuir en diferentes revistas geográficas y de preparar su tesis.


Figura 2: Viajes de Pierre Denis en Argentina (1912-1914).

La Obra Geográfica de Pierre Denis

La geografía de América del Sur

Los textos consagrados por Pierre Denis a América del Sur son de diferente naturaleza, yendo desde el relato de viajes a obras de síntesis, pasando por numerosas notas y artículos.
Le Brésil au XXe siècle, primera publicación consagrada a América por Denis, no se presenta como libro académico sino más bien como un tratado de economía política bien documentado. La obra se apoyaba en observaciones directas que proporcionan al autor materia para anécdotas relevantes, aunque vinculadas con un profundo trabajo sobre datos extraídos de la prensa o de fuentes oficiales. Ningún tema fue excluido: Denis estudia la sociedad brasileña, encontrando una "aristocracia rural" de propietarios de fazendas y también "la clase popular, más numerosa, más diversa, masa confusa de la que depende, ante todo, el futuro de Brasil" (Denis, 1909: 10). Detalla más cuidadosamente las cuestiones económicas y retrata algunas regiones importantes como Río de Janeiro, San Pablo, Paraná y Río Grande do Sul, para terminar en Ceará y en la colonización de la Amazonía. Es en estos cortos estudios regionales que el método geográfico es el más evidente, particularmente en lo que hace a la descripción de la vida rural y de los progresos del cultivo del café en la región de San Pablo. Demostró una comprensión muy fina de los mecanismos que Pierre Monbeig estudió en detalle en su tesis, tres décadas después. Muestra, igualmente, como la sequía del Nordeste empujaba a los sertanejos hacia las ciudades y, más allá, a la Amazonía. El libro desarrolla también extensamente las cuestiones monetarias y comerciales. Sin que se pueda ver allí la prefiguración de su futura carrera de banquero, Denis muestra ya su capacidad de relacionar la política económica con la organización de las regiones. Algunos de los capítulos de este libro fueron publicados en los Annales de Geographie (en adelante: Annales), en los cuales insiste más en los datos de geografía física que en su libro.
Su tesis, dedicada a Argentina, retoma cuestionamientos más clásicos de geografía. Está consagrada a la "puesta en valor" del país, término que se impone para caracterizar la dinámica de las actividades económicas y los cambios del uso del suelo en relación con el expansión de las vías férreas. Como destaca Lucien Gallois, quien hizo la presentación en los Annales, Denis ha verificado los conocimientos existentes y sobre todo "aportó a su trabajo lo que falta a tantos trabajos de este género, el espíritu geográfico" (p. 390). Por lo tanto, aunque corta, la tesis era "una de las mejores que haya examinado la Universidad de París, una de las que testimonian lo mejor si se nos permite decir del valor de los estudios geográficos en Francia".
Es interesante comparar este texto con un pequeño libro publicado durante la guerra en Argentina por la Universidad de Tucumán a iniciativa de su rector, en el que expuso una primera versión de este estudio. Incluye notablemente un capítulo titulado "Impresiones de ruta", transcripción de relatos de viaje que no se incluyó en la versión publicada en Francia. Del mismo modo, el estudio sobre la nacionalidad argentina, focalizado en una cuestión fundamental para una nación de inmigrantes, "¿cómo se puede ser argentino?", no se encuentra en la tesis, por salirse de lo que se consideraba entonces como el marco de la disciplina.
Denis coordina finalmente los dos volúmenes consagrados a América del Sur de la Géographie Universelle dirigida por Lucien Gallois después del fallecimiento de Vidal de la Blache. No redacta todos los capítulos de la obra, sólo aquellos dedicados a la Argentina, como así también la introducción general. Obra de síntesis, se apoya en
numerosas fuentes publicadas, sobre las cuales Denis había escrito, con regularidad, en los Annales en los años '20. En efecto, colaboraba en la revisión de la bibliografía geográfica que anualmente realizaba la revista, como también redactaba estudios minuciosos para otras publicaciones importantes, como por ejemplo en 1920 un nuevo mapa del Río Magdalena, el viaje de Frank Chapman en Colombia, los trabajos de Walter Penck sobre el límite meridional de la Puna. Redacta, igualmente, algunas contribuciones originales producto de sus viajes por la Argentina, como el artículo sobre la Sierra de la Lumbrera en el Noroeste argentino.

