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Trabajo y sociedad

versión On-line ISSN 1514-6871

Trab. soc.  no.19 Santiago del Estero jul./dic. 2012

 

DISEÑO DE IDEAS Y CONSTRUCCIÓN DE CONOCIMIENTO

La categoría de saber no parametral en Hugo Zemelman. Acerca de la conmensurabilidad e inconmensurabilidad de las tensiones culturales.*

No parametrical knowledge, the posibility of an alternative contribution to social science. About conmensurability and inconmensurability of cultural tensions.

 

Carmen Gloria Fuentealba**

* Especiales agradecimientos al profesor Hugo Zemelman, incansable en la tarea de hacer de éste un mundo con posibilidades de infinitos mundos.
** Licenciada en Filosofía y Educación. Profesora de Filosofía. Estudiante del Programa de Doctorado en Estudios Avanzados (IDEA), mención Pensamiento y Cultura. Universidad de Santiago de Chile. Correo: cgfuentealba@gmail.com  

 


Resumen

El siguiente artículo es una reflexión de fundamento teórico que propone el concepto de saber no parametral para comprender y señalar el conocimiento presente en los contextos de creación artística que pudieran ser un aporte a la resolución de problemas en el ámbito de las ciencias sociales.
Para aplicar el análisis categorial epistémico al área de lo social se ha observado la proximidad del concepto de no parametral al de inconmensurabilidad, que es propio de los estudios sociales y permite llevar hacia el debate de la multiculturalidad y la interculturalidad un enfoque que alude a los entramados complejos de los conflictos humanos fundamentales. Así, se plantea la tensión entre lo inconmensurable y su opuesto: lo conmensurable, dentro del enmarcamiento del liberalismo y el comunitarismo.
Finalmente se presenta, a modo de ejemplo y de ejercicio teórico no parametral, el análisis breve de una obra proveniente de las creaciones multimedia de sesgo conceptual.

Palabras clave: No parametral; Ciencias sociales; Inconmensurabilidad; Creación artística; Contexto.

Abstract

The following article is a theoretical reflection to propose the concept of no parametric knowledge to understand and to indicate the subjects that there are in art creation contexts that could contribute to solve problems of social sciences.
To apply categorical epistemic analysis to social matters it has been watched the proximity between the concepts no parametrical and incommensurability. Otherwise, incommensurability and its opposite commensurability are concepts that become from social studies and let us discuss multiculturalism and interculturality pointing the complexity of fundamental human conflicts.
Thus, it is presented the tension between incommensurability and commensurability in the terms of liberalism and communitarianism.
Finally, as an example and as a brief no parametrical exercise, it is considered the analysis of a work that becomes from multimedia and conceptual kind of art.

Keywords: No parametrical; Social sciences; Inconmensurability; Art creation; Context.

Sumario

Introducción. El conocimiento no parametral como resultado de una práctica investigativa. De la conmensurabilidad, la inconmensurabilidad y la diversidad en el enmarcamiento del liberalismo y el comunitarismo. Acerca de cómo lo no parametral, inconmensurable señala directrices para lo social (Un ejemplo desde el arte multimedia). Referencias bibliográficas


 

"...De las cosas que hay que defender nos enteraremos más bien leyendo a los poetas y a los filósofos".
Ernst Jünger: La emboscadura*

