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Relaciones internacionales

versión On-line ISSN 2314-2766

Relac. int. vol.29 no.58 La Plata ene. 2020

 

Lecturas

Imagining Disarmament, Enchanting International Relations

Catalina Carreras Estudiante avanzada de la Lic. en Relaciones Internacionales de la Universidad Católica de Santa Fe (UCSF)1 

Juan Ignacio Percoco Licenciado en Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional de Rosario. Doctorando en Relaciones Internacionales por la Universidad Nacional de Rosario.2 

David Rodríguez Ibáñez Abogado (UNLP). Maestrando en la Maestría de Relaciones Internacionales (IRI-UNLP).3 

1Miembro del Grupo de Jóvenes Investigadores del IRI

2Miembro del Grupo de Jóvenes Investigadores del IRI

3Miembro del Grupo de Jóvenes Investigadores (IRI-UNLP)

Bolton, Matthew Breay. Imagining Disarmament, Enchanting International Relations. 2020. Palgrave Macmillan,

La presente obra de Matthew Bolton nos propone encarar de manera novedosa los diversos devenires de la causa por el desarme mundial, especialmente aquellas armas consideradas de destrucción masiva. Partiendo desde lecturas postestructuralistas de nuestra disciplina, se invita al lector a releer diversas metáforas y cuentos mágicos para analizar esta problemática actual. El eje central de este proyecto estará siempre enfocado en el papel del discurso en los procesos de desarme y la capacidad transformadora de la palabra. Resulta interesante destacar que el autor cuenta con importantes credenciales académicas, ya que ha obtenido un Doctorado en Gobierno y una Maestría en Estudios para el Desarrollode la London School of Economics. Asimismo, actualmente es Profesor Asociado de Ciencias Políticas en la Pace University de Nueva York. No obstante, en este libro Bolton resalta de manera frecuente su experiencia con el trabajo en campañas para el desarme.

Es por esta razón que el autor consiguió combinar su labor de investigación y en las aulas con un activismo intenso en las causas tratadas en esta obra. En referencia a este punto, se desempeña como director ejecutivo de la Campaña Internacional para abolir las Armas Nucleares (ICAN por sus siglas en inglés), que mediante su labor logró la adopción en 2017 del Tratado de Prohibición de Armas Nucleares por 122 países. Ello le valió a la campaña el Premio Nobel de la Paz en ese año.

Semejante trayectoria hace reconocer al propio Bolton que no es un actor imparcial o un observador desinteresado respecto a la temática que aborda el libro. Por ello, no narra su obra mediante el uso de la tercera persona autoritaria y abstracta, sino que toma parte y, mediante la exposición en primera persona, busca interpelar al lector de forma constante a lo largo de todo el texto.

En tal sentido, en cada uno de los cuatro capítulos expuestos, denominados “actos” por el autor, Bolton intercala una idea teórica, un relato literario, ejemplos de historia reciente y experiencias propias en campañas de desarme y trabajo de campo. Mediante esta estructura heterodoxa y una pluralidad de fuentes, se logra una lectura amena que no va en detrimento del rigor teórico ni de la argumentación y desarrollo de los puntos centrales de cada sección.

Como puntapié inicial para su exposición, el autor realiza en el prólogo una breve pero dura crítica al sistema actual de seguridad global. Manifiesta que el proceso decisorio que afecta a casi toda la humanidad se encuentra en manos de un reducido y cerrado grupo de individuos, todos ellos hombres, blancos y occidentales. Estos privilegiados buscan legitimarse al instalar la pretensión de que la violencia es utilizada por ellos de forma proporcional, discriminada y humana.

Esta obra busca sumar su aporte para destruir dicho statu quo. Alineándose con la labor de los activistas, intentará establecer un nuevo discurso con el fin de que los gobiernos den cuenta de sus actos y limiten sus acciones.

Ante ese escenario el libro desnuda sus objetivos. En principio, el autor busca demostrar las posibilidades del desarme en la política global. En segundo lugar, y aquí encontramos tal vez el aporte más interesante, se realiza un llamamiento dentro del campo para que las Relaciones Internacionales se brinden a sí mismas una comprensión más amplia del concepto de agencia[1 ]. En tal sentido, este objetivo presenta la crítica explícita a los enfoques del mainstream teórico y en especial con aquellos que adscriben a las diversas corrientes realistas. La fijación de estas últimas con el poder militar de los grandes estados (la columna materialista en la matriz ontológica planteada por Alexander Wendt) le ha limitado su capacidad de comprender cómo la agencia puede provenir de lugares inesperados.

