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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.27 no.55 La Plata dic. 2018

 

LECTURAS

América Latina y Chile en el mundo global. Algunas tendencias del Siglo XXI.

Raul Allard Neuman – Manfred Wilhelmy Von Wolf (Editores)

“El acercamiento de las economías internacionales y la mundialización de sus mercados encuentra su fundamento en un proceso de globalización abierto” (ALLARD, 2017).
Es a raíz de esta reflexión  que considero  oportuno centrar  el eje del debate del  li-
bro.
La presente obra colectiva ha logrado unificar trabajos de prestigiosos académicos
de la Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Su desarrollo ha sido estudiado a partir de tres concepciones bien definidas: Una dimensión Política; una dimensión Económica Política Internacional y; una tercera dimensión, cuyo objeto de estudio es el aspecto diplomático, cultural y comunicacional. Cada uno de los trabajos adoptados por la edito- rial, define un punto de vista teórico, y encuentra en Chile un modelo ejemplificador.
Tal como hemos mencionado en el primer párrafo, el autor hace especial hincapié en el concepto de globalización. La misma se mide en relación a la creciente intensidad, extensión y velocidad de las interacciones e interconexiones económicas a nivel mundial, desde el comercio; pasando por la producción y el financiamiento, hasta las migraciones. En coincidencia con Ottone Fernandez, “la fase actual de la globalización es considerada una fase triste. Pocas noticias son buenas en el campo económico, social y político”. La acumulación civilizatoria como base de un consenso en torno a prácticas compartidas, universalizadas a través de la experiencia histórica que incluye las prácticas democráticas y el respeto a las libertades individuales, no figura entre las principales prioridades del desarrollo mundial actual. A contrario sensu, se han producido impulsos autoritarios, donde el pluralismo parece una mala palabra.
En América Latina la problemática comienza a desarrollarse ante una falta de apoyo al sistema político democrático, a las instituciones clásicas de la democracia, en nivele altos de desconfianza a las instituciones en general, a los políticos y a la política. El crecimiento económico moderado posterga la necesaria transformación productiva de la región que le permita una inserción en la economía global, no tan dependiente de los vaivenes en los precios de productos primarios y posea un dinamismo económico diversificado capaz de incorporar conocimiento, saber y productividad que asegure autonomía, y sustento en la economía mundial. Ya no es solo la búsqueda de una globalización más justa y equilibrada, sino el retorno a un nacionalismo que rechaza la delegación de soberanía y la institucionali- dad internacional. Un claro ejemplo de esto último ha sido –según el autor- la reciente campaña presidencial estadounidense, cargada por reacciones populistas a la globalización donde el orden internacional fue visto como un proyecto de elites cosmopolitas. Es de destacar que las políticas latinoamericanas han sido de corte regionalistas, con el objetivo de profundizar la cooperación económica de los estados miembros de un bloque, impul- sando el comercio y la inversión dentro de un espacio geográfico.
En este contexto, Chile ha optado por impulsar su apertura económica limitando su ingreso a uniones aduaneras. Dado el tamaño de su economía y la condición geográfica alejada de grandes centros mundiales, a partir de los años 90’ ha llevado a cabo una política de apertura económica-comercial. Logró su inserción al sistema internacional por medio de acuerdos transaccionales y alianzas en las distintas regiones del mundo, no solo con América Latina sino también con Estados Unidos-Canadá, Europa y con Asia-Pacifico. Acuerdos cada vez más evolucionados de libre comercio y sustentando una economía fundada en las exportaciones e importaciones con sustantiva inversión extranjera.
Entre sus principales acuerdos Chile es miembro de la APEC, conocido como la con- ferencia de cooperación económica Asia-Pacifico, el cual no es técnicamente un esquema obligatorio sino voluntario de libre comercio entre economías y líderes económicos. El rol protagónico de China en el comercio mundial, su peso como productor y consumidor de productos primarios, requiere de una necesaria alianza estratégica con la región latinoa- mericana, y en ese contexto pareciera ser Chile quien ha marcado gran ventaja.