Introducción

El saber no parametral ha sido señalado por el profesor Hugo Zemelman en algunas de sus conferencias y conversaciones personales, no siendo un tema que trate in extenso en sus obras publicadas. Es un término que surge como excedente de significación en aquellos momentos que explicita las limitaciones de lo que la comunidad científica legitima como parámetro confiable de diagnóstico.
Si puede darse, en el campo de la investigación, un tipo de saber fuera de los límites de lo que tradicionalmente se ha entendido como conocimiento científico, entonces cabe preguntarse si dicho conocimiento aporta algo a las ciencias sociales, si es, en algún sentido, pertinente a la investigación científica.
El desafío en este trabajo es dilucidar si es posible encontrar algún nexo entre lo anterior y ciertos aspectos de la multiculturalidad e interculturalidad, en el entendido de que es un problema social que tensiona permanentemente el debate acerca de las políticas públicas. Esto se plantea estableciendo proximidades entre lo no parametral y la categoría de inconmensurabilidad.
Es necesario justificar por qué nombrar como no parametral lo comúnmente llamado "arte". Pues para realizar una reflexión epistémica distinta de una labor estética, que posee otras especificidades, ha sido necesario suspender la carga histórica del término que nos remite a una concepción que por una parte presenta un horizonte amplio de posibilidades pero que por otra restringe las posibilidades de comprensión de lo denominado artístico. Clarificar aquellas implicancias nos llevaría a un periplo extenso y no pertinente.
A modo de ejercicio se propone reemplazar la categoría de arte por la de contextos de creación, para resignificar su uso habitual. Se devela desde el punto de vista de la cultura qué factores dentro de ella se pudieran conmensurar o, por el contrario, asumir sin más como inconmensurables, pero con una significación potencialmente interesante para enriquecer el análisis.
Para abordar la categoría de conmensurabilidad, se propone un punto de partida posible como es una orientación reflexiva liberal y comprender en términos universales de qué modo se ha dado un saber no parametral a lo largo de un cierto corte histórico. Como contrapartida se confronta lo comunitario para ilustrar fácticamente los modos de construir identidades culturales en contextos de creación artística.

El conocimiento no parametral como resultado de una práctica investigativa.

