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Avances del Cesor

Print version ISSN 1514-3899On-line version ISSN 2422-6580

Av. Cesor vol.13 no.15 Rosario Dec. 2016

 

DOSSIER

Profesiones sociosanitarias: Género e Historia

Social and healthcare services: Gender and History

 

Ana Laura Martín

Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género
Universidad de Buenos Aires
(Argentina)
lamartin1972@gmail.com


Karina Inés Ramacciotti

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
Instituto Interdisciplinario de Estudios de Género
Universidad de Buenos Aires
Universidad Nacional de Quilmes
(Argentina)
karinaramacciotti@gmail.com


En 2015 Tim Hunt, Premio Nobel de Medicina en 2001, sostuvo que los laboratorios no eran lugares apropiados para la convivencia de los sexos. Según el bioquímico británico esta relación trae como consecuencia que “ellas se enamoran de uno, uno se enamora de ellas y cuando se las critica, lloran”.1 Estas recientes palabras dejan entrever un sistema social sustentado por la dominación de los varones sobre las mujeres y un esquema de cientificidad masculinizado. Esta dramática actualidad de comentarios misóginos de encumbrados científicos nos interpela para reflexionar sobre las diferentes aristas que nos brindan la multiplicidad de fuentes y marcos teóricos en pos de lograr la equidad de género, en esta oportunidad, en la ciencia.
Así pues, la propuesta de este dossier es dar a conocer trabajos que se han esforzado en comprender cómo las mujeres se insertaron en el mercado laboral y, más particularmente, como enfrentaron las normativas estatales que muchas veces se expresaron mediante límites impuestos por el sistema educativo o por el modo que adquirieron las prácticas profesionales. Los estereotipos del pensamiento binario de género influyeron para que ellas tuvieran el camino más liberado para las actividades que se asociaban a la extensión de los roles domésticos y de cuidado. Aquí revisaremos cómo las asistentes sociales, educadoras sanitarias, dietistas, visitadoras, enfermeras y voluntarias sortearon los límites impuestos por su género y por la sociedad de su tiempo para alcanzar un lugar dentro de una jerarquía médica que las ubicaba en roles subordinados o subalternos. Se trata de una serie de investigaciones que comprenden la subordinación de saberes y tareas como un asunto no lineal y que debe ser estudiado en cada caso en particular. Se utilizan los conceptos teóricos de la sociología de las profesiones, los estudios de género, los aportes de la historia social de la salud y enfermedad y una multiplicidad de fuentes primarias tales como revistas especializadas, conferencias radiales y memorias oficiales.
El embarazo, el parir y alimentar a los hijos se constituyeron en las marcas de una diferencia utilizada para subordinar a la mujer y apartarla de los espacios públicos.2 En un molde heterosexual, atravesado por el interés de aumentar selectivamente la natalidad y mejorar la calidad de la especie, la maternidad fue el único destino socialmente consensuado para la mujer. La ciencia médica tuvo un lugar privilegiado a la hora de reforzar la maternidad o, mejor dicho, de “maternalizar a las mujeres”.3 La constitución femenina debía darse en ámbitos convenientes que aseguraran y resguardaran el vínculo fundante del matrimonio y el amor materno. Esto alejaba a las mujeres de los trabajos extradomésticos pero, al mismo, las convocaba a ocuparse de aquellas tareas para las cuales su género las definía como naturalmente aptas y hábiles. Enfermeras, visitadoras, asistentes sociales y otras profesiones socio-sanitarias se promovieron como ocupaciones “de mujeres”. Las mismas razones que alejaban a las mujeres del mundo del trabajo, las acercaban y las consideraban casi imprescindibles en algunas tareas y bajo condiciones precisas. En el ámbito sanitario se agregó a las nociones de género que definieron trabajos y ocupaciones razonables para las mujeres y aquellos inapropiados para ellas, otro elemento que reforzó la subordinación: la organización jerárquica de saberes que se tradujo en posiciones diferentes según la capacitación y el tipo de formación.
