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Estudios de historia de España

On-line version ISSN 2469-0961

Estud. hist. Esp. vol.21 no.2 CABA Dec. 2019

 

DOSSIER: MIGRACIONES Y EXILIOS EN LA ARGENTINA: AVANCES Y DESAFÍOS DE INVESTIGACIÓN A COMIENZOS DEL SIGLO XXI

Los empresarios españoles y el asociacionismo local: un análisis de los vínculos entre Campomar y la sociedad cosmopolita de socorros mutuos de Valentín Alsina en la primera mitad del siglo XX*

Spanish businessmen and local association: an analysis of the relation between Campomar  and the sociedad cosmopolita de socorros mutuos de Valentín Alsina in the first half of the 20TH century

Os empresários espanhóis e o associacionismo local: uma análise dos vínculos entre Campomar e a sociedade cosmopolita de socorros mutuos de Valentin Alsina na primeira metade do século XX

 

Denise Rocío Ganza**

Instituto de Investigaciones Gino Germani – Universidad de Buenos Aires
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)

** Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Instituto de Investigaciones Gino German, Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires. Docente de la asignatura “Historia Contemporánea” en la carrera de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. Integrante de los proyectos UBACYT 20020150100063BA “Los españoles en Buenos Aires: estrategias de integración socio-cultural y (re) configuraciones identitarias (1914-1960)” y PIP  11220170100149CO “Los españoles en la ciudad de Buenos Aires: estrategias y trayectorias de integración económica y socio-cultural (1914-2014)”, ambos bajo la dirección de la Dra. Nadia de Cristóforis. Presidente José Evaristo Uriburu 950, C1114 AAD, Buenos Aires, deniseganza@yahoo.com.ar.

* Fecha de recepción: 25/05/2019.
Fecha de aceptación: 20/09/2019.


Resumen

El presente artículo pretenderá contribuir al conocimiento del proceso de integración de los inmigrantes españoles en un ámbito particular de la provincia de Buenos Aires, Valentín Alsina, a través del estudio de los vínculos establecidos entre la empresa Campomar, pionera de la industria nacional, y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina, primera institución de relevancia de la localidad. En este sentido, la combinación de la información contenida en una gama variada de fuentes institucionales de la Sociedad Cosmopolita y un fondo documental preservado por la familia Campomar nos permitirá ofrecer un panorama acerca del desarrollo local de Valentín Alsina y su fuerte impronta industrial, las características de la institución mutual y su relación con las actividades económicas de los españoles de la localidad.

Palabras clave: Inmigración española; Valentín Alsina; Empresarios; Campomar; Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina.

Abstract

The aim of this article is to contribute to the knowledge of the integration process of Spanish immigrants in a particular area in the Buenos Aires’ province, Valentín Alsina, through the study of the links established between the Campomar company, a pioneer of the national industry, and the Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina, the first relevant institution in the town. As regard this, we will use a variety of historical institutional resources of the Sociedad Cosmopolita and a documentary collection wich is preserved by the Campomar family. This combination will allow us to offer a view about Valentín Alsina’s local development and his notable industrial imprint, the mutual institutions’ characteristics and its relation with the Spanish people’s economic activities in this area.

Keywords: Spanish immigration; Valentín Alsina; Businessmen; Campomar; Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina.

Resumo

O presente artigo pretendera contribuir ao conhecimento do processo de integração dos imigrantes espanhóis no âmbito particular do estado de Buenos Aires, Valentin Alsina, através do estúdio dos vínculos estabelecidos entre a empresa Campomar, pioneira da indústria nacional, e a sociedade Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentin Alsina, primeira instituição de relevância da localidade. Neste sentido, a combinação da informação contendida na gama variada de fontes institucionais da sociedade Cosmopolita e um fundo documental preservado pela família Campomar nos permitira oferecer um programa acerca do desenrolamento local de Valentin Alsina e sua forte marca industrial, as características da instituição mutual e sua relação com as atividades econômicas dos espanhóis da localidade.

Palavras chaves: Imigração espanhóis; Valentín Alsina; empresários; Campomar; Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina.


 

Introducción

El presente artículo tiene por objetivo principal aproximarse al conocimiento de la integración de los inmigrantes españoles en la localidad de Valentín Alsina, a través de la consideración de algunos aspectos fundamentales de su inserción laboral e integración a la comunidad. En este sentido, el análisis de la relación entre la empresa textil fundada por el español Juan Campomar y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina, a lo largo de la primera mitad del siglo XX, se justifica por diversos motivos históricos e historiográficos.
En primer lugar, es preciso señalar que esta propuesta forma parte de un proyecto de mayor alcance que tiene la intención de contribuir al conocimiento del impacto de la inmigración ultramarina en la zona sur del Gran Buenos Aires. Esta investigación, enmarcada en el campo de los estudios migratorios, adopta una perspectiva vinculada a la microhistoria y la historia local. En este sentido, consideramos que Valentín Alsina reúne algunas características particulares que la convierten en un espacio privilegiado para un abordaje de este tipo: el relevante componente inmigratorio de su población, su carácter de importante enclave industrial y la escasa atención historiográfica de la que ha gozado hasta la fecha. Asimismo, las características de nuestro objeto de estudio hacen posible establecer un diálogo fructífero con las preocupaciones de historiadores provenientes de otros campos, tales como la historia de la industria o la historia social urbana.
A propósito de ello, nuestra aproximación se inserta en una serie de intereses historiográficos de carácter más general. En primer término, los propios de la historia de la inmigración en la Argentina y, en particular, los estudios sobre la inmigración española. Éstos han protagonizado un considerable avance en las últimas décadas, desde que, a inicios de 1990, Alejandro Fernández y Fernando Devoto propusieron líneas de análisis en relación a la temática y advirtieron acerca de las carencias que padecía el estudio de la inmigración española por oposición a la calidad del debate suscitado por los flujos migratorios italianos.1
En segundo lugar, este análisis se emparenta con las indagaciones acerca del asociacionismo. A propósito de ello, resulta importante destacar que las asociaciones de carácter mutual comenzaron a proliferar en el ámbito rioplatense a mediados del siglo XIX y fueron las más importantes y las de mayor expansión numérica en las primeras dos décadas del siglo XX. Ofrecer asistencia a los asociados ante las situaciones de enfermedad o muerte, por medio de los recursos obtenidos del cobro de las cuotas sociales, fue su principal objetivo y función. Entre estas entidades se distinguieron distinto grupos: las establecidas por afinidad de origen, las integradas por individuos que ejercían el mismo oficio o profesión y las denominadas “sociedades cosmopolitas”.2 En términos historiográficos, el conocimiento del que se goza acerca de estas últimas es considerablemente menor.3 A la hora de definir sus particularidades, contamos con escasas certezas. Sabemos que estas entidades tendieron a adquirir importancia en los albores del siglo XX, momento en el que las asociaciones gremiales ganaban en especificidad y se alejaban de la provisión de servicios mutuales;4 que se propusieron un reclutamiento en términos más amplios, que las condujo a reunir a sujetos de diversos orígenes nacionales y profesionales; y que, no obstante, distintos autores advirtieron acerca de un posible peso considerable de los obreros en su interior y cierta vinculación con sectores políticos de identidad socialista.5
En tercer lugar, no podemos dejar de mencionar que la historiografía ha destacado en reiteradas oportunidades la contribución de los extranjeros al desarrollo industrial argentino, el cual se inició a partir de 1870, para fortalecerse tras la crisis de 1890 y adquirir dimensiones más significativas a principios del siglo XX.6 Tempranamente, Roberto Cortés Conde ubicó el fenómeno de la inmigración “masiva” dentro del contexto de un importante desplazamiento de mano de obra y capitales desde los países industrializados hacia las regiones periféricas.7 Además, destacó el protagonismo de los extranjeros dentro de las categorías ocupacionales creadas por la expansión industrial. Adolfo Dorfman ilustró en términos cuantitativos aquellas afirmaciones. Según el Censo de 1887 realizado en la ciudad de Buenos Aires, solo el 15% de quienes se desempeñaban en la industria (incluidos los propietarios) eran argentinos.8 En ocasión del segundo censo nacional, “las dos terceras partes de los propietarios y aproximadamente la mitad del personal ocupado eran extranjeros.”9
En este contexto de análisis sobre el desarrollo de la industria, más recientemente también cobró protagonismo el interés por el fenómeno del paternalismo, elemento habitual en la incipiente industria argentina.10 A propósito de ello, María Inés Barbero y Mariela Ceva resaltaron su peso significativo en la industria textil, al mismo tiempo que evidenciaron su continuidad hasta el siglo XX, cuando se vio revitalizado por los vínculos entre nacionalismo y catolicismo que caracterizaron al periodo de entreguerras.11 Las autoras destacaron no solo su carácter de estrategia de control social de los patrones sobre los obreros sino también la intención reformadora, orientada a mejorar la calidad de vida de los trabajadores y trasmitir valores morales y religiosos.
Finalmente, con respecto a la bibliografía relacionada con la historia social y el desarrollo urbano, son de destacar sus contribuciones para la comprensión del “mundo laboral heterogéneo”12, surgido entre fines del siglo XIX y principios del XX, y la “revolución urbana”13 que condujo a la metropolización de Buenos Aires y la constitución del denominado “Gran Buenos Aires”, como se designó a los distritos de su alrededor,14 atravesados por los múltiples procesos a los que nos hemos referido: la inmigración, la industrialización y la urbanización.
Con vistas a lo anterior, organizaremos nuestro trabajo de la siguiente manera. En el primer apartado, ofreceremos una síntesis general acerca del desarrollo de Valentín Alsina, a los fines de evidenciar las características principales de la localidad, con énfasis en su carácter industrial. En el mismo, incorporaremos una reseña acerca de la evolución de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina. La fundación de esta institución, la primera de relevancia en la localidad, se produjo en 1901, fecha que marca el inicio de nuestro estudio acerca de sus vínculos con Campomar. A propósito de esta empresa, daremos cuenta de la trayectoria de la firma, desde 1883, cuando la fábrica de ponchos, mantas y frazadas fuera instalada en Valentín Alsina por iniciativa de un inmigrante español. Campomar fue la primera de otras industrias textiles que se radicaron en la zona y no tardó en convertirse en la principal firma lanera del país, extendiéndose su actividad al Uruguay, donde también ocuparía el primer lugar entre las industrias de su tipo.15
Por su parte, en la segunda sección, nos concentraremos en el objetivo principal de nuestro artículo: el estudio de la relación entre la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos y esta empresa de la zona. No obstante, ubicaremos este vínculo en un contexto más general. En primer lugar, consideraremos el protagonismo de los inmigrantes españoles en la entidad asociativa de nuestro interés, como modo de aproximarnos a su importante contribución al desarrollo del asociacionismo local. Además, nos interesará particularmente observar la relevancia de Campomar en cuanto fuente de trabajo y el protagonismo de sus emprendimientos sociales en el marco de esta localidad cosmopolita y obrera.
El análisis planteado partirá fundamentalmente del acceso a una gama variada de fuentes institucionales de la Sociedad Cosmopolita (como estatutos, fichas de socios, libros conmemorativos y publicaciones periódicas). Este corpus documental será complementado con el acceso a las fuentes disponibles en un fondo preservado por la familia Campomar. La disponibilidad de la documentación nos permitió extender nuestro periodo de estudio fundamentalmente hasta la década de 1950, en la víspera de la fusión de la Sociedad Cosmopolita con la sociedad italiana de la localidad y el “vaciamiento” de la industria Campomar.

