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Travesía (San Miguel de Tucumán)

versión On-line ISSN 2314-2707

Travesía (San Miguel de Tucumán) vol.19 no.1 San Miguel de Tucumán jun. 2017

 

ARTÍCULOS ORIGINALES

Resistencia sindical y judicialización de la protesta social: los trabajadores estatales de Neuquén a fines del siglo XX

 

Fernando Aiziczon*

* Instituto de Humanidades (CONICET-UNC). Argentina. feraizic@gmail.com

RECIBIDO: Mayo de 2016
APROBADO: Febrero de 2017

 


RESUMEN

Este artículo describe la dinámica de las principales formas de resistencia a las políticas de ajuste desplegadas por los sindicatos estatales neuquinos más importantes, ATE y ATEN, en un contexto caracterizado por el avance de lo que se denomina judicialización de la protesta social. Utilizando fuentes sindicales tales como actas de plenarios, memorias y balances, se analizan las estrategias de ambos sindicatos frente a las modalidades específicas de ajuste que experimentan, las formas de lucha que ensayan ante la judicialización de las manifestaciones, la visión del orden social, los debates internos y las diferencias que existen entre ambas organizaciones para construir la CTA regional, entre otros aspectos enmarcados y condicionados por un contexto novedoso que impugna la validez de la protesta callejera como forma de expresar demandas.

Palabras clave: Resistencia sindical; Judicialización de la protesta social; Neuquén; ATE; ATEN.

ABSTRACT

This article describes the dynamics of the main forms of resistance to the adjustment policies deployed by the main state-controlled unions in Neuquén: ATE and ATEN, in the context of what is known as the criminalization of social struggles. Using union sources such as records of general meetings, white papers and balance sheets, the strategies of both unions are analyzed in relation to: the specific adjustment policies they experience, the forms of struggle against the prosecution of demonstrators, the vision of social order, internal debates and the differences that existed between the two organizations in building regional CTA, framed and conditioned by a novel context challenging the validity of street protest as a way to express demands.

Keywords: Trade union resistance; Criminalization of social protest; Neuquén; ATE; ATEN.


 

[…] grupos gremiales inadaptados […] Llegaron a la ocupación
de instalaciones públicas como esta misma legislatura
y la interrupción de puentes, calles y rutas […]
todavía viven en la etapa contestataria de los años ‘70
(Felipe Sapag, Honorable Legislatura de Neuquén, 1998: 23).

[…] aquí se trata de construir rutas, no de cortarlas
(Jorge Sobisch, Honorable Legislatura de Neuquén, 2000: 9).

 

Introducción

Los investigadores que se han ocupado de explicar el sistema político neuquino, en especial a partir de los años ‘90 hasta el presente, buscaron dar con la clave que ayude a entender la hegemonía política del Movimiento Popular Neuquino (MPN), partido político provincial surgido tras la proscripción del peronismo (de allí su carácter “neoperonista”) que accede al poder acumulando a la fecha medio siglo de éxitos electorales. Los trabajos de Favaro (1993, 1999, 2005, 2011) consideraron al MPN bajo la perspectiva histórica de una experiencia populista exitosa, cuyo soporte material lo constituye la explotación de recursos naturales no renovables, siempre en disputa con el Estado nacional, y presentados bajo una eficaz retórica federalista que busca defender los intereses de los neuquinos, cuestión que refuerza, en el mismo movimiento, una identidad o también cultura política localista. Otras indagaciones siguieron la impronta de los profundos vínculos entre el MPN y el aparato estatal evidenciados en el despliegue de políticas asistencialistas y clientelares que lograron construir una suerte de “partido-estado” edificado sobre una economía “de enclave” de base hidrocarburífera (Pilatti, 2008; Noya y Giuliani, 2008; Preiss y Zambón, 2004; Bilder et al., 1998) que se asegura tanto recursos como electores (Camino Vela y Rafart, 2007;  Vaccarisi y Campos, 2010), limitando severamente las posibilidades de competencia para toda oposición electoral. Con todo, estas lecturas no revelan lo que emerge durante la década de los ‘90 con una potente presencia en Neuquén a tono con el escenario de protestas sociales a nivel nacional (Giarraca, 2001; Svampa, 2003; Auyero, 2004; Schuster et al., 2006) y que bien podría denominarse como oposición política, aunque desplegada en forma de protesta social.1 En efecto, son los sindicatos estatales los que parecen consolidarse en torno a un enfrentamiento en común con el aparato estatal que, por extensión, es una afrenta al mismo MPN. Esta oposición política, cuyo vacío en términos de investigaciones no deja de llamar nuestra atención, contribuiría a explicar cierto juego entre ésta, la oposición institucional y el MPN, que es, quizás solo en apariencia, el gran vencedor.
No obstante, la metáfora del “juego” puede ocultar modalidades coercitivas aplicadas desde el Estado, en especial cuando éste percibe dificultades para avanzar en la implementación de políticas de ajuste. En este sentido, la virulencia del discurso del gobernador Felipe Sapag (1995-1999) es apenas un indicador de cómo desde el ángulo estatal-partidario se concibe la protesta social: una rémora setentista inadaptada a los tiempos. Su sucesor, Jorge Sobisch (1999-2003), será por momentos más “moderno”: pasadas las puebladas cutralquenses (1996-1997) y probada la férrea resistencia de los sindicatos estatales utilizará la legitimidad de las urnas para deslegitimar los cortes de ruta. Ambos verán en los sindicatos estatales ATE (Asociación de Trabajadores del Estado) y ATEN (Asociación de Trabajadores de la Educación de Neuquén) la encarnación de la imposibilidad de aplicar políticas de ajuste en un contexto recesivo. A continuación reconstruimos en detalle la dinámica interna de ambos sindicatos entre 1998 y los inicios del nuevo siglo, considerados como punto de inflexión en términos de protesta social, para ver cómo se experimentan los primeros trazos de judicialización de reclamos, qué mecanismos ensayan para sostener sus demandas frente al ajuste, cómo interpretan el orden social, y las estrategias políticas de cara a la construcción del CTA regional. Nuestra hipótesis sostiene que las respuestas de ATE y ATEN a este nuevo escenario revelarían la existencia de culturas sindicales en tensión, visibles en sus acciones, debates internos y modos de concebir una estrategia para enfrentar al Estado provincial.

