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Estudios de historia de España

versión On-line ISSN 2469-0961

Estud. hist. Esp. vol.20 no.1 CABA jul. 2018

 

ARTÍCULOS

La huella de Cervantes en la real colección de fotografía*

 

The trace of Cervantes in the royal collection of photography

A impressâo do Cervantes na real coleccao de fotografia

 

Reyes Utrera Gómez**
Conservadora de Fotografía Histórica, Patrimonio Nacional

*Fecha de recepción del artículo: 10/03/2017. Fecha de aceptación: 19/06/2018.
** Licenciada en Historia Moderna por la Universidad Complutense de Madrid. Desde 2002 es Conservadora de la colección de Fotografía Histórica del Archivo General de Palacio (Patrimonio Nacional. Dirección postal: Palacio Real de Madrid, C/ Bailen s/n, 28071, Madrid, España, e-mail:  reyes.utrera@patrimonionacional.es

 


Resumen
La celebración del cuarto centenario de la muerte de Don Miguel de Cervantes Saavedra nos brinda la ocasión de dar a conocer todo un corpus fotográfico generado en torno a las diversas facetas a que alcanza la iconografía cervantina. Su estudio nos ha permitido situar correctamente algunas de las imágenes que son un clásico en la historia de la fotografía española.

Palabras Clave: Miguel de Cervantes; fotografía; Casa de Cervantes.

Abstract
The celebration of the fourth centenary of Michael of Cervantes Saavedra's death offers to us the opportunity to announce the whole photographic corpus generated concerning the diverse facets reached by Cervantine iconography. His study has allowed us to identify correctly some of the images that are the classic one in the History of Spanish Photography.

Key words: Cervantes; Photography; Cervantes's house

Resumo
A celebracâo do quarto centenario da morte de Miguel de Cervantes brinda-nos a ocasiâo de dar a conhecer todo um corpus fotográfico gerado em torno das diversas facetas a que atinge a iconografía cervantina. Seu estudo permitiu-nos situar correctamente algumas das imagens que sao um clásic na História de Fotografía española.

Palavras-chave: Miguel de Cervantes; fotografía; Casa de Cervantes


 

La atracción por la figura del español más universal, Miguel de Cervantes Saavedra, su vida, personajes y obra, ha generado a lo largo de la historia no pocas e importantes obras de pintura, tapicería y otras bellas artes que se encuentran en las colecciones reales y recientemente se han dado a conocer en diferentes eventos celebrados en el palacio real de Madrid.1 Siguiendo esta línea de investigación, auspiciada por la celebración del IV Centenario de su muerte, consideramos que es el momento de mostrar la apuesta por la modernidad que supuso la llegada de la fotografía al ámbito cortesano, y como desde los primeros tiempos del nuevo medio el tema cervantino tuvo su lugar en cada uno de los reinados en los que se fraguó la real colección. La reina Isabel II, consciente de las enormes posibilidades que ofrecía la fotografía, se interesó por ella, y durante su reinado se gestó la génesis de una de las colecciones más importantes de España.2 Desde el momento en que se dio a conocer el invento de Daguerre, irá llegando a la corte un ingente volumen de material fotográfico, presentado en el más amplio abanico de posibilidades que suscitó y se generó desde los inicios del descubrimiento. Procedentes en una pequeña parte del Ministerio de Estado, como regalos venidos de otras cancillerías, y en otra mayoritaria, por vía interna de la Casa Real, a través de la Mayordomía Mayor, la Intendencia General y la Secretaría de la Reina, nos llegan los primeros procesos fotográficos, y algunos de los más espléndidos álbumes de fotografías que se custodian en la Biblioteca Real y que en su totalidad prácticamente llegan al millar de ejemplares. La apuesta y la afición de los distintos miembros de la familia real, como el infante Sebastián Gabriel, por la nueva tecnología de la imagen, fue ampliando este corpus. Tanto el rey consorte Francisco de Asís como la infanta Isabel y la infanta Paz fueron algunos de los primeros aficionados en la Casa Real a coleccionar desde los inicios retratos y demás géneros fotográficos, como así lo acreditan los inventarios de sus pertenencias. El material gráfico procedente del Cuarto de la Reina Regente constituye otra de las grandes aportaciones que completan la colección de fotografía en lo que al siglo XIX se refiere. El grueso de la fotografía del siglo XX procede de la Secretaría Particular del rey Alfonso XIII. La celebración del cuarto centenario de la muerte del más insigne escritor de las letras españolas, nos brinda la ocasión de bucear en la Real Colección de Fotografía y dar a conocer todo un corpus fotográfico generado en torno a las diversas facetas a que alcanza la iconografía cervantina.3

Alrededor de 150 positivos fotográficos conforman esta serie temática que se reparte por igual en torno a la figura y vida de Cervantes y a su obra más universal, el Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. La fotografía fue desde sus orígenes el mejor testigo para dar a conocer tanto los lugares y recuerdos que fueron jalonando su vida, como las importantes representaciones procedentes del diseño arquitectónico, la estatuaria, la representación pictórica y las más exquisitas muestras de la tapicería española con que se homenajeó a la figura española más universal.

La edad de oro de la fotografía coincidió con la revalorización del Quijote desde la óptica del romanticismo y el historicismo, convertido ya en un clásico de la literatura universal. Don Quijote se convierte en símbolo del hombre que lucha por los ideales del espíritu sin que le arredren los obstáculos. En ese momento se publicaron ediciones eruditas y anotadas, acompañadas de biografías y estudios sobre Cervantes, algunas de ellas adornadas con bellas ilustraciones. En este contexto situamos la primera de las imágenes, un positivo a la albúmina firmado por el fotógrafo Joan Martí (1832-1902), de la Casa llamada de Medrano en Argamasilla de Alba, que se publicó en la biografía Vida de Miguel de Cervantes Saavedra escrita por Jerónimo Morán y publicada en Madrid en 1863.4 Con toda probabilidad esta imagen se tomó con motivo de la adquisición y recuperación de la casa en la que, según la tradición, Cervantes escribió la primera parte del Quijote, por parte del infante Sebastián de Gabriel y Braganza (1811-1875). 5 Una exquisita muestra de la fotografía documental en la que primaba lo etnográfico, popular y tradicional de la realidad social del momento.

