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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.26 no.53 La Plata dic. 2017

 

DOSSIER

El Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional: bases de formulación,dimensión interna y diálogo sinonorteamericano1

The Chinese Dream of National Rejuvenation: its formulation bases, internal dimension and Chinese- American dialogue

Gustavo Santillán2


Resumen: Este trabajo examina las bases políticas de formulación de la diplomacia china, analizando la noción de Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional y sus implicancias para la definición de prioridades de Política Exterior por parte de la República Popular China (RPCh). Se sostiene que el Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional estuvo cons-truido en permanente interpelación a la imagen del Sueño Americano, estableciendo a partir de allí las particularidades que la cultura china tradicional ofrece en lo específico a esta imagen. Esto supone que el principal sujeto de interlocución del Sueño Chino es precisamente la potencia norteamericana. Esta prioridad insume buena parte de los esfuerzos diplomáticos de la RPCh, y condiciona el carácter de dichos esfuerzos.

Palabras clave: China; Estados Unidos; Sueño Chino; Sueño Americano; Política Exterior

Abstract: This work examines the political basis of China's diplomacy by analyzing the Chinese Dream of National Rejuvenation notion, together with its implications for the definition of foreign policy priorities on behalf of the People's Republic of China (PRC). It is maintained that the Chinese Dream of National Rejuvenation was constructed by means of a permanent interpellation to the image of the American Dream, establishing from then the peculiarities that the traditional Chinese culture has to offer to this image. This implies that the main interlocution subject of the Chinese Dream is, precisely, the North-American power. This priority, in turn, takes a great deal of the PRC diplomatic efforts, thereby conditioning the character of such efforts.

Keywords: China; United States; Chinese Dream; American Dream; Foreign Policy

1 Recibido: 21/02/17. Aceptado: 18/10/17

2 Profesor, Licenciado y Doctor en Historia (Universidad Nacional de Córdoba, UNC). Especialista en Estudios de Asia Oriental – mención en China (UNC). Posdoctorado en Ciencias Sociales (Universidad Estadual de San Pablo, UNESP). Investigador Asistente, CIECS (CONICET y UNC). Profesor Asistente en Historia Contemporánea de Asia y África, Introducción al Estudio de China Precontemporánea e Historia Social y Política I (UNC). Miembro de la Comisión Directiva de la Asociación Latinoamericana de Estudios de Asia y África (ALADAA) – sección Argentina, y del Foro Académico – Observatorio América Latina/Asia Pacífico, Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI). E mail: gustavo.santillan@gmail.com


1.  Introducción

El Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional forma parte de la definición estraté-gica de objetivos en la RPCh a partir de la emergencia del liderazgo de Xi Jinping (desde su asunción como Secretario General del Partido Comunista de China –PCCh–, en 2012), ha sido un importante sustento conceptual de la diplomacia del país asiático (dirigiendo por ende tanto su establecimiento de prioridades como la morfología de los esfuerzos concretos que el país ha desplegado a partir de entonces en la escena internacional) y, más aún, ha contribuido a construir una imagen china tanto ante su opinión pública co-mo en el exterior.

El carácter de esta idea ha implicado de manera significativa el privilegio de los Es-tados Unidos (EE.UU.) como interlocutor principal de los esfuerzos diplomáticos chinos, atento a la presentación de la actual emergencia del país asiático como la aparición de una potencia global responsable en la escena mundial. Debe considerarse de manera vinculada a este punto el énfasis en un aspecto atinente a la "dimensión interna" del Sueño Chino: la expansión de las clases medias urbanas como sustento material de la formulación de esa idea, tal como se expresa en fuentes oficiales y en la (por otra parte escasa) sistematización del término.3

La adopción del crecimiento de las clases medias urbanas como supuesto implica asimismo una apertura a formas novedosas de ejercicio de la Política Exterior, caracteri-zadas por una mayor participación de la sociedad civil (ONGs, instituciones académicas, entidades empresariales y culturales, etc.) en los foros internacionales. Ello redunda en una apuesta por la ampliación del poder blando de la RPCh, lo que conlleva por ende un alejamiento retórico respecto a la matriz realista de Política Exterior que ha predominado en las definiciones estratégicas chinas desde 1978.4 Este aspecto pone en cuestión las afirmaciones de John Mearsheimer acerca de una hipotética traslación del poder econó-mico chino en poder militar disruptivo del orden internacional (Lanteigne, 2009: 97; Arrighi, 2007: 323-328)

Por otro lado, en el Sueño Chino se evidencia al mismo tiempo una creciente su-bordinación de las prioridades diplomáticas de la RPCh respecto a la interlocución sino-norteamericana, hacia donde parecen dirigirse los principales objetivos chinos de Política Exterior, dado el carácter de la compleja relación sostenida con los EE.UU.. En dicha relación coexisten, evidentemente, elementos de cooperación y de competencia (Lan-teigne, 2009: Sutter, 2012). Teniendo en cuenta esta última constatación, nuestro trabajo se concentra en el examen de la sutil construcción política manifiesta en la noción del Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional, que en su diseño e ideas componentes con-sigue abarcar la particular complejidad de la relación sinoestadounidense.5