ATE: frente al ajuste, afiliar y luchar…

A mediados de 1998 el gobierno de Felipe Sapag reflota el intento de reforma de la Ley de Remuneraciones, rechazado por los trabajadores en 1996, sólo que esta vez la ley tiene como único objetivo, desde la mirada sindical, el darle cobertura legal a una rebaja salarial del 20%. La disputa se extenderá hasta inicios de noviembre, con los diputados encerrados en la Legislatura, resguardados de los combates entre la policía y los manifestantes estatales. Gran parte de 1998 es una sucesión de intentos de ajuste y privatizaciones en sectores como Salud, ISSN (Jubilaciones), EPAS (agua), EPEN (energía) y otros entes menores como Rentas y Catastro, combinados con avances de la Ley Federal de Educación en el ámbito docente, por lo que la misma situación obliga a mantener vasos comunicantes permanentes entre ATE y ATEN, atenuando sus diferencias a la hora marchar juntos como CTA.
A fines de enero de 1998 el sector de Salud recibe un primer aviso, pues toma estado parlamentario un proyecto de Ley de “aumento salarial para el sistema de salud”. Esto va a provocar un profundo malestar en tono de “discriminación” en vistas de que ofrecía una ínfima recomposición para el sector de auxiliares de enfermería y dejaba sin beneficios al resto de los trabajadores (mucamas, camilleros, mantenimiento, choferes, administrativos). Desde ATE se envían notas a todos los bloques legislativos a fin de expresar el desacuerdo con este proyecto “discriminatorio y elitista” y solicitando formalmente reuniones para buscar una propuesta abarcadora de la totalidad del sector. En ese sentido se mantuvieron varios encuentros con el bloque del FREPASO, hasta que a comienzos del mes de marzo el diputado del MPN Gustavo Vaca Narvaja presenta una propuesta a la comisión de Salud de la Legislatura que, según los estatales, era aún más discriminatoria ya que solamente incluía al sector profesional: de los 3.800 trabajadores merecían ser considerados salarialmente 600, “el resto pasaban a ser Kelpers, que aparentemente no cumplían una función preponderante en el funcionamiento del sistema” (ATE, Memoria y Balance, 1998: 12). No obstante ello, el 15 de abril la Legislatura otorga sanción general proponiendo su tratamiento en particular para el día 29. Frente a esta situación el martes 21 se reúne en SEJUN (judiciales) el Plenario Provincial de delegados de Salud, con representación de más de 16 hospitales y centros de salud de toda la provincia que adopta medidas de fuerza como el paro y trabajo a reglamento a partir del lunes 27 de abril. El paro es total en los principales hospitales neuquinos (Hospital Neuquén y Bouquet Roldán) y del interior provincial. Antes que se cumplan las 18 horas de paro la Secretaría de Trabajo llama a conciliación obligatoria, que ATE rechaza. Al día siguiente los presidentes de bloque y la presidencia de la Legislatura reciben a cinco representantes y tras la reunión surge un compromiso desde los diputados de entregar una respuesta esa misma tarde. El conflicto en Salud es particularmente difícil de sostener no sólo por la alta fragmentación profesional del sector sino también porque están en juego otras aristas vinculadas a la obras sociales por donde asoman el gerenciamiento y la figura del Médico de Familia, un “engendro” neoliberal según ATE, y directamente vinculado a los intereses de la medicina privada.2 ATE denuncia que la consultora World Medical Service, calificada por el Banco Mundial, había firmado un acuerdo con el Banco Provincia de Neuquén a fin de desarrollar un modelo de gestión de salud, “en otras palabras la bancarización de la salud y el gerenciamiento externo de nuestra Obra Social”, lo que sería otro intento tras la avanzada de los hospitales de autogestión. Y la conducción de ATE sabe también que el territorio en disputa es claramente el ISSN, por eso estratégicamente junto a ATEN dan la pelea en las elecciones de renovación del consejo de administración donde triunfa la lista gremial, conformada por ambos sindicatos, que denuncia la baja de coberturas, la eliminación de remedios, etc.
Como ocurre durante toda esta década, ATE mantiene una dinámica de crecimiento en afiliaciones y de avance en sectores en los que antes no tenía llegada (Aiziczon, 2008). Fruto de la persistencia militante es que se realizan encuentros bautismales como en 1998 lo fue el Primer Encuentro de Trabajadores Municipales, entre ATE y SOEMC (municipales de Centenario) en el marco de la CTA. Esos primeros encuentros homogeneizan demandas acorde a la cosmovisión de ATE y que en el caso de los municipales significa la necesidad de elaboración de estatutos marco, el escalafón municipal, el pase a planta permanente y el evitar contrataciones de los planes trabajar o de subsidiados por la Ley 2.128 (desocupados). En este sentido, un dato fuerte de ese año es el logro del pase a planta permanente de casi 3.000 trabajadores estatales; y el otro dato es que en 1998 ATE alcanza los 8.244 afiliados y logra adquirir un edificio de dos plantas en la céntrica calle Yrigoyen 528 de Neuquén capital, donde funcionará desde entonces la sede sindical. Pero en el interior neuquino también hay novedades: en Zapala se reciben 250 nuevas afiliaciones, algo similar ocurre en Villa La Angostura, mientras que en Chos Malal y tras varios días de paro, los municipales nucleados en ATE logran frenar el intento de cesantear a una veintena de trabajadores (ATE, Memoria y Balance,1998: 32-33).
Sin embargo, a la par de estos avances ocurre una pronunciada judicialización de las protestas sindicales. La Asesoría Jurídica de ATE informa que el gobierno provincial posee “un prolijo Plan consistente en llevar a los Tribunales penales todo conflicto o protesta social, lucha gremial, estudiantil, vecinal, etc.” (ATE, Memoria y Balance,1998: 35).

La “Judicialización” de los conflictos aparece como una herramienta más del control social […] aumentaron notablemente las causas penales contra trabajadores, derivadas del accionar sindical […] Existen alrededor de 600 procesados en todo el país de los cuales alrededor de 100 son de la provincia de Neuquén (ATE, Memoria y Balance, 1998: 35; destacado nuestro).

Por su parte la asesoría jurídica del CTA Neuquén realiza el Primer Congreso Nacional de Abogados de la CTA y conforma el comité de acción jurídica, cuyo primer amparo es por discriminación contra las comunidades mapuce. En esta acción el CTA trabaja junto a la Confederación Mapuce por la baja de 280 pobladores mapuce que percibían el subsidio de la Ley 2.128.
Una de las maneras en las que ATE intenta dar consistencia a estas resistencias es a través de las capacitaciones para “Crecer y enriquecer nuestra militancia”, así, durante este año se desarrollaron cinco cursos de formación inicial en las localidades de Chos Malal, Cutral Có, Zapala, Centenario y Neuquén. La organización de los mismos se desarrolló en forma conjunta con la Secretaría de Estudios y Capacitación de la CTA y versó en temas como Historia del Movimiento Obrero, Caracterización de la etapa política, económica y social, Rol del Estado, Propuesta Organizativa de la CTA y Rol del Delegado (ATE, Memoria y Balance,1998: 34). Es indudable que la CTA es en este aspecto el gran convocante y se ve con mejor perspectiva en el impacto que tiene el Primer Encuentro por un Nuevo pensamiento en la Argentina del que participan unos 100 invitados de distintas organizaciones y en convenio con la Universidad Nacional del Comahue. Allí se comienza a difundir la idea de la lucha contra la hegemonía del “pensamiento único instaurado por el neoliberalismo” y con vistas a “construir una nueva corriente de pensamiento que llene el vacío teórico” (ATE, Memoria y Balance,1998: 38).

CTA: la lucha entre ATE y ATEN por el poder político

El cierre de la experiencia menemista y la apertura de nuevas expectativas sobre el gobierno de la Alianza no afecta al plano local, donde la vigencia del MPN devuelve a la dura realidad. Julio Fuentes (secretario general de ATE) lo sabe y lo que más le preocupa es la dificultad para construir un proyecto político desde los sindicatos locales que tenga como objetivo estratégico la disputa de poder, que ya viene siendo planteada en esos términos desde el CTA nacional. Convencido de que en los resultados electorales el pueblo neuquino se expidió en oposición al modelo político vigente, Fuentes no duda en vincular esos resultados con la lucha sindical de los estatales. En su editorial que abre la Memoria y Balance del año 1999 sostiene:

Durante 1999, en las elecciones generales […] pudimos direccionar el voto en contra, y dio como resultado un gobierno provincial debilitado, pero sin duda no hemos podido aportar a la construcción de una verdadera alternativa que represente las aspiraciones de los trabajadores y del pueblo. […] Esta salida pasa por consolidar, más que nunca, la herramienta que es la CTA, sus delegados, sus agrupaciones sindicales, sus organizaciones barriales (ATE, Memoria y Balance, 1999: 7).