El Infante, exquisito conocedor, amante y defensor de la cultura española, además de ser el primer miembro de la familia real seducido por la fotografía, y en cuya práctica destacó con su exquisita serie de retratos, en su condición de Gran Prior de la Orden de San Juan, adquirió  en mayo de 1862 la casa de Argamasilla de Alba, con objeto de paliar el lamentable estado de deterioro en que se encontraba la modesta construcción, y con el fin de conservar todos los objetos materiales que recordaran a Cervantes, como venerado monumento destinado a perpetuar los días de lozana imaginación del manco de Lepanto, en que escribía la novela que lo consagró  como autor cumbre de la literatura universal.6

Un año más tarde, tras la restauración y adecentamiento de la humilde construcción, el Infante colaboró con el impresor Manuel de Rivadeneyra para que en la propia casa se publicaran dos ediciones de la obra de El Quijote, y la prensa de la época se hizo eco de la visita del Infante Sebastián del 9 de Mayo de 1863 a la Casa de Medrano, donde a instancias del impresor tiró el primer pliego de la edición mayor.7 [fig.1]

Directamente relacionado con la imagen anterior, se encuentra la reproducción fotográfica del famoso grabado de Bouvier con la errónea atribución al rostro de Cervantes, que poco tiempo después, sería perfectamente resuelta descartando la posible fisonomía del ilustre escritor, por Valentín Caderera.8 La imagen también procede del archivo del infante Sebastián Gabriel, cuya controvertida historia queda claramente explicada en su razón de ser en la correspondencia de Eugenio de Avinareta y Valentín Carderera con el Infante Sebastián Gabriel, que a continuación transcribimos por su interés en torno a la historia del cuadro a partir del cual se realizó dicho grabado.9 [fig.2]

"Serenísimo Señor
Tengo el honor de incluir a V.A.S. un ejemplar del retrato de busto de Miguel de Cervantes Saavedra, que he hecho fotografiar en pequeño, por un amigo mío, del magnífico grabado de Mr. Bouvier de Ginebra, que como dije a V.E. en su anterior escrito, lo tengo en mi gabinete.

No tengo la menor duda de que el cuadro original que vi y examiné detenidamente en el Museo de Lausanne, estaba pintado por el amigo de Cervantes D. Juan de Jáuregui y Aguilar, pintor y caballero del hábito de Calatrava, y caballerizo de la reina Dª Isabel de Borbón, mujer de Felipe IV que estudió pintura en Roma.

Nuestro Señor que de importante vida a V.A.R. muchos años,
Madrid 5 de Junio de 1862".

Jáuregui debió retratar a su amigo Cervantes en Madrid (donde residían ambos) al regreso del viaje de la Mancha, donde le jugaron tan mala pasada el Alcalde y Concejales del pueblo de Argamasilla de Alba, que le tuvieron preso, sin duda en la misma sala que pintó y retrató a Cervantes, Jáuregui y está en su cuadro original; aunque Cea Bermúdez creyó que el retrato lo pintó en Sevilla.

"El retrato de Cervantes pintado por Pacheco o Jáuregui, existe, lo he visto con mis ojos y besado con mis labios; está en el Museo de Lausanne en Suiza.
En mis largas y aciagas peregrinaciones en ambos mundos, me tocó en 1840, emigrar a Ginebra, donde residí hasta el año 1844. Visité muchas veces el pequeño Museo de aquella república. El trato y roce frecuente con los pintores y amantes de las bellas artes, me suministraron la primera luz acerca de la existencia del retrato original de Cervantes, que habría estado depositado por su dueño durante algunos años, en el museo de Ginebra, y luego pasó al de Lausanne, en el cantón de Vaud.

Mis amigos en Ginebra me proporcionaron relaciones de Lausanne, y para el pueblecito inmediato de Morge, donde residía Mr. Briere, dueño actual del cuadro. Bajo de estos auspicios tuve la satisfacción de pasar a Lausanne, de ver y examinar por mí mismo y muy detenidamente aquel hermoso cuadro que estaba en un perfecto estado de conservación, y solo le hacía falta una buena forración. He aquí lo que puedo recordar, después del transcurso de tantos años.

El cuadro es apaisado. Tiene como dos varas y media de ancho y sobre vara y media de alto. Representa una sala modesta y en medio de ella una mesa con tapete hermoso. Al lado de la mesa está Cervantes, de pie, pintado de cuerpo entero, vestido de seda, a la antigua española y en ademán de señalar con su mano derecha un andén, sostenido en la pared, por dos o tres cuerdecitas, a manera de los que forman los presos de las cárceles, para colocar sus libros, el que los tiene. En el andén o estante hay únicamente dos o tres tomos en cuarto mayor y encuadernados en pergamino con los rótulos en los tomos que dicen: D. Quixote de la Mancha.

La estampa de Cervantes es una hermosa figura, y de hermoso colorido todo el cuadro. El rostro es bello y Cervantes está representado a la edad de los 60 años. La cabeza muy poblada de pelo canoso y su gran bigote y barba. Es la verdadera efigie de un castellano viejo con aire sarcástico y burlón. Es tal como se pinta a sí mismo en el prólogo de las novelas ejemplares. El pañuelo o mascada de seda encarnada que tiene en el bolsillo de la chapa o chaquetilla, es de los hermosos encarnados que se fabricaban en su tiempo en los telares de Toledo; y las bellotitas de la chupa están pintadas con mucha gracia.

En 1825, la Sociedad de Bellas Artes de Ginebra, resolvió costear el dibujo y el grabado del busto del retrato de Cervantes, confiando su ejecución al hábil grabador de aquella ciudad, Mr. Bouvier, que lo ejecutó admirablemente. La lámina se llevó a París para estamparla y solo se tiraron 50 ejemplares de los que tengo uno, acaso el único que hay en España. La lámina volvió a Ginebra y existe allí arrinconada, por falta de estampador.
Pasaré a hacer a V.A. una breve reseña de la historia de este cuadro notable, por las noticias que me ha suministrado su dueño Mr. Briere, y otros amigos de aquel país ilustrado y amante de las ciencias y de las artes.

El padre de Mr. Briere, a principios de este siglo era un comerciante de sedas bien acomodado en Lyon. Sus relaciones mercantiles unidos a su probidad (probidad es honradez), le granjearon muchas afecciones en el comercio de Madrid, y la introducción en Palacio con algunos individuos de la real servidumbre; por este medio logró ver un depósito de cuadros que  estaban arrinconados mucho tiempo hacia un camaranchón, en concepto de desechados: empleó todas las mañas que consiguió se lo vendieran o cambiasen un gran numero de ellos por telas de seda, y entre las cuales estaba el retrato original de Cervantes, de que es objeto este escrito.

Mr. Briere, que tenía gusto, facultades y alguna tintura de las bellas Artes le entró la afición de formar un gabinete de pinturas en Lyon, principiando por las que compró en la real estancia.

