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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.27 no.55 La Plata dic. 2018

 

LECTURAS

Una historia regional de la OIT: Aportes sobre regulación y legislación del trabajo latinoamericanoAutores: Laura Caruso, Andrés Stagnaro (coordinadores)

Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Universidad Na- cional de La Plata.
ISBN-13: 978-950-34-1540-5
La Plata, 2017
Desde su fundación en 1919 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) tuvo gran llegada en América Latina pese a que su surgimiento se debe a los tratados de paz europeos posteriores a la Gran Guerra.1 Organizada por su constitución para funcionar en forma tripartita2 buscó construir un sistema internacional de normas del trabajo del que pudieran participaran activamente no sólo países considerados “centrales”, sino también países no europeos.3
El crecimiento que se ha dado en los últimos años en los estudios sobre esta orga- nización, una de las más antiguas y con más impacto regional de las organizaciones inter- nacionales creadas en los Tratados de Versalles, se evidencia en el libro Una historia regional de la OIT: Aportes sobre regulación y legislación del trabajo latinoamericano, editado por Laura Caruso y Andrés Stagnaro en 2017. La vacancia académica sobre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha sido materia de debate en los últimos años (van Daele 2010) y fue siempre mayor en español y sobre América Latina, dado que los estudios existentes fueron siempre pocos y en general se encuentran desactualizados (ver por ejemplo Belloni Ravest 1969 para el caso argentino; una excepción son los traba- jos de Alexander, publicados en inglés. Ver Alexander 2009).
En la última década, la cercanía con el centenario de la institución, la existencia de más financiamiento y la renovación de las preguntas de investigación sobre su funciona- miento, impacto y trascendencia han llevado -por fortuna- a que esa tendencia comience a ser revertida.4 En muchos de estos trabajos se deja en evidencia la variedad de asuntos a explorar cuando se indaga en el impacto que ha tenido en la región la OIT y que ha tenido América Latina en el organismo, tanto como la necesidad de crear una agenda de investigación colectiva y regional, algo que el libro editado por Stagnaro y Caruso viene a fortalecer.
De hecho, si se atiende a la organización que se le ha dado al volumen se verá que el mismo busca dar tratamiento a un tema vasto (tanto en términos temporales como temáticos y nacionales) organizando los aportes entre aquellos que debaten aspectos vinculados a distintos colectivos laborales presentes en la región –desde el trabajo escla- vo hasta el empleo ‘moderno’- y aquellos que hacen a la construcción de una relación de influencia e impacto de la OIT, atendiendo a influencias, redes e interconexiones de variado tipo.
La amplitud de temas, por ende, es considerable, pero vale la pena hacer un reco- rrido por los temas principales planteados, algo que haremos a continuación junto con algunas consideraciones generales y bibliográficas.