En el plano sindical las acciones en conjunto con ATEN y otros sindicatos menores siguen firmes en lo esencial: la pelea en las calles, pero en ATE no emergen ni disputas de poder que cuestionen el liderazgo de Fuentes, ni disonancias respecto al rumbo político a seguir. A sus Congresos asisten casi 200 delegados en 1999, las memorias y balances son aprobados por unanimidad y el planteo dominante es el de toda la década: recuperación del 40% por zona desfavorable, estabilidad laboral, defensa del ISSN y convocatoria a paritarias con el fin de dar cumplimiento a la Ley 1.974 de CCT.
Así las cosas, el CTA local lanza su primer paro por 48 horas (8 y 9 de marzo), que alcanzó –según fuentes sindicales– un 90% de acatamiento. Frente a las perspectivas abiertas por el cambio político con la asunción de De La Rúa, el reclamo de devolución del 40% por zona, la defensa del ISSN y el reclamo por las deficiencias edilicias de las escuelas, unificaron a los estatales. Estos reclamos son en las calles o en el puente carretero que, al resultar ocupadas y bloqueadas, reciben la respuesta estatal en forma de desalojo y brutal represión, como ocurrió el 19 de marzo durante la inauguración del Hospital Horacio Heller, en la empobrecida y periférica zona oeste de la capital neuquina (ATE, Memoria y Balance, 1999).
Tal como lo había previsto el Congreso Extraordinario de ATE, el 6 de abril se larga el primer paro y movilización con el eje puesto en la restitución de la zona desfavorable. A partir de junio se lanza un paro de 48 horas y una marcha el día 3 a la Legislatura, donde encuentran un escenario que en breve se tornará clásico: el vallado, las puertas cerradas, fuerzas policiales antidisturbios y, en algún momento indeterminado, los forcejeos y el lanzamiento de gases lacrimógenos. El 7 de junio, en un plenario conjunto con ATEN, se resuelve la continuidad del plan de lucha con un paro por 72 horas a partir del 23 de junio, con cortes de calles y rutas tanto en Neuquén capital como en el interior. Con la profundización de las medidas de lucha comienza también la de las formas represivas, con el uso del carro hidrante que arremete contra los trabajadores que cortan la Avenida Argentina. A fines de mes y con las negociaciones estancadas se instala una gigantesca carpa donde se realizan diversas actividades frente a la plaza de la Legislatura “los trabajadores deciden hacer el aguante y no dejar la calle mientras la comisión permanezca adentro” (ATE, Memoria y Balance, 1999: 31). El paro se transforma en una medida por tiempo indeterminado que se potencia con acciones callejeras, marchas, cortes, escraches, y recibe apoyo de algunos diputados del bloque opositor cuando el desalojo por la fuerza y las detenciones de trabajadores pasan a ser moneda corriente.
La Secretaría de Trabajo dicta el 1º de julio la conciliación obligatoria que el gremio rechaza profundizando el paro y las medidas de lucha. A partir de ese momento aumentan las acciones en la calle: el abrazo al Hospital Castro Rendón, los enfrentamientos con la policía el día 6 de julio en el aeropuerto de Neuquén y el desalojo de la Ruta N° 22 en esa misma noche.
Es en estos momentos en donde la fricción entre ATE y ATEN emerge; momentos en que las acciones se confunden con los enfrentamientos con la policía, donde la represión esperable produce nuevas diferencias: ATE no duda en el choque y resuelve medidas discrecionalmente cuando la situación se tensa; ATEN se desintegra en luchas y acusaciones internas llegando a plantear en sus plenarios y asambleas el debate sobre la práctica de la violencia en las manifestaciones. ATE es para ATEN un sindicato personalista que bajo el liderazgo avasallante de Fuentes tiende sin pruritos a la violencia callejera cuando el contexto se lo pide; a la inversa, para ATE su compañero docente en las calles es un gremio de maestras de clase media con muchas tendencias internas, de izquierdas, y que se enfrasca en eternas discusiones políticas sin atisbos de que ellas aborden la cuestión del poder político. ATE en bloque apuesta todo su capital político en el CTA con la idea rectora de formar un partido al estilo PT de Lula en Brasil; ATEN, dirigida  a nivel provincial y por primera vez por una coalición de izquierda clasista (predominantemente trotskista), tiene una fuerte oposición en las seccionales del interior (que responden a la agrupación Celeste, alineada con el oficialismo de CTERA), que le impide por un lado decantar un posicionamiento político homogéneo, y por otro, explica el cuestionamiento al perfil político del CTA, donde además juega fuerte una ex dirigente ateniense: Marta Maffei.3 Al compás de estas rispideces, las bases permanecen en las calles. Así lo pone en texto ATE:

Una reflexión: la posición de una parte de la conducción provincial de ATEN y de la Seccional capital de boicotear el plan de lucha. Los paros eran prácticamente arrancados por la militancia del gremio docente, las resoluciones de los plenarios conjuntos no eran aplicadas por la conducción, se limitaron los medios a los compañeros que permanecían frente a la legislatura o las seccionales del interior que querían viajar (ATE, Memoria y Balance, 1999: 16-17).

Durante 1999 ATE Neuquén supera los 10.000 afiliados y refrenda victoriosamente a su conducción en elecciones gremiales para el período 1999-2003. En la provincia se presenta la Lista Verde Agrupación SUTEN (Lista Verde Anusate en el plano nacional) encabezada nuevamente por Julio Fuentes. Ratificada por más del 50% de los votos en el interior, arrasó en la seccional capital con un contundente 93% (ATE, Memoria y Balance, 1999: 23). Con semejante hegemonía ATE a través del CTA prosigue consolidando su perfil político sindical ganando prestigio dentro del campo de la formación política, algo que caracteriza al CTA nacional en particular. Un ejemplo de esto lo constituye la organización del II Encuentro Regional por un nuevo pensamiento en la Argentina, que se desarrolla a fines de octubre en Neuquén.4 Estos lineamientos muy presentes en el discurso del CTA tienen un referente concreto en la experiencia del PT brasileño (ATE, Memoria y Balance, 1999).
Mientras ATE consolida su línea política, la legitimación del pedido de devolución de la zona desfavorable se ancla en la noticia del notable crecimiento de la recaudación de regalías hidrocarburíferas, en la recuperación de los precios del petróleo y en el aumento en la producción de gas. Ante la falta de respuesta del Ejecutivo provincial recomienzan las acciones conjuntas en la calle a fin de potenciar lo que se denomina “la segunda etapa del paro” que había comenzado el 8 de agosto. Ahora las marchas hacia el puente carretero, son parte de la rutina militante al igual que ocurre con la instalación de carpas o globas. El 13 de agosto el puente ocupado es desalojado en una de las mayores acciones de represión del año, trasladándose los enfrentamientos con la policía al Barrio Sapere, donde una vez más se puso de manifiesto “la solidaridad de sus vecinos abriendo sus casas y ayudándonos a pesar de ser víctimas de una gaseada infernal” (ATE, Memoria y Balance, 1999: 20-21).
En un contexto altamente represivo ATE señala la “ejemplaridad” de los paros, la “masividad” de muchas de las medidas callejeras, la “dignidad” con que se atraviesan los conflictos en su mayoría signados por la represión, los descuentos, el cansancio, las disputas intersindicales y la “mezquindad” de la dirigencia docente. Si bien la restitución del 40% por zona desfavorable está lejos de obtenerse “no hay represión que nos pueda llevar por delante en estas condiciones”; así, en medio de este clima, los estatales en conjunto llaman a no votar a “los candidatos que representan el ajuste” (ATE, Memoria y Balance, 1999: 20-21).
Y si persiste y aumenta la represión es pensable que idéntica situación ocurra en el ámbito judicial. En octubre de 1997, diputados del PJ convalidaron el presupuesto que contenía la rebaja salarial al tiempo que presentaban en la fiscalía una denuncia por “coacción agravadas, amenazas y que habían sido prácticamente secuestrados!!” por dirigentes de ATE para impedir su aprobación (ATE, Memoria y Balance, 1999: 29). Los periodistas que declararon en la causa desmintieron categóricamente las afirmaciones de los diputados adjuntando videos de los distintos canales que registraron el desarrollo pacífico de la reunión. La acusación sobre los dirigentes se fue reduciendo de “secuestro y amenazas a daño simple por rotura de barrotes y un empujón a un policía que estaba en la puerta”. El día de los alegatos el fiscal levantó la acusación y dictó el sobreseimiento (CTA Neuquén, Plenario provincial de delegados de base, activistas y juntas ejecutivas, 23.11.1999).