A mediados del año 1807, no se sabe cómo llegó a noticias del rey D. Carlos IV, que existía el retrato original de Cervantes en Lyon en la galería de pinturas de Mr. Briere. El rey mandó al Conde de Cabarrus para que negociase la adquisición del cuadro. En efecto el Conde de Cabarrus, como francés de nacimiento y valiéndose sin duda de su casa de comercio de Bayona, abrió tratos con Mr. Briere y quedó ajustada la venta del cuadro en cinco mil duros; más al poco tiempo sobrevinieron en España los desgraciados y ruidosos acontecimientos de 1808, e impidieron la realización del contrato de venta. Carlos IV y la familia real de España, fueron violentamente trasladados a Francia, la España se convirtió en caos y el cuadro se quedó en Lyon en poder de su dueño Mr. Briere.

Muerto éste, su hijo y heredero se trasladó a Suiza y se estableció en Ginebra, llevando consigo la galería de pinturas de su padre, y creo que también a estudiar la medicina en el instituto científico de aquella ciudad. En 1840, era médico titular de Morge, pueblecito del Lago de Ginebra, muy próximo a Lausanne. En la entrevista que tuve con Mr. Briere, éste me manifestó deseos de venderme el cuadro, pero yo estaba emigrado de mi patria y falto de recursos.

Un pintor de nombradía europea, natural y residente en Ginebra, me animó a que lo comprase por tres mil francos, cantidad que por entonces y en su concepto estimaba Mr. Briere, su precioso lienzo. El mismo pintor me dijo ‘es un gran cuadro y original de la escuela española, y si no es de Velázquez, como lo creemos nosotros y se dice debajo del grabado de Mr. Bouvier, es de su suegro y maestro Pacheco, o de algún discípulo suyo'.

Yo regresé a España en 1844 y he guardado silencio, sin hacer ninguna gestión, temiendo despertar la curiosidad y que el cuadro fuese a parar a manos de algún traficante en pinturas, y que lo vendiese en un museo extranjero y desapareciese para siempre la posibilidad de restituirlo a su patria.

Esta es, Serenísimo Sr., la sucinta y sencilla relación de la historia, existencia y paradero del retrato original del inmortal Miguel de Cervantes Saavedra.

V.A. en vista de mi relato, ajustado en todo a la verdad, determinará lo que le parezca más conveniente, y en el caso que se resuelva a adquirirlo, que V.A. tenga presente las indicaciones que puedo hacer, para que la negociación se entable y dirija con acierto; y evitar de ese modo el que su dueño pida un precio fabuloso, sabiendo que S.A. es el que desea comprarlo.

El magnífico grabado del busto de Cervantes, ejecutado por el hábil grabador de Ginebra Mr. Bouvier lo tengo en mi gabinete a disposición de S.A. por si gusta verlo y fotografiarlo.

Mi opinión, salvo la superior de S.A., es que igualmente se debe buscar en Londres o París al grabador más hábil que se conozca, y confiarle el busto de Cervantes grabado por Mr. Bouvier, para que copie una lámina de acero, exactamente igual al modelo que se le entrega, o de superior mérito; no pudiendo ejecutarse por ahora en España semejante trabajo, con la perfección que se necesita porque por desgracia ya no tenemos artistas del mérito de un Manuel Salvador Carmona, un Selma, un Estévez y otros del siglo pasado y principios del presente ejecutando este trabajo, con la grandiosidad que es de esperar, se debe estampar y colocar el retrato de Cervantes al frente de la Edición Monumental del Quijote de la Mancha que se trata de llevar a cabo en el pueblo de Argamasilla de Alba, bajo la dirección del sin-igual editor Rivadeneira,

Nuestro Señor que de importante vida a V.A. muchos años,
Madrid a 30 de mayo de 1862,
Eugenio de Avinareta
Intendente militar, jubilado. Calle del Barco, n2.10

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"Serenísimo Señor
Por el examen de las dos cartas del MD Eugenio de Avinareta me he convencido de que el retrato de fotografía atribuido a Cervantes es el mismo que tiene el cuadro en que está representado de cuerpo entero un personaje señalando a unos volúmenes del Quijote. Yo conozco la estampa grande admirablemente grabada, la reprodujo el periódico francés la Ilustración con un artículo de Viardot quien intentaba probar que el cuadro no solo representaba a Cervantes sino que estaba pintado por Velázquez, siendo este muy joven! Yo rebatí tanto disparate en una nota del impreso que hizo sobre los retratos de Colón, probando que de ningún modo se había intentado representar a Cervantes en esa cabeza innoble, la forma de su nariz es diferente en la que el mismo autor se retrata, ni el corte de la cabellera ni el bigote, se parece de los usados en tiempo de Felipe II ni de su hijo, la valona menos, se usó más tarde, y los acuchillados de la rapillao jubón no eran tan menudos en España ni en Francia o Flandes.  Confiado en dicha estampa se representa puntualmente uno de aquellos franceses de la fronda del tiempo de Luis XIII y la primera obra de algún flamenco cerca de Philipe Champagne que trabajó en la corte de aquel monarca,
Valentín Carderera"11

La siguiente alusión cervantina aparte de constatar la actualidad del mítico personaje de la Mancha en la época isabelina, nos brinda la ocasión para situar correctamente a la famosa comparsa protagonizada por el brigadier de marina Trinidad García de Quesada con su espléndida caracterización del ingenioso hidalgo en el baile de trajes, celebrado en 1861 en el palacio de los Duques de Medinaceli. Tradicionalmente la bibliografía venía aceptando que dichas fotografías de Ángel Alonso Martínez se debían al famoso baile de disfraces de los Duques de Fernán Núñez del año 1862.12   

[fig.3] Gracias a la completa información reseñada en la prensa de la época, no hay dudas de que estas imágenes se tomaron con motivo de la fiesta celebrada el día primero de abril de 1861 en el palacio de los Duques de Medinaceli.  El diario La Corona y El Contemporáneo entre otros recogen con todo detalle la información del evento, incluso dando noticia del reportaje fotográfico:

"Ayer, el fotógrafo Alonso Martínez copió con sus respectivos trajes, y formando uno y más grupos e individualmente, a los 19 individuos que formaron la cuadrilla de Don Quijote, en el baile de los Duques de Medinaceli". 13

 

El AGP conserva tres de estos retratos de grupo en que se recrea la escena de Don Quijote en la corte de los duques de Villahermosa, y que según todas las crónicas fue la que más interés despertó, por la propiedad y lucimiento con que se representaron las más notables figuras del Quijote. En la primera de ellas, protagoniza el retrato la condesa de Vilches en el papel de bella Dorotea ataviada de boda, de blanco y oro, junto al duque de Fernán Núñez caracterizado de su esposo Don Fernando con gabán de velludo y pieles, luciendo sobre su ropilla negra el collar y la encomienda de Calatrava.

