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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.28 no.57 La Plata dic. 2019

http://dx.doi.org/https://doi.org/10.24215/23142766e068 

DIALOGOS

Roberto García Moritán1

Doi: https://doi.org/10.24215/23142766e068

Entrevista realizada por Sebastián Do Rosario

1. Dado el actual escenario en el cual Estados Unidos se retiró del Acuerdo con Irán y del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio con Rusia (INF, por sus siglas en inglés), ¿cómo evalúa el estado de la relación actual entre Estados Unidos y Rusia con la inminente finalización del Start III? ¿Qué escenarios se abren a futuro y qué tendencias que puedan afectar la relación identifica?

El escenario actual es uno muy complejo. A diferencia de otros momentos de la historia diplomática reciente, en este momento no hay ninguna negociación sobre desarme, ni entre Estados Unidos y Rusia, ni entre Estados Unidos y China, ni entre nadie; ni siquiera en el marco de las Naciones Unidas. La conferencia de desarme, que es el único "órgano" de negociación de instrumentos de estas cuestiones, está paralizada hace 15 años o más. Ni siquiera puede adoptar la agenda de trabajo, a ese nivel de parálisis ha llegado.

Considero que más allá de si START III2 se prorroga o no, independientemente de si Donald Trump es reelegido, es difícil imaginar que el 2020 sea un año de negociaciones en estos temas delicados, con lo cual nos estamos acercando a la fecha de una manera complicada. Ya el panorama es muy difícil, puesto que los desarrollos y la creciente modernización de las fuerzas existentes, aún sobre la base de START III, son terriblemente significativos.

Estamos incluso ante la posibilidad –algo que no había ocurrido antes– de que ya ni siquiera las armas nucleares sean consideradas "armas de disuasión" sino de aplicación práctica. En ese sentido, estamos viviendo en un mundo de una complejidad enorme, en lo que hace a la proliferación vertical y también con riesgos muy serios de proliferación horizontal, no solamente porque estén India y Pakistán ya como estados poseedores de armas nucleares legitimados –e Israel también–, sino porque también existen casi una docena de estados con capacidad potencial para tener un arma nuclear. Hasta hace poco, el ensayo nuclear era lo que definía si un país pasaba el umbral de armamento nuclear. El ensayo de Corea del Norte fue el único. Hoy en día realizar un ensayo práctico siempre es útil; claramente es mejor que no hacerlo. Pero no es indispensable. Vos tenés casi una docena de estados que poseen material fisionable suficiente y seguramente conocimiento de cómo hacer que la explosión sea efectiva sin un ensayo previo, y la computadora. Los ensayos de computadora, que no están prohibidos por el Tratado de Prohibición de Ensayos Nucleares, son el otro instrumento.

Otro aspecto que cabe destacar es el hecho de lo que está ocurriendo en el espacio exterior. En el campo del espacio exterior, la militarización es otro hecho que está avanzando a pasos preocupantes. Desde el punto de vista de la seguridad internacional, es uno de los momentos más delicados de los últimos 50 años, incluso más delicado que los de la época más grave de la confrontación este-oeste.

2. ¿Cómo se vincula esto con la relación de ambas potencias con China? ¿Considera que el retiro de parte de Estados Unidos del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio favorece su posición frente a China en el Océano Pacífico?

Yo creo que Estados Unidos tiene un argumento a su favor, y es que los desarrollos tecnológicos militares chinos son de una magnitud considerable. Esa limitación para el desarrollo americano es compleja, por cuanto el Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio con Rusia le impide hacer desarrollos para ser utilizados en el escenario de Pacífico. Por eso, el argumento norteamericano sostiene que el problema es más grande que Rusia, que ya tiene una razonable equiparación de fuerzas en materia de misiles de alcance intermedio. Pero en el Pacífico la situación ya requiere la incorporación de China, y es un argumento que tiene un grado de razonabilidad para tener en cuenta. China es reacia a aceptar dicha discusión, habrá que ver cómo evoluciona.