APORTES

Si realizamos el recorrido propuesto por los editores, nos encontramos en la prime- ra parte del libro con el capítulo “La geografía diferencial de los derechos: Entre la regu- lación del trabajo forzado en los países coloniales y la disociación entre trabajadores e indígenas en los Andes (1920-1954)” de Rossana Barragán Romano. Este capítulo contiene una indagación original sobre las tensiones que genera el tratamiento de la cuestión “india” en América, cuando en forma simultánea la OIT comienza a lidiar con el status de las y los trabajadores en los países coloniales de África y Asia (al respecto puede verse también Rodríguez-Piñero 2005).
El trabajo de archivo realizado por la autora permite captar la tensión entre la mi- sión de la OIT de instituir una legislación internacional de valor universal y estandarizada y la aparición de zonas y poblaciones “de excepción”, asociadas en algunos casos a las relaciones de dominación imperialista y otras –como en América- a la invisibilización de determinados aspectos constitutivos de la propia formación social –como la cuestión racial- que se filtran como rasgos de atraso económico.
Aquí Barragán Romano sostiene que estas tensiones produjeron, en los hechos,  que la OIT construyera una “geografía diferencial de trabajadores y derechos” asociando la idea de progreso a la extensión de las relaciones laborales “modelo” de las sociedades industriales europeas, algo que desde ya no tenía fácil traducción en otros espacios labo- rales y sociales. La propuesta que realiza es de sumo interés pues permite analizar a partir de un aspecto de la política del organismo hasta qué punto, y con qué límites, hubo una relación de la OIT con lo local, lo nacional – regional. Además permite pensar hasta donde esas realidades no europeas permearon a la propia OIT en su intento de arraigarse por ejemplo, en las Américas.
El segundo capítulo “Trabajo esclavo contemporáneo y trabajo forzado. Las políti- cas de la OIT y el Brasil en diálogo y conflicto, 1930-1990” de Norberto O. Ferreras pre- senta puntos de contacto con el trabajo anterior, explorando en este caso como fueron utilizadas, desde una perspectiva histórica, las categorías de trabajo esclavo y trabajo forzado tanto en el organismo como en sus recepciones locales (abordajes generales sobre el tema pueden encontrarse en Brass y Linden 1997 y; Maul 2012).
Con este capítulo Ferreras ayuda a comprender simultáneamente la existencia de resistencias a reconocer formas de trabajo esclavo en la región y las singularidades re- gionales que adquirió el truck system, como mecanismo de trabajo forzado por deuda. Centrado en el caso de Brasil, habilita a el o la lectora a conocer las tensiones que pro- vocó al interior de ese país y en la relación de éste con la región y la propia OIT la discu- sión sobre la existencia o no de trabajo esclavo y su tratamiento (Costa y Wilson 2013), un debate que se dio además en forma paralela al tratamiento de la cuestión del trabajo indígena para las Américas.
A continuación se presenta el trabajo de Graciela Queirolo que analiza la forma en que fue abordado el trabajo femenino, tanto desde la OIT5 como por el Estado Argentino en los primeros sesenta años del siglo XX titulado “Igual salario por igual trabajo”: La Organización Internacional del Trabajo y el Estado argentino frente al trabajo femenino (1919-1960) Destacando el peso que tuvo el discurso “protector” del Estado y la concep- tualización de la mujer-trabajadora como un subordinado de la identidad mujer-madre, se revisa la legislación laboral Argentina de los años veinte hasta la llegada del Peronismo en forma simultánea a la construcción que realizaba la OIT sobre el tema y que dio por resultado el Convenio nro. 100, relativo a la igualdad de remuneración entre varones y mujeres ante igual trabajo, adoptado en el año 1951.
El trabajo demuestra que la remuneración del trabajo femenino estuvo atravesada por la consideración de ese salario como “salario complementario” al del varón, conside- ración que el Estado suscribió, siendo productor a su vez de un discurso que buscó com- patibilizar el trabajo femenino con el rol social asignado a las mujeres en torno a la re- producción y las tareas domésticas no pagas. Esa concepción del trabajo femenino y de los deberes de protección del Estado frente a la mujer-trabajadora como mujer-madre fueron parte formativa de las desigualdades del mercado de trabajo, algo que el trabajo destacada adecuadamente.
La segunda parte del libro comienza con el artículo de Andrés Stagnaro “La delega- ción argentina en Washington (1919): entre el prestigio internacional y la acción local”.  Se trata de un trabajo de sumo interés tanto para los estudios sobre la OIT y su influencia en el sistema de relaciones laborales de la región como para la historia del Derecho Labo- ral argentino y del Departamento Nacional del Trabajo. Por un lado el capítulo permite captar adecuadamente cómo la expansión internacional de una lectura sobre el trabajo – y sus tratamientos en miras a la ‘paz social’ y la conciliación de clases- impacta en campos locales. Esto al calor del desarrollo de la propia OIT como impulsora de un ordenamiento social que, como bien señala el autor, tendía a divorciar el orden político-jurídico de los fundamentos económicos de la dominación social capitalista sirviendo a la vez como inspiración de modelos a aplicar, como vías de vinculación académicas e institucionales y finalmente, como formas de legitimación de determinadas agendas y actores en los paí- ses integrantes.
Para demostrar esos vínculos y sus impactos, el recorrido del trabajo reconstruye la participación argentina en la Conferencia de Washington en 1919, algunos de sus ante- cedentes y la actuación de Alejandro Unsain, que se demostrará clave para develar la circulación de ciertas ideas que sustentaron políticas e instituciones sobre el trabajo en Argentina. Se señala la importancia de esa participación específicamente para el desarro- llo del Derecho Laboral local utilizando los informes y saberes adquiridos como dadores de coherencia y legitimidad interna. A la vez se demuestra como las intervenciones reali- zadas por la delegación argentina son informativas de la tensión que vivían los especialis- tas en torno a la imagen que quería darse del país y su desarrollo en términos de juris- prudencia, sosteniendo a la vez la idea de un país avanzado y ejemplar, e intercambiando y legitimando prácticas para su propio desarrollo.6
El segundo capítulo de esta segunda parte -titulada Funcionarios, redes, proyectos
e ideas- aborda las formas en que fue tratado el trabajo marítimo por la OIT y el desarro- llo que tuvo también la legislación al respecto en la Argentina. “Legislando en aguas profundas. La OIT, nuevas reglas para el trabajo marítimo y su desarrollo en la Argentina de la primera posguerra” de Laura Caruso es un muy interesante trabajo que aporta el estudio de un aspecto particular, pero permite considerar como operaron los actores locales en la red internacional que estaba fundando la OIT para promover una determi- nada regulación de las relaciones capital – trabajo, en este caso centrándose en las Con- ferencias marítimas y la regulación del trabajo a bordo. El capítulo se interconecta además con la investigación sobre el desarrollo local de la sindicalización, demandas y aspiraciones de los trabajadores navales en Argentina (Caruso 2016), permitiendo captar las tensiones entre esa conflictividad laboral, el Estado y las patronales y la construcción de una legislación nacional acorde a la promovida por los países “avanzados” dentro del sistema internacional.
El artículo siguiente es el de Patricio Herrara González, “Colaboraciones trasatlánti- cas de la OIT. Moisés Poblete y Vicente Lombardo Toledano (1928-1946)” en el que se explora la transferencia de experiencias y conocimientos en materia de legislación laboral y agencias sobre trabajo en América Latina. El capítulo incorpora un aspecto en desarro- llo en los estudios sobre la OIT y América Latina: las relaciones profesionales y de colabo- ración entre funcionarios, sindicalistas, asesores técnicos y representantes estatales o sectoriales en la creación de una verdadera red internacional, algo que como menciona- mos también aborda Andrés Stagnaro.