Para sostener estas hipótesis, analizaremos la definición estratégica de Sueño Chi-no de Rejuvenecimiento Nacional tanto en su dimensión interna (construcción y difusión

doméstica de la idea) como en su dimensión externa (orientaciones concomitantes de la diplomacia china), mostrando su necesaria interrelación. Para ello, prestamos particular atención a dos trabajos que circularon en el ambiente intelectual chino en las postrimer-ías del recambio dirigencial operado en 2012: el primero de ellos es The China Dream: Great Power Thinking & Strategic Posture in the Post-American Era, de Liu Mingfu, coro-nel retirado del Ejército Popular de Liberación (Liu, 2015a). Dicho trabajo fue editado en chino en 2010, y traducido al inglés en 2015. Ello permite suponer la ampliación de la difusión de las ideas del Coronel Liu con posterioridad a 2012.67

Como veremos, el tenor del trabajo de Liu evidencia una fuerte asertividad del cre-cimiento chino en tanto desafío al poder de la potencia establecida, los EE.UU.. En este sentido, el solo examen del libro de Liu permitiría inferir el carácter disruptivo del orden internacional sostenido por Mearsheimer. El cuadro es, sin embargo, más complejo. Para dar cuenta de esta complejidad analizaremos, en segundo lugar, un trabajo de Helen Wang que, con el mismo título que el de Liu y publicado en el mismo año, muestra una faceta bien distinta del Sueño Chino (Wang, 2010). En este libro se establece un perma-nente parangón entre el Sueño Chino y el Sueño Americano, marcando (y sosteniendo la existencia de) similitudes y diferencias y, por ende, la potencialidad para el diálogo per-manente entre las sociedades china y estadounidense. La elección del trabajo de Helen Wang como fuente permite, asimismo, poner de relieve los matices implícitos en la no-ción de Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional, noción que ha sido interpretada en ocasiones en clave preponderantemente nacionalista (Wang, 2014). En segundo lugar, lo que ambas fuentes tienen en común, sin embargo, es la permanencia privilegiada de los EE.UU. como sujeto de interlocución de la RPCh. Esta afirmación compone la primera parte de nuestra hipótesis.

Dado el peso que adquiere el examen de fuentes relevantes para la comprensión del Sueño Chino en el presente trabajo, lo expuesto supone que el mismo no aborda las relaciones sino-estadounidenses en sí mismas, sino a través de uno de sus aspectos: el ambiente político-intelectual, condicionante del significado atribuible a la noción del Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional, abriendo claves para su interpretación en el medio internacional.

 

2 El Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional: dimensiones doméstica y externa

El Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional fue oficialmente comunicado a la ciudadanía china por Xi Jinping, entonces flamante Secretario General del PCCh, en nviembre de 2012 y durante la presentación de la exhibición "El Camino al Rejuveneci-miento".8 De la siguiente manera: "Yo creo firmemente que el objetivo de conseguir una sociedad moderadamente próspera en todos los aspectos puede ser alcanzado en 2021, cuando el PCCh celebre su centenario; el objetivo de construir a China como un país socialista que sea próspero, fuerte, democrático, culturalmente avanzado y armonioso puede ser alcanzado para 2049, cuando la RPCh marque su centenario; y el sueño de rejuvenecimiento de la nación china será finalmente realizado." (Xi, 2014: 38)9

Para comenzar a comprender en profundidad esta idea, es necesario especificar con anterioridad las características generales de formulación y reformulación político-programática al interior del PCCh durante el periodo de Reforma y Apertura (1978-actualidad). Allí, y más específicamente tras la última revulsión interna que esta organi-zación sufrió como consecuencia del Incidente de Tiananmen (1989), el liderazgo ha reforzado la institucionalización de la sucesión en la dirección partidaria y en el aparato gubernamental (esto es, el relevo ordenado y previsible de la dirigencia responsable cada diez años, sin sanciones drásticas para la oposición interna hasta 2012)10, y el ordena-miento de la orientación de las líneas políticas generales: de manera relevante para nues-tros propósitos, esto significa su presentación como una evolución acumulativa de pro-gresos en el manejo teórico de los desafíos que la coyuntura práctica y la situación real-mente existente plantea en cada momento al liderazgo partidario y gubernamental (Fewsmith, 2006: 165-271). Así, tras la inauguración de cada Congreso del PCCh, lo que ocurre es una sistematización de la orientación política vigente en un leitmotiv que es acumulado como aporte teórico del Presidente saliente a los principios-guía del Partido, de los cuales el Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Zedong sigue siendo oficialmente su base fundamental. De esta manera, a la fecha, el PCCh se encuentra guiado por el Marxismo-Leninismo-Pensamiento Mao Zedong, la Teoría de Deng Xiaoping, el Pensa-miento Importante de las Tres Representaciones de Jiang Zemin, y la Aproximación Científica al Desarrollo de Hu Jintao (Li, 2013)11. Este último principio incluye los objetivos mencionados de construcción de una sociedad "moderadamente próspera" para 2021 y de conclusión de la "modernización socialista" para 2049.12

Si el cumplimiento de estas tareas constituye el sueño Chino12, el mismo también es postulado como "Sueño del Mundo", por cuanto implica el establecimiento de una nueva forma de lidiar con los asuntos internacionales (Tsai, 2013: 2-3). Puede señalarse de este modo que el Sueño Chino posee tanto una dimensión interna como externa. Ambas dimensiones, como veremos, se encuentran intrínsecamente relacionadas.