El pensamiento geográfico de Pierre Denis

El pensamiento geográfico de Denis se fue afirmando progresivamente en su reflexión sobre América del Sur, luego sobre otros territorios, una apertura a la cual su interés por las relaciones internacionales, enriquecido por sus viajes, su cultura y, quizás, por la sensibilidad del hogar familiar frente a los problemas internacionales, lo habían preparado. Monnet afirma: "Siempre le he oído decir que las fronteras nacionales no tenían sentido. Pero al mismo tiempo, nadie más que usted es sensible a esta diversidad de paisajes y de tipos humanos que son el fermento necesario del progreso" (Prefacio de Métiers...).
Denis siguió en sus diversas actividades sus indagaciones. Trabajando junto a Monnet la reglamentación, luego de la guerra, del problema de la repartición de la Silesia, región industrial disputada entre Polonia y Alemania, tuvo ocasión de proponer un acercamiento científico sobre la cuestión:

Era verdaderamente un trabajo de geógrafo, donde estaba guiado por mis recuerdos de una técnica que me había sido enseñada hacía mucho tiempo. Experiencia que ningún geógrafo se ha atrevido a concebir, porque el cuadro que debíamos trazar, en lugar de tener un objeto puramente científico, tenía un objeto práctico e inmediato y debía permitir una operación de cirugía política (Métiers).

El resultado sirvió de base a la solución adoptada y fue publicado en los Annales con el pseudónimo de Pierre Dumas.12 Denis no fue el único geógrafo trazador de fronteras, pues se trató de una tarea para la cual Emmanuel de Martonne fue consultado a menudo, en virtud de lo cual jugó un papel importante en el trazado de las fronteras de Europa Central. Denis lo hizo, en circunstancias particulares, convocado por la Sociedad de las Naciones para proveer un reglamento tan viable como satisfactorio para todas las partes a partir de un análisis que considerara los factores naturales y étnicos propios del funcionamiento de una región industrial.
Las diferentes misiones ejercidas luego abren ampliamente el espectro de sus intereses y de sus conocimientos. Así, Denis se afirma como un experto de las cuestiones monetarias y financieras internacionales, trabaja con este título en Polonia en la estabilización del esloti y luego aconseja a Venezuela sobre sus problemas financieros. Después dejará la actividad pública para apoyar Jean Monnet en los negocios privados que intentaba organizar con las fuerzas nacionalistas en China.
La cuestión no es tanto saber si Denis fue un geógrafo por una supuesta fidelidad a su primera profesión, sino, más bien, destacar la originalidad de su visión geográfica, alimentada por sus diversas experiencias.
Paul Claval (1998) hace notar el carácter original de la tesis de Pierre Denis, quien supo de manera admirable adaptar la visión vidaliana para el estudio de países nuevos sustituyendo la relación esencial entre sociedad y medio ambiente en una perspectiva dinámica. Se sabe, en efecto, que la geografía de tipo vidaliana pone énfasis en las permanentes relaciones entre los tipos de medio ambiente y las instalaciones humanas como lo hizo Vidal de La Blache en su obra Tableau de la Géographie de la France (1905).Ahora bien, en sus diferentes viajes Denis descubrió geografías en construcción a impulsos de los mecanismos de la colonización. Desplazamientos de población desde Europa hacia África del Norte y América del Sur, expansión de tierras bajo cultivo por la construcción del ferrocarril, rol determinante de los puertos y de los intercambios para explicar la conformación de los paisajes: tales fueron las principales enseñanzas que dejan sus obras sobre América del Sur. Su tesis sobre la Argentina muestra un país animado totalmente desde Buenos Aires por la expansión de los cultivos comerciales, cuyo círculo se ensanchaba sin cesar a medida que se extendían las vías férreas,13 a las cuales consagró un capítulo central. Había hecho las mismas constataciones en Brasil, describiendo con precisión la etapa de construcción de las nuevas vías, destacando la rapidez del proceso.

Más interesante que estas escenas un poco violentas [de la construcción] es la influencia inmediata que ejercen las nuevas vías sobre el país que atraviesa. Al lado de una de las estaciones, abierta hace apenas un año, un pueblo agrícola se ha fundado en el medio del monte. Los colonos encontraron allí tierra a buen precio y han deforestado los campos: el ferrocarril ya ha transportado las bolsas de maíz de la primera cosecha; cosa singular, una vez abierto el tráfico los efectos de las nuevas líneas en construcción no se hacen sentir sólo "hacia atrás"; el nuevo ferrocarril impacta también "hacia adelante", sobre todas las regiones por donde se sabe "circulará" [...] De la misma manera, muchos contratos recientes obligan a las compañías a construir sus líneas cada veinte kilómetros alrededor de los centros coloniales (Denis, 1909: 52-53).