Los trabajos aquí reunidos no ignoran que las variables de género han sido determinantes a la hora de delimitar los espacios de acción posible para las mujeres -y para los varones- pero entienden que ha sido fundamental la capacidad de los sujetos implicados para convivir, negociar y resistir a los paradigmas impuestos. En este sentido, adquieren relevancia las trayectorias concretas, muchas veces singulares, pues permiten analizar que, en diferentes esferas de la sociedad, las mujeres han intentado subvertir ese orden social supuestamente inmutable e inmodificable.4 La presencia de médicas, dentistas, farmacéuticas, educadoras, obreras, sindicalistas y políticas fueron considerados como una “epidemia femenina”, “temida por los curadores de las nuevas ciencias de la persona y la sociedad argentina”.5 Además, se recogían preocupantes indicios acerca de los cambios que acaecían en el espacio “privado”. La falta de maternalismo, el infanticidio y el aborto componían un indicador elocuente del retroceso de la feminidad y el retroceso de valores asociados a la maternidad idealizada.6
Como veremos en los siguientes trabajos, uno de los lugares que los estereotipos de género consideraron aptos para las mujeres fue el de las tareas, ocupaciones y profesiones socio-sanitarias. Así pues, un antecedente importante fue el de su accionar en las Sociedades de Beneficencias; la expansión del sistema benéfico, hacia fines del siglo XIX, obligó a ensanchar su base social superando el elitismo predominante en el perfil de reclutadas y, frente a demandas sociales siempre en expansión, se amplió la convocatoria a mujeres de clase media y de los sectores populares, quienes vieron en las actividades de asistencia, cuidado y curación una salida laboral.7 En esta línea, Donna Guy subrayó como las instituciones filantrópicas encabezadas por mujeres fueron las “piedras angulares” de las políticas sociales durante el peronismo. Según Guy, esas políticas sociales se apoyaron abrumadoramente en agrupaciones de inmigrantes y, especialmente, en las de mujeres filántropas y feministas, pero “hacia 1940, la expansión del Estado de Bienestar, sumada a la importante caída de la afiliación a las colectividades de inmigrantes, hizo que muchas instituciones benefactoras organizadas por mujeres cerraran.8
Desde fines del siglo XIX y, en especial, durante el siglo XX las labores asistenciales y de cuidado ejercidas por mujeres -muchas veces realizadas de manera empírica y sin exigencia de formación previa- demandaron de manera paulatina saberes específicos o algún tipo de capacitación. Este proceso de aprendizaje y formación se realizó en un campo masivamente masculino: el de la medicina.
Las investigaciones sobre los procesos de profesionalización de la medicina en la Argentina presentan interesantes aportes sobre cómo los médicos se constituyeron como grupo socioprofesional en interlocución con otros actores estatales y societales.9 Se pueden contar varias investigaciones acerca de la formación y trayectoria académica de profesionales en el ámbito de la salud, de la conformación de instancias de legitimación y acerca de los procesos por medio de los cuales las poblaciones destinatarias de intervenciones médicas y sanitarias fueron reconociendo, no libres de resistencias y dudas, sus saberes y prácticas. No obstante, los trabajos son más incipientes en el estudio de las relaciones entre los grupos profesionales más encumbrados, como los médicos, y otros actores sociales que ocupan lugares subordinados dentro del mismo campo.10
Como señala Germán Soprano no hay acuerdos definitivos capaces de alcanzar una definición consensuada acerca de qué es una profesión o bien qué debe entenderse por procesos de profesionalización o por configuraciones profesionales.11 Así pues, dentro del campo de la sociología de las profesiones perdura la discusión en torno a si ciertas profesiones socio-sanitarias deben ser catalogadas como tales o como ocupaciones “paramédicas”.12 Quienes sostienen la segunda postura consideran que, la enfermería por ejemplo, no pudo acumular y usar sus conocimientos bajo sus propios estándares y tampoco pudo practicarse sin el control de actores externos ya que actúa bajo la tutela y la supervisión del médico. En cierta medida, esta conceptualización teórica retoma las ideas