[fig.4] El brigadier Trinidad Quesada, armado de don Quijote, cubierto con el áureo yelmo de Mambrino y apoyado en su lanza, y el caballero Nicolás en el papel de Sancho, los caballeros Loigorri y Dameto caracterizados de cuadrilleros de la Santa Hermandad. A la izquierda del ingenioso hidalgo la duquesa de Fernán Núñez y el marqués de Bedmar en el papel de duques de Villahermosa. La primera por la izquierda es una señorita de Roca ataviada de la pastora Marcela, y a la derecha José Álvarez de Toledo como Cardenio al lado de Luscinda, la rival de Dorotea en la persona de una señorita de Gor.14

La segunda imagen que realizó Alonso Martínez de la comparsa deja ver la rica silla de manos en la que hizo su aparición la duquesa de Fernán Núñez caracterizada de duquesa de Villahermosa. Los pajes que aparecen en la fotografía son los hijos de los marqueses de Perales y Sierra Bullones. A la derecha la marquesa de Molins como doña Clara junto a don Fernando. En el centro la condesa de Esclafani en el papel de la venerable dueña doña Rodríguez en conversación con Sancho, mientras don Quijote saluda a doña Cristina representada por una de las niñas de Gor.15 La comparsa posa para el fotógrafo en la tercera de las imágenes.16

En el diario La Correspondencia de España menciona también a José de Albiñana entre los fotógrafos encargados de inmortalizar el evento.17 Algunos de los retratos individuales que tomó Alonso Martínez se encuentran repartidos en uno de los álbumes de cartes de visite de la colección de Isabel II.18

La gran influencia que ejerció Cervantes y su obra en el Romanticismo, y su repercusión en el marco de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes (1853), son la razón del siguiente registro cervantino. A lo largo de los 17 certámenes celebrados en la segunda mitad del siglo XIX, los temas cervantinos alcanzan la considerable cifra de 73 obras. La Exposición Nacional de Bellas Artes de 1862 fue la primera en ser fotografiada, y su registro gráfico se debió al afamado objetivo de J. Laurent.19 Las fotografías de las obras premiadas se vendían en varios tamaños en la propia exposición y en su establecimiento de la Carrera de San Jerónimo, y así se anunciaba en la prensa de la época.20 La Real Biblioteca custodia en un suntuoso álbum encuadernado en terciopelo granate, la colección fotográfica completa de las obras premiadas, y entre ellas se encuentra la reproducción de una obra de temática cervantina, "El entierro del pastor Crisóstomo", de Manuel García "Hispaleto". La pintura representa el momento de la aparición de Marcela cuando, Vivaldo, uno de los amigos de Crisóstomo: [fig.5]

"queriendo leer otro papel de los que había reservado del fuego, lo estorbó una maravillosa visión - que tal parecía ella - que improvisadamente se les ofreció a los ojos; y fue que, por cima de la peña donde se cavaba la sepultura, pareció la pastora Marcela, tan hermosa, que pasaba a su fama su hermosura. Los que hasta entonces no la habían visto la miraban con admiración y silencio; y los que ya estaban acostumbrados a verla no quedaron menos suspensos que los que nunca la habían visto". 21

La predilección y fortuna que en el siglo XVIII alcanzó la tapicería inspirada en la  historia de don Quijote, generada por la nostalgia por el universo caballeresco de héroes y paladines, así como el carácter satírico y los aspectos cómicos de las andanzas de don Quijote, explica la presencia de las siguientes imágenes. Pues en el último cuarto del siglo XIX, consecuencia del renacido interés por la herencia textil del pasado, a iniciativa del rey Alfonso XII, y en su celo por conservar tan preciada colección, dispuso que la afamada casa Laurent llevara a cabo su reproducción fotográfica, para facilitar su conocimiento, y poder suministrar pruebas para su identificación y hallazgo en caso de pérdida. Jean Laurent registró entre 1877 y 1887 en sucesivos encargos de la Casa Real toda la real colección de tapices. Entre ellos se encuentran 12 positivos a la albúmina alusivos a la serie de El Quijote de columnas salomónicas y guirnaldas de flores, tejidos por los hermanos Vandergoten en la Real Fábrica de Tapices de Madrid en la primera mitad del siglo XVIII. [fig.6]22  

Entre los años 1929 y 1931, el rey Alfonso XIII, interesado por la actualización del registro fotográfico de los inventarios, encargaría a través de la intendencia de palacio al fotógrafo Rafael Cifuentes la reproducción fotográfica de la colección textil, entre las que se incluye también la serie del Quijote.          

Con motivo de la salida de una de estas piezas al Pabellón de España de la Exposición Internacional de Lieja de 1930, el tapiz de la serie de El Quijote con la aventura de los molinos y desafío del vizcaíno, puede verse en una espléndida fotografía junto al busto escultórico de Alfonso XIII, entre el reportaje que recoge las piezas que engalanaron el pabellón.23

Las últimas imágenes de esta serie son los cuatro positivos a la albúmina que se encontraban entre la documentación del abintestato del rey Alfonso XII, sobre la serie de los suntuosos tapices de la Fábrica Real de los Gobelinos de París dedicada al mítico hidalgo, tejida entre 1717 y 1719 por Jean Jans y Jean Lefebre a partir de telas del pintor Charles Coypel (1694-1752), quien fuera durante más de un siglo el gran ilustrador del Quijote. El rey consorte Francisco de Asís, gran amante del coleccionismo, los adquirió en 1877 para la decoración de su residencia, el palacio de Epinay.24

Entre 1866 y 1873 está fechada la siguiente imagen cervantina tomada también por Jean Laurent, de la residencia que alojó a Miguel de Cervantes durante estancia en Valladolidy en la cual escribió gran parte del Quijote y algunas otras de sus obras. 25 La identificación de la casa se debió a las investigaciones de José Santa María de Hita, que concluyó en 1862 con la localización exacta del inmueble. Pocos años después, en 1866, el Ayuntamiento colocó una placa en la fachada que puede verse a la derecha de la imagen.26 Por el año 72, Ferrari, Macias Picavea, Estrañi, Vicente Colorado, Piqueras y otros, arrendaron "la casa de Cervantes" y en ella instalaron un Ateneo literario que apenas sobrevivió medio año más. Tres años después, en 1875, el entusiasmo de aquellos con el de Acero, Marcos Lorenzo, García Samaniego, Madrazo, Taladriz, Hernández y Alejandro Fernández de Castro y otros, y sobre todo la iniciativa y la tenacidad del fervoroso cervantista Don Mariano Pérez Mínguez, crearon la Sociedad "la Casa de Cervantes". A pesar de la brillante labor realizada, a la muerte de Pérez Mínguez, en 1887, dejó de ser Museo cervantino y volvió a convertirse en casa de vecindad, hasta que en octubre de 1912, el rey Alfonso XIII adquiriese la casa Nº14 de la calle del Rastro, a instancias de D. Benigno Vega Inclán y Flaquer, Comisario Regio de Turismo.27 Al mismo tiempo se adquirieron las dos casas contiguas por parte de la Sociedad Hispánica de América, formada y presidida por Huntington, el ilustre hispanófilo. La escritura fue firmada ante el notario de este ilustre colegio D. Luis Ruiz de Huidobro, por el señor de la Vega Inclán, con poder al efecto de S.M. el rey y de la Sociedad Hispánica, y por los dueños de las tres fincas. Desde entonces la casa en que vivió Cervantes dejó de ser para siempre una casa de vecindad. Las obras de mejora se llevaron a cabo entre 1913 y 1916, e incluyeron el adecentamiento de los alrededores. De forma progresiva se fue abriendo al público. Dos años después, Huntington entrega al Estado la propiedad de sus dos casas, que finalmente abrirían como Museo Casa de Cervantes el 23 de abril de 1948.