Fundado en un sólido trabajo de archivo y con el agregado de interesantes Anexos biográficos, el trabajo evidencia la circulación que tuvieron un rico universo de materiales (como proyectos; legislación; informes técnicos; noticias; análisis políticos y de temas laborales) y los intercambios académicos y profesionales que esa correspondencia permitió. Además demuestra que esas interacciones estimularon la sistematización local de conocimiento, como es el caso del estudio La libertad sindical en México que realizó Lombardo Toledano en 1926, o iniciativas aún más ambiciosas como Universidad Obrera de México, fundada en 1936. Destaca que el reconocimiento también se produjo del otro lado del Atlántico, pues la OIT también se benefició de esa red de intercambios, permi- tiéndole ampliar su significación en la región en forma creciente desde los años treinta.
El anteúltimo capítulo del libro, “El Boletín Informativo de Leyes de Trabajo: Circu- lación de ideas y actores latinoamericanos sobre políticas sociales (1942-1951)” de Karina Ramacciotti, se suma al interés por comprender las influencias que sufrió el medio local en el abordaje de las “cuestiones sociales” y especialmente de aquellas vinculadas al trabajo analizando una publicación que no tuvo relación directa con el Estado ni con organizaciones políticas o sindicales nacionales. Busca evaluar como las “directivas” internacionales fueron usadas en el ámbito local para simultáneamente validar institu- ciones, actores y agendas de trabajo y al mismo tiempo enmascarar procesos políticos como el peronismo o minimizar la importancia de las demandas sociales y laborales de colectivos que enfrentaban el tono conciliador y técnico que se imponía como marca de la OIT y que era usado por ciertos sectores empresarios para promover las ideas de con- ciliación y negociación en las relaciones laborales.
Un aporte interesante es el que refiere a los intercambios cruzados entre esta pu-
blicación, el Boletín Informativo de Leyes de Trabajo y otras de la región o provinciales, además de la recepción de publicaciones científicas y las reseñas de libros que buscaban cubrir el desarrollo del área en el plano internacional. Esto reviste mayor importancia si se entiende que el desarrollo de la publicación se da en el marco de una enorme trans- formación del mundo del trabajo en Argentina asociada al surgimiento y consolidación del peronismo.
Finalmente, el último capítulo del libro, “Educar en derechos laborales: políticas y acciones desplegadas por la OIT en América Latina durante los años 1950-1970”, de Ga- briela Scodeller examina las estrategias educativas de la OIT en un trabajo que reúne originalidad y amplitud en el tratamiento de un tema poco explorado. A partir de obser- var qué contenidos se divulgaron y cuál era la concepción política pedagógica de la OIT y su Programa de “Educación Obrera”, la autora propone entender qué modelos de traba- jo, de relaciones laborales y de organizaciones sindicales eran promovidos por el orga- nismo internacional. Para esto se centra en el análisis documental de los materiales pro- ducidos por ese programa –cuya riqueza es destacable- especialmente en los Manuales de Educación Obrera y en el Boletín Educación Obrera que se publicó a partir de 1964 y en el desarrollo de los Institutos y Centros Técnicos que buscaron establecer programas de cooperación situando a la OIT como referencia para la región. Pero señala la autora su rol no se detuvo allí ni en las innovaciones propuestas en términos de método o didácti- ca, sino que cada vez más las propuestas educativas incorporaron la capacitación laboral como orientación buscando incentivar la flexibilidad del trabajador frente a los cambios en los procesos de trabajo. De este modo, demuestra la autora, las iniciativas de la OIT enhebraron una particular forma de transmisión del conocimiento y aprendizaje orienta- do a los trabajadores sin desatender la promoción de determinado contenido: aquel que priorizaba la educación en los derechos laborales como correlato de un sindicalismo “profesional”, moderno y “responsable” alineado con los ideales de desarrollo y paz social.