Sobisch, otra vez…

El regreso de Jorge Omar Sobisch a la gobernación neuquina significó el establecimiento de un estado de guerra con los estatales; buscaba su “revancha” de aquel primer período como gobernador (1991-1995) donde la resistencia de los estatales fue tan férrea que no pudo avanzar con sus proyectos de gobierno. Ahora insistía en quebrar la resistencia de los trabajadores avanzando con un fallido intento de despedir 4.000 mil agentes, luego buscando municipalizar el EPEN, el EPAS, las áreas de minoridad, gerenciamiento del ISSN, la tercerización de los servicios generales de Educación, la Ley de Función Pública, la jubilación anticipada, los retiros voluntarios, entre otras medidas. En este escenario el año 2000 es recordado como el que los estatales neuquinos “le ganamos al ajuste” de Sobisch: proyecto de Ley de Emergencia Económica, despidos, pases a disponibilidad, rebajas salariales, pago en bonos del 25% del salario, ataque al Estatuto “a fin de eliminar los supuestos “privilegios” de los que gozamos los estatales”,5 constituyen un historial de luchas enfrentadas desde los más diversos formatos de protesta como paros generales, marchas, concentraciones frente a los organismos públicos, cortes de ruta, carpas con trabajadores despedidos, plenarios conjuntos de los gremios de la CTA y escraches frente a las casas de los funcionarios. Esta lucha, sin embargo, tiene sus costos: “En muchas de estas luchas no contamos con el apoyo de la conducción del gremio docente, no siendo así con las bases del mismo, que luchó codo a codo con nosotros en cada frente” (ATE, Memoria y Balance, 2000: 12-13).
El costo para ATE será la persecución a sus dirigentes. En un contexto donde se sabe de los beneficios por regalías petroleras, las calles son también ocupadas en defensa de lo que se entiende como “la entrega de nuestro patrimonio”, es decir, la pelea contra la prórroga de la concesión del yacimiento de Loma de la Lata a la petrolera REPSOL, que fue “vilmente entregado” en un acuerdo “vergonzoso” entre el gobierno provincial y REPSOL. En efecto, en su discurso en la Legislatura el gobernador había señalado que prorrogaría el contrato de concesión por 10 años en los yacimientos de Loma de la Lata y Sierra Barrosa, sosteniendo que “hemos recuperado YPF para la provincia, como el motor dinamizador de la economía” (Discurso de Sobisch, HLN, 2000: 14). La prórroga implicaba el ingreso a las arcas neuquinas de 265 millones de pesos por año.

ATE: cierre provisorio de una década de luchas

Por tercer año consecutivo, ATE junto al resto de los estatales marcha al puente carretero sobre la Ruta 22 al cumplirse el tercer aniversario de la muerte de Teresa Rodríguez y del desalojo de aquel puente por la fuerzas de gendarmería.6 La reactualización de esa memoria reciente se robustece por efectuarse a través del continuum de movilizaciones y protestas callejeras: el 24 de mayo hay paro de 24 horas contra el Decreto de necesidad y urgencia dictado por Sobisch; el 31 del mismo mes, otro paro por 48 horas en repudio al ajuste planteado por Sobisch; el 6 de junio, paro nacional de CTA y CGT contra el ajuste anunciado por el gobierno nacional; el 23 de junio, paro y movilización en contra del ajuste de Sobisch; cinco días después, piquetes en las calles céntricas en rechazo al acuerdo con Repsol-YPF; el 21 de diciembre, marcha de la CTA y desocupados contra la represión policial al liberar cortes en reclamo de subsidios, y un largo etcétera. Y ATE persiste en la organización de sus encuentros: el 27 de octubre es el Primer Encuentro de Trabajadores de Registros Civiles; entre el 13 y 14 de octubre, el II Encuentro Provincial de los Trabajadores de la Salud Pública (3er Boletín Informativo de la Rama Salud ATE-CTA) y se organiza el III Encuentro Provincial por un Nuevo Pensamiento organizado por la CTA y la UNCo.7
El 26 de setiembre del 2000 ocurre la segunda elección del CTA a nivel nacional, donde votaron 310.464 sobre un total de 767.430 afiliados,8 resultando confirmado el liderazgo de Víctor De Gennaro como secretario general y Marta Maffei como secretaria adjunta. Neuquén elije sus representantes locales sobre un padrón de 22.000 afiliados. Concurren a votar más de 14.000. La distribución de cargos entre ATE y ATEN refleja la dispar atención que coloca cada gremio en la construcción de una alternativa de poder desde los sindicatos: sobre 27 cargos disponibles, ATEN ocupa sólo cuatro (secretarías de DDHH, de Actas, Relaciones Institucionales y un vocal titular de la comisión revisora de cuentas), mientras que ATE ocupa 10 cargos (secretaría gremial, del Interior, de Capacitación, de CyMAT, y el resto vocales titulares y revisores de cuentas). Otros sindicatos menores (AJEPROC, ANEL, APA, SOEMC y Prensa) acceden a un cargo y tres afiliados directos completan el resto. Por segunda vez consecutiva el secretario general de la comisión ejecutiva provincial es Julio Fuentes.
Respecto del año 1997 el avance de ATE es notable; en ese entonces las cosas estaban más equilibradas entre ATE y ATEN, que colocaban idéntica cantidad de miembros en la comisión ejecutiva: 4 para cada gremio. Es más, como secretaria adjunta de Fuentes ingresaba María Eugenia Figueroa, de ATEN. Quizás una mayor afinidad política entre la Lista Celeste de los docentes y ATE operó por entonces como aglutinador de voluntades de la lista única que, no causalmente, se llamaba Germán Abdala.

