RECENSIONES BIBLIOGRÁFICAS

Un manual de supervivencia para exploradores

La vida en el archivo. Goces, tedios y desvíos en el oficio de la historia
Caimari, Lila. Buenos Aires, Argentina: Siglo Veintiuno, 2017, 146 páginas.

Lila Caimari es historiadora, graduada en la Universidad Nacional de La Plata y doctorada en el Institut d'Études Politiques de Paris. Investigadora del Conicet y Profesora en la Universidad de San Andrés. Es miembro del Consejo de Dirección del Seminario de Historia de las Ideas, los Intelectuales y la Cultura "Oscar Terán" del Instituto de Historia Argentina y Americana "Dr. Emilio Ravignani" de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires.  Con frecuencia, Lila Caimari ha sido generosa y sabia consejera y profesora de arquitectos tesistas como Horacio Caride y Florencia Rolla, docentes en nuestra Casa.
Es autora de libros muy importantes que tratan en profundidad temas de investigación, y varios de ellos son fruto de sus metódicas exploraciones sobre el campo del delito en su contexto cultural, tales como Apenas un delincuente (2004) y Mientras la ciudad duerme (2012), ambos editados en Buenos Aires por Siglo Veintiuno. Estos libros, los anteriores y los que prepara hoy, son productos de una esforzada y precisa dedicación a la investigación; reúnen un material no trabajado con anterioridad, lo organizan y lo iluminan a la luz de sus interrogaciones en el plano teórico. En cambio, La vida en el archivo reúne una serie de frutos inesperados, que ahora quedan compilados en forma de libro.
Son aparentemente historias sueltas, pero están unidas por el nexo esencial de ser testimonios de aquellas exploraciones por la densidad misteriosa de los archivos, una suerte de sumatoria de fragmentos del cuaderno de bitácora de una investigadora inmersa en los laberintos documentales.
En la presentación del libro, en el Instituto Ravignani, la autora no dudó en confesar su sorpresa por verse frente a un libro propio e inclasificable que, si bien evita con inteligencia y coraje intelectual la moda autorreferencial, ofrece al lector un testimonio útil acerca de los "goces, tedios y desvíos" que a todos los esforzados y honestos curiosos les aguarda en el oficio de la historia.
Como texto introductorio, Lila Caimari nos habla de materias primas y experiencia de la historia, texto que inicia con una cita a Michel de Certeau. "Bajo la tersa prosa de la historia -debajo de todo, en la sala de máquinas- está el archivo con el que se hizo la historia, su materia prima", escribe Caimari. "Traducir el archivo a la escritura es, primero, renunciar", reflexiona. Perdidos en nuestras propias investigaciones en los archivos, aquí viene Lila Caimari a reanimarnos, compartiendo los placeres y fatigas de sus viajes, como diría Manuel Mujica Láinez.
En estos tiempos en que nos han permitido espiar en el back-stage de tantas cosas, Caimari nos abre las puertas a las memorias de la trastienda de su investigación entre el panóptico y el pantano. Solía presentarse para evitar confusiones cuando visitaba las prisiones: "Investigadora, pero del Conicet". Y Lila Caimari logra escapar de la dictadura del omnipresente Foucault, dando un aporte original.
Si Jacques Revel brindó ya una inteligente mirada al oficio del historiador y su tecnología en Las construcciones francesas del pasado (1996), Caimari actualiza el asunto hablándonos del "giro digital" y su impacto sobre el trabajo del historiador. ¿Desaparecerán los archivos? Quienes hemos frecuentado esas polvorientas galerías infinitas sabemos que el dato más significativo no suele estar en los títulos indexables, sino en una anotación manuscrita e imprudente que profanó el margen del documento. ¿Borrarán los programas de computación las huellas del lector antiguo?
Lila Caimari nos habla de sus experiencias investigando en antiguas bibliotecas casi infranqueables, donde acceder parece imposible, o en el Centro Pompidou, el reino del "c'est posible", en los archivos policiales y carcelarios, en los Archives Nationales de France y en el Archivo General de la Nación argentino. Ahora, su libro inesperado, bien podría ser una lectura recomendada para todos los audaces que emprenden una Maestría o un Doctorado: ¡no desesperar! Se sobrevive, especialmente releyendo cada tanto a Lila Caimari, para recobrar el aliento.
 "La reunión de estos textos en un libro fue idea de mi editora, Caty Galdeano", dice la autora. Ella misma propuso el título de la publicación, y Lila Caimari le agradece por este libro inesperado. Y nos cabe a nosotros agradecer a ambas por este don.

Gustavo A. Brandariz