La política exterior chilena, se caracteriza principalmente por su coherencia no solo en su concepción sino también en su implementación. Pese a los excelentes resultados obtenidos, el ciclo pareciera estar cumplido. La política de seguir sumando acuerdos obtiene beneficios cada vez más marginales, y ello se debe a que los principales merca- dos ya se encuentran abiertos. Por su parte, GLASINOVIC VERNON en su capítulo “Política exterior de Chile” resalta la clara necesidad de priorizar el entorno regional en todas sus dimensiones. Sin una integración real con los países vecinos, entiende a Chile como un actor de poca relevancia en la red mundial de comercio e inversiones.
El mencionado autor entiende oportuno potenciar la participación chilena en la Alianza del Pacífico (AP). Los cuatro Estados miembros (Colombia, Perú, México y Chile), poseen modelos democráticos de distinto signo político; gran proyección internacional; importante desarrollo económico y juntos buscan avanzar en profundizar estrategias con el Asia-Pacifico. Los países miembros presentan diversas estructuras productivas en ma- teria económica, que han experimentado importantes tasas de crecimiento económico y comercial. Desde una perspectiva política se destaca precisamente el Art. 2 del Acuerdo Marco, donde las partes establecen la democracia y el Estado de Derecho como requisi- tos esenciales para la participación en la Alianza del Pacifico.
Inmersos en la segunda etapa del libro, destacamos la política económica chilena en lo relativo a Ingresos de Inversión Extranjera. La naturaleza de la globalización no lleva a ampliar el número de actores y es así como contamos además de Estados y Orga- nismos Internacionales, con empresas multinacionales. El Consejo Económico y Social de Naciones Unidas define a las mismas como entidades que incluyen sus funciones en dos  o más países, sea cual fuere su fórmula jurídica y las esferas de sus actividades. Son los principales conductos de la inversión extranjera, actores protagonistas en la creciente producción de bienes y servicios.
En este este marco teórico, Sudamérica deberá ser analizado a partir del Producto Bruto Interno (PBI). Llama la atención el declive que han sufrido las cifras en lo relativo a PBI en la región. Las expectativas de crecimiento para el “subcontinente” hacia el 2020  no logran superar los niveles de 2014. Su afectación reside en la caída de los precios de las materias primas. No obstante, los mayores cambios en los equilibrios económicos de la región tienen que ver con el dinamismo de la Alianza del Pacifico y la abrupta caída de Venezuela.
En el marco de APEC, sus procesos ofrecen proyecciones relevantes desde el punto de vista bilateral. En el año 2005, Chile ha sentado las bases para establecer una línea de trabajo conjunto con Australia, tomando un enfoque conocido en política exterior bajo el concepto de “LIKE-MINDED COUNTRIES” –países afines-. Un dato demostrativo son las exportaciones, con un aumento de 654 millones del 2009 a más de 800 millones en el  año 2013.
A modo de conclusión en la presente obra se destaca el valor de Chile como actor relativamente pequeño de las Relaciones Internacionales, resaltando su interés en la estabilidad y la preservación de la paz, la no intervención, la observancia de los tratados válidamente concluidos y la solución pacifica de las controversias. Como fundamento mencionamos la participación del Senado en la actividad internacional y su interacción con otras instancias similares, y concretamente a la “Diplomacia Parlamentaria” en la Alianza del Pacifico y su procedimiento de aprobación.
Celebramos en este sentido, el accionar del país andino, en un contexto internacio- nal donde los conflictos intra e interestatales están en aumento, y lamentablemente el inminente uso de la fuerza como solución de controversias pareciera ser el camino adop- tado por las principales potencias internacionales.

Felipe PIÑEIROAbogado por la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNLP, integrante del Depar- tamento de América Latina y el Caribe del IRI y responsable de la Cátedra Chile del men- cionado Departamento

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