2.1   El Sueño Chino de Rejuvenecimiento nacional: fundamentos internos y dialéc-tica sinonorteamericana

Amén de haberse constituido retóricamente sobre la base de los objetivos estraté-gicos preestablecidos de construir una sociedad moderadamente próspera y completar la modernización socialista del país, y de haber sido gestionada su conceptualización y reelaboración a cargo de un equipo de académicos vinculados al PCCh encomendado para la ocasión por el liderazgo (Tsai, 2013: 2-5), el término presenta aún un cierto grado de ambigüedad.

Esta ambigüedad relativa está relacionada con el juego político inherente a la com-pleja relación entre China y los EE.UU.. Al respecto, una de las primeras menciones explí-citas del "Sueño de China" apareció en 2010 en el libro citado The China Dream..., de Liu Mingfu. Allí se señala que el Sueño de China consiste en "superar a los EE.UU. para con-vertirse en la nación mundial líder". (Liu, 2015a: 1). Más aún, se ubica a este sueño como el legado centenario de tres líderes: Sun Yat-sen, Mao Zedong, y Deng Xiaoping.

El paradigma de crecimiento chino que Liu desarrolla en su libro es competitivo, una suma cero entre naciones: es por ello que se escoge la mención antecedente de Sun Yat-sen (aunque Sun no hablara específicamente en términos de "Sueño Chino") dado que, en el contexto de formación de las ideas del fundador del Guomindang (siglo XIX tardío), la preponderancia del positivismo y del social-darwinismo hacían que se insistie-se una y otra vez en el carácter competitivo del orden internacional. En dicho orden y época, China claramente estaba perdiendo la "guerra entre naciones" a manos de las potencias imperialistas.

Liu recupera entonces el acervo de ideas de Sun para señalar asimismo que uno de los caminos para completar el Sueño de China y sobrepasar a los EE.UU. reside en el aprendizaje de las técnicas disponibles más avanzadas, desarrolladas por la potencia establecida (Liu, 2015a: 4-5). Este era también el expediente recomendado tanto por Sun como por sus predecesores neoconfucianos tardíos, quienes veían en la importación de técnicas occidentales el medio para realizar la "revitalización" o "rejuvenecimiento" de la nación china. (DeBary y Lufrano, 1999: 258 y ss.). Es en esta línea que Liu también evoca a Deng Xiaoping, citando sus dichos en una conferencia de 1990 dictada sobre el tópico de la "revitalización nacional" en homenaje a Sun Yat-sen. (Liu, 2015a: 11) Cabe señalar que esta conferencia se producía en el contexto de repudio oficial a las sanciones aplica-das por los países occidentales con posterioridad al Incidente de Tiananmen.

El otro expediente señalado por Liu para alcanzar el cumplimiento del Sueño de China es la construcción de un poder militar disuasivo, que acompañe el crecimiento económico de la RPCh. La construcción militar ha de ser para Liu una condición necesaria para otorgarle dignidad nacional a China y darle voz en tanto "país grande" (Malena,2010), y evitar que caiga presa de las amenazas de las potencias occidentales. (Liu,2015b)

Sobre esta base, el Coronel Liu ensaya una proyección histórica de acuerdo a la cual

Antes de que China pueda acceder a la posición de líder mundial en el siglo 21, se requerirá medio siglo de trabajo a lo largo de tres etapas. La primera va a ser la de alcanzar a los EE.UU. y tomar parte activa en un papel de liderazgo en el mundo, allí donde pueda; la segunda será la de correr cuello a cuello con los EE.UU. y conducir al mundo como su socio igualitario; y la tercera etapa será la de conducir al mundo a través del ejercicio del liderazgo y de la gestión global, deviniendo por ende en la nación mundial líder. China ya se encuentra participando activamente en el liderazgo allí donde puede, y va camino a convertirse en un igual con los EE.UU.. Esta etapa durará por otros 20 o 30 años más. (Liu, 2015b)

En estas condiciones, podemos señalar que a) el Sueño de China en el libro de Liu Mingfu constituye una construcción discursiva realizada sobre la base del aspecto com-petitivo de la relación sino-norteamericana, b) la opinión de Liu no ha sido explícitamente retomada ni replicada por el liderazgo chino contemporáneo,14 y c) la noción de Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional puede, sin embargo descomponerse en dos partes, evocando los últimos términos de la frase (Rejuvenecimiento Nacional) un acervo neo-confuciano y nacionalista que ha estado presente en las clases ilustradas del siglo XIX tardío, en Sun Yat-sen y Deng Xiaoping (en una coyuntura particular del periodo de Re-forma y Apertura)15, y en la formulación completa del objetivo por parte de Xi Jinping.

Por otro lado, en relación con la primera parte de dicha formulación, el Sueño Chi-no, coexistió con la aparición casi simultánea de la idea en el libro de Helen Wang, The Chinese Dream (Wang, 2010) donde, sin vincular aquí el término con los principios bási-cos del liderazgo, se realiza un ensayo sociológico que encuadra a la noción como un producto posible del proceso de modernización del país, a partir del cual sintetizar las aspiraciones vitales de centenares de millones de personas inmersas en esa dinámica.