El profesor Hugo Zemelman (2010) instala el concepto de saber no parametral para indicar todo aquel trabajo de búsqueda de conocimiento que no se despliega dentro de los límites demarcados por las comunidades científicas autoconsensuadas como tales, autodenominadas como tales a partir de un método también validado por ellas mismas. Se da, de hecho, un saber acotable, definible y abierto a la sociedad. Se trata de una actividad que acaece dentro de unos parámetros claramente delineados, por eso puede caracterizarse como parametral y conmensurable. En esa misma perspectiva, en el contexto de las ciencias de la educación Quintar (2007) desarrolla la propuesta de una didáctica no parametral, flexible, destinada a potenciar un sujeto-estudiante considerado como apertura permanente al devenir, autoconciente no sólo del ser, sino del estar siendo.
Lo no parametral se diferencia de lo parametral como práctica de búsqueda de conocimiento con un método en permanente construcción y objetivos que pueden variar según el curso de los hallazgos, es apertura a lo inesperado desde el inicio . Vale decir, no implica que no existan ni métodos ni objetivos en lo no parametral, sino que se acepta que sean inestables, cambiantes e incluso reemplazables sin que exista una comunidad preestablecida necesariamente. Al respecto es importante destacar que aunque existen circuitos artísticos compuestos por profesionales especializados en la gestión e incluso en lo denominado 'mercado del arte', no se trata de espacios y territorios estables, pues son los mismos creadores quienes suelen atacar las bases de dichas institucionalidades, pero además la dinámica 'mercantil' de estos organismos contempla nutrirse de estos 'ataques' para renovarse y aumentar así sus ya cuantiosas ganancias. Los límites impuestos y autoimpuestos son tensionados permanentemente y su inestabilidad intencionada es quizás lo que lo constituye en su estar deviniendo.
Lo no parametral se refiere al conocimiento que puede darse fuera del método científico legitimado por la academia, como actividad inconmensurable que no se autoimpone un método único, que no es validada por una comunidad necesariamente y que tampoco tiene el deber ético de comunicar sus resultados. El área circunscrita es muy amplia entonces, pudiera incluir lo místico, lo religioso, lo subjetivo en general, las construcciones de conocimiento popular, consideradas como teorías no probadas y que no necesitarían serlo.
Como punto de partida y a modo de reflexión factible, lo que aquí se considera como material de análisis es sólo el conocimiento no parametral en contextos de creación artística y la posibilidad de dicho conocimiento de ser un aporte a la investigación perteneciente al ámbito de las ciencias sociales.  
¿Puede darse un saber, paralelo al científico parametral de carácter no parametral?. O bien, de otro modo: ¿existe acaso algún tipo de conocimiento en un conocimiento tal?
Si sólo la ciencia produce conocimiento ¿qué es lo que se elabora en otros contextos como por ejemplo el de creación artística?
Lo que se genera en contextos de creación artística puede ser considerado, y lo es frecuentemente, como una forma de embellecer los espacios, un pasatiempo. Lo bello entendido al modo de Platón, como lo inútil porque la inutilidad es condición sine qua non para que lo material no corrompa su carácter sublime. Como un vehículo de canalización de las emociones, una terapia a veces colectiva, a veces individual. O bien una representación de la realidad necesaria para mantener una identidad.
Sin embargo, una mirada epistémica a ciertos trabajos generados en contextos de creación artística tal vez pudiera darnos algunos elementos de enriquecimiento para el abordaje de preguntas surgidas en el campo de las ciencias sociales. Tal es la tesis que defiende Zemelman(2010) en su análisis del entramado de las coyunturas históricas y los recortes epocales en que se las puede encontrar.
La necesidad de dirigir el trabajo epistemológico hacia otros contextos disciplinares, no relativos a las ciencias sociales, proviene principalmente de los errores de diagnóstico que pudieran haber sido corregidos a tiempo si hubiese habido apertura a una complementariedad de enfoques . La no apertura a la diversidad de saberes ha llevado, según Zemelman (2010), a los cientistas políticos, a elaborar planes de acción que han causado desastres de grandes proporciones. considerar, más globales que Zemelman alude. Trabajan sin apertura hacia saberes que dan cuenta de variadas dimensiones humanas y que suelen evidenciar algunos aspectos clave del estado de cosas en lo social. Son insuficientes los desarrollos analíticos conceptuales entendidos como monodisciplinares y que como tales permanecen encerrados en un cierto acervo teórico, pues como lo señala Zemelman (2004), "el ritmo de la realidad no es el ritmo de la construcción conceptual" (p.1) , por lo tanto, pretender que una teoría por sí misma es capaz de dar cuenta de los acontecimientos en su complejidad, es permanecer en el encierro de lo que determinado constructo pueda ofrecer y no atender a lo que las necesidades emergentes reclaman para su comprensión, resultando la investigación en estos términos un mero invento, según dice el mismo autor, puesto que se acomodan los acontecimientos a la teoría y no al revés.
