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Argos

versión On-line ISSN 1853-6379

Argos vol.34 no.1 Bahía Blanca ene./jun. 2011

 

RESEÑAS

Jorge H. Evans Civit (ed.), Antología del Index Aristotelicus de H. Bonitz, Buenos Aires, Santiago Arcos, 2010. Colaboradores del área de Lenguas Clásicas: L. Sardi de Estrella, E. Driban, E. Cecco, M.E. Guevara de Álvarez, C. Silventi, M.G. Barandica. Colaboradores del área de Filosofía: J.H. Evans Civit, D. Lema Sarmento, T. Squizzato, I. Anton Mlinar.

 

El Index Aristotelicus de Hermann Bonitz es, sin dudas, uno de los materiales de consulta obligados para el estudioso de la filosofía aristotélica, en cualquiera de sus ramas y aspectos. El título de la obra es engañoso dado que Bonitz no se limita a señalar los loci para los diversos términos técnicos aristotélicos, sino que también agrupa usos, sugiere oposiciones, sinonimias y antonimias. Además de indexar, el texto de Bonitz interpreta. Y quizás sea por esto último que aún no ha sido desplazado del centro de la escena filológica y filosófica aristotélica, incluso cuando en los más de 140 años que nos separan de su publicación (1870) hayan aparecido otros índices. El éxito de Bonitz no radica, pues, tan sólo en su rigurosidad y vastedad léxica, sino también en su capacidad para aportar soluciones hermenéuticas. Hasta aquí las consabidas virtudes del Index. Con respecto a sus defectos, si bien más de forma que de fondo, no por ello resultan menos importantes. Ante todo, la magna obra del filólogo alemán supone un lector alta y específicamente calificado: para poder decodificar el Index es necesario tener conocimientos de griego clásico, de latín clásico y, vaya paradoja, de la propia filosofía aristotélica, aunque más no sea mínimamente. Esto ha hecho que el libro de Bonitz no sea usualmente recomendado para alumnos que se inician en el conocimiento de la lengua y filosofía griegas clásicas. La Antología editada por Evans Civit aparece, fundamentalmente, para revertir esta situación.

Como resultado de una inmensa tarea de selección, edición, traducción, investigación e interpretación, el grupo de trabajo dirigido y supervisado por Evans Civit publica lo que en el Prólogo se considera un primer volumen al cual, según se dice, seguirá al menos un segundo que incluirá términos dejados de lado en el presente. Las razones que han llevado a este grupo de aristotélicos de la Universidad Nacional de Cuyo (grupo felizmente mixto, vale destacarlo, compuesto tanto por especialistas del área de lenguas y literaturas clásicas, como de filosofía clásica) a emprender semejante empresa son similares a las recién mencionadas: los conocimientos de griego y de latín que supone, el complejo sistema de referencia a las fuentes aristotélicas, el hecho de que Bonitz tan sólo indique la página de la obra en cuestión según la numeración bekkeriana. Esto último implica que el lector, una vez detectados los usos que le interesan, deba recurrir a las fuentes (en griego o en una traducción) para ver el funcionamiento del término en su contexto. Quienes trabajamos con el Index sabemos que consultarlo supone un escritorio con mucho espacio para desplegar otros libros.

La Antología de Evans Civit se propone, pues, descomprimir todo aquello que el Index comprime. (i) Traduce al castellano todo lo que Bonitz escribe en latín: básicamente las diversas traducciones de los términos griegos (v.g. las primeras acepciones para el término "ousía" son "res familiaris, opes, divitiae"), pero también aclaraciones de variada índole (también s.v. "ousía", en el §3, se lee: "id quod re vera est, τὸ ὄν, τὸ ἁπλῶς ὄν. ea usitatissima nominis ousía significatio quamquam differt a superiore, ita tamen ei affinis est, ut interdum utram praeferas dubium sit. magna usus varietas non solum inde repetitur, quod Ar ea etiam, quae alii philosophi vere esse statuerunt, hoc nomine significat, sed praecipue quod ipse, cum philosophia omnino in indaganda τῇ οὐσίᾳ versetur -Μηl. 1042a5. γ3. 1005a21-, non uni rerum generi exclusis reliquis omnibus hoc tribuit ut οὐσία sint, sed diversis rerum generibus quodammodo οὐσίας dignitatem assignandam iudicat; itaque usum Aristotelicum nominis οὐσία plene persequi esset ipsam Aristotelis philosophiam exponere."). (ii) Refiere los títulos de las obras aristotélicas mediante sus nombres en español (sólo excepcionalmente en latín, cuando no existe una traducción publicada; v.g. De mirabilibus auscultationes), sorteando, así, el por momentos engorroso sistema de referencias. (iii) Cita en griego y completos los pasajes donde el término aparece y luego los traduce al castellano. En algunos casos, se da cuenta en nota al pie de diversas traducciones publicadas, de las decisiones que dichos traductores tomaron e inclusive de sus notas a los pasajes en cuestión (cf. v.g. nota 16 s.v. "lógos"). (iv) En el Prólogo se da una rica explicación -extraída de un informe del Prof. Lema- a propósito de la compleja organización y numeración de los fragmentos aristotélicos en sus sucesivas ediciones (tres de Rose -de 1863, 1870 y 1886- y la oxoniense de Ross -de 1955-); la decisión tomada por el equipo es la de citar según la segunda edición de Rose (que es, por otra parte, la que Bonitz utilizó para la confección del Index) y, en nota al pie, indicar el número correspondiente a la tercera de Rose, la de Ross y la numeración de la traducción de Vallejo Campos en Gredos.