[fig.7] La Orden, firmada el 16 de marzo de 1916, disponía el traslado de la "Biblioteca Popular y del Museo del Turismo desde el lugar que ocupa en esta Corte a la llamada Casa de Cervantes, de Valladolid, y a cualquiera otro local o dependencia de dicha ciudad que resultare necesario, dependiente de la entidad Cervantina, donada al Estado por S. M. el Rey, donde quedará definitivamente instalada con el nombre de Biblioteca Cervantina Popular".

Del acto oficial de inauguración, verificado, el 23 de abril de 1916, Día Internacional del Libro y tercer centenario de la muerte del autor del Quijote, "se redujo a izar la bandera y abrir la puerta", señalaba El Norte de Castilla. Aquella mañana acudieron más de 200 lectores, pero por la tarde visitaron la Casa cerca de 2.000 personas. De notable interés son una serie de atractivas imágenes sin autor conocido que llegan a palacio en 1919 y que muestran los interiores del recinto bibliófilo con la presencia de jóvenes lectores en actitud de lectura ante la presencia retratada en lienzo del rey Alfonso XIII. 28 Más de 82.000 lectores pasaron por la biblioteca a lo largo de 1917, lo que hacía una media de 227 diarios, obreros en su mayor parte, que, independiente de los consejos que constantemente se les procuraba  sobre los libros que deben elegir,  ofrecía el interesante espectáculo de jóvenes, casi niños, que en cuanto abandonan su trabajo acuden a la biblioteca solicitando libros de mecánica o de sus diferentes especialidades profesionales. Junto a las obras de literatura, que eran mayoría y las más solicitadas, los asistentes a la biblioteca podían consultar libros de Derecho y Sociología, Ciencias, Religiosidad y Teología, Medicina, Música y Artes y Oficios.

En el mes de mayo de 1921 los Reyes, en su viaje oficial a Valladolid, visitaron la Casa de Cervantes, bajo la guía del Comisario Regio de Turismo, acto que fue recogido puntualmente por el reportero gráfico Duque, en un excelente reportaje que registró la presencia regia arropada por la población vallisoletana en las inmediaciones del edificio cervantino.29 [fig.8]

Retomando el criterio cronológico nos situamos en el año 1905, pues con motivo de la celebración del tercer centenario de la publicación del Quijote, llegaron a la Casa Real diferentes piezas e interesantes repertorios. El día 2 de diciembre de 1903 la primera página de El Imparcial, apelaba, desde su portada, a España entera para celebrar de una manera esplendorosa el tercer centenario de la publicación de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, dado que en mayo de 1905 se cumplirían 300 años desde la aparición de esta obra maestra de Miguel de Cervantes. Mariano de Cavia, el autor del llamamiento lo expresaba en los siguientes términos: "es menester que en 1905 se haga la más luminosa y esplendorosa fiesta que jamás ha celebrado pueblo alguno en honor de la mejor gloria de su raza, de su habla y de su alma nacional." Era preciso enseñar las cumbres de un pasado glorioso para fortalecer la unidad nacional, fomentar la cohesión social y alentar el espíritu español, maltrecho desde el desastre de 1898. El Estado estimuló estas celebraciones, aconsejando, entre otras, a todas las escuelas y universidades no dejar pasar inadvertida esta fecha memorable. Los gobernadores civiles de la mayoría de las provincias se habían reunido con los notables regionales para coordinar las actividades locales. Muchos consejos municipales también desempeñaron un papel importante, pero, en general fue la alta burguesía la que tomó la iniciativa, aunque también estudiantes, maestros y obreros aportaron algo.  Todas las regiones españolas se unieron al llamamiento y participaron con entusiasmo en las fiestas. El centenario, por lo tanto, era una manifestación casi unánime de orgullo nacional, aunque cada ciudad y región subrayase sobre todo su propio papel en la obra maestra de Cervantes. En este contexto presentamos dos emotivas imágenes de J. Mauri, del Colegio de la Purísima Concepción de San Feliu de Guixols, dirigido por Magdalena Palóu Vilá, enviada al rey Alfonso XIII, como testimonio del acto celebrado por sus alumnas, con el objeto de cumplimentar la R.O. de 6 de  marzo, y rendir homenaje al gran Cervantes.30 Interesante muestra de cómo Cataluña se sumaba al esfuerzo colectivo para conmemorar la obra cumbre de la literatura española.31 [fig.9]

De la disposición de Aragón a sumarse a estas celebraciones, custodia la Real Biblioteca un exquisito e interesante ejemplar bajo el título de Álbum cervantino aragonés de los trabajos literarios y artísticos conque se ha celebrado en Zaragoza y Pedrola el III Centenario de la edición príncipe del Quijote, publicado por la duquesa de Villahermosa. Con toda lógica fue doña María del Carmen de Aragón Azlor e Idiaquez, duquesa de Villahermosa, condesa de Luna y condesa viuda de Guaqui, quien invitó a los intelectuales de Zaragoza a que visitaran el palacio de Piédrola, que evocaba los recuerdos cervantinos, como descendiente de los supuestos duques que hospedaron en su palacio a Don Quijote y Sancho. En su condición de Presidenta honoraria de las celebraciones del centenario, quiso reunir todas las iniciativas cervantinas en este Álbum Cervantino Aragonés, ilustrado con preciosos recuerdos de su casa, con bellas ilustraciones en fotograbado y fotocromotipias de la casa Laporta.32