Los errores políticos han sido fallas de interpretación, situaciones absurdas, desgracias colectivas. Por consiguiente, una apertura hacia la realidad es indispensable para problematizar de manera amplia el momento y su coyuntura histórica.. "La crítica cumple una función importante en la organización de esta capacidad de apertura. Epistemológicamente consiste en la objetivación de la razón, de modo que se pueda llegar a reconocer horizontes de conceptualización que sean más inclusivos en función de prácticas más complejas y/o de esquemas teóricos más globales" (Zemelman 1992, p.115). Es decir, lo que se está señalando es la necesidad de cada situación que nos exige una disposición de amplitud tal que nos obliga desde su propia lógica interna revisar qué teoría es pertinente usar y no dirigir todos los debates hacia la acomodación de las circunstancias para la demostración de la impecabilidad de tal o cual teoría científica. Pero como este diagnóstico se encuentra siempre al medio de un entramado de emergencias urgentes e insoslayables, debería llevarnos a buscar elementos de juicio provenientes de diversos ámbitos.
Entonces, si la comunidad científica permanece cerrada en sí misma, en sus procesos únicos de validación empírica frente a la hermenéutica de los autores clásicos, las posibilidades de responder a las necesidades del momento histórico son restringidas al alcance que los científicos quieren validar pero no logran indagar en la vida social hipercompleja del recorte histórico en su totalidad. Trabajan sin apertura hacia saberes
que dan cuenta de variadas dimensiones humanas que suelen evidenciar algunos aspectos clave del estado de cosas en lo social.  
Pareciera ser que determinadas creaciones artísticas comportan en sí la capacidad de dar algún grado de respuesta a las interrogantes surgidas en lo social que afectan directamente las preocupaciones y problemas humanos fundamentales, tales como el origen de la violencia, la explotación laboral, la falta de equidad, la hipertrofia del poder de los grupos hegemónicos, etc. A este conocimiento Zemelman (2010) lo denomina como saber no parametral y lo valora particularmente porque considera que no suele entramparse en asuntos teórico-prácticos que ocasionan debates a veces sofisticados pero que en la necesidad concreta de lo social no dan las respuestas perentorias, proporcionales y adecuadas, al momento situado. . Este trabajo que se plantea, de complementariedad de enfoques, desde luego comporta el riesgo de errores, como toda búsqueda (investigación, persecución), pero en el sentido que lo señala Bachelard, por ejemplo, dicho error no es una situación de estancamiento ni de pérdida de rumbo, algo que debiéremos temer y por eso evitar, sino que por el contrario, se trata de un punto de partida necesario. "No podría haber aquí una verdad primera. Sólo hay errores primeros" (Bachelard, en Canguilhem 1973). Y pareciera ser que en los contextos de creación artística el atreverse a indagar en nuevos métodos inexplorados es una actitud no sólo aceptable sino indispensable para la pervivencia de un artista en su medio interrelacional que lo autentifica como tal.
Por otra parte, si uno de los motivos por los cuales la comunidad científica es reacia o indiferente a lo no parametral es la falta de rigor, que se considera ausente de las prácticas de investigación creativa que conducen a determinadas obras artísticas, habría que detenerse en qué consiste dicho rigor, al menos en ciertos aspectos generales. Si el trabajo creativo sigue un método, con las características que se esbozan más arriba, no es lo decisivo que sea un método en particular, validado por toda una comunidad según evaluaciones selectivas. En ese sentido Scott (1991) señala que no se trata de comparar métodos entre sí y de concluir en la elección de uno, sino de llevar adelante un método con impecabilidad. Lo que se cumpliría a cabalidad toda vez que los resultados son consensuadamente exitosos por los expertos. Vale decir, la pregunta en este punto es si efectivamente son tan diferentes, siempre, los métodos de investigación científica (parametral) de los métodos de creación artística (no parametral).
En la perspectiva de búsqueda de aportes significativos a los conflictos de lo social, se plantea la consideración de lo creativo artístico como un proceso de práctica investigativa que en ciertos momentos agrega un enfoque sumativo de conocimiento a los mismos problemas que pretende resolver la investigación perteneciente a las ciencias sociales. Para desplegar el concepto de lo no parametral de manera que sea relacionable con categorías de lo social se aproxima su significado a la conceptualización de la inconmensurabilidad, con el propósito de ampliar el análisis hacia la concreción de los acontecimientos.