Campomar y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos en el desarrollo de Valentín Alsina

Valentín Alsina es una localidad de la provincia de Buenos Aires, emplazada en el área ribereña del Riachuelo, dentro de la jurisdicción del partido de Lanús.16 Se encuentra unida a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por el popularmente denominado Puente Alsina, a través del cual se comunica con el barrio porteño de Nueva Pompeya. No obstante, hasta la concreción de la autonomía de Lanús en 1944, Valentín Alsina integró el partido de Avellaneda, previamente denominado Barracas al Sud.
Sobre su evolución histórica, de Paula, Gutiérrez y Viñuales destacaron que Valentín Alsina tuvo un desarrollo independiente y similar al de la cabecera del partido de Barracas al Sud, lo cual distinguió a esta localidad de otras del mismo distrito, también surgidas al calor de los loteos de las décadas de 1870 y 1880 en el área del actual partido de Lanús. Señalaron que:

“… su evolución urbana posterior presenta analogías con la de Barracas al Sud; ésta debe su desarrollo al Puente de Gálvez (Puente Pueyrredón) a la avenida Mitre y a los saladeros, aquélla lo debe al Puente Alsina (Puente Uriburu) a la avenida Remedios de Escalada y a los saladeros y posteriores fuentes de trabajo”.17

El llamado Puente Alsina une el partido de Lanús con la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.18 Un puente de madera fue erigido en 1859 y bautizado “Valentín Alsina” en honor al reciente gobernador de la provincia de Buenos Aires, quien se encontraba presente en el evento de inauguración.19 Haciendo extensivo el nombre del puente, el “Pueblo Alsina” fue creado oficialmente en el año 1875 a partir de un área de 101 manzanas, como parte de una secuencia de loteos que se efectuó durante esa década en territorios de la provincia.20 El propietario de estos terrenos era Daniel Solier, quien en 1874 solicitó la aprobación de las autoridades bonaerenses para subdividir su propiedad en lotes, al tiempo que sugería la posibilidad de constituir una municipalidad independiente.21 El decreto N° 2864 del gobierno provincial, expedido por el gobernador Carlos Casares el 6 de septiembre, autorizó la realización de la traza del pueblo.22 Tal como muestra la Figura 1, el mismo se ubicaría en la zona delimitada por el Camino Real al Puente Alsina (avenida Remedios de Escalada), el camino al saladero de Anderson (calles Coronel Luna - República Argentina) y el camino de Barracas (avenida Rivadavia).


Figura 1. Plano del pueblo Valentín Alsina (1875)
Fuente: ARCHIVO HISTÓRICO Y CARTOGRÁFICO DE LA DIVISIÓN DE GEODESIA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, Plano del pueblo Valentín Alsina, N° 695 28 3, 1875.

Una serie de más de media docena de remates se llevó a cabo en Valentín Alsina entre octubre y diciembre de 1875.23 Los avisos en la prensa nacional, algunos de los cuales se reproducen en la Figura 2, recurrían a la promoción de las bondades del flamante pueblo, tales como su cercanía respecto del Riachuelo y del centro de la ciudad de Buenos Aires o las facilidades de pago ofrecidas, y se invitaba a las grandes fiestas que coincidirían con la ejecución de los remates.


Figura 2
. Avisos de los remates de terrenos en Valentín Alsina (1875)
Fuente: La Nación, 10 de noviembre de 1875, p. 2; La Prensa, 11 de diciembre de 1875, p. 2.