El AGP conserva interesantes testimonios gráficos de cómo los países de Hispanoamérica también se adhirieron a esta iniciativa. En este sentido son ilustrativas la imágenes del Gabinete Portugués de Lectura de Río de Janeiro con motivo de la Exposición dedicada a Cervantes en 1905, en las que se puede contemplar la fachada principal del edificio de estilo neo-manuelino, una vista general de la biblioteca y sala de lectura; y una vista general de la sala donde se realizó la exposición cervantina con libros expuestos en vitrinas y expositores.33

Como culminación a los actos de celebración del tercer centenario de la edición del Quijote y en respuesta al llamamiento de Mariano de Cavia para la erección de un verdadero monumento dedicado al Quijote en la capital, se convocó el concurso público más importantes de su tiempo, que como tal tuvo una gran capacidad de convocatoria, y culminaría coincidiendo con las vísperas del III centenario de la muerte del escritor. Tras una consulta previa con la Academia, el concurso fue publicado por el Gobierno en marzo de 1915. Su emplazamiento sería la futura Plaza de España de la capital, aún por ordenar urbanísticamente y el fallo lo otorgaría un jurado compuesto por 23 miembros, que elegirían tres anteproyectos entre los que, tras una nueva exposición, saldría el definitivo. El presupuesto hipotético de un millón de pesetas obtenidas por suscripción sirvió de reclamo para un copioso número de creadores españoles, procedentes de distintas provincias, aunque en su mayoría asentados en Madrid. Nada menos que cincuenta y tres maquetas se presentaron a la iniciativa, aunando además a arquitectos y escultores, que firmaban cada proyecto en común. El hecho de que los bocetos fueran además expuestos al público en el Palacio del Retiro y el de Cristal, con la inauguración del rey Alfonso XIII, propició un amplísimo número de juicios por parte de críticos y prensa, que tomaron partido con mayor o menor acierto argumental.34 La junta Central y el Comité Ejecutivo del Tercer Centenario de Cervantes, gratamente sorprendidos por el número y la importancia de los proyectos presentados al concurso, consideraron el deber de recoger y conservar de la mejor forma posible, tan valiosas y diversas manifestaciones del sentimiento artístico nacional. A ella se debió la confección de un álbum fotográfico que recogiese el registro gráfico de los bocetos presentados. Álbum que se hizo llegar a manos de los arquitectos y escultores que de toda España concurrieron, para que se conservara como recuerdo y prueba de admiración de la Junta y el Comité para con todos ellos. En el álbum van reproducidos en primer lugar los tres anteproyectos que el jurado juzgó dignos de ser premiados, después aquellos cuyos autores fueron propuestos para las cruces de la orden civil de Alfonso XII y a continuación los demás bocetos. Uno de estos ejemplares también se obsequió al rey Alfonso XIII por su apoyo con su presencia en la inauguración de la muestra en el Palacio de Cristal del Retiro35 El proyecto ganador fue el presentado por el arquitecto Rafael Martínez Zapatero y el escultor Lorenzo Coullaut Valera, e inaugurado el 13 de octubre de 1929. Del proyecto ganador también conservamos dos bellas imágenes de detalle del boceto de Lorenzo Coullaut para la figura en bronce del Quijote a caballo, que preceden al monumento a Cervantes, tomadas por el objetivo del buen fotógrafo y aficionado Antonio Zárraga. [fig.10]

Finalizamos este itinerario dando a conocer un sugestivo reportaje en torno al pueblo de El Toboso y su famosa venta, realizado en 1926 por el fotógrafo de Albacete, Jaime Belda Seller (1909-1981).36 Y es que observar a conciencia estas imágenes de la villa toledana famosa por ser el pueblo donde Cervantes situó a la amada de don Quijote es similar a vivir uno de los más intensos episodios del libro inmortal, pues el fotógrafo con gran acierto consiguió engarzar los recuerdos del pasado cervantino con una luminosa visión de su presente, jugando con esa dualidad de pueblo real e imaginado,  y sin dejar de registrar su importante legado de patrimonio artístico en las imágenes de la iglesia parroquial de San Antonio Abad y sobre todo del Convento de Clausura de las Monjas Trinitarias, conocido como El Escorial de la Mancha, y los vetustos escudos de la casa de doña Ana Martínez Zarco de Morales, a la que Cervantes inmortalizó con el nombre de Dulcinea, apoyados en un muro,  blasones que hoy adornan la fachada de la mítica casa y a los que también aludió Azorín tras toparse con ellos y verlos en estado de abandono en un patio.37 La límpida imagen del molino de viento, que Sancho oportunamente advierte no ser gigantes a pesar de "sus brazos largos" resalta la característica hidalga de la Mancha; especialmente sujeta a la época resulta ver el interior de la casa de los caballeros sanjuanistas, con soportales artesonados, sostenidos por bellas columnas dóricas y su pozo central que evoca al pasaje bíblico de la samaritana. No obstante donde los cervantistas encuentran su mayor arsenal es en la famosa venta del Toboso, propiedad del doctor Francisco Morales Nieva, y convertido en preciado museo de la edificación, usos y costumbres.38 Belda realiza este reportaje con la intención de aproximarse a la geografía de un lugar que pudo influir en la gesta de Don Quijote, y hace con estas bellas imágenes una reivindicación de lo castellano y de los pueblos que mezclan melancolía, admiración y desencanto. La visión azoriniana del molino manchego, las casas de fulgente blancura y piedra e imbuidas de silencio profundo, la torre del campanario, el patio de la Casa de Cervantes, la cocina y alacena, los tipos manchegos son imágenes, que encarnan espléndidamente lo que no puede mistificarse, y fue consustancial a la vida heroica de la figura más grande de la literatura española. [fig.11]

Relación de imágenes:

Patrimonio Nacional. AGP, nº10194863: Exterior de la Casa llamada de Medrano en Argamasilla de Alba. Martí, 1862. [fig.1]
Patrimonio Nacional. AGP, nº10197726: Reproducción de una estampa con el retrato de Cervantes por Bouvier. [fig.2]
Patrimonio Nacional. AGP, nº10187616: Grupo de comparsa con disfraces de personajes del Quijote con motivo del baile de disfraces en el palacio de Medinaceli. Ángel Alonso Martínez. 1861. [fig.3]
Patrimonio Nacional. AGP, nº10151995: García de Quesada disfrazado de Don Quijote para la fiesta de los Duques de Medinaceli. Ángel Alonso Martínez. 1861. [fig.4]
Patrimonio Nacional. RB, nº10160199: Reproducción de la obra: "Entierro del pastor Crisóstomo", Manuel García. Del álbum de la "Exposición Nacional de Bellas Artes. Año de 1862. Colección de obras premiadas." [fig.5]
Patrimonio Nacional. AGP, nº10213079: Tapiz de la serie "Historia de Don Quijote de la Mancha". Sancho al ver las tres aldeanas engaña a Don Quijote. J. Laurent. 1879. [fig.6]
Patrimonio Nacional. AGP, nº 10168641: Biblioteca Popular de la Casa de Cervantes en Valladolid. Posterior a 1916. [fig.7]
Patrimonio Nacional. AGP, nº 10161026: Los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia a la salida de la casa de Cervantes, acompañados por el Marqués de Vega Inclán. Mayo de 1921. [fig.8]
Patrimonio Nacional. AGP, nº 10170864: Colegio de la Purísima Concepción, dirigido por Dª. Magdalena Palóu Vilá, en el tercer centenario del Quijote. J.Mauri. 1905.[fig.9]
Patrimonio Nacional. AGP, nº 10212109: Boceto de la escultura de Don Quijote de La Mancha, realizada por Lorenzo Coullaut Valera. Antonio Zárraga, 1915. [fig.10]
Patrimonio Nacional. AGP, nº10168597: Vista de un molino de viento manchego. Jaime Belda, 1926. [fig.11]

Notas

1. Cervantes en Palacio, IV Centenario de Miguel de Cervantes.  Abril-junio/ Octubre-diciembre 2016.         [ Links ]

2. La Fotografía en las Colecciones Reales, Cat. Expo., L. Ruiz, M. González Cristóbal (coms.). Patrimonio Nacional, Fundación la Caixa ,1999.         [ Links ]

3. En la Biblioteca Nacional se encuentran las más importantes colecciones fotográficas españolas en torno a la temática cervantina. En sus colecciones están representados fotógrafos como J. Laurent, J. Martínez Sánchez, Mariano Moreno, Albero y Segovia, V. Ibáñez y Gyenes; el más numeroso grupo de fotografías cervantinas procede de la "Colección Sedó". Juan Sedó consiguió reunir una magnífica colección cervantina desde 1926 hasta su muerte en 1966. Junto con el material bibliográfico recopiló una gran variedad de materiales gráficos; parte de ese material llegaría a la Biblioteca Nacional tras su adquisición por el Estado en 1968. Dentro de esta Colección están representados numerosos fotógrafos: Juana Roig -sucesora de Laurent-, Christian Franzen, Mariano Moreno, Belda, J. Enrrietti, etc. Entre otras colecciones  disponen también del grupo de fotografías de la película Don Quijote de la Mancha, dirigida por  Rafael Gil y producida por CIFESA; del estreno de Don Quichotte, de Jules Massenet, en el Teatro de la Ópera de Mónaco; del edificio del Paseo de Colón donde se cree que vivió Cervantes durante su estancia en Barcelona; de la cueva en donde se ocultó durante uno de sus intentos de fuga mientras estaba preso en Argel; del Mesón del Sevillano, donde transcurre la acción de La Ilustre Fregona; de las calles de El Toboso por donde pasearon don Quijote y su escudero, y de la venta donde fue armado caballero. En 1966 la Biblioteca Nacional adquirió por compra, y debido a su interés temático, un conjunto de 310 placas de vidrio, 130 positivos y 187 negativos, reproducciones de los dibujos utilizados para ilustrar la obra El Quijote visto por Ricardo Marín, publicada en México en 1965. Muchas de estas imágenes se pudieron ver en la Exposición Cervantes y sus Fotografías en la Biblioteca Nacional. BNE, Madrid, 2016.

4. AGP, Nº10194863.

5. AGP, ISG, Leg. 240: Carta de Antonio de Orleans fechada 1 de Mayo 1863 en Aranjuez, dirigida al Infante, en la que le insta a que le remita las fotografías de la casa de Argamasilla de Alba.         [ Links ]

6. L. RUIZ GÓMEZ, "Un fotógrafo aficionado en la Corte de Isabel II, el infante Sebastián Gabriel",en Reales Sitios, nº139 (1999).         [ Links ]

7. La Época, 13-5-1863, pág.4: "A las seis de la mañana del sábado 9 del corriente, el Sermo. señor infante don Sebastián Gabriel de Borbón llegó á la villa de Argamasilla de Alba, con el noble objeto de visitar la casa llamada de Medrano, que, según tradición constante, sirvió de prisión á Miguel de Cervantes Saavedra. ; Acompañaban á S. A. R. en su coche los señores don Ramón Serrano y Serrano, gobernador de esta provincia de Ciudad-Real, el Excmo. señor don Gabriel de Aristizabal, jefe de la casa de S. A., y don José Montalbán, alcalde constitucional de la mencionada villa. En otros carruajes venían también los señores don Juan Eugenio Hartzenbusch, individuo de número de la Real Academia Española y director de la Biblioteca Nacional; don Manuel Cañete, individuo también de número de la misma Real Academia; don Narciso Colomer y don Luis Ferrant, de la de San Fernando; don Víctor Manzano y don Basilio Sebastián Castellanos, bibliotecario de S. A. y director de la Escuela Normal Central de primera enseñanza. La población entera, que esperaba ansiosa la llegada de S. A., se agolpó á recibirle á la entrada de la villa, vitoreándole con el mayor entusiasmo. Habiendo S. A. mandado parar el coche, el señor juez de paz, don Balbino Jiménez, se presentó á ofrecerle sus respetos en nombre del pueblo y en sustitución del alcalde, que con los individuos de Ayuntamiento don Manuel Añover, don Antonio Millán y don Antonio González, había salido á recibir al Sermo. señor infante y venía con S. A., como queda expresado, desde la estación de Argamasilla. Después de unos breves instantes de descanso en la casa de don Manuel Añover, administrador de S. A., el Sermo. señor infante, con todo su acompañamiento, al que se unió el numeroso concurso presente, pasó á la iglesia parroquial de la villa, donde oyó misa mayor con edificación ejemplar, estando S. D. M. manifiesto adornado el templo convenientemente, llenaron su espacio los acordes ecos de la música que desde el Alcázar de San Juan había solemnizado ya la venida del gran prior de la orden.
Desde la iglesia se trasladó el augusto huésped á la casa dicha de Medrano, propiedad de su alteza, donde se ha impreso en dos ediciones, pequeña y grande, el texto de la obra inmortal de Cervantes. El impresor don Manuel Rivadeneira suplicó á S. A. le dispensase la honra de tirar por su augusta mano el primer pliego de la edición mayor, reservado al efecto. Accediendo bondadosamente S. A., tiró uno, declarando en seguida que se proponía presentárselo á S. M. la reina. Otros tres, además, tiró S. A., uno para la Real Academia española, otro para sí y otro para el editor. La prensa estaba adornada de flores y el suelo cubierto de yerbas olorosas. Dadas afectuosamente las gracias á S. A. por el impresor y por el encargado de la edición don Juan Eugenio Hartzenbusch, pidió éste permiso, y después los señores don Manuel Cañete y don Basilio Sebastián Castellanos, para leer unos versos alusivos al acto. S. A., en un breve y sentido discurso, declaró que el pensamiento de adquirir la casa donde en aquel momento se hallaba se le había ofrecido muchas veces, y que había aprovechado solícito la primera ocasión de realizarlo; cabiéndole la mayor complacencia de que hubiese servido para dar una muestra de su amor á las letras españolas, y señaladamente al mayor ingenio que ellas reconocen. S. A. recorrió en seguida toda la casa y sus dependencias, consultando con los artistas don Narciso Colomer, don Luis Ferrant, don Víctor Manzano y otras personas los reparos y reformas que se proponía mandar ejecutar en ella. Manifestó su deseo de que se extendiese una sencilla relación del acto, ofreciendo para ella su firma, é invitando á los presentes á que también pusieran las suyas. Esta circunstancia nos impide detenernos en expresar el vivo interés y gozo con que todos los vecinos de Argamasilla habían visto y acompañado á todas partes á S. A. Argamasilla de Alba 9 de mayo de 1863".