ATEN 1998: la izquierda en su laberinto

En contraposición a la dinámica que exhibe ATE, ATEN ingresa en un proceso que la envuelve en sí misma: los dilemas sobre el apoyo a la Carpa Blanca instalada por CTERA, las fricciones con Julio Fuentes, las penetraciones de la LFE en el ámbito provincial en instituciones terciarias, y una sorpresiva oleada de tomas estudiantiles enturbian un año que tendrá como novedad la asunción a la conducción de corrientes de izquierda dentro del sindicato docente a nivel provincial.9
Respecto de la lectura de coyuntura que realiza su secretaria general, Liliana Obregón, es similar a la de Fuentes: “Si en el ‘99 Felipe pierde, el triunfo es nuestro porque habremos ganado en conciencia social” (Acta de Plenarios de Secretarios Generales de ATEN, en adelante Acta 247/98, fs. 78-79).
Para los gremios docentes el inicio de cada año lectivo es crítico en cuanto a tomar o no medidas de fuerza: ATEN decide el no inicio de clases y un paro provincial para el 2 de marzo con movilización, la semana del 9 actividad de “agitación” y el 24 de marzo adherir al paro nacional de CTERA. En simultáneo, los estudiantes secundarios neuquinos comenzarán a tomar sus establecimientos.10 ATEN sabía de malestares pero desconocía las discusiones internas; en un plenario previo se comentaba que un IFD (Instituto de Formación Docente) de Centenario, con apoyo de secundarios y universitarios comenzarían la toma del establecimiento, pero la dirección de ATEN intentaba tomar posición frente a los porteros de escuelas del Interior que pedían el ingreso de beneficiarios de la Ley 2.128 a las escuelas. Finalmente el plenario avala la ocupación de escuelas y decide sobre la continuidad de los paros previstos resolviendo paro por 48 horas (Acta 253, fs. 128-129). Esas acciones son replicadas en otras localidades como en Plottier y San Martín de los Andes, donde se propone ocupar los establecimientos por varios días. Sin embargo, los mandatos de asambleas no son homogéneos, proponen una gran diversidad de medidas que impiden definir una posición única.
Masivas marchas de hasta 5.000 personas logran entre otras demandas (refacciones edilicias) la anulación de una resolución que regulaba el alcance de los títulos de los IFD, identificada como un avance de la LFE.
Durante gran parte del conflicto estudiantil ATEN no supo bien qué hacer aunque acompañó desde las bases la protesta, agregando paros para acompañar las marchas: “hay 20 escuelas ocupadas pero con muy pocos docentes […] los estudiantes se preguntan qué pasa con los docentes” (Acta 256/98, fs. 143-144). La explicación de por qué el conflicto estudiantil escapa a las posibilidades de ATEN de encauzarlo quizá se encuentre en los nuevos dilemas que ocupan al gremio: la oposición a propuestas que no resuelven el problema salarial de fondo (como el Incentivo Docente) o las formas de penetración de la LFE a través de los primeros cursos de la Red de Capacitación. Es en este clima confuso y de desacuerdos internos que ATEN fue a elecciones el 13.11.1998; cuenta entonces con 8.054 empadronados habilitados, de los que sufragan efectivamente 5.393. Triunfa a nivel provincial el frente de agrupaciones de izquierda denominado Lista Granate con el 40,83% por sobre la Lista Celeste con 27,67%, la Lista Azul con 21,88% y la Lista Marrón-Rosa con 9,60%. Asume Liliana Obregón como secretaria general.11
Al finalizar el año 1998 los reclamos generales del pliego reivindicativo mantenían las líneas centrales de oposición al avance de la LFE, la defensa del estatuto, la devolución de la zona desfavorable, la oposición a los cursos de la Red de Perfeccionamiento, la implementación del formato de Polimodal y EGB en escuelas técnicas, entre los principales. Estos son reclamos generales pero eventualmente se suman otros más coyunturales como la precaria situación de los porteros y del personal contratado, zona de litigio sindical con ATE, que busca afiliarlos.
La modalidad de presentación de las discusiones en plenarios que inaugura la nueva conducción provincial asemeja mucho a un plenario de activistas de izquierda en donde el planteamiento de la situación política económica mundial va dando paso a las subdimensiones de la realidad social, hasta llegar a lo local, donde uno de los elementos de distinción de Neuquén lo constituye el mantener, por virtud de la lucha, las instituciones públicas esenciales en manos del Estado. Los problemas de protagonismo y diferencias políticas con ATE persisten (“CTA está convirtiéndose en ATE”), aunque ahora se le suman la difícil construcción de una perspectiva de izquierda sindical que pretende incorporar nuevos temas en una atmósfera recargada de conflictividad novedosa. Como sostiene un dirigente de la CDP: “hay que empezar a discutir de política gremial en general. Desocupados: movimientos espontáneos. Cortes de ruta. Toma de edificios. ¿Qué hacemos? (Acta, f. 82). Esta discusión se traslada al seno del CTA regional en ocasión del Pre-Congreso a realizarse en Marzo de 1999, en donde ATEN se interroga sobre si se está conformando un Movimiento Social o un Partido o Alianza, o en todo caso qué significa aquello de “construir una alternativa diferente”. Al regreso del pre-Congreso ATEN revalorizará el espacio construido aunque demarcando el contrapeso de ATE que llenó de delegados la instancia; pero no sólo eso: sectores “celestes” de ATEN allí presentes parecen jugar del lado de Julio Fuentes y coquetear con las posiciones esbozadas desde Buenos Aires por Maffei (según Obregón: “Maffei nos está vendiendo”, Acta 279/99, f. 138) con lo cual un clima de internismo feroz se convierte en el trasfondo de toda discusión.
Otra novedad es el incremento de los niveles represivos estatales y la judicialización de las protestas, de allí que preocupen tanto la reapertura de causas por cortes de ruta como la seguridad interna en las movilizaciones callejeras. Junto a este panorama ATEN denuncia que el gobierno de Sobisch intenta “ahogar a ATEN” en vistas de que no les liquida financieramente los aportes sindicales y limita las licencias gremiales.12
Un dato interesante es cómo el “destino puente” (corte de ruta entre Neuquén y Cipolletti),13 repertorio central de protestas de la época, cristaliza en práctica cotidiana: el “de allí al puente y volvemos” predomina en el trazado de las movilizaciones docentes: “rutas y calles son para transitar, reclamar y cortar” (Acta 277/99, f. 116). La judicialización de la protesta hace pensar en qué es un delito, qué es lo ilegal, entre otras cuestiones que se confunden cuando, por caso, algunos militantes y dirigentes procesados o citados a declarar –entre los que la conducción de ATEN posee varios como Pillado, Obregón, Figueroa– deben cumplir con una probation. Para mayo de 1999 ATEN continua en estado de plenario permanente, un plan de lucha con paros esporádicos se extiende al mes siguiente con movilizaciones que se concentran frente al Monumento a San Martín, luego hacia Casa de Gobierno y la Legislatura con permanencia en las afueras montando una carpa junto a ATE que, a contrapelo de ATEN, suele protagonizar choques con la policía.
La segunda mitad del año comienza con un paro por tiempo indeterminado a partir del 9.08.1999, junto a los trabajadores estatales, con evaluación semanal, a lo que se suma el repudio a la represión de los trabajadores estatales de Corrientes y la derogación de la LFE (Acta 287/99, f. 199). En la apertura del siguiente plenario Obregón presenta el desolador panorama nacional en donde destaca el avance de las escuelas privadas, el deterioro de las condiciones laborales del conjunto de los trabajadores, la aplicación del Incentivo Docente como una forma de “ley federal a la Neuquina”, y entre otros ejemplos de provincias con conflictos (Tucumán y Chaco), se pregunta: “¿cómo se sale? Somos nosotros los que decidimos […] No discutimos programa, solo tácticas” (Tomo VII, Acta 288/99, fs. 3-4). La angustia de la pregunta se enmarca en el aumento de los procesados por participar en protestas sociales que se incrementa de 500 a 2.500 en todo el país, con cerca de medio millar de esos casos en Neuquén. De la lectura de Actas queda la impresión de que ATEN percibe más que su par estatal el cambio de clima sociopolítico, en relación a los pedidos de cambios de modalidad en los formatos de lucha como frente a esa palabra clave que comienza a poblar el vocabulario sindical y militante: “movimientos sociales”. Entre las mociones que atraviesan un plenario encontramos: “Escraches a partidos. Exigir paro a CTA. Escrache a políticos […] voto castigo a los políticos […] Cambiar metodologías. No corte de rutas, porque no contiene a mayorías” (Acta 288/99, f. 5).
Muchas veces sucede que estas mociones generan desconcierto en la dirigencia que no puede menos que expresar, como lo hace un miembro de la CDP, que: “no me queda claro en que termina la medida”. El efecto incertidumbre produce cierto movimiento de retorno a lo conocido en discusiones que suenan remotas y que aun así son parte de la construcción de sentidos militantes sin los cuales sería imposible decodificar algún tipo de realidad. Un dirigente se pregunta: “¿Qué clase de sindicato somos? ¿Movimientista o qué? ¿Cuál es la posición de ATEN en los movimientos sociales? ¿los sindicatos como eje los trabajadores o los movimientos sociales?” (Acta 288/99, fs. 9-10).