El texto se refiere a la paulatina consolidación de las clases medias en la sociedad china, partiendo de la constatación de su incremento cuantitativo: en 2010, de acuerdo con la autora, 300 millones de personas, un 25% de la población, estarían cumpliendo ese criterio (Wang, 2010: 8-9)16. Realizando una proyección en el tiempo, se estima que para 2025 estas clases medias harán más que duplicarse, llegando a los 612 millones de personas. Dado que el proceso de urbanización proseguirá su curso previéndose la resi-dencia de 926 millones de personas en las ciudades para ese mismo año, la clase media alcanzará a los dos tercios de la población urbana de China en 2025. Adicionalmente, el incremento de los ingresos de estas clases medias emergentes se estaría produciendo a un ritmo superior al del crecimiento de la economía nacional, gracias a los diferenciales de productividad laboral ganados por estos sectores como consecuencia de su formación educativa. (Wang, 2010: 8-9)

Este movimiento abre una serie de desafíos, entre los cuales se menciona y analiza el crecimiento del sector privado de la economía, el cambio y la fluidez de empleos, ocu-paciones e identidades de las personas, la problemática del trabajo, seguridad, ingresos y condiciones de vida de los migrantes de primera y segunda generación provenientes del campo, presiones crecientes sobre el medio ambiente, la emergencia e incremento de demandas democráticas por parte de la sociedad civil en construcción, las relaciones interculturales entre China y Occidente y, finalmente, el campo de las relaciones interna-cionales o, mejor aún, la interdependencia e integración en el marco de la globalización.
Sin embargo, el punto central del libro no es este examen de las características so-cio-estructurales del proceso de modernización chino (para ese examen se procede por medio de la exposición de casos individuales resultado de la realización de entrevistas abiertas representativas y de proyecciones econométricas), sino la asunción como su-puesto de que un proceso tal promueve un conjunto de aspiraciones individuales in-herentes a la experiencia vital de los individuos pertenecientes a las clases medias (el Sueño Chino, en este caso), que conformaría a partir de allí un rasgo identitario del país. Para asumir tal posibilidad se parte de la experiencia histórica de los EE.UU., que se evo-ca de manera explícita en las primeras páginas del trabajo; el concepto de Sueño Chino se deriva, en este marco, del Sueño Americano epitomizado en los discursos de Abraham Lincoln en Gettysburg (1863) y Martin Luther King en Washington D.C. (1963)17.
Sobre estas bases, el libro está direccionado en lo sucesivo hacia el establecimiento de paralelos permanentes entre el sueño chino y el americano, marcando similitudes y diferencias recurrentes. Estas últimas estarían condicionadas por la cultura china tradi-cional, y de allí que se obtenga, por ejemplo, la persistencia del "colectivismo" chino frente al "individualismo" estadounidense; el colectivismo se manifiesta, para Wang y en el caso de las clases medias chinas, por un mayor grado de presión social (peer pressure). Esta presión induce a la sociedad a elevar los estándares y criterios de éxito, incremen-tando de manera paradójica la competitividad entre las personas e impidiendo la realiza-ción de preferencias hedonistas o la definición de valores individuales y trayectorias vitales excéntricas a los criterios convencionales, generalmente centrados en la genera-ción de ingresos y el bienestar material. (Wang, 2010: 52-56). A su vez, la inexistencia de una red de seguridad social formal adecuada en el país refuerza este fenómeno redo-blando la presión materialista de la sociedad sobre los individuos, y agregando una dosis de incerteza estructural sobre las trayectorias personales.
Sin embargo, la tradición cultural y el pensamiento chino tradicional ofrecen a los individuos una ventaja para lidiar con este tipo de situaciones, por cuanto se señala que la articulación del pensamiento en términos correlativos y dialécticos y el énfasis en la ambigüedad y la complementariedad, antes que en la linealidad, el mecanicismo y el cientificismo occidentales, preparan a las personas para aceptar el carácter fluido y tran-sitorio de la vida en una sociedad dinámica.

El carácter fluido y transitorio de la vida social (y su aceptación por parte de los gru-pos y de las personas) tiene, por otra parte, un ejemplo concreto en la configuración de la economía nacional, donde las distinciones entre lo público y lo privado son borrosas, y donde los gerentes de las compañías estatales se han reconvertido de manera exitosa en empresarios corporativos con lazos aceitados con la burocracia gubernamental.
De lo expuesto, la autora concluye que la división más profunda entre el Sueño Chino y el Sueño Americano está establecida por la capacidad misma de "soñar". Wang opone en este punto el carácter inconformista de los individuos respecto a su actual situación como un rasgo característico de la cultura norteamericana frente al pragmatis-mo chino, para el que no hay más posibilidades que las que existen concretamente en la propia realidad. Al señalar este punto, Wang supone que existen oportunidades poten-ciales ofrecidas a las personas por su estatus de clase media que no son aprovechadas, dados el tradicional conformismo chino y la presión de familias y empleadores; el mensa-je del libro invita a sus conciudadanos a aprovechar estas oportunidades y realizar, por ende, sus sueños como lo hacen sus homólogos en las clases medias urbanas estadouni-denses. Si esto ocurre, el resultado de la persecución del Sueño Chino contribuirá a forjar la construcción de una imagen nacional que reforzará la identidad del país.
Dicha identidad no resulta para nada ajena o incompatible con la imagen forjada por el Sueño Americano; marcadas las similitudes y diferencias culturales existentes, se afirma con igual intensidad que el mencionado proceso de modernización, urbanización y expansión de las clases medias estaría generando una creciente interconexión cultural. Es así que se concluye la perfecta compatibilidad del Sueño Chino con el Sueño Americano (vinculada precisamente con el énfasis en las diferencias culturales), resultando esta compatibilidad en una relación de complementariedad entre ambos; en otras palabras, el Sueño Chino tiene mucho que ofrecer al Sueño Americano (solidaridad social y familiar, pragmatismo, reivindicación del papel del Estado en la economía, enfoque "vertical" – top/bottom– a la solución de los problemas ambientales, etc.) y el Sueño Americano,mucho que aportar al Sueño Chino (libertad individual, creatividad, diversidad, toleran-cia, participación de la sociedad civil en los asuntos públicos y medioambientales, restric-ciones al poder corporativo de las empresas, etc.).