Evidentemente el concepto político que subyace a estas negociaciones de armas estratégicas es distinto al de otras décadas. Creo que incluso países como la Argentina deben considerar que todos los que posean arsenales nucleares deben participar en estas negociaciones. No puede ser que porque Estados Unidos y Rusia posean el 80% o 90% de los arsenales nucleares mundiales, los restantes países estén liberados de tener alguna obligación, principalmente porque con los avances tecnológicos de los últimos tiempos, el factor "calidad" es igual o más importante que el factor "cantidad".

Si uno ve el volumen de los arsenales rusos y americanos, alcanza para destruir al mundo varias miles de veces. Pero la cantidad ya no tiene el mismo significado que antes, sino la calidad. Y eso que no estamos hablando de armas convencionales. Estamos ante un proceso de transformación tecnológica en el campo militar de tal significación que hace que no solamente el tema de las armas nucleares sea una prioridad, sino que también el tema de las armas convencionales lo sea.

3. Si bien hay que tener en cuenta que Estados Unidos y Rusia son los principales poseedores de armas nucleares, ¿considera que estos acuerdos de control de armamentos se adaptan a un mundo un poco más multipolar en épocas pasadas?

No solamente que no se adaptan, sino que dichos países siguen violando un compromiso que ellos adquirieron en virtud del Tratado de No Proliferación (T.N.P.). El T.N.P. establece básicamente una lógica que legitima a los principales poseedores de armamento nuclear y que excluye la posibilidad de nuevos miembros en dicho “club”, a cambio de un supuesto compromiso de negociar futuros acuerdos jurídicamente vinculantes para limitar y ulteriormente eliminar el armamento nuclear, y eso nunca se cumplió.

Estos procesos bilaterales entre Estados Unidos y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y con Rusia después, lo que logran en definitiva es un acuerdo de cómo ellos modernizan sus fuerzas sin perder el poder. Eso ya no tiene ningún tipo de significación y están en deuda grave, porque esa deuda puede hacer que el T.N.P. caiga. Este tratado cada vez más va perdiendo credibilidad en virtud del incumplimiento de las principales potencias y conforme a la obligación impuesta por el artículo sexto.

4. ¿Qué acuerdos se lograron con la conferencia de revisión del T.N.P. de 2010 y qué avizora para la conferencia del 2020? ¿Cree que se pueda alcanzar un documento final esta vez?

En términos diplomáticos, cuando no tenés un documento final, se considera que la conferencia fracasa. Eso no siempre es así, pero en general tener un documento de este tipo implica que existen coincidencias básicas y establece una hoja de ruta. Desde ese punto de vista, tener un documento final siempre es importante. En el 2010 veníamos de dos conferencias de exámenes anteriores que habían fracasado, porque no habían logrado ese objetivo. En el 2010 yo tuve la suerte de participar muy activamente en la búsqueda de soluciones, y ahí los diplomáticos somos creativos para encontrar formas de "patear al córner": en aquel momento elaboramos un documento donde extraíamos ciertos temas delicados y conflictivos, y los pusimos como declaraciones del presidente de la Conferencia, y temas de menor envergadura como documento final; y eso permitió que hubiera un documento final, quizás no de las significación a la que se aspiraba, pero por lo menos que diera la impresión de que no era una conferencia que fracasaba. La preocupación era, por lo menos para la Argentina y para otros países, que se cayera el T.N.P.

Hoy en día cuando vemos lo que es la relación con Brasil, hay un motivo de preocupación. Que haya nueve estados con armas nucleares ya de por sí es malo, -por suerte están en áreas geográficas distantes a la nuestra -; pero su utilización entre la India y Pakistán tendría efectos climáticos incluso en nuestra propia región, menores que en otras, obviamente. Un mundo con nueve estados con armas nucleares ya es un motivo de preocupación; un mundo con 12 o 24 estados con armas nucleares es un mundo en el que no quisiera vivir. Por lo tanto, la supervivencia del T.N.P. - que no es perfecto, pero sí perfectible- es preferible a la nada.