De la conmensurabilidad, la inconmensurabilidad y la diversidad en el enmarcamiento del liberalismo y el comunitarismo.

Llevadas las cosas desde el ámbito epistémico hacia lo social, lo no parametral se asemeja al concepto de inconmensurabilidad, sin embargo, no son lo mismo. Cuando se produce un entrecruzamiento entre objetivos políticos, derechos individuales, derechos colectivos, objetivos económicos y toda la gama de categorías sociológicas presentes en los entramados de las redes de lo social se presenta la conceptualización de una inconmensurabilidad en el enmarcamiento de los debates particularmente tensionantes. En las situaciones que no se puede señalar un punto de partida para el intercambio conceptual de lo razonable se pierden los referentes seguros para establecer un suelo desde el cual sostener la validez de las argumentaciones.
Al desaparecer la idea de absoluto y con ella la jerarquización de las clases sociales, como indica Taylor (1991) se desperfila el concepto del honor, pues éste se fundamenta en la desigualdad para que algunos sean exaltados como honorables, luego los valores pierden su referente para ser contrastados en virtud de aquello mayor, universal. Lo social se torna relativo al momento de tomar decisiones que implican asuntos muchas veces contradictorios en la práctica, perdiéndose a veces el sujeto como objetivo último, convirtiéndose otros componentes en las motivaciones humanas.
El saber no parametral da espacio a esta imprecisión, dada su conformación proclive a la inestabilidad intencionada, y a las racionalidades que sirven para la el conocimiento de lo inconmensurable. En esta vía se orienta el aporte que puede hacer al terreno de las ciencias sociales. Lo no parametral y el saber que se va construyendo con los datos recogidos dentro de un contexto de inestabilidad hipercompleja, de conceptos que se vuelven líquidos en el decir de Bauman (2000) o inasibles para la discusión valórica de lo cultural.
Lo no parametral, como ampliación de lo inconmensurable se erige en la perspectiva de Zemelman como una posibilidad de enriquecimiento de las ciencias sociales puesto que el oficio de artista admite ser una exploración inacabada y que puede ayudar a lo que él mismo denomina como la necesidad de rescate del sujeto para incorporar la subjetividad del investigador en el proceso de construcción del conocimiento. A través del trabajo consigo mismo como elaborador de creaciones intencionadamente artísticas, el sujeto artista evoca en su propia experiencia y síntesis de vida aquellos aspectos que necesariamente pertenecen al acaecer de la subjetividad. Es proclive, como condición sine qua non, a la realidad que lo afecta en su relación con el contexto, esto es en su sujetividad como hace la distinción Roig (1981) pero al mismo tiempo consigo mismo, con su subjetividad. Lo primero hace referencia al darse del sujeto en su estar siendo en relación con el contexto de la realidad y lo segundo alude al modo de darse las concepciones respecto de la realidad en el sujeto consigo mismo.
Ahora bien, lo inconmensurable y lo no parametral no son lo mismo, porque pertenecen a ámbitos de discusión distintos, sin embargo son categorías hasta cierto punto traslapables por cuanto remiten a la misma dificultad para establecer mediciones. . En las situaciones que no se puede señalar un punto de partida para el intercambio conceptual de lo razonable se pierden los referentes seguros para establecer un suelo desde el cual sostener la validez de las argumentaciones, lo que en términos de Feyerabend (1982) viene a ser la falta de conexión entre una teoría y otra en el campo de lo semántico. Es decir, la imposibilidad de traducción que existe entre un modo de enfocar un problema y otro.
La inconmensurabilidad, es lo que no tiene medida ni comparación y en esas condiciones puede ampliar los bordes de las comprensiones, pone en evidencia la posibilidad de relativización que comportan los debates acerca de los conflictos sociales de larga data. Además, alude a la situación que acaece particularmente a las Ciencias Sociales, de no contar con una cierta continuidad y acumulación de conocimientos que permitan establecer criterios de avance en la situación de los estudios culturales, por ejemplo. Pareciera que cada autor, aun cuando dé cuenta de sus propias referencias teórico-prácticas, y con ello del acervo que le acompaña, estuviera empezando de cero al plantear su personal punto de vista. Algo que en el paradigma científico-positivista se observa, en general, como superado, puesto que en el desarrollo de las ciencias llamadas exactas se describe frecuentemente una evolución de los modos de abordar la realidad, por cuanto los modelos descriptivos del objeto-problema se superponen unos a otros en el desenvolvimiento de los procesos de desarrollo, considerándose que la ciencia, en estos ámbitos, efectivamente 'avanza'. En cambio en lo social, cada investigador puede, y a veces debe, volver a los anales más remotos de las reflexiones circunscritas al campo de las humanidades para erigir su propia interpretación y planteo investigativo.
Lo inconmensurable pertenece al ámbito valórico, mientras que lo no parametral es más cercano a una perspectiva epistémica. Ahora bien, en esa semejanza resulta factible la complementariedad de ambos conceptos, con la finalidad de ampliar el debate cultural en lo social pero al mismo tiempo de generar aportaciones de uno y otro ámbito, a saber de lo valórico en lo epistémico y viceversa.
Yendo, por ejemplo, desde el liberalismo hacia el comunitarismo es posible rastrear cómo pudiera operar la conmensurabilidad en cuanto es un parámetro para dilucidar salidas a encrucijadas valóricas presentadas por las exigencias de los acontecimientos socioculturales. La inconmensurabilidad, por su parte, es su negativo, vale decir, lo que no tiene medida y en su  condición de tal puede ampliar los bordes de las comprensiones, pero al mismo tiempo pone en evidencia la posibilidad de relativización que comportan los debates acerca de los conflictos de la multiculturalidad y la interculturalidad, por ejemplo. De este modo, en el liberalismo lo conmensurable viene a ser el bien del individuo, su voluntad llevada a la plenitud como eje de las decisiones y en el comunitarismo se releva la voluntad colectiva por sobre los intereses individuales como la medida de lo pensable en orden a superar los conflictos.