del pensamiento médico de la época ya que fueron numerosas las voces que aspiraron a concentrar los conocimientos y las técnicas de curación en las manos de los médicos para evitar que estos saberes circularan entre los llamados “enfermeros adoctorados”, “flebótomos”, masajistas y todo aquel que se considerara “auxiliar”. Si bien se reconocía que eran personas importantes para asistir la práctica médica, existían muchas dudas en torno a cómo ceder atribuciones y responsabilidades sin avanzar en el terreno de los galenos. Hasta dónde intervenía el médico y hasta dónde se inmiscuía el personal auxiliar fue objeto de arduas discusiones en las cuales se dirimieron las propias identidades profesionales, las atribuciones y los espacios de incumbencia privativos de cada profesión.
En las profesiones sociosanitarias, que aquí se analizan, nos encontramos por lo menos con dos escenarios posibles. Aquel donde las mujeres ocuparon posiciones periféricas o subordinadas pero adquirieron lugares cada vez más encumbrados y, en dicho proceso, encontraron un techo en las estructuras universitarias, profesionales o asistenciales construidas a la medida de varones y, por otro lado, otro en el que las mujeres han asumido su lugar subordinado dentro de las profesiones y, desde allí, han construido un territorio de decisiones y de acciones con ciertos niveles de autonomía que no responde solamente a los poderes delegados por los médicos y por las autoridades estatales.
En otras palabras, este dossier aportará al estudio de las relaciones desiguales de poder en diferentes profesiones y del modo en que éstas se perpetúan o intentan trastocar los mecanismos de autoridad. Esta propuesta apunta a reconstruir la participación femenina en las profesiones y estudiar cómo se constituyeron tanto los eslabones de subordinación como los de resistencia dentro de la jerarquía médica. Si bien la relación con la pirámide del poder médico estuvo y está presente. Es interesante estudiar los espacios de autonomía y los grados de libertad ligados a los cuidados de los pacientes tanto en el interior de los hospitales cómo fuera de ellos. La subordinación, con excepciones, ha sido un tema secundario entre los cientistas sociales dedicados a las profesiones.13 No obstante, esa cualidad muestra cómo la diferencia sexual dio lugar a la división patriarcal del trabajo, no sólo en el hogar conyugal entre esposa y esposo sino en los puestos de trabajo de la sociedad civil. El análisis de la profesionalización de ocupaciones feminizadas resulta un desafío para estudiar cómo la dominación sexual no sólo estructura el hogar conyugal, por el contrario, es capaz de definir roles en los lugares de trabajo, incluso en aquellos donde el conocimiento y la expertise pretenden o se adjudican cierta neutralidad de género. El establecimiento del control, la autonomía y el límite de muchas profesiones respecto de la medicina y otras ocupaciones afines es un inacabado proceso histórico que se hace necesario desmenuzar para librar a las profesiones ligadas al cuidado de la pesada carga de la subalternidad y la jerarquía y analizarlas como actividades que demandan energía, tiempo, recursos financieros y en la que intervienen saberes, redes sociales, tecnologías y tareas específicas.
Las siguientes investigaciones indagan sobre los procesos que definieron las tareas e incumbencias de las profesiones analizadas, los proyectos de calificación diseñados para las nuevas o renovadas ocupaciones, la diferenciación con los legos o no diplomados y las tensiones que se generaron dentro del espacio sanitario. El conjunto de los trabajos coincide en la necesidad de tener en cuenta, como rasgo fundamental y constitutivo de desarrollo de las ocupaciones analizadas, la feminización que las ha distinguido. Así pues, recuperan la línea de estudios que consideran que la convocatoria exclusiva de mujeres a las profesiones socio-sanitarias estuvo motivada por una estrategia moralizadora y de control social de la vida cotidiana; también analizan las estrategias que las mujeres pusieron en juego para mantenerse y desarrollarse en sus tareas y en un campo laboral que consideraron propio.14