Huelga y contra-red

Tras las elecciones nacionales de 1999 la dirigencia de ATEN también pondera los resultados a favor de la Alianza como un “voto castigo” extensivo a la propuesta de gobierno de Sobisch;14 sin embargo, dentro del CTA, los debates difieren en cuanto ATEN sostiene la independencia de los partidos políticos: ¿qué define entonces a ATEN?: “Nuestra decisión es de confrontación, vamos a necesitar de la nacionalización del conflicto” (Acta 291/99, f. 29). Esta posición, alejada de la urgencia de ATE de dar la disputa en el campo electoral, acerca a ATEN al movimientismo de la etapa final de los ‘90 en donde la conformación de nuevas organizaciones sociales es solidaria con la diversidad de actores en la calle. A la inversa, alguna influencia de las formas movimientistas quizá otorguen a los debates, junto a la tradición asamblearia ateniense (Aiziczon, 2010), el matiz de cuestionamiento a su historial de toma de decisiones, esto es, la multiplicidad de formas de lucha disponibles y utilizadas, la velocidad de ciertos momentos conflictivos, la presión de dar primacía a la acción directa, posibilitan el planteo de interrogantes como el de la utilidad del sindicato, la validez del sistema de votación y de la instancia de toma de decisiones como los plenarios de ATEN y los que se realizan en conjunto con ATE en el marco del CTA. La frase “no hay direccionalidad política” (Acta 291/99, f. 43) reafirma estas cuestiones.
En este sentido un rico documento propuesto para el debate es elaborado y repartido por la seccional Neuquén capital. Titulado “Por qué reivindicamos la huelga como método” (ATEN Capital, 22.03.1999) ayuda a comprender el clima político y las ideas en danza, al menos desde el núcleo dirigente predominante en la seccional más poderosa del sindicato. Sucintamente, este documento comienza despejando la discusión sobre los sentidos comunes que se vuelcan contra una medida como la huelga, sentidos negativos por sus efectos en los alumnos que quedan sin clases y que perjudica en el mismo acto “el interés general” de la sociedad. Aclarados puntos centrales como éstos a los que se agregan una confesa oposición al “gobierno y los empresarios”, se aborda a la huelga en sí: “no basta con movilizarse todos los días” puesto que “se requiere una organización […] y un programa claro” (ATEN Capital, 22.03.1999, p. 1): esto apunta directamente a cómo ganar a sectores de trabajadores en la lucha contra el gobierno, debilitando sus posiciones. Para ello: “los objetivos de las medidas deben ser lo suficientemente claros y el conjunto de la organización sindical debe estar resuelto a llevarlo a cabo, ya que no hay nada más sencillo para una patronal que derrotar a una huelga parcial o dividida (ATEN Capital, 22.03.1999, p. 2). ¿Y cómo lograr semejante claridad?, “la condición esencial reside en la voluntad de lucha” con “métodos y procedimientos que elevan el espíritu de unidad del conjunto”, ¿y cuáles son esos métodos? “las discusiones en las escuelas, en las asambleas”, más la circulación de información entre cuerpos de delegados y activismo de base permiten decidir “cuándo, cómo y por qué luchar” (ATEN Capital, 22.03.1999, p. 2).
Otro ejemplo de documentos políticos es la “Propuesta de discusión interna de ATEN acerca del documento base sobre la Contrared”,15 una respuesta a los avances de la LFE. Pensado como un movimiento de capacitación generado por ATEN, la Contrared es ideada como un espacio de resistencia ideológico-pedagógico, “contrahegemónico”, una “herramienta de lucha” que busca revalorizar al docente y su práctica partiendo de la formación que “brinde un marco conceptual que permita interpelar la realidad desde lo ideológico, lo político, lo metodológico y lo técnico” en una lucha que articule las organizaciones que “se oponen a las desigualdades que genera el capitalismo”. La lucha se libra en “las trincheras escolares”, en las aulas, donde se busca la redistribución del conocimiento, a la vez que se busca derogar la LFE y “el proyecto de destrucción de la escuela pública”. La Contrared permite pensar junto a los derechos laborales los otros derechos conexos que tienen que ver con el saber, con la práctica pedagógica (“la pedagogía es indisociable de la ideología”), por lo tanto, se busca que mediante esta Contrared se forme política, pedagógica y sindicalmente. El acuerdo con la UNCo potencia las posibilidades de crecimiento de la Contrared. Entre ambas instituciones se logran acuerdos que implican, entre otros puntos: denunciar el mercado que la Red de Formación Continua impone mercantilizando la capacitación docente; exigir el perfeccionamiento estatal y gratuito; recuperar el espacio de las Jornadas Institucionales para la discusión político-sindical; promover el reconocimiento de espacios institucionales como ámbitos de revisión de la práctica docente y propulsar acciones por la derogación de las leyes mencionadas. Entre las actividades propuestas se destacan encuentros de formación político sindical para delegados, activistas y “compañeros de base”, mientras que los objetivos apuntan a favorecer “la reconstrucción del tejido social contrarrestando los efectos de la fragmentación”. Los cursos deben autofinanciarse ya que son pensados sin fines de lucro por lo que el costo debe ser accesible al docente (“no superar el 1% del salario”) y permitir a la vez financiar los viáticos de los capacitadores, muchos de ellos externos (“capacitadores externos militantes”). El conocimiento entra en el terreno de las disputas al nivel de las aulas, verdaderas trincheras donde el docente define su posición complementaria a la que explicita en las calles; y es en el aula, si cabe la reflexión, donde el docente, solo y fragmentado políticamente, debe tejer relaciones causales y explicaciones políticas que la excedan. Así, el planteo de la Contrared se constituye como una herramienta que permite consolidar las mentes militantes uniendo calle y aula, huelga y saber: la reapropiación de las Jornadas Institucionales será en adelante una grandiosa victoria arrancada al gobierno y a CPE, pues allí los docentes y directivos, sin posibilidades de ser disputados en su propio territorio, marcan el ritmo de la oposición a las políticas educativas.
Al inicio del año 2000 continúan las mismas demandas y se incrementa el modo violento en que se van resolviendo las manifestaciones. Por eso, a un miembro de la CDP le urge: “definir estrategias de la movilización. Que los compañeros sepamos a qué clase de marcha vamos. Pacífica o violenta” (Acta 295/00, f. 115). Los dirigentes de ATE, presentes en lo cotidiano de cada plenario docente, responden que “tenemos que tener medidas de seguridad y organizarnos a las posibles provocaciones, primero el sonido, después los bombos. Los carteles de ATE y ATEN juntos” (Acta 295/00, f. 115). Lo más característico de ATE son los bombos batidos a todo pulmón junto a un coro de bombas de estruendo y petardos lanzados a manera de anuncio (algunos de los cuales pueden ser arrojados hacia ATEN). ATEN es distinto para marchar: columnas con las seccionales o pancartas con los nombres de las escuelas, sin bombos. Sólo se escuchan voces femeninas cantando superpuestamente distintas canciones, más alguna dirigente arengando por megáfono.
Antes de mitad de año ATEN prosigue su Plan de lucha. Las Jornadas Institucionales ya son jornadas de discusión políticas. El dominio docente en ese ámbito es tal que en muchos casos se logra rechazar que se las haga fuera del horario de clases, tal la voluntad del CPE.
Con todo, el cansancio por la extensión del conflicto produce en ATEN una lenta desmovilización que se agudiza al culminar el año 2000: los Plenarios solo tienen un carácter “deliberativo”, sin poder resolver situaciones, en paralelo al recrudecimiento de las disputas y rivalidades internas. Tres cuestiones definen la desmovilización: el sorprendente anuncio de Sobisch de que suspende la aplicación de la LFE en la provincia,16 la proximidad de las elecciones en ATEN, y las prolongadas ausencias de Liliana Obregón aquejada por problemas de salud personales.