8. AGP, nº10197726.

9. AGP, ISG, Posterior a 1839, Leg. 237-238: En el Archivo del Infante se encuentra la carta de Eugenio de Aviraneta, donde explica todos los pormenores del cuadro dedicado a Cervantes, incitando al Infante Sebastián Gabriel para que se hiciera con él y lo expusiera en la Casa de Medrano, que recientemente había comprado el Infante para honrar la memoria del ilustre escritor.

10. AGP, ISG, Posterior a 1839, Leg. 237-238.

11. AGP, ISG, Posterior a 1839, Leg.237 Exp.1.

12. L. FONTANELLA, La Historia de la Fotografía en España desde sus orígenes hasta 1900. Madrid, El Viso, 1981. p.175;         [ Links ] I. GARCIA LOZANO, El Palacio y la colección de los Duques de Fernán Núñez en imágenes. 1839-1939. I Jornadas sobre Investigación en Historia de la Fotografía: 1839-1939: Un siglo de fotografía.         [ Links ]

13. La Corona, Barcelona, 11-4-1861; La Corona, Barcelona, 5-4-1861.

14. AGP, nº10187616.

15. AGP, nº10187618.

16. AGP, nº10187617.

17. Correspondencia de España. 23/4/1861.

18. RB, fot.395

19. R. UTRERA GÓMEZ., "Álbumes de J. Laurent y Cía en la Real Biblioteca", Reales Sitios: Revista del Patrimonio Nacional, Nº 179 (2009), pp. 58-68.         [ Links ]

20. Diario La Correspondencia de España, 17 de octubre de 1862.         [ Links ]

21. J. GUTIÉRREZ BURÓN, "Cervantes y ‘El Quijote' en las exposiciones de Bellas Artes del Siglo XIX", Anales de Historia del Arte, Volumen Extraordinario (2008), pp. 455-474.

22. AGP, RA12, C.12925.

23. AGP, nº10108456.

24. AGP, Histórica, Caja 156: Abintestato de Alfonso XII con documentación del inventario del Castillo de Epinay, París, y venta de bienes.         [ Links ]

25. Real Biblioteca, Nº10186143.

26. El álbum que incluye la fachada de la Casa de Cervantes, forma parte del repertorio de "Vistas de la ciudad de Valladolid" que en el mes de febrero de 1875 la Juventud Vallisoletana Alfonsina, como muestra de su adhesión al nuevo rey, recopiló en un magnífico álbum de piel una completa serie de 63 vistas de la ciudad, tomadas por Laurent entre 1866 y 1873.  Dicho álbum estuvo expuesto durante algunos días en la librería vallisoletana del Sr. Miñón, de manera que sus habitantes lo pudiesen ver antes de su entrega al monarca.

27. AGP, Ra13, Caja 15630 Exp.5: Expediente de la compra de la Casa Cervantes por S.M.  Alfonso XIII, en 1912.

28. Ra13, Caja 12846 Exp.1: Con fecha 4 de febrero de 1919 se registra en la R. Biblioteca la entrada de fotografías de la Casa de Cervantes.

29. AGP nº10161027 -10161031.

30. Jesús Mauri nació en Palamós en 1886, con veintiún años en 1907, se trasladó a vivir y trabajar en Ripoll. Anteriormente había tenido una galería fotográfica en Sant Feliu de Guíxols, pero al enterarse de que en Ripoll no existían profesionales del sector, hizo las maletas y se abrió un establecimiento. Las visitas de la familia real en Ripoll entre 1908 y 1911, o el traslado de los restos del obispo Morgades en el monasterio de Santa María en 1909, fueron algunos de los primeros y más preciados reportajes de Mauri. Su actividad se desarrolló durante dos décadas, hasta que en 1926, con cuarenta años, murió. Uno de sus tres hijos, Alfonso, continuó con el negocio que mantuvo abierto hasta el inicio de la guerra civil. Inicialmente Mauri la había abierto en la calle Padre Colí, pero posteriormente lo trasladó a la plaza Grande. Además en 1922 en abrió una sucursal en Puigcerdà. De hecho los Mauri fueron una reconocida saga de fotógrafos. El patriarca fue Amadeu Mauri, considerado como uno de los precursores de las postales en Cataluña. Él mismo se adelantó a su hijo Jesús, fotografiando Ripoll en 1892 ya finales de siglo, para retratar varios rincones fluviales y el monasterio. Además de Jesús también tenía otro hijo, Colón, que se dedicó a la misma profesión en Palamós, Vic, Granollers y Barcelona.

31. AGP, nº10170864-65, fotografía de J. Mauri.         [ Links ]

32. RB, I/H/Cerv/48.

33. AGP, nº10168572 a 10168574.

34. M. BAZAN DE HUERTA, El concurso del Monumento a Cervantes en Madrid a partir de los proyectos redactados y su fortuna crítica. Jornadas sobre El arte público a través de la documentación gráfica y literaria. Coord. por J.A. Hernández Latas, Zaragoza, 2014.         [ Links ]

35. AGP, Ra XIII, Exp.19063 Exp. 57.

36. AGP, nº10168588 a 10168600.

37. J. MARTÍNEZ RUIZ, La Ruta de Don Quijote. Madrid: Biblioteca Nacional y Extranjera: Leonardo Williams, 1905.         [ Links ]

38. En El Diario de Albacete, de 28 de noviembre de 1926, aparecen descritas minuciosamente bajo el título de "fotografías cervantinas".         [ Links ]

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