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Memoria americana

versión On-line ISSN 1851-3751

Mem. am.  no.19-2 Ciudad Autónoma de Buenos Aires jul./dic. 2011

 

RESEÑAS

Zanolli, Carlos; Alejandra Ramos, Dolores Estruch y Julia Costilla. 2010. Historia, representaciones y prácticas de la Etnohistoria en la Universidad de Buenos Aires: Una aproximación antropológica a un campo de confluencia disciplinar. Buenos Aires, Antropofagia. 128 p.

María Vivardo

Profesora en Ciencias Antropológicas, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires. E-mail: mariavivardo@yahoo.com.ar

 

La propuesta de los autores del libro Historia, representaciones y prácticas de la Etnohistoria en la Universidad de Buenos Aires: Una aproximación antropológica a un campo de confluencia disciplinar, resulta interesante ya que consiste en repensar sobre sus propias prácticas profesionales como antropólogos y como etnohistoriadores. Para ello, se posicionan desde sus propias experiencias de trabajo en la Sección Etnohistoria del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires. En este libro, reflexionan sobre el desarrollo académico, el estado actual y las discusiones relacionadas con la identidad de la Etnohistoria, examinando las prácticas y representaciones que surgieron en el ámbito institucional, específicamente dentro de la carrera de Ciencias Antropológicas. Utilizan como recurso metodológico para rastrear tales prácticas y representaciones el análisis de fuentes escritas y la realización de entrevistas semiestructuradas. En cuanto a las primeras, trabajan con textos académicos e institucionales como los informes de trabajo y de avance de los proyectos vinculados o la página web de la Sección Etnohistoria, entre otros. Paralelamente, las entrevistas fueron practicadas a dos grupos de profesionales: los pertenecientes a la propia Sección Etnohistoria y los profesores pertenecientes al Departamento de Ciencias Antropológicas de dicha facultad.

El libro ha sido estructurado en tres capítulos que se suman al "Prólogo", a la "Introducción" –en donde se presenta el tema de estudio y la metodología a realizar– y a las "Reflexiones finales". En el primer capítulo, se aborda el análisis de los orígenes de la Etnohistoria a nivel internacional hasta su desarrollo y situación actual, considerando las relaciones entre la Antropología, la Arqueología y la Historia para su nacimiento y conformación. Se señala la presencia de dos líneas etnohistóricas –surgidas a mediados del siglo XX– que contribuyeron en posteriores estudios: la Etnohistoria andina y la Etnohistoria norteamericana.

A nivel nacional, los autores reconstruyen el proceso de institucionalización de la Etnohistoria en nuestro país y los debates entablados en torno al lugar que ocupan la Etnohistoria y la Antropología Histórica en el área de las Ciencias Sociales. Allí, sostienen que la creación de la Sección Etnohistoria proveyó –en el ámbito de la Universidad de Buenos Aires– el espacio idóneo para la institucionalización de la disciplina. Asimismo, señalan que en el contexto de reorganización de la carrera de Ciencias Antropológicas se creó la cátedra "Sistemas Socioculturales de América II", influenciada, desde un principio –al igual que la Sección– por la vertiente de la Etnohistoria andina. Los autores rastrean las primeras investigaciones realizadas en el marco institucional de la Sección para analizar las unidades temáticas abordadas, la expansión de estos estudios con la incorporación de nuevos investigadores, los cambios en los objetivos propuestos, etc. A partir de esos datos, en el siguiente apartado proporcionan algunas definiciones de la Etnohistoria incorporando los debates ocurridos en cuanto a la teoría, al método y al objeto de la misma.

El segundo capítulo está dedicado al campo de la Etnohistoria nacional, su avance y consolidación dentro de la Universidad de Buenos Aires. Allí, realizan un minucioso recorrido sobre los proyectos de investigación generados dentro de la Sección Etnohistoria –creada en 1985–, las cátedras de las dos materias vinculadas a ella –"Sistemas Socioculturales de América II" y "Seminario Anual de Investigación"– y la trayectoria de sus investigadores que, conjuntamente, fueron delineando la identidad de este espacio de conocimiento.