Las ventajas de accesibilidad de Valentín Alsina, asunto de importancia central para el desarrollo de las comunidades suburbanas,24 fueron mejorando progresivamente, en la medida que se multiplicaron los servicios tranviarios y se inauguró el trayecto del Ferrocarril Midland (actual línea Metropolitana del Ferrocarril General Belgrano) desde Puente Alsina hasta Carhué, entre 1908 y 1909.25
En lo que refiere a las fuentes de trabajo disponibles, la zona se vio afectada por la interrupción de la actividad de los saladeros en 1871,26 pero más tarde abrirían sus puertas dos emprendimientos industriales de vital relevancia para la localidad.
En 1883 fue el turno de la fábrica de ponchos, mantas y frazadas Campomar Hnos., la cual se convertiría en fuente de trabajo por excelencia de numerosos vecinos de la zona. En las próximas páginas tendremos oportunidad de abundar sobre su historia.
El otro hito en el desarrollo industrial de la localidad fue la apertura del Frigorífico Argentino en el año 1905.27 Una compañía liderada por importantes propietarios rurales y presidida por el encumbrado industrial Antonio Devoto lo emplazó en los terrenos donde anteriormente funcionara el saladero de Anderson.28 Algún tiempo después, la propiedad del frigorífico mudaría de manos y pasaría a ser popularmente conocido como Frigorífico Wilson.
Tras la creación oficial del pueblo, y al compás del aumento del nivel de industrialización de la zona, comenzarían a acontecer otros avances de diverso tipo: demográficos, urbanísticos e institucionales. Al respecto de lo primero, cabe destacar que existen serias dificultades para conocer la evolución poblacional de Valentín Alsina, ya que tanto las estadísticas nacionales como las provinciales suelen carecer de datos acerca de los parámetros demográficos para la escala estrictamente local. Algunas referencias indirectas indican que hacia fines del siglo XIX esta área era la única que, a diferencia del resto del territorio del actual partido de Lanús, no era eminentemente rural.29 En 1908, Valentín Alsina habría contado con unos cinco mil habitantes y una edificación modesta, de alrededor de un centenar de viviendas precarias.30 No obstante, solamente dos años después, la localidad era señalada como el tercer centro poblado del partido de Avellaneda por su desarrollo e importancia.31 Según los datos calculados por la Dirección General de Estadística de la Provincia de Buenos Aires para el año 1924, la población habría mantenido una cifra similar desde 1908, alcanzando los 5.313 habitantes.32 Sin embargo, la cantidad resulta más abultada y se acerca a las siete mil personas si sumamos los datos correspondientes a Puente Alsina (290) y Parada Diamante (1.025), núcleos linderos generalmente asociados a la localidad de nuestro interés. Inclusive, en el marco de los debates por la autonomía de Lanús ocasionados en los albores de la década de 1920, un artículo del diario avellanedense La Libertad le atribuía una población más numerosa, de aproximadamente doce mil personas.33 Ya en 1944, un artículo publicado en la revista social de la entidad que nos ocupará en las próximas páginas indicaba que la localidad de Valentín Alsina se encontraba habitada por unos sesenta mil individuos.34
Con vistas a nuestro objeto de estudio, es preciso subrayar que, recién comenzado el siglo XX, haría su aparición en escena la primera institución de relevancia de la comunidad: la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos, punto de inicio de una rica vida asociativa, animada por nativos e inmigrantes, que se extiende hasta la actualidad.
Esta entidad fue creada el 11 de marzo de 1901, por iniciativa de un grupo de vecinos que se reunía en un café de Valentín Alsina, cuando allí “…no existía nada más que una escuela elemental y dos o tres comercios de almacén y bebida”.35 Por aquellos años, el normal desenvolvimiento de la vida en la localidad se veía continuamente alterado por los problemas derivados de las inclemencias climáticas y la falta de pavimentos, al mismo tiempo que los vecinos percibían un cierto aislamiento de otros centros urbanos.36
Según sus estatutos, la asociación se propuso como objetivo principal el socorro mutuo y el fomento de la confraternidad entre los asociados, excluyendo cualquier tipo de identificación política o religiosa. Entre los beneficios ofrecidos a los socios, se establecía la asistencia por enfermedad, tanto en lo que respecta a la atención médica como a la provisión de medicamentos. También se preveía la asistencia frente a la internación y el entierro.37 Pero, además, los fundadores de la entidad se propusieron algunos objetivos secundarios, tales como la edición de una publicación mensual, el funcionamiento de una biblioteca social y una banda musical (en este último caso, nos contamos con información que permita aseverar que se concretó).38 A lo largo del tiempo, la institución también participó en los reclamos por el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad de la zona, la organización de actividades recreativas y se pronunció en relación con temas de interés para la comunidad. Otro de los desafíos fue el de la consecución de un edificio social para la entidad. El primero de ellos, construido hacia 1906 en la calle Portela 2989 (actual Pallares), se vio afectado por un incendio en la sala de teatro cuatro años después. Ya más tarde, en 1935, se efectuaría la inauguración del edificio social definitivo, sito en Valentín Alsina 2032/38 (actual calle Pres. Tte. Gral. Juan Domingo Perón). Allí, la asociación nuevamente contaría con una sala teatral, denominada “Carlos Gardel”, también en pleno funcionamiento hasta la actualidad. Sería en esta sede donde se ubicarían los consultorios sociales, en los que progresivamente atendieron médicos de variadas especialidades.39
En lo que refiere a la evolución de la masa societaria de la Sociedad Cosmopolita, sabemos que hacia 1926 contaba con poco más de 400 socios.40 Todos eran varones, razón por la cual es dable pensar que la posibilidad de que se asociaran hombres y mujeres sin distinciones fue establecida más tardíamente e incorporada al estatuto con el que contamos para estas reflexiones. Los últimos años de la década de 1920 parecen haber sido de gran crecimiento para la asociación, puesto que en 1931 la publicación oficial de la entidad daba cuenta de un número de 750 asociados.41 Es posible observar un aumento considerable de esta cifra más de una década después, en 1944, cuando alcanzó el monto de mil socios.42 En este aspecto, es preciso destacar que en la revista Cosmopolita correspondiente a dicha fecha es la primera vez que se constata la presencia de mujeres como socias de la entidad. Se trataba de 176 socias frente a 734 varones asociados. Al respecto de este asunto podemos señalar dos cuestiones. Por un lado, que nos consta que la incorporación de las mujeres en condiciones de igualdad en otros ámbitos asociativos, como el de la colectividad gallega de Buenos Aires, también se efectuó alrededor de 1940.43 Por otra parte, no es posible soslayar la importante presencia de mano de obra femenina en la industria textil, característica de la zona que nos ocupa, lo cual podría haber conducido a esta participación en la entidad mutual.44
Posteriormente el monto total de socios se mantendrá bastante estable. El único dato relevante es el descenso registrado hacia 1964, cuando el número era de 845 socios.45 Esta cifra resulta de interés, sobre todo si tenemos en cuenta que la asociación mantuvo su vida independiente hasta 1962, cuando se llevó a cabo la fusión con la Sociedad Italiana “Unione e Fratellanza”, dando origen así a la Sociedad Cosmopolita e Italiana de Socorros Mutuos de Valentín Alsina, forma que permanece hasta la actualidad.46
En cuanto al carácter de los socios, según el estatuto de 1943, se dividían en cuatro categorías: honorarios, protectores, fundadores y activos. En los primeros dos casos se trataba de un nombramiento honorífico que no implicaba el acceso a los beneficios de la mutualidad y les otorgaba voz pero no voto en las asambleas. La tercera clase de socios se reducía a quienes hubieran estado presentes en la reunión que dio origen a la Sociedad Cosmopolita. Mientras tanto, los socios activos debían cumplir una serie de requisitos para acceder a los servicios acordados por la institución. Entre ellos, su edad debía situarse entre los 12 y los 50 años, debían gozar de buena salud, y ser presentados por dos socios de la entidad. Vivir por fuera del radio establecido (cuarenta cuadras de la sede social) implicaba la exclusión del servicio de médico a domicilio y la obligación de acercarse a la institución para abonar la cuota social.47 En cuanto a su valor, ésta podría haber resultado accesible para los trabajadores de la zona. La cuota tenía un costo de cerca de ocho pesos m./n., aproximadamente la mitad de la de la sociedad “Cosmopolita Obrera” de la localidad de Campana.48
Para terminar, volveremos brevemente a la evolución de la industria Campomar. Ya señalamos anteriormente que la fábrica de Valentín Alsina fue instalada en 1883. La iniciativa corrió por cuenta de Juan Campomar, quien había nacido en Palma de Mallorca en el año 1861. Su familia se dedicada a la elaboración de paños y cueros para la fabricación de sombreros y calzado. Junto con sus padres y hermanos se dirigieron al Río de la Plata, estableciéndose inicialmente en Montevideo (donde podrían haber contado con lazos familiares). Presuntamente, la decisión de emigrar se habría relacionado con las desavenencias mantenidas con un socio en el país de origen. Finalmente, Juan arribó a la República Argentina y poco tiempo después inició el emprendimiento fabril en Valentín Alsina.49
A principios del siglo XX, la industria de la localidad pasó a formar parte de un conjunto de establecimientos de la firma Campomar & Soulas, que comprendería también la hilandería de lanas peinadas ubicada en Avellaneda (Pavón -actual Hipólito Yrigoyen- 177) y la fábrica de paños y casimires emplazada en el barrio porteño de Belgrano (Blanco Encalada 1550).50 Por su parte, la localización de las oficinas en Alsina 930 (que muestra la Figura 3) era un rasgo común respecto de otras empresas de origen español, concentradas en el barrio de Monserrat.51


Figura 3
. Logotipo de las industrias Campomar y Soulas (1919)

Fuente: FOGA, Fondo Campomar.

La empresa atravesó por diversas etapas, hasta su definitiva desaparición. Hacia 1915 se encontraba en un proceso de plena expansión, vinculado fundamentalmente a la fabricación de mantas para el gobierno francés, durante la Gran Guerra.52 En aquel año, Juan Campomar y su esposa María Scasso, junto con sus hijas menores, emprendieron un viaje a España, para alejarse del invierno local, debido a un desmejoramiento de la salud del jefe de familia. La correspondencia intercambiada con sus hijos mayores, a cargo de la compañía, y otras personas permite observar algunos de los principales asuntos que enfrentaba la empresa por aquellos días. Por ejemplo, entre los meses de mayo y septiembre se concretó la construcción de un galpón en Valentín Alsina, cuyos avances fueron motivo de varios de los intercambios epistolares.53 Por otra parte, el contexto de guerra y su relación con la producción de la industria, también resultaron cuestiones de importancia. Además de los envíos de mantas a Francia, las cartas dan cuenta de la visita de un ministro ruso interesado en estos artículos a la fábrica de Valentín Alsina y de la buena recepción de las noticias acerca de la entrada de Italia en el conflicto bélico y la prolongación del mismo.54
El 22 de junio de 1919 se produjo el fallecimiento de Juan Campomar,55 de modo que la empresa se vio imbuida en un importante cambio generacional y se inició una distribución de las tareas entre los hijos de la pareja que aquél conformara con María Scasso. De allí en adelante y hasta la década de 1960, la empresa sostendría un importante ritmo de crecimiento de la mano de la labor de los herederos.
No obstante, su historia terminaría con la concreción de un proceso de “vaciamiento”. En el año 1968, la familia Campomar vendió su paquete accionario a un grupo delictivo, liderado por militares retirados, que emprendió maniobras fraudulentas similares sobre quince importantes empresas nacionales. En el caso particular de Campomar, la venta de las acciones fue seguida poco después por la declaración de quiebra de la Justicia (en función del incumplimiento de un acuerdo previo, vinculado a la convocatoria de acreedores). El lapso entre uno y otro acontecimiento, daba tiempo al directorio para vender los bienes de la empresa a otra, a precios bajísimos, concretando el proceso al que nos referíamos al principio de este párrafo.56