La edición es en general muy cuidada al igual que las traducciones, siempre apuntaladas por el texto griego que también se cita entre corchetes. La Antología cuenta con un Prólogo que, a la vez que explica la génesis del trabajo y el modo en que fue realizado, sirve de ‘manual de instrucciones' para que el lector comprenda el modo en que está organizada la información. Allí también se realiza una demostración práctica del tipo de dificultad que el Index de Bonitz ayuda a resolver, tomando como ejemplo la multivocidad del término "lógos" en distintos contextos. El volumen cuenta, asimismo, con una Bibliografía en la que se indican los datos de las fuentes aristotélicas y las traducciones utilizadas y consultadas por parte del equipo. Asimismo, se da la referencia de los principales diccionarios griegos y de algunas gramáticas.

 

Hay, por último, dos cuestiones que merecen ser comentadas. En primer lugar, el repertorio de términos elegidos para este (primer) volumen: anánke, haploûs, autómatos, autós, aphaireîn, aphaíresis, dóxa, eîdos, eînai (tò ón), hékastos, endékhesthai, idéa, ídios (ídia, kat' ídian), koinós (koinêi), légein, lógos, morphé, mŷthos, noeîn, nóema, nóesis, noetikós, noûs, hóde, ónoma, prâgma, semeîon, symbaínein, sýmbolon, sýnolos, tis, tynkhánein, týkhe, hypárkhein. Si bien no se lo aclara en la portada del libro, en el Prólogo sí se da cuenta del título completo del volumen, que explica el criterio de esta selección: Antología lógico-metafísica del Index Aristotelicus. Allí Evans Civit explica: "<esta edición> contiene palabras que hemos seleccionado teniendo en cuenta su importancia para entender, especialmente desde el punto de vista lógico-metafísico, la obra de Aristóteles" (p.10). Luego de esta oración, se advierte sobre la futura aparición de un segundo volumen. Las razones de esta advertencia son claras: la presente selección no cuenta con términos fundamentales, incluso para el grupo de los lógico-metafísicos: "ousía", "kategoría" (y "kategoreîn"), "órganon", "rhêma" (este último, si bien breve en Bonitz, fundamental para la comprensión de "ónoma"). No obstante, la promesa de continuar con el trabajo es más que alentadora con vistas a llenar estos vacíos.

En segundo lugar, hay una pregunta, por cierto incómoda, que alguien podría hacerle al libro de Evans Civit: ¿cuál es su utilidad concreta? Y las razones de esa pregunta estribarían, probablemente, en el hecho de que el especialista en la obra aristotélica no vive como verdaderas dificultades todas aquellas que hemos comentado más arriba y que el mismo Evans Civit enumera como razones para la confección de su Antología. Si el Index de Bonitz es tan específico y tan técnico como sus especializados lectores, ¿para qué traducirlo, ordenarlo, desplegarlo? Todos estos interrogantes encuentran, a nuestro entender, una respuesta definitiva: con fines didácticos. Si más arriba hablábamos de la imposibilidad de incluir el Index como bibliografía para alumnos que se inician en el estudio de Aristóteles, la Antología de Evans Civit da por tierra con dicha imposibilidad. Gracias a esta herramienta de trabajo, fundamental para el docente universitario de lenguas y literaturas griegas clásicas, quienes se inician en la investigación podrán acceder a uno de los índices más complejos y completos del corpus aristotélico, perfectamente ordenado y traducido. Esta es, sin dudas, una razón más que suficiente para celebrar su publicación y, por qué no, para esperar con ansiedad los volúmenes por venir.

Esteban Bieda

Universidad de Buenos Aires

estebanbieda@gmail.com

Fecha de recepción: 15-07-11
Fecha de aceptación: 22-07-11

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