CONCLUSIONES

Desde el final de la primera guerra mundial hasta nuestros días la organización del trabajo a escala planetaria ha cambiado enormemente. Los aspectos que esos cambios involucran son innumerables, tanto como lo son los cambios en las relaciones internacio- nales y en el sistema fundado justamente como producto de la guerra.
El estudio de la OIT y de otros componentes del sistema de las Naciones Unidas, como bien plantea Daniel Maul, permite algo así como el estudio del mundo y sus inter- conexiones “en miniatura” dándonos una oportunidad única de abordar temas complejos desde una mirada multidisciplinaria que además cuestiona las historias nacional- centradas.
Como puede apreciarse en este breve análisis del libro de Caruso y Stagnaro sobre la OIT y América Latina, estamos frente avances de investigación de gran interés para un amplio campo de especialidades pues aquí se enhebran temas estructurales de jerarquía como la importancia de América Latina para la OIT y visceversa (y la influencia cruzada entre regiones y organismos internacionales) tanto como la necesidad de profundizar abordajes multidisciplinares y regionales, un desafío cada vez más urgente en las Ciencias Sociales de la región.

Luciana Zorzoli

Becaria Postdoctoral de CONICET Instituto de Investigaciones en Humanidades y Ciencias Sociales, UNLP – CONICET, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educa- ción, Universidad Nacional de La Plata – Argentina. CONICET - Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas.
Research Associate, SOAS, University of London.. Correo: lzorzoli@fahce.unlp.edu.ar

Referencias:

1 La OIT se estable como agencia especializada e independiente de la Liga de las Naciones pero tiene antecedentes en el siglo XIX, como la Asociación Internacional para la Protección Legal de los Trabajado- res (IALL – International Association for Labour Legislation) que rivalizó con los principios propuestos por la Primera y Segunda Internacional orientadas por el pensamiento marxista.

2 La Constitución de la OIT aprobada en 1919 y sus modificaciones posteriores establecieron como méto- do de gobierno del organismo el tripartismo, (2:1:1) -otorgando el derecho de voto tanto para gobiernos como para los representantes obreros y empresarios de los países miembro- y como forma de promoción de sus principios la adopción de Convenios y Recomendaciones internacionales a ser sometidas a las autoridades nacionales para su ratificación. Junto con esto la OIT creó un sistema de inspección en la búsqueda de garantizar el cumplimiento de las normas adoptadas y recomendadas globalmente.

3 Argentina fue uno de los países latinoamericanos en sumarse al organismo desde su fundación. También lo hicieron Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.

4 En inglés existen importantes estudios al respecto y otros están en curso en el marco del festejo del centenario en 2019. Entre otros puede verse Valticós et al. (2004); van Daele et al. (2010); Maul (2012) y McPherson y Wehrli (2015). Sobre América Latina ver también Herrera González et al. (2013).

5 Otro tratamiento sobre el tema mujeres y la OIT puede encontrarse en el libro Women’s ILO: Transna- tional networks, global labour standards and gender equity, 1919 to Present, de reciente publicación (Boris, Hoehtker, y Zimmermann 2018).

6 La importancia que tuvieron esta y otras participaciones argentinas en la OIT a lo largo del siglo XX pueden verse también en Panettieri (2000); Suriano (2012); Suriano y Lobato (2006); Basualdo (2010) ; Caruso (2014) ; Zorzoli (2016, 2017).

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