Para Denis, estas consideraciones no invalidan el enfoque vidaliano adquirido en la rue d'Ulm: las dinámicas de colonización dan cuenta de formas diferentes en la puesta en valor del medio ambiente. Las pequeñas unidades regionales quedan sometidas a la fuerte influencia de las condiciones naturales, pero también son determinadas por sistemas de relaciones, los que cambian rápidamente. Es pues necesario percibir todos los factores en juego. Dicho de otro modo, no limitarse al estudio de los datos del medio ambiente que tradicionalmente tienen en cuenta los geógrafos, sino de comprender sus relaciones con todas las técnicas movilizadas.
Es a este ejercicio que se entrega en su introducción a la Geógraphie Universelle, donde explica el carácter singular de América del Sur debido a dos factores principales: su inserción en la zona tropical y su posición oriental respecto de América del Norte. "El clima tropical explica la preponderancia de los cultivos coloniales, azúcar, café, cacao, que proveen todavía una fuerte proporción de las exportaciones". En cuanto a la posición de América del Sur sobre las rutas marítimas, es esencial para comprender sus lazos privilegiados con Europa, surgidos en la época de la marina a vela, modificados por el vapor y la colonización de su parte meridional que no es ya tropical, y donde se localizan, en la época que redacta la obra, los principales centros comerciales del continente. "La intensidad el tráfico marítimo en las rutas entre América del Sur y las otras partes del mundo da una imagen bastante clara del lugar que tiene hoy en el conjunto del comercio internacional". Denis definió así a América del Sur como un objeto geográfico singular en el cual las principales claves de su organización estarían en la articulación de ciertos factores naturales (la dirección de los vientos, la conformación del continente), de las técnicas empleadas y de la historia, pero de una historia encarnada en configuraciones territoriales concretas.


Figura 3: Mapa de América del Sur por Pierre Denis.

Referencia de Denis: "El diseño adoptado, que no deforma sensiblemente más que las regiones vecinas del contorno del mapa, muestra claramente el carácter tropical de América del Sur y su posición oriental en relación con América del Norte. El régimen de los vientos del Este sobre el Atlántico tropical contribuye a acercarla a Europa y al África. La dirección general de las costas Oeste y Este permite la navegación hacia Europa o los Estados Unidos, y participar ampliamente en el tráfico de cabotaje. El arco de New York a España se trazó con el cabo São Roque como centro, con un radio de 6.000 kilómetros. Escala: 150.000.000".

El segundo punto de las reflexiones de Denis remite a la importancia de las técnicas de valorización del espacio, un aspecto que puede ser puesto en relación con la curiosidad con la que aprendió nuevas habilidades a lo largo de su vida. Si en sus primeras obras prestó atención a las técnicas clásicas de cultivo y transporte, en su libro sobre Brasil se mostró igual de atento a las cuestiones monetarias y comerciales. Insiste luego más ampliamente sobre el rol de las técnicas que facilitan el préstamo, el financiamiento de nuevas actividades y la colonización. Los geógrafos no han retomado sino tardíamente esta intuición, particularmente en los años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial. 
El tercer tema a tener en cuenta en el pensamiento geográfico de Denis es el análisis de las relaciones internacionales, otro dominio ampliamente ignorado por los geógrafos de su tiempo, pese a que atravesaron dos guerras mundiales y tentativas de organización de instituciones internacionales. Denis no dejó jamás de interesarse en ello, como lo muestra toda su trayectoria profesional.
Estas diferentes ideas son objeto de síntesis bajo la forma de una pequeña novela, Les apprentis sorciers (Los aprendices de brujos), publicada en 1947, que aunque no tenía grandes pretensiones literarias resume las enseñanzas de toda una vida. En ella Denis imagina que un grupo de especuladores dispone de medios para influenciar el clima, desviando las perturbaciones del Atlántico norte hacia las costas de África. Esta invención justifica un proyecto de colonización, preparado por un grupo de expertos del cual forma parte un geógrafo recientemente salido de la Escuela Normal Superior llamado "le petit Volf", quien realiza sobre la región a colonizar un bello estudio en un perfecto estilo vidaliano, sabroso auto pastiche para quien ha leído los artículos geográficos de Pierre Denis.