De esta manera, se asume que "... El Este y el Oeste son como el yin y el yang del universo. La cultura china pone más énfasis en la energía femenina del universo (yin), la cual incluye a la humildad, la paciencia, el desapego (letting-be) y la inmovilidad (motion-less). La cultura occidental acentúa la energía masculina del universo (yang), la proactivi-dad, la orientación por objetivos, y la toma de acción. Son dos caras de la moneda [...] el desafío es balancearlas..." (Wang, 2010: 56)

Con posterioridad a la publicación del libro de Wang y tras la mención pública del Sueño Chino por parte de Xi Jinping, los medios oficiales comenzaron a señalar la sintonía existente entre la nueva noción y el parecer de la opinión pública nacional, en términos notablemente similares a los expresados en las tesis de Helen Wang:

Los medios de comunicación social chinos están llenos de comentarios acerca del Sueño Chino, en los cuales la gente expresa sus demandas d educación libre, mejor calidad del aire, y alimentos seguros [...].

Cuando preguntamos a los chinos qué país sienten que es el más ideal [sic] hoy, responden que son los Estados Unidos. Cuando les pregunta-mos qué país sería ideal en 10 años, dicen que China [...] Este compro-miso con el sueño es consistente a través de todos los grupos etarios, y mayor entre la gente más joven, de entre 30 a 39 años. Esta gente, que creció en su mayoría durante el periodo de rápido crecimiento econó-mico de China, tiende a ser más individualista y determinada a avanzar, ya sea encontrando un buen empleo, o comenzando su propio negocio. (China Daily, 2014)

Asimismo, se puso de manifiesto en estos medios18 la comparación realizada entre el Sueño Chino y el Sueño Americano, utilizando también parámetros similares a los que establecimos en nuestra exposición del trabajo de Helen Wang. En otro relevamiento de las repercusiones de las declaraciones de Xi Jinping, se reseña que

Algunos usuarios de la red compararon y contrastaron el "Sueño Chino" con el "Sueño Americano," con muchos de ellos diciendo que el segundo trata más acerca de cada individuo, en tanto el "Sueño Chino" trata más acerca de la nación China entera, dijo el usuario de Sina Weibo Leelooyu. El "Sueño Americano", el ethos nacional de los Estados Unidos, es con-cebido en su significado como la igualdad de oportunidades para la prosperidad y el éxito, y como la adquisición de la movilidad social as-cendente a través del trabajo duro para cada individuo. Pero otros usua-rios de la red comentaron que existen más similitudes que diferencias entre los dos sistemas de creencias.

"En tanto que trabajes duro, puedes alcanzar una vida mejor", dijo el usuario de Internet Lizhiqiang (China Daily, 2012)
Este extracto muestra la imbricación entre las dimensiones interna y externa del Sueño Chino, por cuanto el mismo refiere a un horizonte alcanzable no sólo por el Estado chino, sino por la sociedad en su conjunto. A su vez, este horizonte es identificable en el funcionamiento visible de la sociabilidad estadounidense. Más aún, la realización con-temporánea del Sueño Chino, se sigue insistiendo, redundará en la realización mundial de un sueño común a la humanidad entera:

Mientras el pueblo chino persiga su Sueño Chino, un término populari-zado por el nuevo líder de China, Xi Jinping, para unir a la nación en pos del desarrollo y la revitalización nacional, contribuirá también a la paz, estabilidad, prosperidad y armonía del mundo en general [...].

Para hacer realidad el Sueño Chino, el pueblo chino debería desarrollar no sólo a su propio país, sino lidiar además de manera adecuada con las relaciones entre China y el mundo exterior. El pueblo chino ama a su país, y está además abierto al mundo. China va a desempeñar más res-ponsabilidades internacionales en la medida de sus capacidades. El de-sarrollo pacífico es la estrategia nacional de China, y es también su ex-pectativa para el mundo. (China Daily, 2013a)

la revitalización de la nación china es el gran sueño de todo su pueblo [...] una culminación de la filosofía tradicional china de "dedicarse uno mismo al bienestar de la familia, del país, y del mundo."

El "Sueño Chino" es también un concepto nuevo, un concepto importante que China comparte a escala global, con el de "Mundo Armonioso" [...] China va a avanzar de manera inquebrantable a lo largo de la senda del desarrollo pacífico, y se va a abocar a promover el desarrollo en una forma abierta, cooperativa, y mutuamente beneficiosa (China Daily, 2013b)

Finalmente, se advierte que "... China ha sido una víctima histórica de guerras y de agresiones y, por ende, el pueblo chino aprecia la paz.