Campomar, la comunidad de Valentín Alsina y la Sociedad Cosmopolita

Antes de adentrarnos en la descripción de las relaciones entre Campomar y la Sociedad Cosmopolita, es preciso señalar dos cuestiones. Por un lado, que los inmigrantes españoles cumplieron un rol relevante en el seno de esta entidad asociativa. Al mismo tiempo, la empresa mantuvo vínculos de singular importancia tanto con el conjunto de la población de la localidad como con la colectividad española de la zona.
Al respecto de lo primero, el análisis de un conjunto de 210 fichas de ingreso de socios confeccionadas entre los años 1902 y 1960, que la institución conserva, nos aporta algunos indicios acerca de la participación de los españoles en la Sociedad Cosmopolita.57 Por ejemplo, podemos señalar que, a pesar de haberse conservado apenas algo más de veinte fichas de asociados provenientes de España (17 varones y 5 mujeres), éstos constituyen el grupo extranjero más abultado. Este grupo es seguido por el de origen italiano, que reúne la misma cantidad de mujeres, pero apenas poco más de la mitad de varones (9 socios). Además, los socios más antiguos con cuyos datos contamos son españoles. Las fichas de ingreso conservadas correspondientes al periodo 1902-1910 son todas de asociados de dicha procedencia, lo que hace suponer cierto protagonismo de los oriundos de la península en los orígenes de la institución, así como una importante estabilidad en la misma a lo largo de los años. En relación con ello, también es importante destacar que casi una tercera parte (5 socios) de los socios españoles varones cuyas fichas se conservan ejerció cargos en la institución. A modo comparativo, podemos señalar que solo uno de los socios italianos considerados ocupó un puesto en la comisión directiva, al mismo tiempo que los españoles igualaron en términos absolutos a los socios argentinos que así lo hicieron, también cinco en total.
Para contextualizar esta exposición, consideramos que es preciso señalar que el aglomerado urbano Avellaneda-Lanús58 fue un área de amplia concentración de inmigrantes, lo cual puede observarse en el hecho de que el porcentaje de extranjeros residente en los partidos de Avellaneda y Lanús fue siempre mayor a los registrados en los niveles nacional y provincial. El mismo superó el 45% en 1895 y 1914, y se colocó por sobre el 23% en 1947 y 1960.59 Este proceso se encontró asociado a la opción de los inmigrantes por el establecimiento en zonas periféricas, lugares que garantizaban menores costos residenciales. Esta situación se expresó fundamentalmente durante el periodo de entreguerras, cuando la movilidad laboral de los inmigrantes en los ámbitos comercial e industrial coincidió con una movilidad espacial caracterizada por los desplazamientos hacia nuevos barrios, en la misma ciudad de Buenos Aires o fuera de sus límites.60
En lo que respecta concretamente a los inmigrantes de origen español, la comparación entre los datos ofrecidos por los censos nacionales de población de 1895 y 1914 pone de manifiesto su lugar destacado en el aglomerado urbano Avellaneda-Lanús. Si bien la preponderancia de los italianos, tras los cuales se ubicaban los españoles y los franceses en ese orden, se mantiene en 1895, en 1914 ya es posible detectar un importante crecimiento de la colectividad española (21,8%), que superaba a la italiana (16,5%) en su proporción respecto a la población total.61 La situación anterior se confirma con la importancia adquirida, entre 1895 y 1914, por el grupo español en el ámbito de la propiedad de bienes raíces. Es interesante observar que los italianos y los españoles lideraron el número de propietarios en el ámbito municipal tanto en 1895 como en 1914. No obstante, es sugerente que mientras en la primera ocasión los italianos duplicaban el número de propietarios españoles (534 y 238 por mil respectivamente), en 1914 se habían ubicado en una situación de virtual paridad (6.635 y 6.198 respectivamente).62
Por otra parte, los españoles tenían una importante participación en la vida asociativa de los ámbitos municipal y local. En 1914, el partido de Avellaneda contaba con catorce asociaciones de socorros mutuos, fundadas entre 1887 y el momento de realización del censo. De ellas, nueve eran instituciones de base étnica, italianas o españolas. Estas últimas eran un total de cinco. Finalmente, tres de las entidades -una italiana, una española y una cosmopolita- se ubicaban en la localidad de nuestro interés: Valentín Alsina.63 Más tarde, el censo de mutualidades de 1926 dio cuenta de la existencia de nueve asociaciones de este tipo. Si bien es posible que algunas entidades hubieran desaparecido, o inclusive cambiado de denominación, también se evidencian las modificaciones en los criterios establecidos por el censo. Es posible notarlo en la ausencia de instituciones no estrictamente mutuales, que sí fueron consideradas en el relevamiento anterior. Tal es el caso de la entidad Bomberos Voluntarios y de Primeros Auxilios, o el Centro Comercial e Industrial.64 Las nueve asociaciones registradas se distribuían según la nacionalidad del siguiente modo: tres eran italianas, dos españolas, dos israelitas y dos cosmopolitas. De ellas, tres se ubicaban en Valentín Alsina, las mismas registradas por el censo de 1914. No obstante, cabe aclarar que hemos notado la ausencia de consideración de importantes instituciones españolas de la zona, como por ejemplo el Centro Gallego de Avellaneda.
A propósito de las fichas antes consideradas, cabe mencionar también que ofrecen la posibilidad de observar el perfil ocupacional de estos inmigrantes.65 Al analizarlas, queda en evidencia un predominio de las categorías correspondientes a artesanos y operarios, y obreros y jornaleros entre los socios españoles varones (14 casos). Entre las mujeres, solo una de las cinco se desempeñaba fuera del ámbito del hogar, como empleada. Es interesante ver que, si comparamos con el caso de los socios italianos, la situación se reproduce de una manera muy similar entre los varones, pero no así entre las socias mujeres. Mientras los primeros conservan la concentración en las categorías antes mencionadas, entre las socias italianas solamente una ejercía tareas en el ámbito doméstico. Por el contrario, entre las cuatro restantes, tres se ocupaban como obreras especializadas en el ámbito de la industria textil y una como jornalera. También es preciso subrayar que el perfil ocupacional de los socios argentinos de la entidad era más variado, destacándose la presencia de profesionales, estudiantes y empleados en proporciones más considerables. Finalmente, podemos afirmar que los empleos asociados a la industria textil fueron muy frecuentes en el conjunto de los asociados considerados, dadas las características de Valentín Alsina en relación con esta actividad.
En este contexto de un espacio caracterizado por el empleo fabril y la fuerte presencia de obreros extranjeros, la empresa Campomar entabló una relación particular con el conjunto de los residentes de la localidad. En primer término, cabe destacar que, a partir de 1920, el grupo Campomar inició la promoción de una serie de actividades destinadas a fomentar un acercamiento con los trabajadores de la industria y con la comunidad en general, tras un periodo de intensa conflictividad obrera, al que nos referiremos luego con más detalle. De la mano de la Asociación Católica de Obreros Textiles y Empleados de Campomar (ACOTEC), creada por iniciativa de Jaime Campomar, se realizaron aportes educativos, sociales y culturales, tanto en Belgrano como en Valentín Alsina. Esta idea contó fundamentalmente con la inspiración del ideario católico a través de la figura de monseñor Miguel de Andrea, quien participara de la fundación de la Liga Patriótica Argentina en 1919 y actuara en el terreno social a través de la organización de un activo movimiento socialcristiano, basado en la idea de fortalecer el acercamiento entre las clases altas y las fracciones más cultas de las clases populares.66 Como mencionáramos en la introducción, la experiencia de Campomar no resultó una excepción. Muy por el contrario, se inscribió dentro de los rasgos comunes de las más importantes empresas textiles del periodo de entreguerras, lideradas por empresarios católicos, que promovieron el paternalismo empresarial e inclusive la conformación de sindicatos afines. En este sentido, la conducta de Jaime Campomar era semejante a la de Julio Steverlynk, titular de la Algodonera Flandria y ejemplo paradigmático de este tipo de empresario.67
Si bien los emprendimientos deportivos, educativos, recreativos y de asistencia sanitaria parecieron haber tenido una mayor envergadura en el caso de Belgrano, los aportes de la empresa Campomar al desarrollo de la localidad de Valentín Alsina no resultaron menores.68 Inclusive, los miembros de la familia colaboraron a título personal a través de distintas acciones. Por caso, la parroquia local venía funcionando en un emplazamiento provisorio desde 1908. La sede definitiva (Pres. Tte. Gral. Juan Domingo Perón -ex Valentín Alsina- 2998) comenzó a construirse en 1923, luego de que María Scasso donara el predio donde se ubicaría.69 La advocación (San Juan Bautista), por su parte, fue elegida para homenajear al recientemente fallecido Juan Campomar. Asimismo, el testamento de su hijo Carlos previó la donación de dinero a varias instituciones, entre ellas la mencionada parroquia. Por otra parte, la familia empresaria también contribuyó parcialmente a la construcción del sanatorio “La Española” y promovió la creación de bibliotecas, guarderías infantiles y del hogar de ancianos “Carlos Campomar”.70
Al mismo tiempo, la comunidad de Valentín Alsina dio muestras de reconocimiento a la acción de la familia Campomar. A modo de ejemplo, podemos citar dos ocasiones. En primer lugar, la elección por unanimidad, durante una asamblea de socios, de Carlos Campomar como presidente de la Comisión Honoraria del club local “El Aeroplano”.71 Por otra parte, en 1921, la Intendencia de Avellaneda otorgó el nombre de Juan Campomar a una plaza ubicada en la zona, acción iniciada con motivo de una solicitud presentada por la Sociedad de Fomento de Valentín Alsina.72
Sin embargo, aquello no implicó la existencia de un vínculo completamente armónico. Muy por el contrario, en el contexto de las reivindicaciones obreras antes mencionadas, un volante describía el considerable grado de conflictividad que en ocasiones caracterizaba la relación entre la industria, sus trabajadores y la localidad de la siguiente manera:

“Juan Campomar tenía al pueblo de V. Alsina bajo su bota; y cuando sus esclavos se revelaban (SIC) porqué (SIC) querían más pan y menos horas de trabajo (porque el cansancio y el hambre les obligaba a pedirlo) cerraba las puertas de ‘su’ fábrica por seis (6) meses y él se iba a Montevideo, hasta tanto ‘sus’ esclavos le pedían abriera por favor otra vez la fábrica que tenían hambre.”73

Por su parte, el lazo de la industria con la colectividad española de la zona también queda demostrado. En primer lugar, por las referencias al carácter preferencial que se otorgó a la incorporación a la fábrica de inmigrantes de origen español, especialmente catalán. Por citar un ejemplo, nos referiremos con más detalle al contexto de las huelgas que afectaron a la empresa en 1919.
Se trató de un conflicto originado en la fábrica de Belgrano, que se extendió a lo largo de tres meses. Se reclamaba con motivo de la extensión de la jornada laboral y por mejoras salariales. El movimiento, que no resultó exitoso, parece haber sido liderado por anarquistas y socialistas, y pudo haber resultado influenciado por el clima de la “Semana Trágica”.74 Durante este periodo, se difundió un volante dirigido a los españoles de Valentín Alsina y, en particular, a los catalanes. En él se acusaba a José Solá, peluquero de la zona (del mismo origen), por ser confidente de la familia Campomar y transmitirle los comentarios realizados por los obreros en su local. Se lo sindicaba como “… vergüenza de los Españoles (SIC), especialmente de los regionalistas honestos y altivos”,75 a la vez que como ex anarquista. En una publicación posterior, se mencionaría nuevamente a ese sujeto y se agregaría la referencia a un gerente de origen gallego, de apellido Galván.76 A éste se lo definía como un “un burro que tiene nada mas (SIC) en su conciencia que maldad, por ser bruto sin compacion (SIC)…”.77 Simultáneamente, se lo acusaba de liderar un grupo de confidentes de la familia Campomar, al que se solía denominar “sagrada familia”.78 Entre las condiciones para la vuelta a la labor, en mayo de 1919, los obreros de Valentín Alsina advirtieron a Miguel Campomar acerca del “no reconocimiento de superioridad a la persona del S. Joaquín Galván”.79 Tanto Solá como Galván eran también denunciados como “carneros”.80
La importancia del origen nacional en la selección de los obreros se vio ratificada por las apreciaciones vertidas por Nélida Cores, que ingresó a trabajar en la fábrica Campomar de Valentín Alsina en 1944, en ocasión de una entrevista con María Inés Fernández y Lilian Legnazzi.81 En ella sostuvo que la mayoría de los obreros eran españoles. Por nuestra parte, podemos señalar que los nombres de varios delegados que firmaron una carta dirigida a Miguel Campomar, en mayo de 1919, pueden sugerir la importante presencia de individuos de dicho origen: José Lagares, José Font, Joaquín Miguens y José Trillo.82
En términos más generales, el protagonismo de Juan Campomar en el ámbito asociativo español se hizo evidente con motivo de su fallecimiento, momento en el que las notas necrológicas destacaron su estrecha relación con la colectividad hispánica y sus miembros más representativos.83
En este punto, entonces, estamos en condiciones de concentrarnos en los vínculos entre la Sociedad Cosmopolita y la empresa Campomar. En el primer caso, las relaciones con el colectivo español no se reducían al hecho de contar con asociados de ese origen, sino que también se establecieron lazos privilegiados con la familia empresaria que nos ocupa (entre otras importantes firmas de la zona). A su vez, la empresa Campomar colaboró con la entidad mutual, en el marco de las acciones comunitarias a las que ya nos referimos.
En particular, las fuentes de la Sociedad Cosmopolita de Valentín Alsina de las que disponemos nos permiten subrayar algunos momentos específicos de esta larga relación entre la empresa y la entidad mutual. Por ejemplo, debemos señalar que en el contexto de la fundación de la Sociedad Cosmopolita se contó con el apoyo de una comisión honoraria que prestó colaboración económica. En ella, se destacaba la presencia de Melchor Campomar, miembro de la familia vinculada a la industria textil.84 Además, cabe recordar que María Scasso colaboró ampliamente con la Sociedad Cosmopolita, al punto de convertirse en la madrina de la institución y participar del acto de colocación de la piedra fundamental del primitivo edificio social a principios del siglo XX.85
Al respecto de estos vínculos, un antiguo socio de la institución también recordaba la profunda imbricación entre la vida cotidiana de la localidad, la fábrica Campomar y la entidad mutual. A propósito de ello, sostuvo que “en aquellos años cuando la Sociedad realizaba festivales duraban una semana, el pueblo estaba de fiesta, que ni la fábrica Campomar trabajaba…”.86
Más tarde, este lazo quedó ilustrado por la invitación especial remitida por la institución a Miguel Campomar, coordinador de todas las plantas de la firma, al banquete organizado para el festejo de las bodas de oro de la institución mutual, con motivo de contarse entre los “…simpatizantes de la obra…” de la Sociedad Cosmopolita. No obstante, el señor Campomar se excusó por su ausencia a través de un telegrama.87
Finalmente, son de destacar las contribuciones económicas que esta firma realizó a la Sociedad Cosmopolita, siempre altamente valoradas en el marco de las continuas dificultades para hacer frente a los gastos ocasionados por la labor mutual. La realización por parte de la institución de colectas anuales entre sus socios honorarios, protectores y simpatizantes redundó en una continua participación de la empresa Campomar y de distintos miembros de la familia a título personal -tal es el caso de María Scasso de Campomar, Miguel y Eduardo (encargado de la dirección de las fábricas de Avellaneda y Valentín Alsina)- , los cuales, además, se ubicaron siempre entre quienes realizaron contribuciones más abultadas.88 En especial, participaron del plan de construcción del nuevo edificio social a través de la compra de bonos, cuyos intereses donaron a la entidad en algunas ocasiones.89