Lo inconmensurable no parametral como lo que es imposible de medir, la ausencia de lo dado, la ambigüedad de lo que no se puede demarcar, porque la delimitación de la diferencia cultural sólo es posible desde la situación de ventaja en el poder. Si es así, la diferencia para que se mantenga como tal ha de ser mantenida en su ambigüedad, de otro modo, al ser acotada, definida y estabilizada se vuelve un factor de marcación, un posible referente para favorecer acciones homogeneizantes. La ambigüedad pudiera plantear un estado de cosas relativizante, un debate que condujera a la imposibilidad de acuerdos por falta de puntos de partida mínimos y comunes a la reflexión compartida, para focalizar la racionalización de los conflictos. Sin embargo, si esto es así, si el riesgo de que las diferencias culturales sean establecidas y delimitadas por un cierto agente homogeneizador, entonces el problema no es el establecimiento mismo de la diferencia, sino de quién lo hace, a saber, en situaciones conflictuadas y a veces fuertemente polarizadas, un determinado grupo hegemónico.
¿Cómo señalar, entonces, una medida para delimitar hasta dónde se es igual y desde dónde se empieza a ser diferente...el otro...o el bárbaro indeseado?...¿Impone la medida de la diferencia el agente hegemónico como referente absoluto?
Si las minorías, por su parte son heterogéneas, como recalca Benhabib(2006), no es tan claro entonces respecto de qué o de quién se es considerado distinto, puesto que se es diferente respecto de los pares dentro de una categoría que agrupa a una minoría pero además se es diferente respecto de la mayoría. O sea se es diferente en distintos sentidos y niveles.
El equilibrio para la posibilidad real de la subsistencia de lo diverso ¿está acaso dado por el respeto pero en igualdad de derechos? Sin embargo, si las situaciones de poder producen que quien está favorecido siendo mayoría o bien siendo actor de mayor potencialidad se valide en el ejercicio del poder, entonces el respeto a lo diverso no apela a lo diverso mismo, sino a una compensación previa para llegar a una opción de vivir efectivamente desde la heterogeneidad, ¿nos enfocamos más bien hacia una igualdad hasta la nivelación a través de la compensación y en un momento posterior, cuando la igualdad de condiciones sea un hecho, recién entonces podemos orientarnos hacia la vivencia de facto de lo diverso?
En el caso de extrema crudeza como es el de la ablación, la discusión suele dirigirse hacia el derecho de las minorías a seguir sus tradiciones, que si las mujeres insisten en ser sometidas a la extirpación del clítoris debe respetarse su derecho cultural, sobre todo si se da el respeto liberal al deseo de cada individuo en tanto no intervenga en la vida de los demás...Las consideraciones parecen volverse inconmensurables a causa de la yuxtaposición de argumentaciones validadas por otros debates hasta el extremo de no intervenir y dejar que la cultura siga su curso. Los otros debates se refieren a las libertades individuales versus las conveniencias colectivas, el derecho a expresar la cultura versus el derecho a mantener la integridad física.
No se indaga en la imposibilidad de las mujeres en sus comunidades de encontrar marido si no se someten al procedimiento y que si no tienen marido no cuentan con ninguna posibilidad de sobrevivir pues no se les permite trabajar...luego, realmente no tienen opción de elegir nada porque de un lado tienen la brutalidad de una costumbre y del otro la imposibilidad de desarrollar un proyecto personal...¿hay realmente en la base un problema cultural? O ¿hay un abuso de poder?...porque si algo es etiquetado de 'cultural' pareciera ser que causa sui es intocable e indiscutible, entonces hay que dejarlo intacto e incluso protegerlo para preservar la identidad de un grupo.
La dificultad para señalar la conmensurabilidad cultural de este conflicto aparentemente es el obstáculo para llegar a una dilucidación razonable, además de racional, de los efectos que tiene para quienes vemos el hecho desde fuera de aquellos grupos minoritarios. Sin embargo, si abandonamos la perspectiva cultural o al menos la suspendemos por algún lapsus la conmensurabilidad sea tal vez dable desde la inequidad que está en la base de los hechos. Probablemente, cuando aquellas mujeres estén en condiciones de elegir podamos entonces discutir acerca de si merece protección cultural externa al grupo étnico la citada costumbre.
Desde una perspectiva comunitaria, como la de Kymlicka(2000) en que las protecciones externas a los derechos étnicos de las minorías, una situación así sería muy difícil de resolver, dado el carácter relevante que tiene en este enfoque la voluntad de lo colectivo por sobre los derechos individuales, en que la medida o lo conmensurable está entregada a la dinámica de la red de pares y la identidad no es una categoría de entrada para definir el modo de ser del grupo sino que viene a ser una categoría de llegada en el hacer y acontecer del proceso mismo. Los sujetos no definen su pertenencia a un grupo por una identidad esencial constitutiva sino que la construyen relacionalmente en la interacción de la comunidad. Luego, influir desde fuera para consensuar un bien común resulta sólo posible, quizás, mediante protecciones externas tendientes a igualar las oportunidades para favorecer la equidad al interior del grupo. Y desde la perspectiva liberal, por otra parte, es factible, evitar una costumbre así creando compensaciones dirigidas a los individuos, en particular hacia las mujeres.
Frente al choque de culturas que señala Huntington según Zizek (2008) como la causa de los conflictos actuales en la globalización, como si se tratara de un final de la historia en una inspiración interpretativa pseudo hegeliana, al modo de Fukuyama(1992) los teóricos liberales proponen como salida la tolerancia, lo que genera para el mismo Zizek una especie de aletargamiento ideológico al neutralizar todo aquello que antes fue desigualdad, injusticia, explotación y lacras sociales varias. La desigualdad política hoy es resuelta a través de la valorización vehemente e insistente de la tolerancia frente al choque de las diferencias que deben ser 'soportadas' pero que no son verdaderamente resueltas porque persiste a la base la desigualdad política.
Rawls (1993) por su parte soluciona liberalmente los problemas que pudiera causar la manifestación de las diferencias a través del principio de reciprocidad, en tanto que la cooperación social, el intercambio de bienes de todo tipo debiera conducir a través de la solidaridad hacia una vida satisfactoria. Sin embargo esta presentación de la solidaridad, del intercambio recíproco convierte en instrumentales todas las valoraciones en función de una vida satisfactoria que es una meta tal vez insuficiente para algunos sujetos. Es decir, el principio de reciprocidad vuelve a producir cierta falta de diversidad al establecer la satisfacción como techo de las aspiraciones de un sujeto universal que evidentemente ignora o pretende ignorar el sujeto individual. El principio de reciprocidad y toda la concatenación de racionalidad rawliana se orienta hacia la homogeneización, no a la diversificación. En otras palabras, el intercambio y la satisfacción son la medida estándar interrelacional.o la conmensurabilidad de las decisiones, el referente para resolver las encrucijadas categoriales.