Aún más, la persecución de la paz está profundamente arraigada en la tradición y en la cultura china, y su pueblo no quiere la expansión militar..." (China Daily, 2013b)

Estas últimas posiciones, que dejan claro cuál es el principal interlocutor del Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional, muestran también con nitidez los dos aspectos de la idea, justificando su descomposición analítica: si es cierto que, por un lado, "China ha sido una víctima histórica de guerras y de agresiones"19, por otro lado "la persecución de la paz está profundamente arraigada en la tradición y en la cultura china, y su pueblo no quiere la expansión militar"

Pocos meses después de que el Sueño Chino de Rejuvenecimiento Nacional fuera lanzado como objetivo conductor de la Administración de Xi Jinping, el Secretario de Estado de los EE.UU., John Kerry, proponía a sus "socios" asiáticos la consecución del "Sueño Pacífico" durante una sesión de la Liga de Amistad Parlamentaria Japón-EE.UU., en abril de 2013. El Sueño Pacífico implicó para Kerry la continuidad de la asociación entre los EE.UU. y sus aliados asiáticos durante la Guerra Fría, aunados esta vez en torno a la prosecución del crecimiento económico y a la "responsabilidad común frente a las generaciones futuras". Estas declaraciones, que casan con el lanzamiento concomitante de la Estrategia de Pivot Americana hacia el Pacífico, fueron encuadradas en la retórica discursiva del Sueño Americano. (Lacerda Mattos, 2016: 44, 63)

Claramente, las líneas dialécticas ya estaban establecidas.

2.2   El Sueño Chino y las Relaciones Internacionales

En la RPCh, la difusión del Sueño Chino a partir de 2012 ha ido también de la mano de la apelación a la construcción de una "Teoría China de Relaciones Internacionales."20
Esta teoría debe comprender "ideas relevantes chinas, principios chinos, cultura china, experiencia china e instituciones chinas." (Yang, 2013: 34-3521). Sin embargo, debe pres-tarse por otra parte mayor atención a la dimensión perceptual de las Relaciones Interna-cionales, esto es, al proceso de construcción de una imagen china en el exterior, y a la manera en que el resto de los actores del sistema internacional perciben esa imagen. (Malena, 2010)

La apelación a la cultura china se realiza para rescatar aquello que su experiencia histórica puede aportar a la teoría de las Relaciones Internacionales, ya que se entiende que ninguna teoría (o ciencia social en general) es neutral y avalorativa; así, la teoría "occidental" de Relaciones Internacionales (se menciona por ejemplo, a la "Escuela Ame-ricana", preocupada por la cuestión de la hegemonía, y a la "Escuela Británica", abocada a explicar el sistema internacional de Estados) estuvo enmarcada por la trayectoria as-cendente de las potencias, y por la particular pauta de conducta de dichas potencias al interior del sistema. La "Teoría China" de Relaciones Internacionales, en tanto, vendría a aportar la preocupación histórica del Reino del Centro por lograr un orden internacional armónico, en el cual el comportamiento imperial clásico y el énfasis de la moral política confuciana habrían jugado un papel de preponderancia para consolidar un perfil pacífico, entendiendo a la guerra como recurso de última instancia (Thuy, 2015).

Es precisamente en este punto donde se inserta el concepto del Sueño Chino como Sueño del Mundo; al respecto, la difusión de la idea corre en paralelo con el desplaza-miento terminológico operado por el gobierno de la RPCh, desde la explicación del as-censo de China como un "ascenso pacífico" al concepto de "Desarrollo Pacífico." (John-son, et.al., 2014: 16)

Este concepto está ligado a dos ideas fundamentales: en primer lugar, a la premisa de la progresiva conformación de una economía global, en la cual las relaciones de comple-mentareidad económica cobran una preponderancia mayor respecto a las relaciones com-petitivas entre los Estados, a la conformación de bloques proteccionistas cerrados, o al establecimiento de alianzas regionales de todo tipo.22 Este argumento gana mayor fuerza cuando se menciona a la emergencia de la crisis financiera desatada en 2007-2008, por cuanto se señala que ella, al haber provocado una contracción en la demanda doméstica de las familias, el crecimiento en los índices de desempleo, el desplome de los mercados finan-cieros y la corrida hacia colocaciones seguras por parte del capital global, habría reforzado la posición económica internacional de la RPCh; la evidencia de este proceso reside en la actual posesión de títulos del Tesoro norteamericano en manos de China, y va de la mano con el exceso de ahorro y de capital en la economía doméstica del país asiático. Es a partir de la consolidación de este proceso que China puede hacer valer cada vez más su papel de potencia económica global responsable, a través de la radicación de inversión directa en las economías centrales. Esa participación económica no sólo redundaría en el sostenimientodel empleo en los países occidentales, sino que promovería la creciente apertura, internacionalización y competitividad de las compañías chinas en el exterior, constituyendo un ejemplo claro de cooperación basada en el mutuo beneficio (Chen, 2013). Nadie más inte-resado, pues, que la RPCh en la promoción de la globalización económica y en la fluidez de las transacciones comerciales, industriales y financieras. De este modo, "... En lo que con-cierne a su fuerza económica y a la cooperación económica internacional, China va a man-tener aún un crecimiento razonablemente rápido si la economía mundial alcanza un desa-rrollo y una recuperación gradual (…) La fuerza económica incrementada va a promover la cooperación bilateral, multilateral, subregional, panregional, transregional y global, de una manera aún más eficiente..." (SIIS, 2013: 2).