Conclusiones provisorias: ATE, ATEN y su impasse del 2001

La entrada en el nuevo siglo encuentra a ATEN con un nuevo panorama: la izquierda pierde la conducción provincial a cuya cabeza se coloca un histórico dirigente que acumula en su espalda exilios, prisiones y tortura: Orlando “Nano” Balbo,17 quien es además un gran observador participante de la vida interna de ATEN; su mirada crítica puede ayudar a comprender las tensiones que atraviesan a ATEN, a las que divide en dos: 1) el ser un trabajador –vive de su salario– y, a la vez, 2) ser un profesional (campo de saber, pedagógico): “en Neuquén hay un fuerte sector de izquierda que se opone a las paritarias diciendo que el Estado es arte y parte (patrón), mientras que los que se consideran trabajadores son más peronistas”, y continúa: “Obregón, Mansilla, Maffei, Figueroa…peleas entre figuras fuertes y no entre posiciones políticas. ATEN es visto como un espacio válido para el despliegue de prácticas partidarias” (Testimonio de Orlando Balbo, Neuquén, 13.06.2009).
En su balance de estos años transcurridos observa que respecto a la LFE y a las posiciones de cada corriente Maffei siempre dijo que la ley “tiene cosas malas y buenas”. La lista Azul Celeste “sacará un documento en donde dice que el alumno es consumidor, el conocimiento es mercancía, la escuela es una empresa y el maestro deja de ser sujeto de saber y se transforma en objeto de saber”; mientras que la izquierda se aferrará a las condiciones laborales y rechazará el ataque gubernamental sobre el estatuto: “pero el logro neuquino es unir todas esas nociones […] lo que pasa es que la izquierda fue más viva, le dio más al parche y se quedó con el triunfo” (Testimonio de O. Balbo, Neuquén, 13.06.2009).
En su visión crítica del desempeño de la izquierda en el Frente Granate desde 1998 hasta su relevo, Balbo señala que el historial de rivalidades personales y partidarias se tradujo en una feroz “caza de brujas interna”, y que a su arribo a la conducción hubo “cosas que silenciamos porque el sindicato estaba fundido, extremadamente dividido”.18 En sus intervenciones en los plenarios de secretarios generales siempre está presente su intento de introducir el matiz pedagógico mixturado con el clima político:

Tenemos que dar la lucha en lo conceptual. Casi todas las listas plantearon seguir luchando por nuestras condiciones laborales, pero también plantearon la profundización de un debate pedagógico, entendiéndolo como la relación entre el docente, la comunidad y el conocimiento (Acta 313, f. 40).

Pero el contexto es adverso a estas perspectivas: en las movilizaciones se respira un incremento de la violencia política que genera que muchas intervenciones planteen si es momento de volver a discutir qué se entiende por ella (la violencia), de dónde proviene, cuál es su grado de legitimidad si es practicada por los trabajadores. Es que el tono de las manifestaciones generales es el destrozo a pedradas de instituciones que constituyen referentes simbólicos de entidades financieras como el City Bank, cadenas de hipermercados u oficinas de empresas petroleras. Y si bien se entiende que ATEN no los genera ni avala, sus manifestantes se entremezclan con otros activistas que sí la practican. Es que, además, las movilizaciones ya son protagonizadas por varios actores: sindicatos estatales, estudiantes, comunidades mapuce, los obreros de Zanón, entre otros conflictos destacables, conforman este panorama que refuerzan una visión del orden social en donde la sociedad se polariza al extremo de dividir aguas entre los manifestantes y los que detentan el poder. En palabras del propio Balbo: “el partido gobernante, el gobierno, es todo lo mismo. Igual que el Estado” (Acta 317, f. 79). Frases e ideas como “Déficit cero”, “hay descreimiento de la gente en las organizaciones”, “hemos entrado en crisis”, “¿qué es el riesgo país?”, o “me refugio en el paro porque no sé hacer otra cosa y encima nos descuentan” (Acta 322, fs. 133-140) ilustran el clima de época del fin de siglo argentino. Ni qué decir de las expresiones del gobernador Sobisch: “los conocidos de siempre, dentro de cuatro años nos van a plantear como solución cortar las rutas” (Discurso de Sobisch en la apertura de sesiones de la HLN, 2001).19
Esta imagen final y provisoria muestra una comprensible dificultad para advertir la densidad política del momento. Como planteamos en forma de hipótesis en la introducción de este artículo, dos culturas gremiales contrapuestas, ATE y ATEN, muestran disimiles formas de tramitar el nuevo escenario: colisionan en plenarios conjuntos del CTA, se esfuerzan por unificar criterios desde la defensoría gremial del CTA para responder a la judicialización de reclamos, comparten eventos de discusión y se presentan algo desconcertados para contrarrestar en las calles a la represión policial. ATE nos devuelve la imagen de un sindicato homogéneo y vertical en términos organizacionales y políticos, sin fisuras internas, dispuesto a la acción y que cierra la década del ‘90 bajo el férreo liderazgo de Julio Fuentes y una decidida ambición de constituirse a través del CTA en partido político que dispute el poder al MPN. ATEN, por el contrario, vuelve a presentar recambios en su conducción gremial y divisiones internas que le impiden desarrollar una voluntad clara y liderazgos sostenidos al estilo ATE. Sin embargo, esta aparente falta de cohesión no indica desmovilización, sino el despliegue de diversificadas modalidades de acción, callejeras y pedagógicas, que el MPN no logra neutralizar. 
Así las cosas, mientras avanza el 2001 y Neuquén y el país ingresan en un pico de movilizaciones sociales, ATE persiste con su incuestionable modelo de acción gremial. ATEN sigue cargando con sus dificultades internas, desgarrada por peleas entre agrupaciones. Algunas voces hablan de “salvar la historia de ATEN” proponiendo lanzar medidas de fuerza aún a contrapelo del sentir de las mayorías, y resultan en medidas sin eco, pensadas en contextos de repetidas ausencias de seccionales del interior, que en no pocas situaciones no asisten porque la ruta está cortada por desocupados;20 allí emerge, como forma de no perder la disposición a la acción, el curioso “mandato flexible”, que, como todo en ATEN, genera polémica.21

Fuentes

Documentos

ATE Neuquén, Memoria y Balance ATE Neuquén, 1998-2000.

ATEN, Acta de Plenarios de Secretarios Generales de ATEN, 1998-2000.

ATEN, Por qué reivindicamos la huelga como método, documento interno de ATEN, Seccional Capital, 22.03.1999.

CTA Neuquén, Plenario Provincial de Delegados de Base, Activistas y Juntas Ejecutivas, 23.11.1999.

Documento para la Contra Red (s/d).

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NOTAS

1 Trabajos sobre protestas sindicales y de movimientos de desocupados durante los ‘90 pueden encontrarse en Petruccelli (2005), Bonifacio (2011). En contribuciones anteriores (Aiziczon, 2008, 2010) hemos estudiado estos actores (estatales, docentes, desocupados).

2 Para ATE (Memoria y Balance, 1998: 12): “tenemos sobrada experiencia en esto de descubrir atrás de estos mensajes de mejora, eficiencia y calidad, los verdaderos objetivos de estas políticas neoliberales. Mucho más cuando, quienes motorizan estas propuestas, son los lineamientos políticos del Banco Mundial y sus ya conocidos programas y reformas estructurales […] un modelo de atención primaria, que hipotéticamente prioriza el concepto de salud que compartimos, es decir no sólo recuperarnos de la enfermedad, sino fundamentalmente no llegar a ella; descubrimos al médico controlador de gastos”.