Reflexiones finales

A lo largo del presente capítulo hemos procurado contribuir al conocimiento de la integración de los españoles residentes en Valentín Alsina a través de la descripción de la importancia de la empresa Campomar y la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos en el desarrollo de la zona y el análisis de la relevancia de los vínculos establecidos entre ambas. A continuación, expondremos algunas de nuestras principales conclusiones al respecto.
En primer lugar, es preciso señalar que tanto la industria como la entidad mutual de nuestro interés resultan una buena expresión de las particularidades de Valentín Alsina a las que nos referimos al comienzo del presente artículo, a saber: el importante componente inmigratorio de su población, la vitalidad del movimiento asociativo y su carácter de enclave industrial.
En lo que refiere a la Sociedad Cosmopolita, no solo observamos su importancia como primera institución significativa de la localidad, sino que logramos sopesar, no obstante las limitaciones documentales, cómo fue su relación con los españoles de Valentín Alsina. En cuanto a los socios de dicho origen, vimos que su participación pudo ser importante y gozar de estabilidad desde los inicios de la institución, destacándose su rol en cargos directivos. Esta importancia de su contribución al desarrollo asociativo en la localidad no resultó contradictoria con el carácter obrero de su perfil ocupacional. Al respecto, y a pesar del carácter policlasista de la institución, podríamos coincidir con quienes atribuyeron una importante presencia de los asalariados en este tipo de entidades.
Pero, de acuerdo con nuestro objetivo, resultó más importante considerar la cercanía que mantuvo con la familia liderada por Juan Campomar, español pionero de la industria local e impulsor de una empresa cuyo desarrollo hemos descripto brevemente. Hicimos hincapié en los efectos de la Primera Guerra Mundial sobre su expansión, la continuidad del desarrollo tras el cambio generacional, su ubicación como principal firma lanera del país, con actividades también en el Uruguay, y la maniobra de “vaciamiento” que supuso su cierre definitivo.
En este punto, es preciso destacar que el análisis anterior nos permitió demostrar que la relación entre Campomar y la Sociedad Cosmopolita no fue un fenómeno excepcional. Por el contrario, se inscribió tanto en el contexto de los lazos entre Campomar con el conjunto de la comunidad de Valentín Alsina, como en el de las vinculaciones entre la Sociedad Cosmopolita e importantes empresas de la zona. En cuanto a lo primero, Campomar, al igual que otras empresas del rubro, se destacó por la aplicación de una estrategia paternalista, que incluyó aportes en el terreno educativo, social, cultural y sanitario, al mismo tiempo que un trato preferencial con los españoles a la hora de seleccionar personal. Si bien aquellas contribuciones le valieron distintos reconocimientos por parte de la población de la localidad, la firma no fue capaz de anular por completo la conflictividad. Por el contrario, hubo momentos en los que ésta adquirió una importante intensidad, como durante las huelgas de 1919.
En definitiva, la empresa y la entidad mutual se vieron implicadas en una larga relación, sobre la que las fuentes de la Sociedad Cosmopolita disponibles permiten destacar algunos puntos: la participación de Campomar en la comisión honoraria que se conformó tras el origen de la institución, las contribuciones para la consecución de las sucesivas sedes de la misma, la coincidencia en eventos sociales y el continuo aporte económico para el mantenimiento de la labor mutual.
Hasta aquí, una primera aproximación al rol de los inmigrantes españoles de Valentín Alsina, y en particular de una empresa representativa, a través de sus vínculos con una asociación de carácter local. En el futuro, será de interés comparar estas reflexiones con las que puedan desprenderse del análisis de su participación en entidades de carácter étnico creadas en la localidad.

Notas

1 F. DEVOTO y A. FERNÁNDEZ, “Mutualismo étnico, liderazgo y participación política. Algunas hipótesis de trabajo”, en: D. ARMUS (Comp.), Mundo urbano y cultura popular. Estudios de historia social argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 1990.

2 H. SÁBATO, “Estado y sociedad civil”, en: E. LUNA y E. CECCONI (Coord.), De las cofradías a las organizaciones de la sociedad civil. Historia de la iniciativa asociativa en Argentina: 1776-1990, Buenos Aires, Edilab, 2002, disponible en: http://www.unsam.edu.ar/escuelas/politica/centro_historiapolitica/material/HistdelasAsociaciones.pdf, 14/07/17, p. 107.

3 A. FERNÁNDEZ, “Los gallegos dentro de la colectividad y las asociaciones españolas en el primer tercio del siglo XX”, en: X. NÚÑEZ SEIXAS (Ed.), La Galicia Austral. La inmigración gallega en la Argentina, Buenos Aires, Biblos, 2001, p. 160.

4 H. SÁBATO, op. cit., pp. 147-148.

5 F. DEVOTO, “Participación y conflictos en las sociedades italianas de socorros mutuos”, en: F. DEVOTO y G. ROSOLI (Comp.), La inmigración italiana en la Argentina, Buenos Aires, Biblos, 1985; p. 145; FERNÁNDEZ, op. cit., p. 160; S. BELMARTINO, La atención médica argentina en el siglo XX. Instituciones y procesos, Buenos Aires, Siglo XXI, 2005, pp. 32-33.         [ Links ]

6 F. ROCCHI, “El péndulo de la riqueza: la economía argentina en el periodo 1880-1916”, en: M. Z. LOBATO (Dir.), Nueva Historia Argentina, Tomo 5, Buenos Aires, Sudamericana, 2000, pp. 34-35.

7 R. CORTÉS CONDE, Corrientes inmigratorias y surgimiento de industrias en Argentina (1870-1914), Buenos Aires, Universidad de Buenos Aires, 1964, p. 5.         [ Links ]

8 A. DORFMAN, Historia de la industria argentina, Buenos Aires, Hyspamérica, 1986, p. 290.         [ Links ]

9 A. DORFMAN, op. cit, p. 312.

10 F. ROCCHI, “Un largo camino a casa: Empresarios, trabajadores e identidad industrial en la Argentina, 1880-1930”, en: F. JUMAR (Ed.), Empresarios y empresas en la Historia Argentina, Buenos Aires, Universidad Argentina de la Empresa, 2002, p. 240.

11 M. I. BARBERO y M. CEVA, “El catolicismo social como estrategia empresarial. El caso de Algodonera Flandria (1924-1955)”, Anuario del IEHS, N° 12 (1997), pp. 269-289.

12 M. Z. LOBATO, “Los trabajadores en la era del progreso”, en: M. Z. LOBATO (Dir.), Nueva Historia Argentina, Tomo 5, Buenos Aires, Sudamericana, 2000, p. 472.

13 J. F. LIERNUR, “La construcción del país urbano”, en: M. Z. LOBATO (Dir.), Nueva Historia Argentina, Tomo 5, Buenos Aires, Sudamericana, 2000, p. 411.

14 A. GORELIK, Miradas sobre Buenos Aires. Historia cultural y crítica urbana, Buenos Aires, Siglo XXI, 2014, p. 93.         [ Links ]

15 Álbum Argentino: Libro de estudio de la Provincia de Buenos Aires, Vol. II, Buenos Aires, 1910, p. 55;         [ Links ] C. BELINI, “El desenvolvimiento de la industria textil lanera argentina y la sustitución de importaciones durante la entreguerras, 1914-1939”, Investigaciones y ensayos, 59 (2010), disponible en: http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/decadatreinta_belini.pdf, pp. 7-8.

16 A los fines de referirnos a la evolución histórica del área de nuestro interés, utilizaremos el término “localidad” con el sentido que se le da a la palabra en el uso corriente, en tanto lugar o pueblo, definido sobre la base de la tradición y el conocimiento de los vecinos. Esta condición es habitualmente refrendada por las legislaturas de los partidos (INDEC, ¿Qué es el Gran Buenos Aires?, s./f., disponible en: www.indec.gov.ar/nuevaweb/cuadros/4/folletogba.pdf, 27/10/15, p. 5).         [ Links ]

17 A. S. J. DE PAULA, R. GUTIÉRREZ y G. VIÑUALES, Del Pago del Riachuelo al Partido de Lanús. 1536-1944, La Plata, Archivo Histórico de la Provincia de Buenos Aires “Ricardo Levene”, 1974, p. 132.

18 Cabe señalar que fue el único hasta la inauguración (en el mes de septiembre de 2018) del Puente Lacarra, que une el partido de Lanús con el barrio porteño de Villa Soldati.

19 M. ÁLVAREZ, “Historia de Lanús”, Telecable Lanús, 8 (1993), pp. 2-3; A. OCHOA, El Puente Alsina (su Origen, su Historia), Buenos Aires, Comisión Popular de Festejos para la inauguración del Puente Alsina, 1938, pp. 7-10.         [ Links ]

20 A.S.J. DE PAULA, GUTIÉRREZ y G. VIÑUALES, op. cit., pp. 123-125, 138-149.

21 Daniel Solier fue un militar y político de origen francés. Participó activamente de la Guerra de Paraguay, donde fue malherido en la batalla de Curupaytí. Por esa razón, la nomenclatura de las calles de Valentín Alsina recuerda mayoritariamente eventos de dicha contienda. M. ÁLVAREZ, “140° aniversario de la creación oficial de Valentín Alsina”, El Boletín, XXVIII, 284 (2015), p. 4.

22 F. FERNÁNDEZ LARRAIN, Historia del Partido de Avellaneda. Reseña y análisis 1580-1980, Avellaneda, La Ciudad, 1986, pp. 142-143;         [ Links ] DE PAULA, GUTIÉRREZ y VIÑUALES, op. cit., pp. 132-133.