Por otro lado, las fuerzas de la globalización económica estarían reforzando la pre-eminencia de las instituciones no gubernamentales y pertinentes a la sociedad civil en la regulación de los asuntos políticos; es un desafío, entonces, para la diplomacia china en su carácter de promotor del Desarrollo Pacífico, ampliar los márgenes de ejercicio de la Políti-ca Exterior incorporando a actores no estatales en la gestión de los asuntos globales:
La definición de la diplomacia china por parte del nuevo liderazgo ha ro-to las fronteras tradicionales, destacando no sólo la diplomacia tradicio-nal de la "alta política," sino dando además igual atención a la diploma-cia no tradicional de la "baja política." El nuevo liderazgo se concentra asimismo en la planificación de la diplomacia a los niveles de partido, gobierno y ejército, así como también en el diseño de la diplomacia económica, pueblo-a-pueblo, pública y civil, aspirando a tomar una aproximación holística a la adquisición de logros de Política Exterior (Yang, 2014)
Es en este marco que fue acuñado el "Nuevo Modelo de Relacionamiento entre Grandes Potencias" (NMRGP)23 para definir al espacio de diálogo sinonorteamericano, difundido en la opinión pública internacional como G2. Precisamente, China plantea una discusión con los EE.UU. acerca del carácter de este concepto, enfatizando que no se trata de un Grupo de los 2 a cargo de la regulación de los asuntos globales, sino de un espacio de diálogo abierto a la participación de actores no estatales, económicos y de la sociedad civil. (CUPCMOFAPRC, 2013; Yang, et. al., 2013). De esta manera, "... el relacio-namiento entre China y los EE.UU. se amalgama a través de redes crecientemente densas de interacciones bilaterales y multilaterales, mecanismos intergubernamentales, y vincu-laciones intersocietales..." (Yang, et. al., 2013: 7)

Esto haría "imperativo" forjar "comunidades epistémicas" entre las dos sociedades, involucran-do no sólo a amplias capas de los dos gobiernos, sino también a las co-munidades de líderes de opinión tales como profesionales, emprende-dores, y otros. Hasta cierto punto, si y cómo las comunidades epistémi-cas chinas y americanas son dialogantes sobre el mismo concepto del NMRGP va a determinar si y cómo el concepto de NMRGP va a evolu-cionar en el futuro (Yang, et.al., 2013: 9)

Este nuevo modelo de relacionamiento abriría la agenda del diálogo entre las dos potencias al tratamiento conjunto de temas novedosos (al menos para China), tales como el cambio climático, la seguridad energética, la pobreza global y el desarrollo sostenido, la seguridad global, etc. (Yang, et.al., 2013: 5).

En suma, a partir de sus particularidades, y recuperando un papel preponderante en la escena internacional, China se presenta como una potencia abierta y responsable, seleccionando un interlocutor privilegiado para la discusión de una agenda acorde a su nuevo estatus.

 

3.  Conclusiones

Esperamos haber mostrado en este trabajo que el Sueño Chino de Rejuvenecimien-to Nacional está construido sobre la imagen del Sueño Americano, en tanto aspiración de la culminación del proceso de modernización actualmente en curso en la RPCh. Ello no obsta para que su carácter sea verdaderamente "chino", es decir, que se apele con vigor a las particularidades que las trayectorias histórico-culturales chinas tienen para ofrecer a una manera válida de estar y de actuar en el mundo contemporáneo. Más aún, hemos visto cómo la noción comprende dos términos cuyas formulaciones remiten a tradiciones históricas e ideológicamente dispares: el Sueño Chino y el Rejuvenecimiento Nacional pueden descomponerse así de manera analítica, para expresar los matices implícitos en el objetivo estratégico de la RPCh. Las declaraciones públicas del Presidente pueden, de este modo, servirse de esta heterogeneidad para implicar tanto el carácter competitivo como el cooperativo de la relación con su principal interlocutor.

En cuanto al último punto, son las particularidades históricas las que precisamen-te redundan en la emergencia de una potencia global responsable, pacífica y coopera-tiva que, a partir de la construcción de su propia imagen a través de la realización del Sueño Chino, contribuirá a forjar un mundo armonioso y una gestión ordenada y previ-sible de los asuntos más acuciantes que plantea el desarrollo conjunto de la humani-dad. Al mismo tiempo que el liderazgo y la comunidad académica cercana al mismo sostienen estas ideas, se entiende de su exposición que éstas están dirigidas a "hacer lugar" en términos simbólicos para la emergencia china, reforzando así su poder blan-do y aceptación no sólo por parte de la sociedad política estadounidense, sino también por parte de su sociedad civil.

Referencias

3 La precariedad en la definición es señalada por Wang, 2014:2

4 Aún autores relativamente escépticos de la voluntad constructiva de China en la escena internacional, han reconocido la reciente preocupación de la RPCh por la proyección de su imagen externa: ver por ejemplo Lanteigne, 2009: 1;12-13,30.

5 Dicho de otro modo, en nuestra perspectiva, la escasa sistematicidad de la noción resulta instrumental a la captura de los matices de la relación bilateral.

6 Como señalaremos en nuestra siguiente sección, el proceso de innovación y modificación de las ideas políticas en el seno del liderazgo ha operado de manera gradual y no disruptiva, durante el periodo de Reforma y Apertura (1978- actualidad).

7 Dado que uno de los objetivos que articulan el presente artículo consiste en la exposición manifiesta del carácter de la interlocución sinoestadounidense en la noción del Sueño Chino de Rejuvenecimiento Na-cional, es relevante el análisis de trabajos traducidos al inglés. Ello supone, en lo metodológico, que nuestra aproximación subordina el examen filológico de dichas ideas. Para aproximarse a estudios de este tipo sobre el Sueño Chino, además del trabajo citado de Wang Zheng (Wang, 2014), ver Schell y Delury, 2013, y DeBary y Lufrano, 1999.