El autor y esta obra buscan enseñarnos cómo los diplomáticos de Estados “pequeños” del sur global, activistas y militantes de la sociedad civil, mujeres, pueblos originarios y sobrevivientes de la violencia pueden, y efectivamente logran, influenciar en la discusión global de política sobre armamentos.

El primer acto de esta obra que nos presenta el autor está destinado a diagramar ante nosotros el armazón teórico de todo el libro. Partiendo desde el relato de Sherezade, la heroína de las míticas Mil y una noches, el autor construye varias líneas que permearán todo el trabajo que tiene por delante.

En principio, plantea la clara analogía entre ella y todos aquellos activistas a favor del desarme en el mundo. De la misma manera que Sherezade postergaba su ejecución a manos del violento sultán por medio de fantásticas historias que buscaban a su vez “educar” al gobernante, aquellos que pugnan por esta causa a nivel global aspiran a apaciguar a nuestros líderes y persuadirlos para que renuncien a sus armas más malignas.

Como “contadora de cuentos”, Sherezade era consciente del poder que tiene una historia o relato al influir en la acción y movilizar a la gente. Mediante ella aprendemos que nosotros, como individuos y miembros de diversos colectivos, tenemos agencia en esta historia.

Los mitos y relatos delinean la forma en que entendemos el mundo que nos rodea. Al encarar una relectura crítica de estos textos, nos involucramos en un esfuerzo de reorganizar la forma en cómo la sociedad nos percibe a nosotros, a los otros y al sistema que gobierna nuestras vidas.

A la hora de analizar esa relación entre política y cultura, la obra se apoya sobre el denominado “giro discursivo” manifestado dentro de las ciencias sociales. Abrevando de las teorías críticas y postestructuralistas, el autor identifica procesos políticos, económicos y sociales por medio de los cuales el conocimiento, las prácticas, tecnologías y artefactos de la cultura son transformados en armas. En esencia, se parte de la idea de que uno no puede estudiar la “política de las armas” por fuera de los sistemas de significado que las rodean y las sostienen.

El segundo acto está dedicado a la obra de Miguel de Cervantes, Don Quijote de la Mancha. De ella, el autor tomará específicamente la idea del potencial transformador del “pensamiento mágico” característico del caballero andante, que es utilizado para derribar el pensamiento racionalista establecido en el discurso dominante.

Este pensamiento mágico el autor lo aplicará a las Relaciones Internacionales. Como disciplina moderna, sus principales referentes han buscado imbuirla de legitimación, atribuyéndole un método racionalista y leyes objetivas, por lo que la palabra “magia” no es prácticamente utilizada, salvo con fines peyorativos.No obstante, el reino de la magia y los rituales prosperan cuando el conocimiento científico fracasa. Estas prácticas de pensamiento mágico son un hecho social e intersubjetivo, y tienen un poder de transformación sobre las relaciones sociales. En términos de las relaciones internacionales, la magia sirve para proyectar poder. Dicho poder es ontológico, y su capacidad es la de desestabilizar y transformar vínculos, identidades, certezas.

Al tratar al molino de viento como un gigante monstruoso, el Quijote realiza un acto de magia: el molino de viento es un monstruo. Derrotarlo puede ser un acto simbólico y poderoso de protesta. Del mismo modo, los defensores del desarme proyectan el poder ontológico, transformando así las armas de "protectores" a "monstruos" que son malos en sí mismos. Lo hacen a través de la "magia" de las intervenciones simbólicas.

A causa de las flaquezas existentes dentro de la disciplina expuestas por Bolton, es que éste aboga por un enfoque interdisciplinario. Las ciencias sociales han estudiado durante mucho tiempo entidades cuya existencia damos por sentado, pero que son tan empíricamente invisibles como los fantasmas. Esto incluye entes como el Estado, la cultura o el mercado. En consecuencia, abriendo las Relaciones Internacionales aconversaciones con otros campos que han establecido métodos para investigar sistemáticamente las conexiones entre la política global y el reino "sobrenatural" de la magia, aquellas podrían llegar a transformar contextos y personas a través del "arte", las prácticas mágicas pueden funcionar como un ejercicio y una proyección del poder ontológico.