En el 2010 logramos ese ejercicio, y esta vez la situación es difícil y la Argentina estará presidiendo la Conferencia de Revisión; así que ahí tenemos una responsabilidad formal de conducir el proceso junto con otros Estados, y eso no es fácil. Un tema crítico tradicional es la aspiración de los árabes a tener una zona libre de armas nucleares en Medio Oriente, y eso está dirigido a Israel y, como sabemos, eso es un tema muy difícil de abordar. De hecho, un subsecretario finlandés lo intentó durante años y nunca se llegó al consenso necesario. En ese sentido, es previsible que no se avance al respecto, incluido el elemento adicional del incumplimiento iraní al Acuerdo del G6. Ayer o antes de ayer ha vuelto a incumplirlo, en un aspecto ya más complicado que en las anteriores ocasiones, porque se mantenían todavía en niveles que podrían decirse que están en el espíritu del acuerdo (número de centrífugas, la cantidad de uranio almacenado). Pero ahora ya hay un paso mucho más complejo y la complejidad de ese nuevo paso anunciado por Irán es el hecho de que permite apreciar la reducción del tiempo necesario para ellos tener material fisionable al 80% o 90%, lo cual es preocupante.

El caso de Corea del Norte también estará en discusión, pero en este caso vivimos una situación un poco más rara en la que Trump se reúne con Kim y transmiten una sensación de que hay algo que se está conversando; no se sabe bien en qué estado está la situación. Considero que Estados Unidos transmite la idea de que ellos están controlando el proceso, quizá sí o quizás no. Si uno conversa con Japón o Corea del Sur, los ve preocupados y evidentemente Japón está revisando su visión estratégica histórica.

Corea del Norte, frente a los problemas internos que tiene de hambre y pobreza, aspira a dos cuestiones centrales: que el armisticio se transforme en paz definitiva, que se levanten las sanciones económicas y que Estados Unidos esté dispuesto a tener un programa de cooperación con ellos en términos económico-comerciales.

Estados Unidos es renuente de avanzar en ese tema. Yo creo que, a cambio de estas cuestiones, Corea del Norte está dispuesta a avanzar en esa expresión genérica de "desnuclearización", que es un concepto en extremo complejo, porque no hay casos de desnuclearización –quizás sí uno, el de Sudáfrica, cuando hizo el ensayo en el Atlántico Sur y no lo repitió, además de que no tiene una estructura y los científicos que participaron de dicho proceso ya murieron.

Pero si los científicos no mueren, esa capacidad de inteligencia es permanente y es una amenaza eventual. Desnuclearizar no es fácil, porque cuando Ucrania entrega las armas estratégicas soviéticas, no había desarrollos ucranianos propios; tenían armas en su territorio que eran de la Unión Soviética y se las regresaron a Rusia. Fueron situaciones distintas. El único caso concreto podría ser el de Sudáfrica en ese contexto, el cual tuvo lugar hace 30 años aproximadamente.

Creo no va a ser fácil la tarea de presidir la próxima Conferencia de Revisión del T.N.P. Se va a necesitar de mucha habilidad diplomática y mucha predisposición para la cooperación. Otra vez, el riesgo es lastimar el T.N.P. El objetivo de la próxima conferencia va a ser "cómo evitar que las circunstancias y la falta de consenso sobre cuestiones clave no lastime el TNP". Es el desafío que va a tener la diplomacia argentina también.

5. ¿Cómo aportan América Latina, en general, y Argentina, en particular, en este contexto de revisionismo del multilateralismo, al fortalecimiento institucional internacional?

Yo creo que existe un aporte que es muy grande, y es mucho lo que se ha hecho a lo largo del tiempo, incluso en lo referido a armas convencionales. Pero está claro que en este mundo, donde el multilateralismo está en crisis, en particular en el campo de la seguridad internacional y el desarme, este tema hay que ponerlo como prioridad. Tiene que volver a ser un punto central de la agenda.

Para tomar una dimensión de la importancia que ha tenido en otra época, la primera resolución que adopta Naciones Unidas en San Francisco fue sobre este tema: la primera comisión de la Asamblea General es la que trata estos temas. Es un tema político muy sensible entre los Estados. Hoy en día el tema ha quedado desplazado en términos de prioridad, se desmantelan los mecanismos de negociación y existe una situación enormemente grave. Yo creo que la prioridad está en que haya suficiente presión internacional para volver a poner la problemática del desarme como punto prioritario de la agenda multilateral y eso no está ocurriendo hoy.