3 Marta Maffei es entonces una de las referentes indiscutidas del CTA. Una nota del periodista Pasquini Durán, del Diario Página 12, manifiesta el entusiasmo que él mismo siente al cubrir un encuentro de CTA: “Fue un motín de la esperanza […] Desde ese lugar, los congresales ratificaron que su central, la que los cobija a todos, sea independiente de partidos y gobiernos […]”, y más adelante sucumbe ante la imagen de Maffei: “Esa dama. Docente y matrona, habló lindo, con razones sencillas y hondas y con el sentido común de la vida, otra señal de identidad para las muchas mujeres que poblaban las tribunas” (cf. Pasquini Durán, “Me voy creyendo”, Página 12,1.06.1999).

4 En esos encuentros también puede verse la construcción de un relato histórico que alcanzará gran difusión en los ámbitos militantes y que apunta a hilvanar las últimas décadas: “Argentina, parece presa de su historia y de un conjunto de cuestiones que, al igual que en otros terrenos de la vida nacional, reproducen una cultura de la sobrevivencia. En primer término, el horror de la tragedia que impuso la dictadura (reactualizado en las últimas dos décadas bajo distintas modalidades, Malvinas, Obediencia Debida, hiperinflación, indulto, desempleo), instaló como la consigna rectora de la intelectualidad dominante la idea de ‘evitar lo peor’. En el marco impuesto por la derrota y el terror, el pensamiento perdió autonomía y audacia para arriesgar nuevos sentidos que pusieran en crisis el orden establecido” (ATE, Memoria y Balance, 1999: 48; destacado en el original).

5 El ataque al estatuto corre en paralelo a la pugna por quién tiene legitimidad en la discusión por los CCT, discusión que comenzó y quedó trunca en 1993 durante el anterior mandato de Sobisch. A su regreso Sobisch vuelve a convocar la discusión pero con la estrategia de incluir “gremios inexistentes en el ámbito (como ATSA) o intentar recostarse en UPCN [100 afiliados], reconocido en la historia como un constante traidor a los intereses de los trabajadores” (ATE, Memoria y Balance, 2000: 28-29).

6 Las actividades que recuerdan los tres años del desalojo del puente carretero y de la muerte de Teresa Rodríguez también suceden en Cutral Có, con exposición de pinturas, fotografías y una suelta de globos a la que asisten unas trescientas personas y dirigentes de ATE, ATEN, SEJUN, la Pastoral Social de Migraciones y familiares de chicas asesinadas en el triple crimen de Cipolletti, ocurrido este año (ATE, Memoria y Balance, 2000: 25).

7 De aquí surge la propuesta de instrumentar un Seguro de Empleo y Formación de $360 y una asignación universal por hijo de $60, para que nadie de nuestro país esté por debajo de la línea de pobreza (ibíd.: 50).

8 En la primera elección (1997) votaron 207.560 personas sobre un total de 635.640 afiliados (ATE, Memoria y Balance, 2000).

9 Sumando diferencias con ATE, ATEN nunca aprueba sus memorias y balances en unanimidad. Por ejemplo, para 1998 será fuente de fuertes encontronazos la falta en la Memoria y Balance de una mención clara de oposición al Financiamiento Docente, a la derogación de la LFE, al no acuerdo con la política de CTERA, entre otros.

10 Un breve relato de lo ocurrido desde la óptica de un militante del PO puede consultarse en Norberto Calducci, “El mayo neuquino”, revista En Defensa del Marxismo, 22, 1999.  

11 En la numerosa seccional Neuquén, con 3.051 empadronados de los cuales votan 1.917, también triunfa la alianza de izquierda Lista Granate que saca 946 votos contra 400 de la Lista Celeste. Le siguen la Marrón Rosa con 248; la Blanca con 308 y 15 votos nulos (Acta 265/98, f. 187). Asume como secretario general Gabriel Pillado, secretaria adjunta Silvia Venero, Alejandro Castelar como secretario gremial, Daniel Huth secretario de Cultura y Difusión, Daniel Zapata en rama media, entre otros (ibíd., f. 188). La asimetría con el resto de las seccionales del interior es notable. Las más numerosas son Zapala con 936 votantes, Cutral Co - Plaza Huincul con 864 (allí triunfa la Lista Azul con 245 votos seguida de la Lista Celeste con 200), le siguen Centenario con 407, Chos Malal con 394, San Martín de los Andes 383 y Plottier con 370 (Acta 267/98, fs. 189-195).

12 La deuda ascendería a $257.828 (Acta 276/99, f. 93).

13 Más adelante se utilizará la “permanencia en las rutas” mientras ocurren las negociaciones en la Legislatura, acción que expone a ATEN a las innovaciones represivas practicadas durante este mandato de Sobisch: robos en los locales gremiales, coches sindicales baleados, y patrulleros que recorren las escuelas los días de Jornada Institucional. Otra modalidad será el “mandato abierto” por parte de muchas seccionales del interior, una manera de habilitar decisiones con celeridad.

14 “ATEN pesa y nos siguen temiendo todos los gobiernos […] Creo que nosotros le empezamos a firmar el certificado de defunción al MPN […] no olvidemos que nuestro lugar de lucha es la calle” (ibíd., f. 36).

15 Este documento no está fechado pero sabemos que corresponde al año 1999. Fue escrito en base a otros documentos y organizaciones previas: la Comisión de la Contra Red (1999), el Documento para la Contra Red (s/d), el Documento sobre Encuentro Fundacional de CONTRARED ATEN (junio de 1997), el Programa acuerdo de extensión Contrared de la UNCo (s/d) y el Proyecto Universidad Nómade - Universidad Nacional de San Luis.

16 Sobisch sostendrá: “para preservar la paz social en Neuquén tomé la decisión de suspender en la provincia la aplicación de la LFE” (Discurso de Sobisch, Apertura de Sesiones de la HLN, 2001).

17 Su biografía ha sido novelada por Guillermo Saccomano, su compañero de “colimba” en 1969, quien publicó en el año 2011, Un maestro. Una historia de vida, una historia de lucha, Planeta.

18 La idea de caza de brujas y el internismo fagocitante en ATEN durante la experiencia del Frente Granate es algo que muchos militantes de izquierda reconocen, pero en voz baja. Al respecto Balbo expresa: “hay un núcleo, desde mediados de los ‘90, de unos 300-400 militantes que su único escenario es ATEN, su vida afectiva, su vida política… son un hueso duro, de izquierda. Es un sector que tiene su vida hecha en ATEN, un microclima…gente que hace 25 años son candidatos”. La orfandad (“el padre sustituto” grafica Balbo) ocurre tras la ruptura de los partidos de izquierda como el MAS y el PC: “Si no es ATEN es la intemperie […] No hay debates de argumentos. Asambleas numerosas interminables”; de este rechazo a ese universo militante surge en Balbo la contraposición (cercana a la idealización) del maestro modélico del interior rural y su perspectiva anclada en lo pedagógico: “La contrahegemonía se construye en la escuela” (Testimonio de Orlando Balbo, Neuquén, 13.06.2009).

19 Sobisch copió a Sapag aquello de enrostrar a los docentes el nivel de gasto público que la educación se lleva de las arcas estatales remarcando con énfasis números sueltos que poco ayudan a comprender un déficit provincial.

20 En otra situación ilustrativa los miembros de la CDP intentan ir en solidaridad hacia un corte de ruta en Picún Leufú y como manera de informarse de lo que estaba ocurriendo, pero al llegar el conflicto parece que se resuelve, no logran hablar con nadie que les esclarezca lo que ocurrió y entonces concluyen: “Es la típica pueblada, nadie lidera” (Acta 326, f. 187).

21 “El mandato flexible no es como un chicle. Cuando sacamos la jornada de protesta, dada la gravedad de la situación, no sabía cómo explicárselo a la prensa. ATEN está respondiendo como puede en estas circunstancias. El compañero se siente agobiado por lo que le pasa” (Acta 323, f. 153; destacado nuestro).

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