Acerca de cómo lo no parametral, inconmensurable señala directrices para lo social. (Un ejemplo desde el arte multimedia)

Alfredo Jaar: El lamento de las imágenes.

El artista conceptual multimedia Alfredo Jaar presentó esta obra en el año 2006 en Chile en la Galería de Arte de la CTC a propósito de la compra del banco de imágenes históricas de Estados Unidos que realizó Bill Gates. Con una pantalla en blanco en medio de una sala oscura denuncia la prohibición que de ahí en adelante tiene cualquier sujeto de observar fotografías de su pasado histórico a menos que pida los permisos correspondientes. La gravedad de un hecho que no relevó la prensa pero que tiene implicancias en la construcción de la memoria para el imaginario colectivo es señalada por la ausencia.
¿Cómo puede reconocerse el sujeto en un contexto en que no está permitido mirarse sin pedir permiso?
La representación del sí mismo, la autoimagen es prohibida desde el momento mismo en que se abre la posibilidad de que otro compre un concepto y lo atesore como un bien de mercado. Buscarse en el pasado se vuelve un acto subversivo porque lo oficial está regulado en este caso por Gates, quien impone la conmensurabilidad de lo posible a través de su situación de poder, establece un límite a lo que debiera ser inconmensurablemente enriquecedor para el encuentro del sujeto en la perspectiva histórica.
La denuncia es parte del mensaje en sí misma ya que posiciona dentro de las funciones posibles de la creación en contextos artísticos el develamiento de las acciones aparentemente inocuas. En este caso la denuncia como contenido devela la anulación del sujeto, es una fotografía de 'nadie' que provoca, además, la situación absurda de un público que observa 'nada'.
El problema es que esta ausencia de sujeto en los estudios sociales es un error frecuente, a lo que se aplica la afirmación de Taylor (1991), pues en su propuesta de la política del reconocimiento no visibilizar lo que el otro está siendo o quiera ser provoca una autoestima y una autoimagen pobre, dañada, como el caso de la mujer o de los negros en Estados Unidos, según el mismo Taylor.
Es necesario recuperar el sujeto, ir a su rescate, argumenta Zemelman (2010), pues de otro modo todas las consideraciones se construyen parceladamente, permitiendo además ciertos  riesgos que pueden devenir en catástrofes en lo social que desembocan en pérdidas de vidas humanas. Los discursos planteados desde hablantes que no se identifican, las interpretaciones homologables de un contexto a otro.
Lo no parametral en contextos de creatividad artística, lo inconmensurable se erige en la perspectiva de Zemelman como una posibilidad de enriquecimiento de las ciencias sociales puesto que el oficio de artista admite ser una exploración inacabada.
En esta recuperación del sujeto la conmensurabilidad cobra sentido, pues los alcances de los componentes de los fenómenos humanos en lo social plantean a menudo situaciones de entrampamiento en las que parece imposible compatibilizar enfoques. No obstante, pudiéremos llegar eventualmente a la inconmensurabilidad cultural de algunas problemáticas y movernos en un continuum entre lo conmensurable y lo inconmensurable. Las obras de Jaar lo admiten pero no dejan de señalar la transversalidad de la explotación, la injusticia y la inequidad.