Asimismo, reconocen la importancia de las acciones de la Dra. Ana María Lorandi en la creación y constitución de esta área de investigación, señalando que ya en el primer proyecto de investigación –presentado junto a sus colaboradores al CONICET en 1985– se puede observar la pluralidad de temáticas que acompañaron a las investigaciones subsiguientes, coherentemente atravesadas por un mismo eje o hilo conductor. Resaltan que los aportes de la Etnohistoria a la carrera de Ciencias Antropológicas, fueron de la mano de la materia "Sistemas Socioculturales de América II". Asimismo, señalan que en 1989 se realizó en la Argentina el Primer Congreso Internacional de Etnohistoria, impulsado también por la Dra. Lorandi y, en 1991, se dio inicio a la publicación de la revista Memoria Americana. Cuadernos de Etnohistoria perteneciente a la Sección. Además, se mencionan los libros publicados y los seminarios internos y se analizan los cambios y continuidades dentro de la Sección en cuanto a proyectos, temáticas, objetivos, áreas de estudio y nuevos enfoques. Con respecto a estos nuevos enfoques, mencionan la aparición del término "Antropología Histórica" –tanto en proyectos de la Sección como en el programa de la materia Sistemas Socioculturales de América II– y, en la actualidad, como sinónimo de las prácticas de investigación en Etnohistoria dentro de la Sección. Es precisamente en relación a esto que observan una diferencia entre prácticas y representaciones en cuanto a la relación de la Etnohistoria y la Antropología Histórica.

En el tercer capítulo se analizan las relaciones entre la Etnohistoria, la Historia, la Arqueología y la Antropología y se precisan las definiciones de Etnohistoria que se desprenden de las entrevistas. A partir de un análisis minucioso de dichas entrevistas, los autores muestran que se evidencian tres posiciones en cuanto a la Etnohistoria: están quienes la consideran subordinada a disciplinas mayores –como ser a la Antropología o la Historia–; quienes la ven como una disciplina independiente que cuenta con objetivos, acercamientos y objetos propios; y, por último, los que creen que es una interdisciplina, sobrepasando los límites tradicionales en las actuales investigaciones. Al observar que la Etnohistoria –como subdisciplina, disciplina independiente o interdisciplina– es relacionada por los entrevistados con la Antropología y la Historia, se señalan los aportes de ambas, enmarcados principalmente en la "mirada antropológica" y el "trabajo de campo" que aporta la primera y la "metodología de trabajo con fuentes" proveniente de la segunda.

Además, analizan las definiciones de Etnohistoria dadas por los colegas en relación a tres dimensiones: lo teórico-metodológico, el objeto de estudio y el aspecto político-académico. De ello concluyen que la diversidad de las conceptualizaciones propuestas fue condicionada por los anclajes disciplinares en que están insertos estos investigadores, señalando, a su vez, que no se puede llegar a una definición consensuada de Etnohistoria dado que los objetivos de la misma se han ido modificando con el tiempo. No obstante, los autores marcan tres elementos que le otorgan consistencia y especificidad a la Etnohistoria. Estos son: el tipo de acercamiento que proponen sobre las fuentes documentales, el compartir categorías teóricas con la Antropología –permitiendo un abordaje antropológico– y el terreno donde se sitúa el investigador –entendido como el trabajo de campo de los etnohistoriadores.

En las "Reflexiones finales" se realiza una síntesis muy esclarecedora sobre los puntos principales del libro y las conclusiones arribadas. Y, por último, los autores en tanto "nativos" de la Sección Etnohistoria, se preguntan qué es lo que los define como etnohistoriadores. Aquí, concluyen que las trayectorias profesionales y las experiencias compartidas dentro de este espacio son, en definitiva, las que forman sus identidades variables, dinámicas y constantemente reconstruidas en el actuar cotidiano.

En síntesis, este libro es un aporte relevante para la Antropología –y específicamente, para la Etnohistoria– porque nos permite conocer la conformación y consolidación de esta disciplina en nuestro país y las inquietudes y reflexiones que surgieron dentro de los propios investigadores de la Sección. De esta forma, reconstruyendo los discursos de los profesionales encuestados, recuperaron los términos en que se autodefine el campo de conocimiento etnohistórico, así como también las representaciones que sobre ella circulan dentro de la Sección y, de manera más amplia, dentro de la carrera de Ciencias Antropológicas.

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