23 La Nación, 10 de noviembre de 1875, p. 2; La Nación, 11 de noviembre de 1875, p. 2; La Prensa, 22 de octubre de 1875, p. 2; La Prensa, 29 de octubre de 1875, p. 2; La Prensa, 30 de octubre de 1875, p. 2; La Prensa, 31 de octubre de 1875, p. 2; La Prensa, 5 de noviembre de 1875, p. 2; La Prensa, 28 de noviembre de 1875, p. 2; La Prensa, 2 de diciembre de 1875, p. 2; La Prensa, 16 de diciembre de 1875, p. 2;  La Prensa, 24 de diciembre de 1875, p. 2; La Prensa, 28 de diciembre de 1875, p. 2.

24 J. R. SCOBIE, Buenos Aires del centro a los barrios. 1870-1910, Buenos Aires, Solar / Hachette, 1977.         [ Links ]

25 F. FERNÁNDEZ LARRAIN, Los días de Avellaneda, s./e., s./f., p. 3;         [ Links ] M. D. IPPOLITI, Partido de Lanús: Nuestro hábitat…!, s./c., Áncora, 1983, pp. 61-64; C. PESADO PALMIERI, “Las comunicaciones tranviarias en el Sur del Gran Buenos Aires”, en: ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA, Quinto Congreso Nacional y Regional de Historia Argentina, Tomo II, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1987, pp. 25-42.

26 V. O. CUTOLO, Historia de los barrios de Buenos Aires, Tomo I, Buenos Aires, Elche, 1998, p. 609.         [ Links ]

27 M. ÁLVAREZ, Valentín Alsina, una ciudad para descubrir… Aportes históricos sobre una barriada proletaria con una identidad configurada a través del trabajo y la solidaridad, Buenos Aires, Dunken, 2018, p. 259.

28 Álbum Argentino…, op. cit., p. 171; M. I. BARBERO, “Estrategias de empresarios italianos en Argentina. El Grupo Devoto”, Anuario CEEED, 1, 1 (2009), disponible en: http://www.economicas.uba.ar/wp-content/uploads/2016/03/CEEED-Estrategias-de-empresarios-italianos.pdf, 8/06/17, p. 28.

29 M. SCALTRITTI, Valentín Alsina y sus vecindades: historia barrial, compilación de fragmentos de notas aparecidas en el diario Fuente de Noticias, s./e., s./f., p. 2.         [ Links ]

30 A.S.J. DE PAULA, GUTIÉRREZ y G. VIÑUALES, op. cit., p. 133.

31 Álbum Argentino…, op. cit., p. 122.

32 DIRECCIÓN GENERAL DE ESTADÍSTICA DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES, Anuario Estadístico de la Provincia de Buenos Aires, Tomo I, La Plata, Imprenta A. Baiocco y Cía., 1926, p. 51.         [ Links ]

33 “Valentín Alsina, en contra de la autonomía”, La Libertad, 5 de agosto de 1919, p. 5.

34 A. BREY, “Del señor Alfonso Brey, presidente de la Sociedad Cosmopolita”, Cosmopolita, XVI, 15 (1944), p. 15. 

35 “11 de marzo de 1901. Fundación de la ex Sociedad Cosmopolita de SS. MM. de V. Alsina”, Mutualidad, 1, 1 (1964), s./p.

36 “Las bodas de oro de una institución ejemplar”, Nueva vida, 10 de marzo de 1951, p. 1.

37 SOCIEDAD COSMOPOLITA DE SOCORROS MUTUOS DE VALENTÍN ALSINA (en adelante SCSM), Estatuto y reglamento de la Sociedad Cosmopolita de Socorros Mutuos de Valentín Alsina. Fundada el 11 de marzo de 1901, Buenos Aires, s./e., 1943, pp. 3, 8-11.         [ Links ]

38 SCSM, op. cit., pp. 24-25.

39 “Las bodas de oro…”, op. cit., p. 1; Cosmopolita, X, 10 (1938), p. 1.

40 HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS, Censo de mutualidades. Correspondiente a su estado en el año 1926, Buenos Aires, 1926, p. 30.         [ Links ]

41 “Memoria”, Cosmopolita, III, 4 (1931), p. 6.

42 “Memoria”, Cosmopolita, XVI, 15 (1944), p. 5.

43 H. DÍAZ, “Perfil sociodemográfico y redes familiares en una asociación comarcal gallega”, en: N. DE CRISTÓFORIS (Coord.), Baixo o signo do franquismo: emigrantes e exiliados galegos na Arxentina, Santiago de Compostela, Sotelo Blanco Edicións, 2011, p. 166.

44 A propósito de esta cuestión, se sugiere ver: M. I. FERNÁNDEZ y L. LEGNAZZI, Mujeres en la industria textil. De la fábrica al taller clandestino, Buenos Aires, Biblos, 2012.         [ Links ]

45 “Movimiento de socios”, Mutualidad, I, 1 (1964), s./p.

46 “Asamblea General constitutiva de la Sociedad Cosmopolita e Italiana de S. M. de V. Alsina (fusionadas) celebrada el 14 de octubre de 1962”, Mutualidad, 1, 1 (1964), s./p.

47 SCSM, op. cit., pp. 5-8.

48 HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS, op. cit., p. 29.

49 C. IBARRA, “Campomar y el pueblo de Valentín Alsina”, Fuente de Noticias, junio de 1998, p. 6.

50 Ibídem.

51 A. FERNÁNDEZ, “Los grupos mercantiles españoles de Buenos Aires y el ‘hispanoamericanismo práctico’”, en: Alicia Bernasconi y Carina Frid (Eds.), De Europa a las Américas. Dirigentes y liderazgos (1880-1960), Buenos Aires, Biblos, 2006, p. 220.

52 FUNDACIÓN ORTEGA Y GASSET ARGENTINA (en adelante FOGA), Campomar, Transcripción del siguiente artículo periodístico: Alfaneque, “Hombres que valen. Don Juan Campomar”, La Vanguardia Balear, Palma de Mallorca, II, 72 (1915), p. 3.

53 FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 12 de mayo de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 22 de mayo de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Carlos Campomar a Juan Campomar y María Scasso, Buenos Aires, 10 de junio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 11 de junio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 17 de junio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 26 de junio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 31 de julio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Carlos Campomar a Juan Campomar y María Scasso, Buenos Aires, 1° de agosto de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 14 de agosto de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 2 de septiembre de 1915.

54 FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 29 de mayo de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Carlos Campomar a Juan Campomar y María Scasso, Buenos Aires, 10 de junio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 10 de julio de 1915; FOGA, Campomar, Carta de Miguel Campomar a Juan Campomar, Buenos Aires, 2 de septiembre de 1915.

55 “A Cien Años del Nacimiento de Juan Campomar”, Gaceta textil,  XVII, 315 (1961), p. 11.

56 C. IBARRA, “Campomar y el pueblo de Valentín Alsina” (Tercera parte), Fuente de Noticias, agosto de 1998, p. 5; “La Justicia decretó la quiebra de una importante empresa, a la que le quita su protección el Gobierno, que además detuvo a 26 personas, entre ellas 4 mujeres, por maniobras delictivas”, La Razón, 11 de agosto de 1970, p. 10; “La masacre de empresas. La técnica y los cerebros del ‘vaciamiento’”, Así, V, 227 (1970), p. 2.

57 SCSM, Fichas de ingreso de socios, 1902-1960. Es preciso señalar que no se trata de una serie continua y que es de suponer que estas fichas pertenecen a aquellos socios con mayor permanencia dentro de la asociación, cuya documentación fue conservada aun después de la fusión de la institución de nuestro interés con la Sociedad Italiana Unione e Fratellanza.
El total de socios cuyas fichas se conservan es de 210, 122 varones (58,1%) y 88 mujeres (41,9%). Su análisis muestra que el ingreso de mujeres a la entidad se podría haber iniciado alrededor de 1930 y, aunque nunca supera al de varones, rápidamente se registra una cierta paridad.
En cuanto a la nacionalidad de los socios, las fichas conservadas corresponden a una amplia mayoría de argentinos (163 socios sobre los 208 de los que poseemos datos, 78,4%). Sin embargo, podemos observar una considerable variedad de orígenes entre los socios extranjeros. Los hay árabes, griegos, italianos, norteamericanos, polacos, uruguayos y, por supuesto, españoles. Para estas reflexiones hemos considerado también como extranjeros a dos socios naturalizados; en uno de los dos casos, sabemos que se trató de un individuo de origen español.

58 El partido de Lanús fue creado en 1944 bajo la denominación “Cuatro de Junio”. Hemos optado por tratar sus datos conjuntamente con los de Avellaneda en función de nuestra intención de observar la evolución demográfica a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX. A tal fin elegimos la denominación “conglomerado urbano Avellaneda/Lanús” propuesta por: M. BISSO, “Conurbano bonaerense: votos y política en el siglo XX”, en: GABRIEL KESSLER (Dir.), Historia de la Provincia de Buenos Aires, Tomo 6: “El Gran Buenos Aires”, Buenos Aires / Gonnet, Edhasa / UNIPE: Editorial Universitaria, 2015, p. 325.