En los artículos de Canela Gavrila y Mariela Rubinzal, sobre las asistentes sociales egresadas de la Universidad Nacional de La Plata y de la Universidad Nacional del Litoral, se complejiza el sentido de la feminización de las Visitadoras de Higiene y Asistentes Sociales. Gavrila en “Prevenir y persuadir. La radio y las Visitadoras de Higiene en las décadas de 1930 y 1940 en la ciudad de La Plata” se centra en el estudio de las intervenciones de estas mujeres en la radio a partir de sus conferencias. En este sentido abre una perspectiva novedosa ya que brinda un corpus de fuentes original, hasta el momento no explorado para la investigación histórica, que permite analizar el modo en que las jóvenes profesionales utilizaron los medios masivos de comunicación tanto para convencer a la población de acercarse a los dispensarios de salud, como también para persuadir y exhortar a profesionales y gobernantes acerca de su compromiso con la sanidad de madres, niños y de la sociedad. Las intervenciones radiales fueron una posibilidad bien aprovechada por las Visitadoras para entrar en “complicidad” con sus interlocutoras -otras mujeres- y acortar la distancia entre aquello considerado exclusivo de la esfera privada e individual y lo público donde el Estado y la legislación debían inmiscuirse. De este modo, el artículo pone en tensión la noción del ejercicio de la Visitadora como actividad destinada a mantener inalterable o reforzar el orden tradicional en lo que respecta a las relaciones y roles de género. En una dirección similar, pero con resultados diferentes, Rubinzal en “Volviendo a los orígenes del servicio social. El caso de la Escuela de asistentes sociales de Santa Fe” recorre el desarrollo de las Asistentes Sociales en el Estado provincial. La agencia estatal, al modernizar sus dependencias, buscó en sus intervenciones la forma de mejorar la eficiencia y la racionalización de la acción del Estado. Esta mediación no estuvo libre de conflictos ya que el proceso de incorporación de estas mujeres significó la intervención del Estado en una esfera hasta entonces librada a la inciativa privada. Rubinzal afirma que las asistentes sociales introdujeron nuevas prácticas para llegar a los sectores populares pero no dejaron de reproducir patrones sociales y culturales tradicionalistas dentro de las cuales fueron formadas como profesionales. Ambos trabajos tienen en común que se posicionan en el estudio de las asistentes sociales, nos aportan las experiencias de estas mujeres en lugares alejados de la ciudad de Buenos Aires y nos indican la importancia de estudiar la singularidad de cada caso. Señalan que la feminización no es indicativa de un unívoco recorrido y puede adquirir diferentes sentidos. Estudiar los procesos profesionales de las asistentes sociales en La Plata y Santa Fe constituye una invitación para rastrear este proceso en otros lugares diferentes a los habitualmente trabajados.
José Buschini trabaja en “Surgimiento y desarrollo temprano de la ocupación de dietista en la Argentina”, la conformación profesional de las dietistas, antecedente de las nutricionistas. Una actividad desarrollada en el momento que la alimentación humana concitó gran atención para una multiplicidad de actores sociales y cuando la necesidad de resolver problemas vinculados con la producción, la comercialización y el consumo de los alimentos favoreció la expansión de mercados laborales asociados a ella. Su aporte es original, por lo menos en dos sentidos. En primer lugar, porque aborda una ocupación feminizada desde sus inicios, que hasta el momento, nunca había sido estudiada y que tiene la singularidad de haber sido estimulada de manera externa y no por sus propias agentes. No fueron las dietistas sino un médico de destacada trayectoria: Pedro Escudero, el principal impulsor de las prerrogativas conseguidas por la nueva ocupación. En segundo lugar, porque desde un utilliaje teórico sofisticado, que proviene de la sociología de las profesiones, tensiona sus aportes de manera contraria a lo que propusieron algunos estudios realizados en clave feminista, y demuestra como esta actividad estuvo ligada y subordinada al mismo tiempo a los lineamientos ideológicos de género y al del ordenamiento jerárquico de las ocupaciones sanitarias.15 Finalmente, y estableciendo una diferencia con otras ocupaciones feminizadas, las dietistas encontraron pocos obstáculos para desarrollarse ya que lograron desempeñarse en agencias estatales y su inserción en el mercado laboral no fue dificultosa.