La meseta de marga abigarrada baja lentamente hacia el mar, sobre el cual termina en una especie de acantilado muerto y cuya altura es de alrededor de 60 metros. Al pie del escarpado, se extiende una planicie litoral, de ancho variable, de 3 a 15 km [...] sobre el conjunto, he señalado la existencia de depresiones alargadas, análogas a las que atraviesan la plataforma Patagónica y que considero producto de la erosión eólica [...] Sería útil seguir de manera sistemática todos estos fenómenos con un pequeño servicio geográfico; el gasto sería mínimo.

La empresa prospera, pero las perturbaciones climáticas provocan desastres en Europa donde las lluvias no llegan. Bajo los auspicios de la Sociedad de las Naciones se celebró una reunión en Ginebra, donde el clima es considerablemente seco: en esta sequía "la línea de puntos de agua, en la base del Jura, recordaba a una cadena de oasis al pie de una montaña desértica, tal como Pierre Denis había descripto para los Andes áridos". Luego de largas discusiones, la Secretaría resuelve crear una Oficina internacional de control del tiempo, encargada de monitorear el clima... y todo queda rápidamente en orden.
Escrita hacia el final de la guerra, la novela expresa con sabroso humor el temor que despiertan los escalofriantes avances de la ciencia, encarnados por la irrupción de las armas nucleares. Sin duda, Denis era demasiado optimista en cuanto a las posibilidades de la Sociedad de las Naciones de resolver cuestiones de este tipo. Sin embargo, muestra la coherencia de un pensamiento sobre los territorios diseñado sobre una triple perspectiva: su concepción habitual a partir de las condiciones del medio ambiente, la alteración de las mismas gracias al progreso técnico, la influencia de las relaciones internacionales sobre estas condiciones y su gestión. Se trata de un texto cuya actualidad asombra a la hora de enfrentar los efectos actuales del cambio climático global.

Conclusión

Pierre Denis no buscó posiciones de poder ni honores: fue el comentario unánime de quienes lo conocieron, como así también lo afirman las notas necrológicas escritas por Roger Nathan y René Cassin.14 Denis tuvo una relación de amistad muy próxima con algunos de los hombres que marcaron la historia de Europa antes y después de la Segunda Guerra Mundial pero nunca desempeñó abiertamente un papel político, dedicándose más bien a tareas técnicas para apoyar algunos procesos, resolver cuestiones que requerían de su formación profesional, pasando de la actividad pública a la privada y viceversa. Tenía, por cierto, fuertes convicciones. Con casi sesenta años de edad no vaciló a la hora de elegir la resistencia junto a de Gaulle frente a la invasión de Francia por las tropas alemanas, partiendo de Burdeos a Londres en junio del 1940 y creando luego el sistema financiero que permitió canalizar los fondos destinados a sostener los esfuerzos de guerra en el imperio francés.
En lo científico no estaba limitado por un enfoque teórico sistemático ni por el deseo de conformar una escuela. Asociaba libremente sus diferentes saberes, que se enriquecían mutuamente. Como suele ocurrir a veces, ese espíritu independiente y alejado de las capillas se nos revela profundamente innovador un siglo más tarde. Su pensamiento muestra un profundo entendimiento de las innovaciones técnicas que modificaban el espacio-tiempo: medios de transporte y comunicaciones, pero también técnicas financieras. No se trata de hacer de Pierre Denis un inspirador de Milton Santos, quien desarrolló de manera teórica la incidencia de los avances tecnológicos en la configuración del territorio. No estaba en las preocupaciones de Denis dar forma a una obra científica. Pero cuando la geografía era aún una ciencia inmóvil, un análisis de situaciones geo-históricas que se suponían estables, entendió la importancia de los efectos de la interconexión global y los intercambios en particular, en su último libro sobre los efectos de las modificaciones del clima que transforman los territorios y la manera, a su vez, que el sistema internacional debía encontrar la forma de gestionar estos cambios.
Sus trabajos sobre la Argentina son hitos importantes para entender la conformación geográfica del país en los primeros años del siglo XX, caracterizando su identidad geográfica a partir de su capacidad de proyectarse hacia adelante. A su vez, su intuición de que las fuerzas de la circulación, de la migración y de los intercambios van transformando los territorios, idea fundamental de la geografía de hoy, se forjó también en sus viajes y en las observaciones que realizó sobre el terreno en gran parte de la República Argentina.