59 PODER EJECUTIVO NACIONAL, Segundo Censo de la República Argentina, Volumen II, Buenos Aires, 1898, disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 24/10/17, pp. 63, 65;         [ Links ] PODER EJECUTIVO NACIONAL, Tercer Censo Nacional, levantado el 1° de junio de 1914, Tomo I, Buenos Aires, 1916, disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 24/10/17, p. 202;         [ Links ] PODER EJECUTIVO NACIONAL, Tercer Censo Nacional, levantado el 1° de junio de 1914, Tomo II, Buenos Aires, 1916, disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 24/10/17, p.  5;         [ Links ] DIRECCIÓN NACIONAL DEL SERVICIO ESTADÍSTICO, Cuarto Censo General de la Nación, Tomo I, Buenos Aires, s./f., disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 24/10/17, pp. 90-93;         [ Links ]  DIRECCIÓN NACIONAL DE ESTADÍSTICAS Y CENSOS, Censo Nacional de Población 1960, Tomo I, Buenos Aires, s./f., disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 24/10/17, pp. 4, 8.         [ Links ]

60 F. DEVOTO, Historia de la inmigración en la Argentina, Buenos Aires, Sudamericana, 2003, pp. 365-366, 371, 409, 421-422.         [ Links ]

61 PODER EJECUTIVO NACIONAL, Segundo Censo…, op. cit., p. 85; PODER EJECUTIVO NACIONAL, Tercer Censo Nacional…, op. cit., Tomo II, pp. 153-154.

62 PODER EJECUTIVO NACIONAL, Segundo Censo…, op. cit., p. 111; PODER EJECUTIVO NACIONAL, Tercer Censo Nacional, levantado el 1° de junio de 1914, Tomo IV, Buenos Aires, 1916, disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 6/11/17, p. 7.

63 PODER EJECUTIVO NACIONAL, Tercer Censo Nacional. Levantado el 1° de Junio de 1914, Tomo X, Buenos Aires, 1917, disponible en: http://www.deie.mendoza.gov.ar/tematicas/censos/censos_digitalizados/Censos%20Digitalizados/, 6/11/17, pp. 240-309.         [ Links ]

64 HONORABLE CÁMARA DE DIPUTADOS, op. cit., pp.  30-45.

65 En lo que refiere al perfil socioprofesional, es preciso señalar que el análisis de las ocupaciones de un conjunto de individuos siempre supone algunas dificultades. En este caso, adoptaremos la clasificación propuesta por Barbero y Cacopardo para el análisis de la última oleada inmigratoria europea de la segunda posguerra (M. I. BARBERO y M. C. CACOPARDO, “La inmigración en la Argentina en la segunda posguerra: viejos mitos y nuevas condiciones”, Estudios Migratorios Latinoamericanos, 6, 19 (1991), p. 309). Esta codificación, basada en la Clasificación Ocupacional para el Censo de América de 1960 (COTA-1960), nos ha resultado acorde a la información con la que contamos para este estudio y ha requerido mínimas modificaciones (fue omitida la categoría “Otros artesanos y operarios”, considerada redundante para nuestra aproximación. Asimismo, hemos agregado las categorías “Labores” y “Estudiantes” a los fines de dar cuenta de la situación particular de mujeres y jóvenes).

66 IBARRA, “Campomar y el pueblo de Valentín Alsina” (Tercera parte), op. cit., p. 5; M. LIDA, Monseñor Miguel De Andrea. Obispo y hombre de mundo (1877-1960), Buenos Aires, Edhasa, 2013, pp. 12-13, 39.         [ Links ]

67 M. CEVA, op. cit., pp. 66-69; LIDA, op. cit., p. 175.

68 FOGA, Campomar, Publicación “Bodas de oro”, s./f., s. p.

69 M. SCALTRITTI, op. cit., pp. 3-6; Álbum Argentino…, op. cit., p. 122; A.J.S. DE PAULA, GUTIÉRREZ Y VIÑUALES, op. cit., pp. 133-134; M. ÁLVAREZ, “Vocación por el teatro en Valentín Alsina”, Revista de la Junta de Estudios Históricos de Barracas al Sud, 5,  9 (2014), p. 6; J. LEVITÁN, Nueva Historia de Lanús, Lanús, Mensaje, 1993, p. 190;         [ Links ] FOGA, Campomar, Notas personales de Marta Campomar, s./f.

70 C. IBARRA, “Campomar y el pueblo de Valentín Alsina” (Quinta parte), Fuente de Noticias, Octubre de 1998, p. 5; FOGA, Campomar, “Cuantiosa Fortuna Distribuye en Legados el Dr. Carlos Campomar” (recorte periodístico), s./f.

71 FOGA, Campomar, Carta del Club Atlético “El Aeroplano” a Carlos Campomar, Valentín Alsina, 7 de mayo de 1917.

72 FOGA, Campomar, Carta de la Intendencia Municipal de Avellaneda a María Scasso, Avellaneda, 14 de noviembre de 1921.

73 FOGA, Campomar, Volante “Felicitaciones a los Obreros de las Fábricas de Campomar y Cía y a ‘sus amos’”, 15 de octubre de 1919.

74 C. IBARRA, “Campomar y el pueblo de Valentín Alsina” (Tercera parte), op. cit., p. 5. Cabe señalar que varios de los documentos consultados y citados en este apartado se hallaban firmados por una agrupación denominada “Los judíos errantes”, de filiación anarquista.

75 FOGA, Campomar, Volante “A los Españoles Radicados en Valentín Alsina. Especialmente a la Colectividad Catalana”, octubre de 1919.

76 FOGA, Campomar, Volante “A los obreros de la Fábrica de Tejidos Campomar y Soulas de V. Alsina”, abril de 1920.

77 FOGA, Campomar, Nota dirigida por un grupo de obreros a Miguel Campomar, Buenos Aires, s./f.

78 FOGA, Campomar, Volante “A los obreros de la Fábrica de Campomar y Soulas de Valentín Alsina”, marzo de 1920; Volante “Manifiesto a los obreros textiles”, c. 1920. Si bien no tenemos constancia de una relación certera entre ambas situaciones, es preciso mencionar que Miranda Lida, en su libro sobre Monseñor De Andrea hizo referencia a la organización por parte del clérigo de la denominada “Sociedad de la Sagrada Familia”, grupo integrado por matronas de la alta sociedad que tenía a su cargo la protección de los Círculos de Obreros de diferentes barrios (LIDA, op. cit., p. 39).

79 FOGA, Campomar, Pliego de condiciones presentado por los obreros de Valentín Alsina a Miguel Campomar, 28 de mayo de 1919.

80 FOGA, Campomar, Volante “A los obreros de la Fábrica de Tejidos Campomar y Soulas de V. Alsina”, abril de 1920.

81 FOGA, Campomar, Entrevista a Nélida Cores, realizada por María Inés Fernández y Lilian Legnazzi (Valentín Alsina, 5 de mayo de 2013). La entrevista fue realizada con motivo de la preparación del siguiente libro: FERNÁNDEZ y LEGNAZZI, op. cit.

82 FOGA, Campomar, Carta de la comisión de obreros de la fábrica de Valentín Alsina a Miguel Campomar, s./l., 13 de mayo de 1919.

83 FOGA, Campomar, Notas necrológicas con motivo del fallecimiento de Juan Campomar (1919). Recortes.

84 “11 de marzo de 1901…”, op. cit., s./p.

85 I. CUMINI, Cosmopolita, XIX, 18 (1947), p. 25.

86 “Una vida”, Cosmopolita, XI, 11 (1939), p. 19.

87 SCSM, Libro Conmemorativo Bodas de Oro, 1951.

88 “Colecta anual”, Cosmopolita, V, 5 (1933), p. 3;         [ Links ] “Colecta anual”, Cosmopolita, X, 10 (1938), p. 27; “Colecta anual”, Cosmopolita, XI, 11 (1939), p. 32; “Colecta anual”, Cosmopolita, XVI, 15 (1944), p. 34; “Colecta anual 1944”, Cosmopolita, XVII, 16 (1945), p. 37; “Colecta anual”, Cosmopolita,  XVIII, 17 (1946), p. 31.

89 “Importes pagados en concepto de intereses devengados por los Bonos de Construcción Edificio Social y correspondiente a los años 1935 y 1936”, Cosmopolita, X, 10 (1938), p. 7; “Importes de intereses devengados por los Bonos de Construcción Edificio Social, donados a la Sociedad por sus tenedores y correspondientes a los años 1935 y 1936”, Cosmopolita, X, 10 (1938), p. 31; “Importe de intereses devengados por los Bonos de Construcción del Edificio Social donados por sus tenedores correspondientes al año 1942”, Cosmopolita, XVI, 15 (1944), p. 37.

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