En “Poliomielitis, rehabilitación y los “etcétera” del cuidado: visitadoras, nurses y voluntarias”, Daniela Testa ofrece un panorama de la multiplicidad de tareas que demandó a quienes se vieron interpeladas para cuidar, rehabilitar y asistir a quienes sufrieron secuelas de los reiterados brotes de poliomielitis en la Argentina durante la primera mitad del siglo XX. A partir del concepto de performance de la discapacidad estudia, con profundidad, la impronta que las formas de cuidar le imprimieron a los modos de tratar la enfermedad y la discapacidad motriz y que perduraron a lo largo del siglo XX. Testa recupera una antigua pareja formada por la filantropía femenina y la medicina, y algunos aspectos de la relación entre beneficencia y asistencia, voluntariado y profesionalización. Explora la intervención de actoras no siempre incorporadas a los estudios de este tipo, las voluntarias. Agentes esenciales para la materialización de la asistencia de los niños afectados que lograron complejizar las nociones de cuidado al incluir nuevos aspectos de tipo afectivo y espiritual a las prácticas de naturaleza médica.
Carla Reyna propone reflexionar sobre unos de los períodos históricos, menos transitados en los estudios sociales de la salud y la enfermedad: la segunda mitad del siglo XX. En “La profesionalización de la educación sanitaria en la Argentina de los años sesenta: influencias internacionales, circuitos académicos y núcleos de formación técnica”, nos introduce en las ideas impartidas por los organismos internacionales de salud en torno a la importancia de estimular instancias de educación sanitaria con el objetivo de promover el “desarrollo” y la “modernización”, y prevenir conflictos de orden social. Desde un conjunto de publicaciones sanitarias se impulsaron ideas, consejos y lineamientos para estimular pautas higiénicas y modernas. Las educadoras sanitarias ocuparon un lugar relevante en el dispositivo ideal para combatir enfermedades y darle modernidad a los hábitos de higiene pero en un esquema de jerarquías estrictas. Este proceso, no libre de tensiones y conflictos, fue conducido por quienes portaban saberes específicos, profesionales con postgrados muchas veces obtenidos en el exterior quienes entraban en roces con otros actores del mundo sanitario. A este panorama, se sumó, la fragmentación y heterogeneidad de las propuestas de formación de personal calificado que agregaron complejidad al panorama. Reyna señala la creación de la primera carrera de “Educador Sanitario” en la Argentina en 1976 en la provincia de Santiago del Estero, alineada con las recomendaciones de los organismos internacionales y de escolarización intensiva, como un momento clave en la agenda de la formación profesional de las educadoras sanitarias.
Estos artículos proporcionan elementos para valorar la importancia para los estudios históricos de establecer diálogos a extramuros, con otras disciplinas y abordajes que les permitan complejizar la mirada y ampliar los repertorios de investigación. Finalmente, dan cuenta de la relevancia que tiene analizar las singularidades a través de investigaciones precisas que permitan poner en juego y en contraste nociones establecidas que pueden opacar el análisis. Someter al escrutinio de las fuentes y de los procesos concretos los sentidos posibles y resultados de la feminización, las nociones de carrera y de desarrollo profesional en clave de género, recontruir las trayectorias laborales y profesionales, son sólo algunos de los temas que promueven preguntas para futuras indagaciones.
Por último, agradecemos a Paula Caldo quien, desde la revista Avances del Cesor, nos invitó a pensar esta propuesta y a María Fernanda Lorenzo, María Pozio y Ana Malimacci quienes, con sus agudos comentarios, nos llevaron a repensar diferentes aristas de esta temática en el I Taller de profesiones sociosanitarias: Género e historia realizado en el Instituto Interdiscipinario de Estudios de Género de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires el 6 de mayo del 2016.