8 La exhibición es una muestra permanente del Museo Nacional de China, que realiza una trayectoria expositiva de la experiencia nacional del país entre la Primera Guerra del Opio (1839-1942) y la actualidad, con énfasis en el periodo de "humillación nacional" que concluiría en la liberación de la opresión japonesa tras la Segunda Guerra Mundial. Wang (2014:2).

9 De aquí en adelante, la traducción es propia.

10 Desde luego, con la notable conclusión en el affaire Bo Xilai (2012), sobre el que la investigación académica local e internacional puede ofrecer a la fecha escasos elementos detallados de juicio. Para mayor información y seguimiento sobre la política china, pueden consultarse los informes cuatrimestrales del China Leadeship Monitor de la Hoover Institution (CLM, 2016) a cargo de respetados especialistas.

11 De manera interesante, Xi Jinping, en su discurso de inauguración como Secretario General del Partido (noviembre de 2012) ha evitado mencionar a los principios anteriormente expuestos como Teorías. (cf.Tsai, 2013: 1-2). Ello está relacionado con un reforzamiento de la personalidad de Xi Jinping en el centro del liderazgo, proceso que se encuentra a la fecha en curso.

12 Estos objetivos se enmarcaron en la aspiración previa de construir una "sociedad armoniosa". Por otra parte, el escalonamiento "sociedad moderadamente próspera-modernización socialista" constituye una sucesión de estadios inspirada en la "estrategia en tres etapas" mencionada por primera vez por Deng Xiaoping en 1987 (Deng, 1993: 236); en última instancia, remite asimismo al acervo neoconfuciano tardío.

13 El escalonamiento de ideas antecedentes al Sueño Chino es desarrollado también por Wang (2014: 6-7).

14 No obstante, vale aclarar lo siguiente: dado que el proceso de formación de política es cada vez más complejo en la RPCh contemporánea, incorporándose de manera subordinada al liderazgo distintos grupos de interés al diseño de política externa (Sutter, 2012:39-69; Lanteigne, 2010:19-39), la visión de un alto mando del EPL no puede soslayarse como expresión relevante. En segundo término, nuestra hipótesis supone que la ambigüedad conceptual del Sueño Chino es instrumental a la captura de la compleja rela-ción sinoestadounidense, que el liderazgo pretende reflejar en la formulación de la nueva idea.

15 Asimismo, existió una mención al rejuvenecimiento nacional realizada por Jiang Zemin a finales de los '90, también en un momento particular de auge nacionalista. cf. Yang, 2001, pp. 34-35; Wang, 2014, 6 y ss.; para el contexto general, Fewsmith, 2006, pp. 81-197

16 En el libro, se define a este sector como "profesionales urbanos y emprendedores de todos los estilos de vida, que tengan títulos universitarios y ganen un ingreso anual de entre 10.000 y 60.000 dólares al año." (Wang, 2010: 8)

17 La reelaboración retórica del Sueño Chino en relación al Sueño Americano operada con posterioridad a la primera mención del Sueño Chino por parte de Xi Jinping en 2012 cobrará nuevos matices, siendo esta reelaboración sujeta a reflexión en lo sucesivo a lo largo de nuestro trabajo.

18 Los medios que estamos citando, al igual que las fuentes académicas que expondremos a continuación, forman parte de un espacio discursivo orientado a la opinión pública internacional evidenciando posicio-nes que, ubicándose dentro de los márgenes de las definiciones estratégicas diseñadas por la dirección del PCCh, muestran un mayor grado de apertura respecto a temáticas y críticas provenientes de la prensa y los medios académicos occidentales. Para el China Daily, ver OSC, 2007. Esta exposición sirve para marcar aún más los contrastes entre estas posiciones y las establecidas en el libro de Liu Mingfu, coadyu-vando a la demostración de nuestras hipótesis.

19 Wang Zheng insiste en su trabajo en el papel "victimizante" que ejercen estas ideas en la memoria colectiva del pueblo chino, como sustrato de una identidad colectiva ampliamente difundida en la socie-dad. Sin embargo, él enfatiza primordialmente las reverberaciones nacionalistas derivadas de esta identi-dad. En nuestros términos, esta mirada soslaya la afirmación siguiente, "la persecución de la paz está profundamente arraigada en la tradición y en la cultura china, y su pueblo no quiere la expansión militar"

20 Este esfuerzo ha sido redoblado en la actualidad, existiendo sin embargo antecedentes desde finales de los '90 y comienzos del siglo XXI para dicha construcción. cf. (Zhang, 2003); (Thuy, 2015).

21 El profesor Yang Jiemian, ex director del Instituto de Estudios Internacionales de Shanghai, es hermano del ex ministro de Relaciones Exteriores Yang Jiechi (2007-2013), y consejero regular del ex Secretario General del Grupo Dirigente de Asuntos Externos del Comité Central del Partido Comunista, Dai Bingguo (2005-2013). Dai fue sucedido en este último cargo, precisamente, por Yang Jiechi.

22 Como veremos, la oposición a las "políticas de alianzas" será una piedra de toque de la retórica di-plomática china contemporánea.

23 Esta conceptualización también lleva el "sello" de Xi Jinping, pues fue preparada desde su primera gran intervención internacional antes de tomar formalmente las riendas del Partido y del gobierno, la reunión cumbre sinoestadounidense de febrero de 2012.

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