Notas

* Texto citado en "El debate iusfilosófico contemporáneo entre comunitaristas y liberales en torno a la ciudadanía" de Rafael Aguilera P.  

Referencias bibliográficas

1. Aguilera, R. (2006). El debate iusfulosófico contemporáneo entre comunitaristas y liberales en torno a la ciudadanía...Obtenido el 20 de diciembre de 2010, desde: http://www.uah.es/derecho/facultad/docs/Anuario_2006/03_El_debate_iusfilosofico.pdf

2. Bauman, Z. (2000). Liquid modernity. Inglaterra. Polity Press.         [ Links ]

3. Benhabib, S. (2006). Las reivindicaciones de la cultura: igualdad y diversidad en la era global. -Argentina. Katz.         [ Links ]

4. Canguilhem, G. (1973). Del Barco, O. Comp. Introducción a Bachelard. Buenos Aires. Ediciones Calden.

5. Feyerabend, P (1982). La ciencia en una sociedad libre en Rasner, J (2008). Ciencia, conocimiento y subjetividad. Programa de Publicaciones de la CSIC, Universidad de la República. Montevideo.

6. Fukuyama, F. (1992). The end of history and the last man. New York. Free Press.

7. Jaar, A. El lamento de las imágenes...obtenido el 25 de enero de 2011 desde: http://www.google.com/images?hl=es&biw=1020&bih=539&gbv=2&tbs=isch%3A1&sa=1&q=lamento+de+las+im%C3%A1genes+alfredo+jaar&btnG=Buscar&aq=f&aqi=&aql=&oq=

8. Kymlicka, W. (2000). Ciudadanía multicultural. España. Paidós.

9. Quintar, E.(2007). Didáctica no parametral. Obtenido el 25 de enero de 2011 desde: http://miguelgonzalezg.blogspot.es/1176737280/

10. Rawls, J.(1993). El liberalismo político. España. Crítica S. L.

11. Roig, A. (1981) Teoría crítica del pensamiento latinoamericano. México. Fondo de Cultura Económica.

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13. Taylor, Ch. (1991). The ethics of authenticity. Estados Unidos. Canadian broadcasting corporation.

14. Zemelman, H. (1992). Uso crítico de la teoría. En torno a las funciones analíticas de la totalidad. Editorial Antropos. España

15. Zemelman, H. (2004). Pensar teórico y pensar epistémico. En: Irene Sánchez y Raquel Sosa, Coord.: América Latina: los desafíos del pensamiento crítico. México. Siglo XXI.

16. Zemelman, H. (2010). Comunicación en clases. Trabajo presentado en la Universidad de Santiago de Chile en el Programa de Doctorado en Ciencias de la Educación, mención Interculturalidad en el curso de Epistemología.

17. Zemelman, H.(2010). Seminario "Comunicación y poder-es". Obtenido el 15 de diciembre de 2010, desde: http://www.youtube.com/watch?v=E3TR1Vn01mU

18.Zizek, S. (2008). Sobre la violencia. Seis reflexiones marginales. España. Paidós.

Recibido 11.11.11
Recibido con modificaciones: 30.4.12
Aprobado definitivamente 23.5.12

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