Notas

1 Véase reacciones en la Argentina en Suplemento de Página 12, “Rata de Laboratorio”, disponible en <http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/13-9831-2015-06-26.html> [Consulta: 20 de mayo de 2016]

2 . Algunos de los trabajos que que se han ocupado tempranamente del tema son: PATEMAN, Carole, “Equality, difference, subordination: the politics of motherhood and women’s citizenship”, en BOCK, Gisella y JAMES, Susan (editors) Beyond equality and difference, Routledge, London, 1992; SCOTT, Joan Wallach, “El género una categoria útil para el analisis histórico” en AMELANG, James y NASH, Mary (editors) Historia y género: las mujeres en la Europa moderna y contemporánea, Edicions Alfons el Magnanim, Institució Valencina d Estudis i Investigació, Valencia, 1990, pp. 265-302; BOCK Gisela y THANE, Patricia (coordiadoras) Maternidad y políticas de género: la mujer en los estados de bienestar (1880-1950), Cátedra, Madrid, 1996.

3 NARI, Marcela, Políticas de maternidad y maternalismo político, Biblos, Buenos Aires, 2004; NARI, Marcela, “La educación de la mujer (o acerca de cómo cocinar y cambiar los pañales de un bebé de forma científica)”, en Mora. Revista del Área Interdisciplinaria de Estudios de la Mujer, Buenos Aires, 1995, N° 1, pp. 31-45.

4 Entre las médicas puede mencionarse a Cecilia Grierson, Alicia Moreau, Petrona Eyle, Julieta Lanteri, Elvira Rawson y Sara Justo la primera dentista mujer. LAVRIN, Asunción, Women, Feminism & Social Change in Argentina, Chile, & Uruguay, 1890 - 1940, University of Nebraska Press, Lincoln and London, 1995; VALOBRA, Adriana (editora) Mujeres en espacios bonaerenses, EDULP, La Plata, 2009; BARRANCOS Dora, Inclusión /Exclusión. Historia con Mujeres, FCE, Buenos Aires, 2001; BARRANCOS, Dora, Mujeres en la Sociedad Argentina. Una historia de cinco siglos, Sudamericana, Buenos Aires, 2012; LOBATO, Mirta, Historia de las trabajadoras en la Argentina (1869-1960), Edhasa, Buenos Aires, 2007; LORENZO, María Fernanda, Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a la Universidad. Las académicas de la Universidad de Buenos Aires en la primera mitad del siglo XX, Eudeba, Buenos Aires, 2016; RAMACCIOTTI, Karina y VALOBRA, Adriana, “Modernas esculapios: acción política e inserción profesional, 1900-1950”, en SCARZANELLA, María Eugenia y LIZETTE, Jacinto (compiladores) Género y Ciencia: hombres, mujeres e investigación científica en América Latina, siglos XVIII-XX, Colección Estudios AHILA de Historia Latinoamericana, V. VIII, Asociación de Historiadores Latinoamericanistas Europeos, Madrid/Frankfurt, 2011; VALOBRA, Adriana, “Recorridos, tensiones y desplazamientos en el ideario de Alicia Moreau”, en Nomadías, Santiago, 2012, N° 5, pp. 139-169; RAMACCIOTTI, Karina, “Los entrecruzamientos de los saberes técnicos y estatales. El caso de Telma Reca”, en FIORUCCI, Flavia y RODRíGUEZ, Laura (compiladoras) Intelectuales de la educación y el Estado: maestros, médicos y arquitectos, (en edición); RUBINZAL, Mariela, Historia de la Escuela de Servicio Social de Santa Fe (1943-2013), UNL, Santa Fe, 2014.

5 SALESSI, Jorge, Médicos, maleantes y maricas. Higiene, criminología y homosexualidad en la construcción de la nación Argentina. Buenos Aires: 1871-1914, Beatriz Viterbo Editora, Rosario, 1995, p. 234. Para un recorrido por las alternativas del trabajo femenino y feminizado: LOBATO, Mirta Zaida, Historia de las trabajadoras en la Argentina (1869-1960), Edhasa, Buenos Aires, 2007; LIONETTI, Lucía , La misión política de la escuela pública. Formar ciudadanos para la república (1870-1916), Miño y Dávila, Buenos Aires, 2007; QUEIROLO, Graciela, “Dactilógrafas y secretarias perfectas: el proceso de feminización de los empleos administrativos (Buenos Aires, 1910-1950)” en Historia Crítica, Universidad de los Andes Colombia, Bogotá, 2015, Nº 57, pp. 117-137.

6 BRAVO, Celia y LANDABURU, Alejandra, “Maternidad, cuestión social y perspectiva católica. Tucumán, fines del siglo XIX”, en GIL LOZANO, Fernanda et al., Historia de las mujeres en Argentina, Taurus, Buenos Aires, 2000; RAMACCIOTTI, Karina, “El Museo Social Argentino y el Primer Congreso de Población de 1940”, en Sociohistórica. Cuadernos del Centro de Investigaciones Sociohistórica, La Plata, 2004, Nº 13 y 14.