NOTAS

1 Este artículo es una versión revisada de "Pierre Denis e a Geografía da América do Sul", publicado en Geraiges de Lemos, A. I. e Galvani, E. (Org.), Geografia entre tradiçoes e perspetivas, 1, A presença de Pierre Monbeig, Buenos Aires - São Paulo, CLACSO - Expressão Popular, p. 193-212, 2009, pp. 193-212. El autor agradece la traducción y las sugerencias de Daniel Campi (ISES, UNT-CONICET) para esta publicación.

2 Las precisiones que siguen acerca de la Escuela Normal Superior, provienen del archivo de la ENS para los años 1900-1905 ( Archivo nacional, Paris, 61AJ/186).

3 La École Normale Supérieure de París, fundada en 1794, sin duda la escuela más prestigiosa de Francia, tiene su sede central en la calle de Ulm (rue d'Ulm).

4 No había entonces dirección formalizada de tesis como la que se practica en nuestros días.

5 Archivos Diplomáticos, Embajada de Francia en Buenos Aires, 82/506.

6 Carta a Paul Groussac, 8.05.1928, Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Fondo Paul Groussac.

7 Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Fondo Paul Groussac.

8 Carta de Joseph Bédier a Paul Groussac, Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Fondo Paul Groussac.

9 Pierre Denis, L'Argentine moderne, chapitres de géographie économique, Buenos Aires, Edición de la Universidad Nacional de Tucumán, Coni Hnos., 1916.

10 Comunicación personal de Elena Chiozza, alumna de Romualdo Ardissone y autora del prefacio de la edición argentina de la tesis de Pierre Denis, publicada en 1987.

11 Archivos Diplomáticos, Embajada de Francia en Buenos Aires, 82/506.

12 Es a Lubor Jilek a quien debo la identificación de P. Denis bajo este pseudónimo.

13 Las vías férreas han interesado también a Vidal de La Blache, quien se ocupa de ellas en su obra inconclusa Les principes de la géographie humaine (Principios de Geografía Humana).

14 René Cassin fue un destacado miembro de la Francia Libre, al lado del General de Gaulle. Recibió, en 1968, el premio Nobel de la Paz por ser el "padre de la declaración universal de los Derechos Humanos".

REFERENCIAS

Publicaciones de Pierre Denis

Libros

Italiens de Tunisie, Editions de la Revue du Mois, Paris, 1908.

Le Brésil au XXe siècle, Paris Armand Colin, 1909, 312 páginas.

L'Argentine moderne, chapitres de géographie économique, Buenos Aires, Coni, 1916, 122 páginas.

La République Argentine, la mise en valeur du pays, 1920, 303 páginas.

Souvenirs de la France Libre, Nancy, Berger-Levrault, 1946, 244 páginas (Publicado bajo el pseudónimo de Pierre Rauzan).

Les apprentis sorciers, Paris, les Editions de la Nouvelle France, 1947, 216 páginas (Novela).

Les Métiers et les jours, Paris, Juillard, 1951, 271 páginas (con Prefacio de Jean Monnet).

Artículos

"L'État de Saint-Paul, d'après les travaux de la Commission Géographique", Annales de Géographie, XVII, 1908, pp. 328-343.

"Les migrations périodiques à l'intérieur de l'Italie", Annales de Géographie, XVII, 1908, pp. 79-83.

"Le Ceara", Annales de Géographie, XVIII, 1909, pp. 46-62.

"État des travaux du canal de Panama", Annales de Géographie, XVIII, 1909, pp. 275-276.

"La production de l'or dans le Territoire de Magellan", Annales de Géographie, XIX, 1910, pp. 276-277.

"La localisation des cultures en Argentine", Annales de Géographie, XIX, 1910, pp. 456-460.

"La Sierra de la Lumbrera", Annales de Géographie, XXII, 1913, pp. 337-352.

"La nationalité argentine", Revue des nations latines, 1, 4, 1916, pp. 511-531.

"Le nord-ouest amazonien", Annales de Géographie, XIX, 162, 1920, pp. 464-467.

"Le trafic maritime chilien et l'ouverture du canal de Panama", Annales de Géographie, XXX, 164, 1921, pp. 158-159.

"Les chaînes subandines des provinces de Salta et de Tucuman (République argentine)", Annales de Géographie, 1921, pp. 399-400.

"Le partage de la Haute-Silésie", Annales de Géographie, XXXI, 169, 1922, pp. 1-14 (Publicado bajo el pseudónimo de Pierre Dumas).

"Une nouvelle carte du Magdalena", Annales de Géographie, 1922, pp. 95-96.

"Voyage de Mr Franck Chapman en Colombie", Annales de Géographie, 1922, pp. 383-384.

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