En el tercer acto, el autor se basa en la obra Lisístrata, de Aristófanes, y hace énfasis en la guerra entre Atenas y Esparta como proceso político que dividió a la población por género y lineamientos culturales. Por ello, Bolton hace referencia a la ética que guía a la población humana y a las protestas suscitadas, especialmente en temas de configuración de la política internacional. Se muestra muy crítico con quienes monopolizan el poder de toma de decisiones y marginalizan a los “cuerpos humanos actuales”–término utilizado por el autor que involucra tanto a las mujeres, al colectivo LGBT, a quienes pertenecen a las minorías raciales como a quienes no encajan en el estereotipo de “cuerpo humano” con poder de formulación de políticas globales.

El tema principal de este capítulo se desarrolla alrededor de la proliferación de máquinas asesinas (killer robots) por parte de distintos países. La razón por la que creemos que el autor relaciona el desarrollo de este tipo de armamento con lo expuesto en el párrafo anterior es la falta de humanidad percibida, tanto hacia los “cuerpos” no bienvenidos en la política internacional como a las “máquinas asesinas”.

El objetivo de este capítulo es examinar cómo tanto la teoría de las Relaciones Internacionales como la formulación de políticas globales han marginado toda consideración sobre los cuerpos humanos reales. Se enfocará en los aportes de las teorías feministas, en primer lugar, a través delaobra teatralLisístrata y cómo esta propone que, en épocas de guerra, las mujeres trabajen juntas para lograr la paz. En eso se basa el autor cuando sostiene que se debe desafiar el statu quo global, mediante la participación o aparición de diferentes cuerpos (como sobrevivientes, mujeres, diplomáticos del hemisferio sur y activistas) que pueden reorganizar el mundo de nuevas formas.

En el cuarto y último acto, Bolton nos invita a que nos detengamos en La Tempestadde William Shakespeare. Con los años, esta obra del bardo inmortal ha sido interpretada y representada de diversas maneras; sin embargo, en esta ocasión el autor nos propone observarla con el prisma de las lecturas postcolonialistas. Se rescata así a la figura de Calibán, el habitante nativo de la isla en donde Próspero naufraga, como un avatar de todos los pueblos originarios del pacífico. En su imagen, Bolton resalta la posibilidad de contradecir y desafiar al opresor, y de tal manera horadar su dominio.

En el marco de las negociaciones en Naciones Unidas llevadas adelante en 2017 para la firma del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares, los pueblos tradicionalmente más marginados del sistema internacional demostraron que lograron apropiarse del discurso civilizatorio de las antiguas metrópolis y esgrimirlo en su contra. Mediante un “hechizo” del lenguaje, lentamente construyeron la imagen del arsenal nuclear global como mala in se (el mal en sí mismo) y enfrentaron a los opresores frente al espejo de su propio estándar civilizatorio. Estas naciones buscaron incomodar a las naciones centrales con la pregunta: ¿Cómo pueden proclamar ser civilizados si amenazan al mundo con armas que pueden destruir a toda la civilización?

Las naciones del occidente “civilizado” fueron puestas en evidencia al señalar que realmente la norma del “estándar de civilización” que aparentemente limita la violencia del estado, al estigmatizar las prácticas y las armas consideradas inhumanas, solo se espera aplicar “entre los pueblos civilizados”. Por lo tanto, la inhumanidad de las armas nucleares no impidió que se probaran entre personas que también se consideraban inhumanas, a saber, los “salvajes y exóticos” pueblos del Pacífico. Este racismo, sostenido por el darwinismo social imperante en la época de la colonización y retratado en diversas obras culturales, no causó determinísticamente las pruebas nucleares, pero si formó parte del andamiaje discursivo que las permitió.

En el epílogo, en vez de plantear una conclusión en el sentido tradicional, el autor intenta llevar adelante un ejercicio literario en donde se busca (re)contar un mito. Sin embargo, esta inusual forma de cerrar una obra académica plantea algo más allá de unracconto de los planteos llevados adelante más arriba. La intención es proponer un “re-encantamiento” de la práctica y teoría de las Relaciones Internacionales, una búsqueda para que el canto, las historias, el ritual y las acciones colectivas sean incorporados en los análisis. Estas estrategias son, en última instancia, la forma mediante la que nosotros, los que estamos desarmados, hacemos frente a las tecnologías de la violencia.

Notas

1Sin profundizar en torno a la cuestión y sobresimplificando el concepto, en ciencias sociales se entiende la agencia como la capacidad del actor de llevar adelante sus acciones de manera independiente y autónoma. Lo anterior incluye a su vez la discusión sobre quién es efectivamente un actor con capacidad de agencia, en este caso, en la escena internacional.