7 CIAFARDO, Eduardo, “Las damas de Beneficencia y la participación social de la mujer en la ciudad de Buenos Aires, 1880-1929”, en Anuario del IEHS, Tandil, 1990, T. V, pp. 161-170; LORENZO, Fernanda; REY, Ana Lía y TOUSSOUNIAN, Cecilia, “Imágenes de mujeres virtuosas: moralidad, género y poder en la Argentina de entreguerras”, en LOBATO, Mirta Zaida (editora) Cuando las mujeres reinaban. Belleza, virtud y poder en la Argentina del siglo XX, Biblos, Buenos Aires, 2005.

8 GUY, Donna, Las mujeres y la construcción del Estado de Bienestar. Caridad y creación de derechos en Argentina, Prometeo Libros, Buenos Aires, 2011.

9 GONZALEZ LEANDRI, Ricardo, Curar, persuadir, gobernar. La construcción histórica de la profesión médica en Buenos Aires, 1852-1886, Biblioteca de la Historia de las Américas, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 1999; BELMARTINO, Susana, Historias comparadas de la profesión médica. Argentina y Estados Unidos, Miño y Dávila, Buenos Aires, 2011.

10 Véase nota al pie 4 además de MARTIN, Ana Laura, “Mujeres y enfermería: una asociación temprana y estable (1886-1940), en BIERNAT, Carolina, CERDÁ, Juan Manuel y RAMACCIOTTI, Karina (directores) La salud pública y la enfermería en la Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2015, pp. 257-286; RAMACCIOTTI, Karina y VALOBRA, Adriana, “Feminización y profesionalización de la enfermería (1940-1955)”, en BIERNAT, Carolina, CERDÁ, Juan Manuel y RAMACCIOTTI, Karina (directores) La salud pública y la enfermería en la Argentina, Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2015 pp. 287-314.

11 SOPRANO, Germán, “Agencias estatales y procesos de configuración profesional”, en BIERNAT, Carolina y RAMACCIOTTI, Karina (editoras) Historia de la salud y la enfermedad. Bajo la lupa de las ciencias sociales, Biblos, Buenos Aires, 2014; POZZIO, María, “Análisis de género y estudios sobre profesiones: propuestas y desafíos de un diálogo posible -y alentador”, en Revista Sudamérica, Mar del Plata, 2012, N° 1, pp. 99-129.

12 FREIDSON, Eliot, La profesión médica. Un estudio sobre sociología del conocimiento aplicado,Península, Barcelona, 1970; SARFATTI LARSON, Magalí, “Acerca de los expertos y los profesionales o la imposibilidad de haberlo dicho todo”, en Revista de Educación, Madrid, 1990, número extraordinario, pp. 201-225.

13 WITZ, Anne, Professions and Patriarchy, Routledge, London, 1992.

14 GRASSI, Estela, La mujer y la profesión de asistente social: el control de la vida cotidiana, Humanitas, Buenos Aires, 1989, pp 159-161; OLIVA, Andrea, Trabajo social y lucha de clases, Imago Mundi, 2007, pp. 69-70; PARRA, Gustavo, Antimodernidad y Trabajo Social. Orígenes y expansión del Trabajo Social Argentino, Buenos Aires, Espacio Editorial, 2007, pp. 65- 70; WITZ, Anne, Professions and Patriarchy…, Op.Cit y nota al pie 4 y 9.

15 VALOBRA, Adriana y RAMACCIOTTI, Karina, “Profesión, vocación y lealtad en la enfermería
peronista”, en BARRY, Carolina; RAMACCIOTTI, Karina y VALOBRA; Adriana (editoras) La Fundación Eva Perón y las mujeres: entre la provocación y la inclusión, Biblos, Buenos Aires, 2008.

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6. CIAFARDO, Eduardo, “Las damas de Beneficencia y la participación social de la mujer en la ciudad de Buenos Aires, 1880-1929”, en Anuario del IEHS, Tandil, 1990, Nº 5, pp. 161-170.

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Recibido: 25/06/2016.
Aceptado: 17/10/2016.
Publicado: 30/12/2016.

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