6. ¿Qué cambios han traído a la relación Argentina–Brasil, en el plano nuclear, las presidencias de Temer y Bolsonaro? ¿Cómo debería responder la Argentina? ¿Son suficientes los acuerdos bilaterales entre ambos países?

Yo creo que estamos en un momento difícil de la relación bilateral. Las declaraciones públicas del Presidente Bolsonaro a veces no son tan agradables. Tenemos una relación compleja; no sabemos cómo va a evolucionar el MERCOSUR. En lo personal, espero que todo se normalice y que haya voluntad política en Brasil de ver a la Argentina como un socio. A veces da la sensación de que no es lo que esté primando, lo cual sería una pena.

En el campo nuclear, el expresidente Temer deja el poder adoptando una serie de decisiones que, desde mi punto de vista, considero polémicas: por un lado, dio más fortaleza a la Armada de Brasil en el manejo del uranio enriquecido y los elementos combustibles para el submarino; por el otro lado, la decisión sobre el reprocesamiento, mediante el cual se puede reutilizar el elemento combustible quemado y se extrae plutonio.

Temer se va dejando esos dos aspectos que son de cierta complejidad, y si uno tiene en cuenta declaraciones de Bolsonaro cuando era candidato, en el sentido de que no le importaría abandonar el T.N.P., uno no puede dejar de prestarle atención a estos temas.

La renuencia a firmar el protocolo adicional de salvaguardias es difícil de entender. La Argentina es productora y exportadora de una serie de actividades que ellos no tienen, con lo cual es difícil de entender la lógica, porque tampoco la explican del todo bien. Y cuando uno mira la ABACC3, que es un instrumento excelente que lleva 25 años funcionando, no se puede dejar de mencionar que estos instrumentos son de carácter evolutivo. Tal vez la ABACC no acompañó el desarrollo tecnológico de las partes; entonces, a veces uno se pre-gunta: ¿la ABACC tiene la capacidad de cumplir lo que fueron sus objetivos originales? ¿O la evolución tecnológica de las partes ha variado o modificado en algo? Hay una serie de preguntas a conversar y evidentemente me parece que estamos un poco retrasados los dos países en el tratamiento de estos temas.

7. ¿Considera que hay una cierta impotencia de parte de Europa, por la falta de cohesión en temas de política exterior, para afrontar temas como el Acuerdo Nuclear con Irán, por ejemplo?

Los europeos tienen lógicas de negociación distintas a las nuestras, por la complejidad de los intereses que representan. Irán es un mercado sumamente importante, y hay algunos sectores, como el de la aviación, que ocupan un lugar muy importante en los objetivos europeos con Irán. Dicho aspecto se puede observar en las negociaciones de la Unión Europea con Irán y que es en definitiva lo que más le molesta de las sanciones de Estados Unidos.

Ahí la situación es diferente entre Francia y Alemania con el Reino Unido. El Reino Unido tiene una tradición de entender y de justificar con mayor comodidad las posiciones de Estados Unidos que la renuencia alemana-francesa, donde les gustaría tener márgenes de maniobra más amplios y no perder el mercado iraní. Yo creo que la salida del Reino Unido ayuda a Alemania y Francia "a sacarse de encima" un miembro de la mesa de discusiones, que era el más complejo a la hora de tener decisiones más autónomas con respecto a Estados Unidos. El tiempo dirá si esto es así. Creo que un elemento que va a ayudar es el hecho del acuerdo entre Estados Unidos y China en materia arancelaria. Eso podría, eventualmente, reducir la confrontación arancelaria entre Washington y Bruselas.

 

Notas

1 Diplomático de carrera y Embajador. Fue Subsecretario de Política Latinoamericana, Subsecretario de Política Exterior, Vicecanciller y, en el campo nuclear, fue Director de la Comisión de Energía Atómica y de empresas del sector, como INVAP y CONUAR.

2 En español, Tratado de Reducción de Armas Estratégicas; en inglés, Strategic Arms Reduction Treaty.

3 Agencia Brasileño-Argentina de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares

 

 

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